Los egipcios comenzaron a convertir sus mastabas funerarias en pirámides hace aproximadamente 4.700 años. Stonehenge tiene alrededor de 6.000. Esta intrigante escultura de madera hallada en Rusia supera ambas construcciones con creces. Un equipo de investigadores acaba de confirmar su edad: 11.000 años.
La edad del ídolo de Shigir, que es como se conoce a esta talla, era importante sencillamente porque había muchos especialistas que dudaban de la datación por isótopos de carbono que realizaron en el Museo de Historia Sverdlovsk y la Academia de Ciencias Rusas. Ambos centros situaban la figura hace 9.500 años. Simplemente era demasiado antiguo para creerlo.
El investigador alemán Thomas Terberger, profesor en el departamento de herencia cultural de la Baja Sajonia, en Alemania, decidió practicar un nuevo examen sobre la figura por su cuenta y acaba de publicar los resultados.
El estudio, de hecho, no contaba con la autorización de los conservadores del Museo de Historia de Ekaterimburgo donde se exhibe actualmente, pero ha servido para afinar la datación realizada por sus involuntarios colegas rusos.
El ídolo de Shigir tiene nada menos que 11.000 años de antigüedad. Es la talla de madera más antigua que se conoce, y tiene el potencial para reescribir por completo lo que sabemos sobre culturas del período mesolítico.
La figura fue hallada en 1894 a cuatro metros de profundidad en la turbera de Shigir, una región pantanosa de los Urales. La acidez del suelo preservó la talla como si se tratara de una cápsula del tiempo. La figura se extrajo en varios fragmentos que se lograron ensamblar en 1914 para formar una especie de tótem de 5,3 metros. A lo largo de los conflictos del siglo XX, se perdieron varias de esas piezas hasta dejar la talla actual en solo 2,8 metros.
De la reconstrucción original solo quedan los dibujos realizados por el arqueólogo Vladimir Tolmachev. Se cree que, originalmente, el tótem se talló a partir de un árbol joven mediante herramientas de piedra.
El ídolo de Shigir está completamente cubierto de una profusa decoración geométrica. Los arqueólogos creen que se trata de alguna especie de código que resume las complejas creencias religiosas de los antiguos seres humanos que lo tallaron. Más que un lenguaje como tal, las líneas labradas representan diferentes conceptos cosmológicos como los elementos, el sol o el cielo y la tierra. La interpretación exacta de los dibujos se perdió hace miles de años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJA TU COMENTARIO