Las estimaciones calculan que sólo en España facturarán entre 1.300 y 1.400 millones de euros durante el Black Friday.
Que nadie espere grandes descuentos en el último teléfono móvil recién salido al mercado
El 83% piensa que la gran mayoría de firmas falsean parte de los descuentos que ofertan en el Black Friday.
Este 24 de noviembre se celebra una nueva edición del Black Friday. La tradición estadounidense ha dado el salto a escala mundial y tiendas online y físicas se preparan para el gran día. El problema llega cuando la leyenda sobre las gangas y los grandes descuentos es utilizada por algunos ‘pícaros’ para aprovecharse a costa de sus clientes.
El Black Friday o ‘viernes negro’ surgió hace más de 50 años en Estados Unidos como una campaña de grandes descuentos al día siguiente de Acción de Gracias. Su nombre se debe al hecho de que las tiendas en este día ven pasar sus números rojos a números negros. Es decir, salen de las pérdidas y comienzan a acumular ganancias.
Con el paso de los años, la campaña se fue popularizando y el ‘eCommerce’ se convirtió en el canal para universalizar esta gran fiesta de las ventas. Este año las estimaciones calculan que sólo en España facturarán entre 1.300 y 1.400 millones de euros, lo que supondría un 5 y 9% más que el mismo día del año pasado.
El gran ganador de la fiesta es la tecnología, el sector que más vende con diferencia. Sólo la moda, la ropa y los complementos llegan a niveles parecidos. El boom del Black Friday ha hecho que sectores como los juguetes, los electrodomésticos y en general todos los considerados navideños se apunten a estas rebajas que sirven a muchos para adelantar las compras de Navidad, según explica José Antonio Blázquez, profesor del Departamento de Marketing y Comunicación Publicitaria de la Universidad Europea.
El gran comercio es el mayor beneficiado de este tipo de campañas, dado que su volumen de ventas puede conseguir importantes descuentos de proveedores. El pequeño comercio lo tiene más complicado, según apunta Blázquez, pero “no tiene otro remedio que sumarse al Black Friday porque si no lo hace puede encontrarse con un grave problema de inventario al que dar salida, más aún en sectores muy perecederos como la tecnología o la moda”, explica.
¿QUÉ SE PUEDE ESPERAR?
Los titulares y los carteles estos días apuntan a descuentos del 50%, 60% y hasta el 80%, las tiendas se vuelven locas con los descuentos... pero ¿son de verdad gangas para los consumidores? “Que nadie espere grandes descuentos en el último teléfono móvil recién salido al mercado”, afirma el profesor de la Universidad Europea. “Es posible que el modelo al que sustituye u otros modelos aún más obsoletos sí puedan adquirirse por un precio más atractivo”, apunta.
La verdad es esa. Los grandes descuentos siempre se llevan a cabo en productos secundarios con menos demanda y que en muchos casos supone un coste para las tiendas debido a tener que mantener el stock de un producto que no logra vender puede resultar más caro que venderlo más barato. Con todo esto, los expertos piden calma, sangre fría y no dejarse llevar por los carteles y los anuncios, más bien aprovecharse de las redes sociales y otras fuentes de información para ver y comparar precios para saber cuánto ahorrarse en cada compra.
En los últimos años algunas grandes tiendas han sentido el malestar de los clientes que se sentían engañados. Mediamarkt ha sido la más denunciada por los consumidores, aunque no la única. Muchos vendedores en Amazon también han sido denunciados, porque llevaron a cabo subidas de precios en determinados productos los días previos al Black Friday para así poder llevar a cabo descuentos más grandes.
“El Black Friday no es muy diferente de cualquier otra temporada de rebajas. Sí que es cierto que en años anteriores algunos comercios importantes incurrieron en prácticas de este tipo”, explica José Antonio Blázquez. Matiza eso sí, que en un mundo donde “los consumidores están tan en alerta, sería tremendamente irresponsable arriesgarse a realizar este tipo de prácticas”.
A través de las redes sociales, y con ayuda de algunas organizaciones como Facua, se ha hecho viral el hashtag #BlackFraude. Esta etiqueta intenta promover la difusión de falsos descuentos durante la campaña del Black Friday. Según una encuesta de la organización de consumidores, el 83% piensa que “la gran mayoría de firmas falsean parte de los descuentos que ofertan en el Black Friday”.
Facua llama a la participación y pide que “en caso de que la tienda asegure que un producto tiene un descuento y éste en realidad no exista o su porcentaje de bajada no se ajuste a la realidad”, los consumidores hagan fotografías y las difundan a través de las redes sociales junto con el hashtag. Además, anima a presentar denuncias ante las autoridades autonómicas de protección al consumidor para que apliquen sanciones.
FRAUDE POR PARTIDA DOBLE
Por último, y no por ello menos importante, el Black Friday también es utilizado por los amantes de lo ajeno. Una vez más, los llamativos grandes descuentos son utilizados de cebo para captar a los clientes. En esta ocasión el fraude no esconde un producto más caro que de costumbre, sino el robo de datos bancarios o la difusión de malware u otros virus informáticos.
El año pasado, en España, casi la mitad de las ventas durante la campaña del Black Friday se realizaron a través de la red. Los consumidores deben prestar especial atención a las tiendas donde compran si no quieren poner en compromiso su seguridad. La Oficina de Seguridad al Internauta (OSI) ha elaborado un manual de siete puntos que aconseja seguir antes de llevar a cabo una compra por Internet.
1. Certificado digital. La ausencia de certificado digital, es decir, la presencia de ‘https://’ al comienzo de la dirección de la web y la de un candado cerrado junto a ella, a la hora de introducir los datos personales o financieros durante el proceso de compra debe hacer sospechar al comprador. Sin este certificado no se garantiza la seguridad de las comunicaciones.
2. Los precios. Existen dos situaciones que deben poner en alerta al consumidor: que sean especialmente bajos o que todos los productos tengan el mismo precio.
3. Información sobre la empresa. Si es española, deberá cumplir con los requisitos regulados por ley. Deberán ser visibles los datos reales y físicos de la empresa, así como el titular, NIF/CIF, domicilio… También deben figurar las condiciones de venta, devoluciones y reclamaciones, así como los avisos legales y las políticas de privacidad.
4. Aspecto visual. El diseño de la web muchas veces es significativo. Llaman a desconfiar de webs cuyo aspecto no sea homogéneo en todas sus páginas, tenga imágenes de baja calidad o carezca de texto y detalles sobre el producto.
5. Métodos de pago. Es una parte esencial. Se debe sospechar de las que anuncian múltiples medios de pago pero finalmente sólo se puede hacer vía tarjeta, las que no tienen conexión cifrada a la hora de hacer el pago y las que no disponen de una pasarela de pago con un certificado digital seguro de una plataforma conocida como PayPal, un banco…
6. Opinión de los usuarios. Las redes sociales son un buen canal para buscar referencias sobre la tienda y los productos.
7. Sello de confianza. OSI ofrece un sello que garantiza unas normas de seguridad, calidad y transparencia que da plena seguridad a los consumidores para seguir con la compra.
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