La zona del Verso: HASTA MAÑANA.

In Memoriam

Los últimos poemas de Mario Benedetti 14 Septiembre 1920/17 Mayo 2009

Hasta mañana

Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño

que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido

por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.

Mario Benedetti

LA ZONA DE LOS NOMBRES : MARIO BENEDETTI.


El laureado poeta y narrador uruguayo Mario Benedetti falleció en su ciudad por adopción, Montevideo, a los 88 años de edad, por un agravamiento de su patología intestinal crónica. 
El poeta, que residió dos veces en la Argentina, había recibido el alta médica de su enfermedad y regresó a su hogar, pero su enfermedad se agravó con una neumonía. Benedetti había ingresado en el sanatorio Impasa de Montevideo el 24 de abril por el empeoramiento de una enfermedad intestinal inflamatoria crónica que le hizo requerir cuidados médicos.


Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros y cuatro años después se trasladó a Montevideo con su familia. Sin embargo, entre 1938 y 1941 y entre 1973 y 1976, Bedenetti residió en Buenos Aires debido a la situación política de su país, donde publicó gran parte de su obra poética y narrativa. También fue un notable periodista e integró la redacción de la mítica revista Marcha desde 1945, hasta que el semanario fue clausurado en 1974 por el gobierno de Juan María Bordaberry


Obtuvo el Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su primera compilación de cuentos, "Esta mañana y otros cuantos". Recibió además premios a su obra y trayectoria en Bulgaria, Bélgica, España y por los estados de Cuba y Chile. Pero los máximos galardones que recibió fue en 1999, cuando premiado con el VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y en el 2001, cuando se le concedió I Premio Iberoamericano José Martí. Más tarde, en 2005, se adjudicó el XIX Premio Internacional Menéndez Pelayo, consistente en 48.000 euros y la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Además fue nombrado director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, de Montevideo, a lo que renunció cuando se instauró la dictadura en su país. Benedetti publicó unos 40 libros de poesía, traducidos a 20 idiomas, pero su mayor éxito fue la novela La Tregua, cuya versión cinematográfica, dirigida por el argentino Sergio Renán, fue nominada a la cuadragésimo séptima versión de los Premios Óscar en 1974, a la mejor película extranjera. 
Otro de sus hitos fue el disco "El sur también existe" en base a sus poemas con el cantautor catalán Joan Manuel Serrat. Entre sus libros de relatos más importantes se encuentra Esta mañana y otros cuentos (1949), Montevideanos (1959), Recuerdos olvidados (1988).        
Benedetti y su esposa Luz


También el drama Pedro y el Capitán (1979). En tanto, su novela más importante fueron La tregua (1960), Gracias por el fuego (1965), Primavera con una esquina rota (1982) y La borra del café (1992). No obstante, su amor más duradero fue la poesía, la que empezó a publicar con La víspera indeleble, en 1945, y concluyó con Vivir adrede, en 2007. 

Algunos de sus mejores libros en este último género fueron Poemas de la oficina (1956), Poemas del hoyporhoy (1961), Contra los puentes levadizos (1966), Quemar las naves (1969), La casa y el ladrillo (1977), Viento del exilio (1981) y Canciones del más acá (1988), entre otros. Pese a publicaciones y éxitos, la crítica literaria no le fue tan favorable a Benedetti, quizás en comparación con la notoriedad que cobraron para los especialistas las obras de sus compatriotas Felisberto Hernández, Horacio Quiroga y Juan Carlos Onetti.



Más:

La zona del verso: EL ACRÓBATA.

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De trapecio en
trapecio, en silencio tras
el redoble de pronto enmudecido, a través
del aire sorprendido, más veloz que
el peso de su cuerpo, que otra vez
no llegó a tiempo de caer.
Solo. O aún menos que solo,
menos, pues mutilo, pues fáltanle
las alas, fáltanle mucho,
una falta que le obliga
a avergonzados revoloteos con una atención
implume, ya sólo desnuda.
Denodadamente ligero,
con paciente agilidad,
con calculada inspiración ¿Ves
cómo se agazapa para el vuelo, sabes
cómo conspira de pies a cabeza
contra quien él es: sabes, ves
cuán arteramente se enhebra en su antigua figura y,
para asir en su puño el mundo mecido,
extiende los brazos recién nacidos de sí?
más hermoso sobre todo en este preciso,
preciso, por lo demás ya pasado, instante.

Wislawa Szymborska.

La zona del Verso: ALEGRIA DE ESCRIBIR.



¿A dónde va la corza escrita por el bosque escrito?
¿A tomar agua escrita
que refleje su hocico puntualmente?
¿Por qué alza la cabeza? ;escucha algo?
Se apoya en cuatro patas que la verdad le presta.
Mueve bajo mis dedos una oreja.
Silencio, esa palabra, susurra en el papel
como las otras y remueve ramas
por las palabras del bosque cansadas.
En la hoja blanca de papel acechan
letras que pueden componerse mal,
frases que pueden ser un cerco
y no habrá salvación.
En la gota de tinta un regimiento
de cazadores enfocan la mira
listos para correr pluma empinada abajo,
cercar la corza y preparar el tiro.
Olvidan que esto no existe
Otras leyes gobiernan el blanco sobre negro
parpadeará el ojo el tiempo que yo quiera
y podré dividirlo en pequeñas eternidades
llenas de balas quietas en el aire.
Por siempre, si lo ordeno; nada pasará aquí.
Ni una hoja caerá si no lo quiero
ni las pezuñas hollarán la hierba
¿Existe pues un mundo sobre el cual
soy un destino independiente?
¿Ese tiempo al que une la cadena de signos,
existe bajo mis órdenes constantes?
La alegría de escribir.
La posibilidad de eternizar.
La venganza de una mano mortal.




Wislawa Szymborska.

La zona del Verso: BREVE

Y ES QUE LA VIDA ES DEMASIADO BREVE PARA AMAR, SUFRIR, ODIAR, PERDONAR Y OLVIDAR TODO.

SERÁN NECESARIAS MUCHAS VIDAS PARA VIVIR UNA PASIÓN DIGNA DEL ALMA.
NO SE NOS DA TIEMPO A RECTIFICAR, A COMPRENDER AL MENOS, Y NOS MORIMOS CASI SIN HABER VIVIDO.

EL ERROR MÍO FUE CREER QUE ME ALCANZABA LA VIDA PARA TODO ESO.

DULCE MARÍA LOYNAZ.

La zona de los NOMBRES: Wislawa Szymborska.


(Kórnik, Poznan, 1923) Poetisa polaca, considerada una de las más singulares de su país, que recibió el premio Nobel de Literatura 1996. Hija de un funcionario, en 1931 se trasladó con su familia a Cracovia, ciudad en la que se asentó de forma definitiva. Estudió filología y sociología después de la Segunda Guerra Mundial en la Universidad Jagellónica, tras lo cual inició su andadura literaria, consagrada esencialmente a la poesía, aunque también a la crítica y el ensayo en diversas publicaciones periódicas, en particular en Vida Literaria. Ahí aparecieron desde 1968 sus "folletines literarios", a modo de poco convencionales críticas, que serían publicados en forma de libro en dos volúmenes, Lecturas facultativas, (1973 y 1981). Su primer poema publicado, en 1945, "Busco la palabra", apareció en el Diario Polaco, y es a partir del poemario Por eso vivimos (1952) cuando obtuvo reconocimiento público.

El inicio de su itinerario creativo se produjo bajo las normas estilísticas del realismo socialista imperante y denota tanto el estremecimiento por los crímenes de la guerra reciente como su identificación con los sufrimientos del pueblo polaco y su esfuerzo por superarlos. En esa estela, aunque ya anunciando algunas de las características de su obra posterior, en particular la ironía para abordar poéticamente los dilemas filosóficos que la inquietan, escribió Preguntas hechas a una misma (1954).

Pero será con Llamada al Yeti (1957) cuando romperá definitivamente con los preceptos del régimen, en un ajuste de cuentas con su actitud anterior y también con la de la sociedad oficial. A partir del año anterior, en Polonia como en otros países, se inició un fuerte movimiento de rechazo de la imposición soviética y del doctrinarismo comunista, en forma de rebeldía nacionalista. Szymborska optó por la reflexión filosófica y ética, tomando distancia de los debates concretos, y siempre tiñendo de su peculiar humor sus indagaciones poéticas sobre el espíritu humano individual.

Sucesiva y discretamente, fueron apareciendo sus obras de madurez: La sal (1962), Cien alegrías (1967), Todo caso (1972), Gran número (1976), Gente en el puente (1986), hasta llegar a Fin y principio (1993). Szymborska, pese a abordar de forma continua lo que considera los más hondos recovecos del ser humano, tiende a despojar su poesía de gravedad retórica, para lo cual recurre al distanciamiento intelectual y emocional por medio del aludido humorismo presente en casi todos sus libros, junto con el frecuente recurso del lenguaje coloquial, la sencillez, los versos breves y la estructura de estrofas clásica.

Otro de los rasgos de su obra es su facultad para desvelar lo insólito a través de los hechos y los fenómenos aparentemente más insignificantes y cotidianos. En realidad, su visión de la sociedad es pesimista y amarga, de modo que los individuos disponen tan sólo de la lucidez y la ironía para afrontar sus dolorosas relaciones con el medio que les determina.

La zona del verso: BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA.

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo
el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco
de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño
a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas
respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.


Wislawa Szymborska.



La zona del verso: SI ACASO...

Podía ocurrir.
Tenía que ocurrir.
Ocurrió antes. Después.
Más cerca. Más lejos.
Ocurrió; no a ti.

Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol.

Por fortuna había allí un bosque.
Por fortuna no había árboles.
Por fortuna una vía, un gancho, una viga, un freno,
un marco, una curva, un milímetro, un segundo.
Por fortuna una cuchilla nadaba en el agua.

Debido a, ya que, y en cambio, a pesar de.
Qué hubiera ocurrido si la mano, el pie,
a un paso, por un pelo,
por casualidad,
¡Ah, estás? ¿Directamente de un momento todavía entreabierto?
¿La red tenía un solo punto, y tú a través de ese punto?
No dejo de asombrarme, de quedarme sin habla.
Escucha
cuán rápido me late tu corazón.

Wislawa Szymborska.


La zona del verso: PROSPECTO.


Soy un tranquilizante.
Funciono en casa,
Soy eficaz en la oficina,
me siento en los exámenes,
Comparezco ante los tribunales,
pego cuidadosamente las tazas rotas:
sólo tienes que tomarme,
¡ disolverme bajo la lengua,
tragarme,
sólo tienes que beber un poco de agua.

Sé qué hacer con la desgracia,
cómo sobrellevar una mala noticia,
disminuir la injusticia,
iluminar la ausencia de Dios,
escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
A qué esperas,
confía en la piedad química.

Eres todavía un hombre (una mujer) joven,
deberías sentar la cabeza de algún modo.
¿Quién ha dicho
que la vida hay que vivirla arriesgadamente?

Entrégame tu abismo,
lo cubriré de sueño,
me estarás agradecido (agradecida)
por haber caído de pies.
Véndeme tu alma.
No habrá más comprador.

Ya no hay otro demonio.

Wislawa Szymborska.

La zona creativa: OPTIMUS.


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La zona del Verso: NADA SUCEDE DOS VECES.

Nada sucede dos veces

Ni va suceder, por eso

Sin experiencias nacemos

Sin rutinas moriremos.


En esta escuela del mundo

Ni siendo malos alumnos

Repetiremos un año

Un invierno, un verano.


No es el mismo ningún día,

no hay dos noches parecidas

igual mirada en los ojos

dos besos que se repitan.


Ayer mientras que tu nombre

En voz alta pronunciaban,

Sentí como si una rosa

Cayera por la ventana.


Ahora que estamos juntos,

vuelvo la cara hacia el muro,

¿rosa? ¿cómo es la rosa?

¿Cómo una flor o una piedra?


Dime porqué, mala hora,

Con miedo inútil te mezclas.

Eres y por eso pasas.

Pasas, Por eso eres bella.


Medio abrazados, sonrientes,

Buscaremos la cordura,

aun siendo tan diferentes

cual dos gotas de agua pura.


Wislawa Szymborska.


Lo leyó Patxi Lopez en su

investidura.

















La zona del verso: OTRO CORAZÓN.

Preparo madre en la cesta, la comida para padre
yo me ofrecí a llevarla un día más a la Era
un día más con una ilusión

Presurosa, soñadora, emprendí el camino
falda larga, blusa blanca, zapatillas de loneta
y un sombrero para el sol

Canturreaba alegremente, me paraba y cogía una flor
Ya se veía la Era
Los hombres al verme, dejaron su labor
Todos menos uno
El que yo amaba tanto
Aquel por quien tenía loco el corazón

Ni siquiera levantó la mirada
siguió trabajando
ni el murmullo y la admiración de los otros
ni un músculo le alteró

Dejé la comida a Padre
no podía estar más tiempo
no era de buena educación
otro día más y él ni caso
Yo que voy a la Era cada día por él
sin importarme el polvo del camino
el cansancio , ni el sol

Noté que la emoción nublaba mis ojos
mis labios temblaban
¡Pero no!
de un manotazo me sequé las lágrimas
cogí un cántaro de agua
me tragué mi orgullo,
y ante el hombre que me ignoraba le dije casi sin voz:
¿un poco de agua fresca para el calor?

Él dudó un instante
poco a poco su esbelta figura irguió
las rodillas me temblaban
anhelante busqué su mirada
una sonrisa, algún gesto amable que no matara mi ilusión

Bebió un poco
una gotas de agua por la comisura de sus labios
se deslizó
mi corazón latía deprisa
estaba tan cerca de él
el tiempo para mí se paró

Me devolvió el cántaro
al hacerlo, sus manos fuertes mi mano rozó
empecé a perder la vista
perdí la noción de las cosas
recuerdo unos brazos fuertes
una respiración agitada
y el latido de otro corazón.

Mª R.

La zona ácida: EL BANQUERO.


U
na tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vió a dos hombres en la orilla de la carretera comiendo cesped.

Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno de ellos:
-¿Porqué están comiendo cesped?
-No tenemos dinero para comida.- dijo el pobre hombre- Por eso tenemos que comer cesped.
-Bueno, entonces vengan a mi casa que yo les alimentaré- dijo el banquero.
-Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquel arbol.
-Que vengan tambien.- dijo nuevamente el banquero.
Volviendose al otro pobre hombre le dijo:
-Ud tambien puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
-Pero señor, yo tambien tengo esposa y seis hijos conmigo!!!
-Pues que vengan tambien.- respondió el banquero.
Entraron todos en el lujoso y enorme coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
-Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!
Les va a encantar mi casa...¡El cesped está como de veinte centímetros de alto!
Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piensateló dos veces.

La zona del Verso: LA CARICIA DEL MAR

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En duelo nos batimos
Por la espesura del tiempo
En duelo nos batimos
Con la inconstancia del tiempo
Las olas nos han arrastrado
Hasta los confines
De la desembocadura del río
De los barcos perdidos
La noche abraza
La noche azota la frente
De los moribundos vientos
Que van a chocar en tu espalda
De marinero cansado
De domar olas
En duelo está la noche
Con cualquier estrella
Con la herida abierta
Esperando la lluvia que limpie la herida.
Nos hemos batido con las olas del tiempo
Nos hemos batido con la esperanza
De los desesperanzados
Hay un rumor de aves carroñeras
Que no frecuentan el mar
A ciertas horas de la noche
Las velas de la tarde nos dirán donde han ido los últimos náufragos
¿En que isla desembarcarán?
Hay barcas de esperanza
Que llevan a los hombres
Al islote mayor
Donde por las noches
Aúllan las estrellas que nos guían
Al mar sereno.

A.S.C.

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