Los furiosos años veinte comenzaron con un bombazo; el asesinato selectivo del general iraní Qasem Soleimani.
Sin embargo, un estallido más grande nos espera a lo largo de la década: las innumerables consecuencias del Nuevo Gran Juego en Eurasia, que enfrentará a los Estados Unidos contra Rusia, China e Irán; los tres nodos principales de la integración de Eurasia.
En la próxima década cada suceso en geopolítica y geoeconomía tendrá que ser analizado en relación con este choque épico.
El Estado Profundo y los sectores claves de la clase dominante de Estados Unidos están absolutamente aterrorizados porque China ya esté superando económicamente a la «nación indispensable» y Rusia los haya superado militarmente. El Pentágono designa oficialmente a los tres nodos euroasiáticos como «amenazas».
Las técnicas de guerra híbrida, que conllevan una demonización las 24 horas del día, los 7 días de la semana, proliferarán con el objetivo de contener la «amenaza» de China, la «agresión» rusa y el «patrocinio del terrorismo» de Irán; con un aluvión de sanciones ilegales, eufemísticamente definidas como nuevas «reglas» comerciales.
Sin embargo, eso no será suficiente para descarrilar la asociación estratégica Rusa-China. Para descubrir el significado más profundo de esta asociación, debemos entender que Beijing la define como una «nueva era». Eso implica una planificación estratégica a largo plazo, con el 2049 como fecha señalada; el centenario de la Nueva China.
El horizonte para finalizar los múltiples proyectos de la Iniciativa Belt and Road (las Nuevas Rutas de la Seda) impulsadas por China, es precisamente la década de 2040, cuando Beijing espera haber tejido completamente un nuevo paradigma multipolar de naciones / socios soberanos en Eurasia y más allá, todos conectados por un laberinto entrelazado de puertos y carreteras.
Proyección de las dos vías, marítima y terrestre, del proyecto OBOR
El proyecto ruso, Gran Eurasia se integrará con la Belt and Road, la Unión Económica de Eurasia, la Organización de Cooperación de Shanghái y el Banco de Inversión en Infraestructura de Asia.
Realpolitik
Entonces, esta «nueva era», según la definición de los chinos, depende en gran medida de una estrecha coordinación entre Rusia y China, en todos los sectores. De hecho “Made in China 2025” abarca una serie de avances tecnológicos / científicos, y al mismo tiempo, Rusia se ha constituido como un recurso tecnológico formidable en armas y sistemas que los chinos aún no pueden igualar.
En la última cumbre BRICS en Brasilia, el presidente Xi Jinping le dijo a Vladimir Putin que «la actual situación internacional con creciente inestabilidad e incertidumbre insta a China y Rusia a establecer una coordinación estratégica más estrecha». Respuesta de Putin: «Bajo la situación actual, las dos partes deben mantener una estrecha comunicación estratégica «.
Rusia le está mostrando a China cómo Occidente respeta el poder de la realpolitik, y Beijing finalmente está comenzando a usar el suyo. El resultado es que después de cinco siglos de dominación occidental ( que incidentalmente condujo al declive de las Antiguas Rutas de la Seda) el Heartland ( corazón del mundo ) está de regreso.
Mis conversaciones durante los últimos dos meses con analistas en Moscú, Italia y Kazajistán, me han permitido profundizar en las complejidades de lo que las mentes perspicaces definen como la doble hélice. Todos somos conscientes de los inmensos desafíos que tenemos por delante, pero apenas podemos escudriñar el sorprendente resurgimiento del Heartland en tiempo real.
En términos de poder blando, el excelente papel de la diplomacia rusa será aún más importante, respaldado por un Ministerio de Defensa dirigido por Sergei Shoigu, un Tuvan de Siberia, y un sistema de inteligencia capaz de crear un diálogo constructivo con todos: India / Pakistán, Corea del Norte / del Sur, Irán / Arabia Saudita, Afganistán.
Este aparato soluciona los problemas geopolíticos (complejos) de una manera que aún Beijing elude.
Paralelamente, toda la región de Asia y el Pacífico, desde el Mediterráneo Oriental hasta el Océano Índico, ahora tiene en cuenta a Rusia y China como una fuerza contraria a la extralimitación financiera y naval de Estados Unidos.
El tablero de ajedrez en el suroeste de Asia
El asesinato selectivo de Soleimani, a pesar de sus consecuencias a largo plazo, es solo un movimiento en el tablero de ajedrez del suroeste de Asia. Lo que finalmente está en juego es un gran premio geoeconómico: un puente terrestre desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo Oriental.
El verano pasado, un trilateral Irán-Irak-Siria estableció que «el objetivo de las negociaciones es activar el corredor de carga y transporte Irán-Irak-Siria como parte de un plan más amplio para revivir la Ruta de la Seda».
No hay un corredor de conectividad más estratégico en el mundo, será capaz de interconectar simultáneamente el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur; la conexión Irán-Asia Central-China hasta el Pacífico; y unir Latakia en el Mediterráneo, con el Atlántico.
Lo que está en el horizonte es, de hecho, una subsección de Belt & Road en el suroeste de Asia. Irán es un nodo clave de la Belt & Road; Ya China está muy involucrada en la reconstrucción de Siria; y Beijing-Bagdad firmaron múltiples acuerdos estableciendo un Fondo de Reconstrucción Iraquí-China (ingresos de 300,000 barriles de petróleo por día a cambio de crédito chino para las empresas chinas que reconstruyen la infraestructura iraquí).
Una rápida mirada al mapa revela el «secreto» de porqué los Estados Unidos se niegan a salir de Irak (como lo exige el Parlamento y el Primer Ministro iraquí) El Imperio quiere evitar la aparición de este corredor por cualquier medio. Especialmente cuando ven todas las carreteras que China está construyendo a través de Asia Central (viaje por muchas de ellas en noviembre y diciembre) que finalmente unen China con Irán.
El objetivo final: unir a Shanghái con el Mediterráneo Oriental – por tierra, a través del Heartland.
Por mucho que el puerto de Gwadar en el Mar Arábigo sea un nodo esencial del Corredor Económico China-Pakistán, y parte de su estrategia de múltiples frentes, India también cortejó a Irán para que coincida con Gwadar a través del puerto de Chabahar en el Golfo de Omán
Entonces, por mucho que Beijing quiera conectar el Mar Arábigo con Xinjiang, a través de este corredor económico, India también quiere conectarse con Afganistán y Asia Central a través de Irán.
Sin embargo, las inversiones de la India en Chabahar son insignificantes y, Nueva Delhi aún está reflexionando sobre si convertirse en una parte activa de la estrategia estadounidense «Indo-Pacífico», lo que implicaría abandonar a Teherán.
El ejercicio naval conjunto Rusia-China-Irán a fines de diciembre, que comenzó exactamente desde Chabahar, fue un aviso para Nueva Delhi. India simplemente no puede permitirse ignorar a Irán y terminar perdiendo su nodo de conectividad clave; Chabahar.
Hay un hecho inmutable: todos necesitan y quieren la conectividad con Irán. Por razones obvias, desde el imperio persa, este es el centro privilegiado para todas las rutas comerciales de Asia Central.
Además, Irán para China es una cuestión de seguridad nacional. China está invirtiendo fuertemente en la industria energética de Irán. Todo el comercio bilateral se liquidará en yuan o en una canasta de monedas sin pasar por el dólar estadounidense.
Mientras tanto, los neoconservadores de EEUU todavía sueñan con lo que Cheney buscaba en la década anterior : el cambio de régimen en Irán para así dominar el Mar Caspio y usarlo como trampolín hacia Asia Central, a solo un paso de Xinjiang. Toda esta maniobra hoy podría verse como una Nueva Ruta de la Seda a la inversa para impedir el proyecto chino.
La batalla de la década
El libro, The Impact of China’s Belt and Road Initiative, de Jeremy Garlick, de la Universidad de Economía de Praga, tiene el mérito de admitir que «dar sentido» a Belt & Road «es extremadamente difícil».
Su libro es un esfuerzo teórico sobre la inmensa complejidad de Belt & Road, especialmente teniendo en cuenta el enfoque flexible y sincrético de los chinos en la formulación de sus políticas; bastante desconcertantes para los occidentales.
Para alcanzar su objetivo, Garlick analiza el paradigma de la evolución social estudiado por Tang Shiping, un profesor de la Universidad de Shanghái que profundizó en el concepto de hegemonía neo-gramsciano y diseccionó el concepto de «mercantilismo ofensivo», como parte de un proyecto de «eclecticismo complejo».
El contraste con la narrativa de demonización de Belt & Road de los «analistas» estadounidenses es evidente. El libro aborda en detalle la naturaleza multifacética del trans-regionalismo de las “Nuevas Rutas de la Seda” como un proceso orgánico en evolución.
Los formuladores de las políticas imperiales no se molestarán en comprender cómo y por qué Belt & Road está estableciendo un nuevo paradigma global. La cumbre de la OTAN en Londres el mes pasado brindó algunos lecciones. La OTAN adoptó acríticamente tres prioridades estadounidenses: una política aún más agresiva hacia Rusia; una contención de China (incluida la vigilancia militar); y la militarización del espacio: un spin-off de la doctrina de 2002, “Full Spectrum Dominance”.
Por lo tanto, la OTAN está siendo conquistada por la estrategia del «Indo-Pacífico», lo que significa la contención de China. Y como la OTAN es una fuerza armada controlada por el Imperio en Europa, esto implica que Estados Unidos va a interferir en cómo Europa hace negocios con China.
El coronel retirado del ejército estadounidense Lawrence Wilkerson, jefe de gabinete de Colin Powell entre 2001 a 2005, ataca: “Estados Unidos existe hoy para hacer la guerra. ¿De qué otra manera interpretamos 19 años consecutivos de guerra y sin un final a la vista? Es parte de quienes somos. Es parte de lo que es el Imperio estadounidense. Vamos a mentir, engañar y robar, como lo está haciendo Pompeo en este momento, como lo está haciendo Trump, como lo está haciendo el Ministro de Defensa … y lo están haciendo muchos otros miembros de mi partido político, los republicanos. Vamos a mentir, engañar y robar para hacer lo que sea que tengamos que hacer para continuar este complejo de guerra. Esa es la verdad. Y esto es una lenta agonía «.
Moscú, Pekín y Teherán son plenamente conscientes de lo que está en juego. Diplomáticos y analistas están trabajando en ello permanentemente. Este trío de naciones sabe que deben desarrollar un esfuerzo concertado para protegerse mutuamente de todas las formas de guerra híbrida, incluidas las sanciones.
Para los Estados Unidos, esta es una batalla existencial.
Las clases dominantes del Imperio se opondrá con todo lo que tenga a mano contra el proceso de integración de Eurasia, contra las Nuevas Rutas de la Seda, la asociación estratégica Rusia-China, las armas hipersónicas rusas y su diplomacia flexible, el Sur Global, el colapso casi inevitable del dólar y el profundo malestar contra las políticas estadounidenses en todo el país.
Lo que es seguro es que el Imperio no irá silenciosamente por la noche. Todos deberíamos estar alertas ante la gran batalla de la década.
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