¿Te acuerdas de la película -La huérfana-? En este film una niña inocente de ocho años llamada “Esther”, quien es adoptada por un matrimonio realmente ha metido a su casa a una asesina de 33 años llamada Leena Klamer y que se hace pasar por niña gracias a una extraña enfermedad.
Pues hay una respuesta a esas preguntas, porque esta película está sorprendentemente basada en una caso real que ocurrió en Kuřim, un pueblo rural en la República Checa.
Barbora Skrlová nació con hipopituitarismo, lo que significó un montón de problemas médicos en su infancia y la eterna apariencia de una niña de 13 años. Lo único que se conoce de su adolescencia es que estuvo hospitalizada, pero no por problemas físicos, sino psicológicos: a temprana edad comenzó a dar señales de una crueldad desmesurada y que su familia no podía controlar.
Con los años, su camino se hace confuso hasta para las autoridades, hasta que fue forzosamente hospitalizada en un psiquiátrico para adultos, dónde se hace pasar por niña.
Klara Mauerová conoció a Barbora mientras estaba en la universidad y creyó su historia de una pobre niña desvalida, que vivía huyendo de las abusivas casas de acogida y el maltrato de sus padres. Klara acababa de divorciarse y vivía con su hermana Katherina, así que le ofreció mudarse con ellas.
Klara y Katherina sufrían de esquizofrenia aguda y vivían a 200 kilómetros de la ciudad más cercana.
Barbora convenció a Klara y Katherine de unirse a la secta del Movimiento Grial, una organización religiosa que se comunicaba a través de mensajes de texto y promovía a sus miembros a mantener constantes relaciones sexuales con los miembros de su familia para mantener su energía “pura”. Klara y Katherine siempre habían tenido “visiones” sobre Juana de Arco y les pareció que Barbora y esta “iglesia” eran parte del destino.
Dejaron de darles comida, los golpeaban e incluso marcaban con quemaduras de cigarros.
Finalmente, guiadas por el culto y las interpretaciones de Barbora, cortaron piel de uno de los niños y la consumieron en un ritual.
Barbora era paranoica y decidió comprar una cámara para vigilar a los niños en el sótano. No podía gastar mucho, así que compró una para bebés e instaló todo el aparataje en una esquina cerca de una ventana, lo que permitió que la señal escapara del sótano.
Los vecinos tuvieron un bebé y decidieron comprar exactamente la misma cámara para vigilar al bebé. De esta manera descubrieron el infierno por el que estaban pasando los hijos de Klara Mauerová.
Cuando la policía llegó al lugar, encontraron a dos niños desnutridos, sin ropa, con claras señales de abuso y recostados en su propio excremento. Fuera de la jaula había una tercera niña que lloraba aterrorizada.
La niña se presentó como Anika y “confesó” todo rápidamente, culpando a Klara y Katherine de los horribles crímenes.
Mientras la policía investigaba, Anika, quien obviamente era Barbora, escapó.
Dejó el país y se fue a Noruega, donde engordó, se cortó el cabello, se hizo pasar por un niño llamado Adam… y encontró otra familia.
Afortunadamente, las autoridades habían comenzado una búsqueda internacional y no tardaron en encontrar a la mujer, quien fue condenada a prisión como autora intelectual del crimen de la familia Mauerová.
Sin embargo, después de cinco años en prisión fue liberada por buen comportamiento y desde el 2011 no se sabe más sobre ella.
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