El marinero Francisco Hernández posó durante siete días por sólo 13 pesetas para el pintor Joaquín Sorolla en el óleo ‘La pesca del atún’, que fue creado en 1919, en el muelle de Ayamonte.
Así lo recordaban, nostálgicos, sus hijos Casimiro e Isidoro, que años atrás visitaban la exposición ‘Sorolla. Visión de España’ cuando aún podía contemplarse en el Museo de Bellas Artes.
El ‘modelo’, que fue inmortalizado en dicha obra mirando al frente, era un marinero robusto y saludable, de fuerte carácter y con muchas ganas de vivir. Fue patrón de pesca y luego compró un barco que dedicó a la pesca de la caballa. Murió hace 28 años y sólo pudo ver el resultado del cuadro en una reproducción que se conserva en azulejo cerámico en una plaza ayamontina.
Canario de nacimiento, su padre estaba destinado en el buque de guerra El Delfín que aparece también en el mural de Sorolla, y tuvo que pedir permiso al comandante del mismo para acceder a los deseos del pintor.
Sin embargo, nunca vio el resultado final porque zarparon antes de que Sorolla terminara su última obra de la serie Visiones de España, y los cuadros viajaron luego a Nueva York.
“Mi padre conoció a mi madre, Antonia Lameiro, en su estancia en Ayamonte, y decidieron establecer su hogar en Huelva. Y aquí seguimos casi todos los hermanos”, recordaba hace algunos años Casimiro. Y, además, continuaron los pasos de su padre porque ambos han dedicado parte de su vida al mar, como mecánico naval y pescador de sardinas Isidoro, y como timonel Casimiro.
En los últimos años, y en recuerdo del paso de Sorolla por Ayamonte, fue descubierto un busto del pintor a las puertas de la conocida como Caseta Municipal de Ayamonte. Al acto acudió una biznieta del pintor –en la foto- que agradeció la decisión del Ayuntamiento de la localidad.
Los hermanos poseen una reproducción del cuadro de Ayamonte porque “una sobrina viajó a Nueva York y visitó la Hispanic Society of America, para contemplar el cuadro en el que aparece el abuelo y nos trajo láminas a todos para que tuviéramos un recuerdo”, cuenta Isidoro. “Pero, cuando he visto el cuadro a tamaño real y a mi padre mirándonos de frente, me he emocionado hasta sentir que el cuadro se me venía encima”.
‘Sorolla. Visión de España’, a su paso por diversos museos de Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla y Bilbao, fue visitada por decenas de miles de personas. Los 14 enormes lienzos que configuran dicha colección pueden verse actualmente en la institución neoyorquina anteriormente mencionada.
Merienda con la que se festejó, en la finca ayamontina ‘La Tuta’, la terminación de la obra ‘La pesca del atún’.
Azulejo represantativo del cuadro "La pesca del Atun", Joaquin Sorolla, Plaza de la Laguna. Ayamonte
DE LAS CARTAS DE SOROLLA A SU MUJER, DESDE AYAMONTE.
“...Ayamonte es exacto de color y construcciones a Tetuán, iguales pisos, sólo faltan los moros. Yo espero que dentro de pocos días tendré el asunto bueno para mi cuadro, porque aquí se pesca el atún en grandes cantidades, además tengo enfrente Portugal, separándoles el río Guadiana que tiene kilómetro y pico de ancho, hermoso, estupendo, y toda la ribera de Ayamonte tiene barcas, vapores, lanchas, etc, infinidad de vapores pequeños y gasolineros transportando continuamente gentes de Portugal a España, y ésto es lo que yo quisiera ver de realizar...”
“Ayer llegué a la orilla del río y me encontré con 200 y pico atunes tremendos...” Pocos días después, en plena faena, escribe a Clotilde: “Ayer no solté la paleta en tres horas seguidas, y estaba muy excitado y cansadísimo, por la lucha, el calor y el ruido, porque el cuadro lo pinto dentro de la fábrica de Feu, que tiene una puerta sobre el río, y puedo pintar todo directamente del natural: barcos, río, personas y atunes.”
“Esta obra es difícil, pero más que nada es que no tengo la fortaleza de movimientos que antes tenía, es la vejez y no debo enfadarme...”
“...Mi obra produce una impresión fuerte, y espero sea ésta mayor a medida que vaya adelantando, pues en sus nueve días de vida parece ya una persona mayor.”
“Noto que vuelvo a mi carácter antiguo: callar y observar con el alma, algo triste a ratos...Tú no pierdas la serenidad, sin ti ésto se desmoronaría, tú tienes más talento que todos nosotros, más energías, tú no lloras, tú tienes fibra”.
Sorolla trabajando con Clotilde de modelo (1904)
Valencia, 9 de febrero de 1916
CREÍ, QUERIDÍSIMA CLOTA, que hoy no podía trabajar, por el mal tiempo. Aguanté una larga hora de frío húmedo y luego pude pintar otra hora, menos mal.
Es una pena que no pueda pintar todo el día en el mismo cuadro, porque las tardes van a resultarme aburridísimas terminado el discurso.
Nada tiene que ver una cosa con la otra, tú me eres más necesaria que el bonito cielo, les banderoles y los naranjos, tú, con esto o sin esto constituyes mi vida entera.
No me explotan, puedes estar tranquila, lo que pasa es que para mucha gente lo del regateo es una ocupación, mientras que para mí es aprovechamiento de tiempo y saliva..., al final nada entre dos platos.
El cuadro es caro porque los elementos de que se compone son carísimos, caballos, monturas, trajes caros en ellas y en ellos, es decir que el pintar dos cortas horas son 5 duros u 8 diarios; lo que yo compre es para siempre, eso me lo llevo, eso es para ti. (...)
Conservaos buenos y recibe estas violetas de tu huerto, la cuales llevan besos para ti de tu
Joaquín
'Alicante, 29 de noviembre de 1918
QUERIDA CLOTA MÍA:
Supongo en tu poder los dátiles y las granadas.
Hoy seguí dibujando cada vez más enamorado del natural, tanto, que entre el mar, el sol espléndido, me parecía estar en mis felices días de la playa.
No hay más que Levante para la pintura, Sevilla no es nada. Comprendo te preocupe, estate tranquila el viejo no piensa más que en ti y en su arte y el complemento de mi dicha sería que mi Elena y mi Joaquín fueran felices.
Hoy estoy derrotado de cansancio en los pies, me duelen mucho, y no he echado mi siestecita porque de noche duermo mal si hay siesta.
Anoche fuimos a jugar a la Aduana a casa de Guillén, no fue aburrido, ¡¡gané diez céntimos!!, qué afortunado soy en el juego ¿eh?, en cambio lo soy con mi viejecita...
Deseo llegue el día de mañana para seguir mi obra, me hace mucha ilusión, quizá equivocada, pero el natural ¡¡es tan hermoso!!
A las 7 ya estoy levantado y a las 8 y media tomo el coche, empleamos media hora en llegar; se iría antes pero la carretera tiene malos trozos, si no, iríamos en un cuarto de hora.
Nada me cuentas de Joaquín y de Quiquet, dile le he comprado una cosita bonita que le mandaré pronto.
Mil besos a mis hijos, y uno para ti de tu Joaquín
Clotilde García del castillo (1886) Albúmina. Positivo antiguo
Ayamonte, 1 de julio de 1919
QUERIDA CLOTILDE MÍA:
La excursión río arriba fue dolorosa por el
calor terrible que pasamos, y cero interés, nada valía la pena de tan gran paliza. El vaporcito no tenía fuerza el motor y el sol nos achicharró de lo lindo. Además el pueblo está tan mal empedrado que Tetuán es un paraíso, se llama el pueblo San Lúcar de Guadiana, la iglesia destruida, el cura mancebado con dos hijos y la señora encinta... comimos bien pero a las 4 de la tarde; enfrente mismo hay un pueblo pequeño portugués, bien de orden y limpio, y muy pintoresco.
Eso y que en mitad del camino bajamos a una finca donde comimos moras tan enormes que parecían ciruelas, higos riquísimos y agua fresca, esa fue la nota del día, llegando a Ayamonte a las 11 de la noche en que leí tu telegrama, el de Pedro, envíame el delRey.
Hoy no hago nada, el cuadro sigue bien pero hay que esperar que seque bien para no estropear el trabajo hecho, espero lienzo de Sevilla por si hago algún borrón, pues por pronto que esto esté para arrollar sus 6 ú 8 días no se los quita nadie.
Ya pues las emociones internas del arte pasaron a la historia de mi vida, me refiero a la obra para América. Ahora lo que yo pido a Dios es salud para vivir tranquilo con vosostros.
Ya querida Clota va faltando menos para que nos abracemos todos y demos juntos las gracias a Dios por la terminación de este trabajo que tantas penas nos produjo y tan medianos resultados materiales tocaremos, pero no sólo de pan vive el hombre.
(...)
Miro el cuadro tan enorme y me parece mentira esté terminado, y créeme, dejaré este Ayamonte, a pesar de lo mal comido, con su deje ligero de tristeza, pues en este cuadro que empecé angustiado por los mareos, he tenido horas largas de un vigor grande, de pintar como no recordaba, y esto lo ha motivado la vida de estos pescadores y este sol africano, los enormes atunes, y esto mi amada Clotilde compensa la amargura de no estar juntos, y la simpatía al medio, además siempre hay gentes simpáticas que se portaron bien con uno.
Besos a mis hijos y nieto y para tí todo el cariño de tu
Joaquín •
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