Puedo soportar la inseguridad, pero no puedo soportar el no poder expresarme.
Puedo soportar la enfermedad, pero no la falta de atención.
Puedo soportar las cárceles, pero no los muros.
Puedo soportar la pobreza, pero no las injusticias.
Puedo soportar las diferencias, pero no las indiferencias.
Puedo soportar a los animales, pero no la falta de humanidad.
Puedo soportar la rutina, pero no el aburrimiento.
Puedo soportar las voces y los gritos, pero no la verborrea.
Puedo soportar la osadía, pero no la cobardía.
Puedo soportar el castigo, pero no la crueldad.
Puedo soportar la verdad, pero no que me mientan.
Puedo soportar las críticas, pero no la hipocresía.
Puedo soportar los errores, pero no la alevosía.
Puedo soportar el cansancio, pero no la pereza.
Puedo soportar la vejez, pero no la perdida del tiempo.
Puedo soportar que tropieces, pero no que pases de largo.
Puedo soportar tu mirada, pero no que no me veas.
Puedo soportar que asientas cuando te hablo, pero no que no me escuches.
Puedo soportar el dolor, pero no las heridas lacerantes.
Puedo soportar la derrota, pero no la humillación.
Puedo soportar el brillo del trono donde te sientas, pero no sus destellos.
Puedo soportar los designios de Dios, pero no los de los hombres.
A. R.
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