LA ZONA DE LOS NOMBRES : Moisés Naím, un fascista en toda la línea.

(Nota de Misión Verdad del 16 de diciembre 2013: Ahora que a este señor le ha dado por cerrar el año diciendo mierda sobre el país que tanto desprecia, echamos a rodar aquí el presente perfil, como para que recordemos de dónde es, exactamente, que habla este señor, alguien del que se puede decir que en la represión del Caracazo tiene más responsabilidad que Ítalo Del Valle Alliegro, siendo uno de los principales arquitectos del VIII Plan de la Nación. Es decir, uno de los autores intelectuales de ese crimen).


Se precia de ser un tipo que está en todas, a la vanguardia, con envidiable prestigio global. Para él no ha sido poca cosa mantenerse en la cima, ahí donde se bate el cobre global. Moisés Naím es el paradigma del tecnócrata neoliberal. Un hombre de fin de siglo XX, que se precia de estar a la vanguardia en el XXI.

Ahí donde opera una institución multilateral que predique o ejecute las órdenes del gran capital, el periodista y economista Naím siempre está ahí, sea en el Banco Mundial (del que fue Director Ejecutivo), la archifamosa National Endowment for Democracy (la NED) de la que forma parte de la directiva, asociado del Fondo Carnegie para la Libertad Internacional, cuyo medio impreso, la Foreign Policy (famosa revista de análisis internacional que recibe línea directa de la CIA) dirigió del 96 hasta 2010.

Lo mismo como miembro de número del International Crisis Group (la fundación sueca que "diagnostica" los conflictos en el planeta de acuerdo a la interpretación neoconservadora) así como también de la Open Society Institute, del banquero globalista George Soros. Institución que, por cierto, financia entre otras a la ONG de derechos humanos Provea. Hay una línea casi directa en el mapa de relaciones entre Naím, Provea y por lo tanto los mecanismos de intervención extranjera.

Ha publicado en los medios impresos globales de mayor difusión, puntales de la dictadura mediática: El País de España, La Repubblica en Italia, el New York Times, el Washington Post, las revistas TIME y Newsweek de Estados Unidos, Le Monde de Francia, la Berliner Zeitung de Alemania. Ha recibido premios destacados, su programa de televisión "El efecto Naím" lo transmite CNN, NTN24 y Globovisión; un brillante intérprete de los designios y líneas políticas de la élite global. Por eso mismo, ha sido también premiado con cualquier cantidad de títulos, todo correspondiente a la tiranía globalizada.

Pero hasta aquí sólo hemos hablado de sus glorias y éxitos en la cima del mundo contemporáneo. Su historia con Venezuela, y su clara definición de fascista criollo, se encuentra en el reflejo directo de lo que proponen todas esas instituciones globales y multilaterales: el modelo de hombre miserable e indigente que produce el Fondo Monetario Internacional, la sociedad subyugada y reducida, un portavoz de los más altos intereses imperiales amparado por el prestigio de pocos privilegiados.


Y eso se ve con toda claridad en su ejercicio político, empresarial e intelectual-académico en Venezuela. Fue profesor y decano del Instituto de Estudios Superiores en Administración, el IESA, el "centro de estudios" encargado de instalar el modelo tecnocrático neoliberal a partir de los años 70, de predicar con los valores ultracapitalistas y el comisionado de crear la generación que suponía debía llevar las riendas del país.

Su libro (co-escrito con Ramón Piñango) El caso Venezuela. Una ilusión de armonía publicado por primera vez en 1985 es el catecismo neoliberal venezolano por excelencia, las bases teóricas de las "reformas" de CAP de 1989: el manual de instrucciones para ir sometiendo a Venezuela al Consenso de Washington. Es el equivalente de El ladrillo, la carta de navegación que los Chicago Boys chilenos suministraron a la junta militar de Pinochet para desarrollar el experimento neoliberal.

Pero su vida como funcionario de la Cuarta es la nuez del asunto: primero ministro de Fomento, Industria y Comercio del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Él fue el encargado en agenciar las reformas neoliberales que provocaron el Caracazo. Es, entonces, uno de los principales autores intelectuales de las masacres de los días subsiguientes: Moisés Naím tiene montones de muertos encima, directos por las consecuencias del Caracazo e indirectos a través de la miseria profunda que asoló a Venezuela en los años 90. Luego de eso, fue premiado como presidente del Banco Central, heredando y agudizando el desastre que dejó el doctor Pedro Tinoco.

En tiempos de la Revolución Bolivariana, y a sabiendas de sus responsabilidades criminales en la muerte de la Cuarta República, Naím se "replegó" hacia Washington. De esta historia es imposible, en consecuencia, esquivar el papel de la CIA, del que Naím desde los frentes mediático y cultural es destacado agente. Toda su prédica, que la derecha llama "análisis", se inserta a la perfección en las líneas centrales de los Documentos de Santa Fe IV, carta de trabajo armada por la Agencia para replantear los mecanismos de injerencia e influencia a nivel global redactados en Nuevo México en los 80, con particular acento en los países latinoamericanos.

Para el que le da mucha flojera, un resumen sencillo se puede extraer de la mismísima Wikipedia, que así lo presenta:

"Instalación de gobiernos próximos a los Estados Unidos con poca capacidad de gestión y dependientes de asesores enviados por éstos. 

Promover reformas económicas neoliberales que facilitasen la inversión norteamericana y europea en los países latinoamericanos, además de debilitar a las economías y a las élites y empresas locales. Esta política ha sido conocida como Consenso de Washington

Debilitar la posición de intelectuales izquierdistas o críticos a los Estados Unidos y dar tribuna a políticos y pensadores favorables a sus políticas, con posturas conocidas como "populismo de derecha. 

Usar la lucha contra el narcotráfico para fortalecer la presencia militar norteamericana y financiar a grupos paramilitares. 

Minar las bases de la cultura tradicional y a los movimientos populares de izquierda latinoamericanos".

En este marco procedimental se encuentran las amplias ayudas económicas, políticas y militares brindadas por Estados Unidos y sus aliados a las naciones latinoamericanas, entre ellas la Operación Cóndor y la financiación de la Oración Fuerte al Espíritu Santo en países como Brasil, en contra del Movimiento Sin Tierra y otros movimientos sociales fundamentales en la construcción de organizaciones sociales".

Como se puede ver, en el espíritu del fascismo criollo y empresarial, Moisés Naím es una figura puntal, un hombre imperial, ficha del lobby sionista, un cuadro de la dominación global, amigo privilegiado de los enemigos de Venezuela, en consecuencia, un enemigo de la patria sin fotocopia.





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