ESPAÑA ME MATA : Iatrogenia


La Iatrogenia es un daño producido por una droga, procedimiento médico o quirúrgico, que el médico administra o realiza dentro una indicación correcta.

Iatrogenia deriva de la palabra iatrogénesis que significa literalmente ‘provocado por el médico o sanador’ (iatros significa médico en griego, y génesis: crear).



Los daños iatrogénicos pueden ser de tres tipos: Predecibles (o Calculados), Aleatorios (o accidentales) y Por Negligencia (o Ineptitud). Los Predecibles o Calculados son inseparables de un efecto primario, como en el caso de la administración de medicamentos, colocación de catéteres, etc. Aleatorio o Accidental: Puede presentarse también con la administración de medicamentos pero de manera excepcional. Negligencia: Propiamente por Ineptitud o Incapacidad. Las adversidades que provienen de errores de conducta son llamadas “Mala Praxis” o “Mala Práctica”.

Hay varias causas de iatrogenia:

Error médico
Negligencia médica o procedimientos inadecuados
Errores al escribir la receta o receta difícil de descifrar.
Interacción de los medicamentos recetados.
Efectos adversos de los medicamentos recetados.
No contemplar los posibles efectos negativos del medicamento recetado.
Uso excesivo de medicamentos que lleva a la resistencia microbiana.
Tratamientos no seguros
Diagnóstico erróneo
Diagnóstico psiquiátrico o psicológico erróneo.
Rechazo por parte del médico a tomar en consideración los efectos negativos que el paciente dice sufrir.
Infecciones nosocomiales (infección hospitalaria que aparece durante las primeras 48 horas después del ingreso hospitalario).
Infección intrahospitalaria.
Debida a afecciones musculares, sensoriales, nerviosas o mentales de los médicos.
Daño en forma de deterioro cognitivo que producen los psicofármacos como las benzodiacepinas y que son de curso legal, es decir están autorizados.

No es iatrogenia:

El caso fortuito
Mala praxis
El dolo
Tortura aplicada por médicos.
Experimentación médica no ética.
Las consecuencias del inclumplimiento o abandono de un tratamiento por parte del paciente, o del familiar que lo administra.

Los médicos son la tercer causa de muerte en Estados Unidos (2000)

Este artículo del Journal of the American Medical Association (JAMA) es el mejor que he visto en toda mi vida, publicado en la literatura científica, que documenta la tragedia del paradigma médico tradicional.

Esta información es una continuación del Informe del Instituto de Medicina que apareció en los medios en diciembre de 1999, pero era difícil hallar las referencias de los datos dado que no apareció en una publicación con reseña académica. Ahora se ha publicado en el JAMA, que es la publicación médica con mayor circulación del mundo.

La autora es la Dra. Barbara Starfield, de la Escuela de Higiene y Salud Pública John Hopkins, y describe cómo el sistema de salud de los EEUU puede contribuir a la mala salud.

Todas estas son muertes por año:

12.000 – cirugías innecesarias (8)

7.000 – errores de medicación en hospitales (9)

20.000 – otros errores en hospitales (10)

80.000 – infecciones en hospitales (10)

106.000 – efectos negativos de medicamentos (que no son errores) (2)

¡Esto suma 250.000 muertes por año por causas iatrogénicas!

La Dra. Starfield nos advierte sobre cómo interpretar estos números:

En primer lugar, la mayoría de estos datos provienen de estudios realizados en pacientes hospitalizados

En segundo lugar, estas estimaciones son solamente de muertes, y no incluyen los efectos negativos asociados a la incapacidad o al malestar.

En tercer lugar, las estimaciones de muertes debidas a errores son más bajas que las del informe del Instituto de Medicina (1)

Si se utilizan las estimaciones más altas, las muertes debidas a causas iatrogénicas estarían entre 230.000 y 284.000. De cualquier manera, 225.000 muertes por año constituye la tercer causa de muerte en los EEUU, después de las muertes por enfermedad cardiovascular y cáncer. Incluso si son exagerados, hay un amplio margen entre este número de muertes y la siguiente causa principal de muerte (enfermedad cerebrovascular).

Otro análisis concluyó que entre 4% y 18% de los pacientes regulares experimentan efectos negativos en ámbitos ambulatorios, incluídos:

116 millones de visitas extra al médico

77 millones de recetas extra

17 millones de visitas a la sala de emergencias

8 millones de hospitalizaciones

3 millones de admisiones por tiempo prolongado

199.000 muertes adicionales

77.000 millones de dólares extra de gastos

El alto costo del sistema de salud se considera un déficit, pero parece ser tolerado por la creencia de que el mayor gasto proporciona más salud.

Sin embargo, la evidencia de algunos estudios indica que hasta el 20% o 30% de los pacientes recibe cuidados inadecuados.

Entre 44.000 y 98.000 de los mismos mueren cada año como resultado de errores médicos (2)

Esto podría tolerarse si resultara en mejor salud, pero, ¿es así? En una reciente comparación entre 13 países (3,4), los EE.UU. se ubican en promedio en el puesto 12, según 16 indicadores de salud. Más especificamente, la ubicación de los EE.UU. para varios indicadores fue: * 13° (último) en porcentaje de nacimientos con bajo peso
13° en mortalidad neonatal y mortalidad infantil general (14)

11° en mortalidad post neonatal

13° en años de vida potencial perdidos (excluyendo las causas externas)

11° en expectativa de vida de mujeres al año de vida, 12° para hombres.

10° en expectativa de vida a los 15 años, para mujeres; 12° para hombres

10° en expectativa de vida a los 40 años, para mujeres; 9° para hombres

7° en expectativa de vida a los 65 años, para mujeres; 7° para hombres

3° en expectativa de vida a los 80 años, para mujeres; 3° para hombres

10° para mortalidad ajustada de acuerdo a la edad

La pobre performance de los EE.UU. fue confirmada recientemente por un estudio de la Organización Mundial de la Salud, que uso datos distintos y ubicó a los Estados Unidos en el puesto 15° entre 25 países industrializados.

Existe la percepción de que el público norteamericano “se porta mal” (fuma, toma alcohol y es violento). Sin embargo, los datos no apoyan este supuesto.

El porcentaje de mujeres que fuman va desde el 14% en Japón hasta el 41% en Dinamarca; en los Estados Unidos, es de 24% (el quinto mejor). En el caso de los hombres, el porcentaje va desde 26% en Suecia hasta 61% en Japón; en los Estados Unidos, es de 28% (el tercer mejor).

Los EE.UU. se ubican en el quinto mejor lugar en relación al consumo de alcohol.

En los EE.UU., el consumo de grasas animales es relativamente bajo (el quinto más bajo para hombres de entre 55 y 64 años entre 20 países industrializados), y la concentración promedio de colesterol en sangre es la tercera más baja, en hombres de entre 50 y 70 años, entre 13 países industrializados.

Está claro que la falta de tecnología no es un factor que contribuya a la baja ubicación de los EE.UU. en el ránking:
Entre 29 países, los Estados Unidos se ubican segundos (después de Japón) en cuanto a disponibilidad de unidades de imagen por resonancia magnética y de tomógrafos computados, por cada millón de personas. (17)

Sin embargo, Japón está primero en salud, mientras que los EE.UU. se ubican entre los últimos.

Es posible que en Japón, la elevada utilización de tecnología se limite al diagnóstico, y no incluya altas tasas de tratamiento, mientras que en los EE.UU., las altas tasas de tecnología de diagnóstico pueden estar relacionadas a mayores tasas de tratamiento.

Dando sustento a esta posibilidad, existen estadísticas que muestran que el número de empleados por cama (al equivalente de tiempo completo) en los Estados Unidos es el más alto entre todos los países del ránking, mientras que en Japón el número es muy bajo, mucho menor que lo que se puede atribuir a la habitual práctica de que los miembros de la familia cuiden a los enfermos, en vez del personal del hospital.

Comentario del Dr. Mercola

Amigos, esto es lo que se llama un artículo histórico. Se publican pocos así cada año. Una de los motivos principales por el que es tan importante es que está publicado en el JAMA, que es la revista médica más grande del mundo entero y una de las más respetadas. Me llamó mucho la atención que Reuters, la mejor agencia de noticias del mundo, no tomara este artículo. No tengo idea de por qué lo dejaron pasar.

Le recomiendo que agregue este artículo a su lista de Favoritos, y que le relea varias veces, para poder usar las estadísticas para contrarrestar los argumentos de amigos y parientes que estén muy hechizados por el paradigma médico tradicional. Estas estadísticas demuestran con mucha claridad que el sistema simplemente no funciona. Está descompuesto y necesita desesperadamente ser reparado.

Yo solía decir que los medicamentos son la cuarta causa de muerte en este país. Sin embargo, este artículo pone muy en claro que el número que tiene más fuerza es que los médicos son la tercer causa de muerte en este país, matando a alrededor de 250.000 personas cada año. Las únicas causas más frecuentes de muerte son el cáncer y la enfermedad cardíaca. Es probable que estos valores sean mucho menores que la realidad, ya que gran parte de la notificación de muerte describe únicamente la causa de la falla del órgano y no tiene en cuenta para nada las causas iatrogénicas.

Japón parece haberse beneficiado al reconocer que la tecnología es maravillosa, pero que si usted diagnostica algo con ella, no significa que debería tratar el problema utilizando el paradigma tradicional. Sus estadísticas de salud reflejan este aspecto de su filosofía, ya que gran parte de su tratamiento no es ningún tratamiento, sino cuidados amorosos brindados en el hogar.

La respuesta es el cuidado, no el tratamiento. En raras ocasiones los medicamentos, la cirugía y los hospitales son la respuesta a los problemas de salud crónicos. La clave es facilitar la capacidad de sanación dada por Dios que todos tenemos. Es básico mejorar la alimentación, el estilo de vida, y hacer ejercicio. Para maximizar la salud y reducir la incidencia de las enfermedades, también es importante ocuparse efectivamente de las heridas emocionales y espirituales que están detrás de la mayoría de las enfermedades crónicas.

Información sobre la autora y el artículo

Autora: Departamento de Políticas y Administración de Salud, Escuela de Higiene y Salud Pública John Hopkins, Baltimore, MD.

Para comunicarse con la autora:

Barbara Starfield, MD, MPH, Department of Health Policy and Management, Johns Hopkins School of Hygiene and Public Health, 624 N Broadway, Room 452, Baltimore, MD 21205-1996 (e-mail: bstarfie@jhsph.edu).

Referencias:

1. Schuster M, McGlynn E, Brook R. How good is the quality of health care in the United States? Milbank Q. 1998;76:517-563.

2. Kohn L, ed, Corrigan J, ed, Donaldson M, ed. To Err Is Human: Building a Safer Health System. Washington, DC: National Academy Press; 1999.

3. Starfield B. Primary Care: Balancing Health Needs, Services, and Technology. New York, NY: Oxford University Press; 1998.

4. World Health Report 2000. Disponible en: http://www.who.int/whr/2000/en/report.htm. Consultado el 28 de Junio de 2000.

5. Kunst A. Cross-national Comparisons of Socioeconomic Differences in Mortality. Rotterdam, the Netherlands: Erasmus University; 1997.

6. Law M, Wald N. Why heart disease mortality is low in France: the time lag explanation. BMJ. 1999;313:1471-1480.

7. Starfield B. Evaluating the State Children’s Health Insurance Program: critical considerations. Annu Rev Public Health. 2000;21:569-585.

8. Leape L.Unecessarsary surgery. Annu Rev Public Health. 1992;13:363-383.

9. Phillips D, Christenfeld N, Glynn L. Increase in US medication-error deaths between 1983 and 1993. Lancet. 1998;351:643-644.

10. Lazarou J, Pomeranz B, Corey P. Incidence of adverse drug reactions in hospitalized patients. JAMA. 1998;279:1200-1205.

11. Weingart SN, Wilson RM, Gibberd RW, Harrison B. Epidemiology and medical error. BMJ. 2000;320:774-777.

12. Wilkinson R. Unhealthy Societies: The Afflictions of Inequality. London, England: Routledge; 1996.

13. Evans R, Roos N. What is right about the Canadian health system? Milbank Q. 1999;77:393-399.

14. Guyer B, Hoyert D, Martin J, Ventura S, MacDorman M, Strobino D. Annual summary of vital statistics1998. Pediatrics.

1999;104:1229-1246.

15. Harrold LR, Field TS, Gurwitz JH. Knowledge, patterns of care, and outcomes of care for generalists and specialists. J Gen Intern Med. 1999;14:499-511.

16. Donahoe MT. Comparing generalist and specialty care: discrepancies, deficiencies, and excesses.

Arch Intern Med. 1998;158:1596-1607.

17. Anderson G, Poullier J-P. Health Spending, Access, and Outcomes: Trends in Industrialized Countries. New York, NY: The Commonwealth Fund; 1999.

18. Mold J, Stein H. The cascade effect in the clinical care of patients. N Engl J Med. 1986;314:512-514.

19. Shi L, Starfield B. Income inequality, primary care, and health indicators. J Fam Pract. 1999;48:275-284.









 











Comunicado de El Defensor del Paciente con motivo de un supuesto plagio llevado a cabo, a través de publicidad engañosa que estaría utilizando el logotipo de la Asociación.



Imagina que acudes al hospital a visitar a tu madre, una mañana cualquiera, pero te desvaneces justo en la puerta, permaneces 35 minutos sólo, abandonado, tirado en el suelo, sin que nadie acuda a auxiliarte. Y mueres.

Rosi era mi mujer. La mañana del 14 de enero, tras salir del trabajo (trabajaba por la noche) fue al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo para visitar a su madre. Entró por la puerta principal a las 6:25 de la mañana. Y murió. Supuestamente tuvo un infarto al corazón, pero 9 meses después todavía no sé la causa de su muerte, no he recibido la autopsia ni las explicaciones a una situación semejante. ¿35 minutos abandonada en el pasillo principal del que dicen  que es el hospital más moderno de Galicia?

Firma para reclamar a la Consejería de Sanidad que me digan cómo y por qué murió mi mujer. Ayúdame a esclarecer la verdad.

Una de las primeras cosas que hice fue solicitar los videos de seguridad del hospital. “Lo hemos borrado” me dijeron. Increíble. Al funeral de Rosi acudió el Consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuíña. Me prometió que investigaría, pero no sé nada.
Tengo a derecho a saber qué ocurrió, ¿cómo es que nadie atendió a Rosi? ¡¡En el pasillo principal del hospital!!


Ayúdame, firma para que la Consejería me dé los resultados de la autopsia e investigue los hechos 





















El Defensor del Paciente, Petición de registro de médicos condenados al igual que se ha ello con los condenados por abusos sexuales. 12 de diciembre de 2015











 


 


 

 











ERRORES MÉDICOS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN.



El leve auge en el aumento de noticias relativas a las negligencias médicas con resultado de muerte o lesiones, conduce en muchas ocasiones, al paciente, a caer en el error de la ingenuidad. En el sentido de que este tipo de información dosificada con “cuentagotas”, encierra un trasfondo difícil de dilucidar convaleciente o no.

La espita que abre el proceso por medio del que la ciudadanía debe ser “informada” de que algo “no funciona”, no se halla en instancias gubernamentales, ni médicas. Por la sencilla razón de que, este tipo de información, sólo puede ser divulgada –afortunadamente-, por: asociaciones, Plataformas de afectados, etc, como víctimas reales, en la mayoría de los casos, sin derecho a réplica o ser indemnizados.  

La consigna por medio de la cual ciertos Medios de comunicación apuestan por divulgar esta información, encierra maniobras más maquiavélicas y repugnantes, que distan mucho de aportar algo de esperanza a los pacientes que se hallen en algún proceso relacionado con un error médico. 

El avance de la oculta globalización que engulle en silencio a la sociedad, no sólo contempla transformar al ciudadano con experimentos piloto transhumanistas, a través de políticas encubiertas y la manipulación de sus dirigentes. En el proceso se incluye la transformación más o menos paulatina del mundo de la sanidad y la farmacología con la connivencia de estos gobiernos y la mano clandestina de la mafia farmacéutica, abogando por criminalizar los sistemas de salud públicos y promoviendo la opción privada como tabla de salvación, a través de la cual el paciente queda expuesto al proceso de investigación y prueba, a nodo de cobaya de laboratorio que abra la puerta a ese mundo desconocido en el que la procreación, por ejemplo, solo es cuestión de tubo de ensayo, prescindiendo de todo contacto carnal humano para crear un ser capaz de asimilar, desarrollar y experimentar los beneficios de esa otra medicina oculta en un capítulo de una Agenda que muchos ya conocen.

El resultado finalmente, pretende su objetivo haciendo que el paciente sea “reorientado” hacia el lado más adecuado para los intereses de la mafia médico-farmacéutica que no duda en autodestruirse, en parte, a costa de alcanzar el diabólico objetivo de “hacer caja” con formas más sibilinas y adaptadas al público más vulnerable, a veces, enmarcado en grupos de riesgo o afectado por dolencias con costosos tratamientos.



 





 





 



 

Una vez más, la mafia gestora político/sanitaria y sus secuaces vuelven a protagonizar un grito de guerra que criminaliza y silencia el ruido de fondo de cientos de campanas que anuncian el próximo funeral del paciente “enmudecido” con éxito por las Fuerzas Armadas Sistemáticas Sanitarias. Unas Fuerzas con un poder otorgado desde la administración en el que se recoge, entre otras, su protección y su salvaguarda frente a un colectivo que se presenta como una manada de apestados y feroces enfermos, a fin de que, de ser agredidos por estos, suenen todas las alarmas posibles, entre las que se encuentran medidas de protección como “PUERTAS ACCESORIAS DE EMERGENCIA  EN CONSULTAS”, preferiblemente abiertas a disposición de estos facultativos como vía de salida urgente si se presenta un caso de agresión verbal o física, siempre por parte del paciente. Estas medidas además contemplan el que el Código Penal amplió en 2015 la protección a los sanitarios catalogándolos como autoridad pública. Las agresiones pueden ser penadas hasta con cuatro años. 
Consultorios a los que se accede, a través de Ambulatorios, Hospitales y sus Salas de espera en donde se premia el maquillaje encubierto de la salud gracias a que esta ya se halla digitalizada, pisoteada, mancillada, desprestigiada y amenazada, al igual que la víctima (paciente).
La lista (de fallecidos) se incrementa, gracias a las atenciones prestadas por esas Fuerzas Armadas cómplices con su Mafia Farmacéutica y su administración con un entremés de corporativismo lascivo y maquiavélico que resulta a todas luces indigesto para aquellos pacientes y enfermos que deben deglutir Campañas publicitarias en las que no se reconoce la firma de ningún facultativo, Hospital o Centro Sanitario por la sencilla razón de que quienes están protegidos ante determinadas circunstancias en las que el paciente es el más vulnerable, la partida, sin duda, se juega y se gana en el Foro de un circo donde los leones prefieren sangre manipulada; la única que han probado. Ver noticia.

 


 




 









La iatrogenia con “L” (Latrogenia) del Servicio Andaluz de Salud (SAS).


Según la definición recogida en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, España, número 221 de 17/11/2016 la iatrogenia no sólo se consideraría “maltratada” en su aspecto gramatical además de ser un término, al parecer, al que dicha institución pública y su Sistema Sanitario, habría tenido en baja estima por el poco uso, algo que resulta, a todas luces, sorprendente cuando su definición médica se corresponde con: “la alteración especialmente negativa, del estado del paciente producida por el médico” y el Sistema Sanitario referido goza de un importante curriculum en gastos derivados de negligencias médicas, convenientemente sufragados por sus Aseguradoras.

¿Cuál es el motivo por el que un Sistema Sanitario desconozca incluso, aspectos tan graves relacionados con la gramática relativa a la terminología médica?.

El texto oficial que se presume “no revisado” por ningún organismo relacionado con el ámbito de la salud nos lleva a concluir que nuestro Sistema de Salud, nuestra salud, sus profesionales y sus políticas/os asociadas/os, comulgan con la misma Real Académica negligencia para proporcionar al paciente (usuario) los desastrosos resultados de sus políticas sanitarias, ocultados a la opinión pública mediante el conveniente maquillaje político-social con el que el paciente no se halla familiarizado porque su prioridad no es la gramática sino; su salud. 

El uso y abuso proyectado sobre el paciente, por parte de las administraciones sanitarias, nos conduce al nacimiento de una nueva forma de negligencia; la negligencia  moral, incurriendo en un vil trato discriminatorio intelectual para con quienes les sustentan desde la base (pacientes). 





La transcripción completa del párrafo concluye:



“El contexto socio-sanitario ha evolucionado hacia una realidad marcada por un envejecimiento progresivo de la población, una mayor prevalencia de enfermedades crónicas, el incremento en las conductas no saludables y unos avances incesantes de tecnologías sanitarias y de farmacología. Esta realidad se acompaña de una sociedad cada vez más demandante de servicios y un uso creciente de recursos, donde en la toma de decisiones clínicas no se da importancia a aspectos como la relación coste/oportunidad o el principio de precaución para prevenir la latrogenia. Es un hecho que la realidad epidemiológica camina hacia un entorno con unas necesidades asistenciales para las cuales, el mero crecimiento del modelo tradicional centrado en el episodio, la especialización y lo biomédico no va a aportar las soluciones necesarias. Aspectos como la fragilidad y la vulnerabilidad y una perspectiva integral deben ser muy tenidos en cuenta en el diseño de sistemas de salud que den respuesta a las nuevas realidades de las personas”.










































































Fuentes: En Facebook. En changue.org.





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Derechos por Comunidades Autónomas
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EL DEFENSOR DEL PACIENTE Facebook
Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. BOE núm. 102, de 29/04/1986.
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Condena a dos jefes de servicio por una nefrectomía errónea. Publicado el 17/03/2006
Condenan al SERGAS por los daños ocasionados a una paciente tras una operación de cadera. Publicado el 29/03/2012
Condenan al SERGAS por un error diagnostico de lesión cerebral.  Publicado el 29/03/2012
Condenan al Sergas a indemnizar con 400.000 euros por un retraso en abordar un taponamiento aortico. Publicado el 11/02/2008
Condenan al SERGAS por dejar una gasa en la cavidad abdominal en el transcurso de una intervención quirúrgica. Publicado el 29/03/2012
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