Buscaba a sus víctimas en la Red para devorarlas sin dejar pistas.
Fue abatido a tiros por la policía tras una encerrona en Eslovaquia.
Mateja Curky
El caso del presunto caníbal eslovaco que buscaba víctimas voluntarias por internet y fue abatido a tiros cuando intentaba "pactar" el asesinato de un hombre, sorprendió y conmocionó a la opinión pública de Eslovaquia.
El hombre de 43 años murió tras resultar gravemente herido durante un tiroteo desencadenado cuando las autoridades le tendieron una trampa y en el que también fue herido seriamente un policía.
En esta casa residía el caníbal eslovaco.
El presunto caníbal, que era militar retirado con licencia de armas, era considerado una persona "normal" por sus vecinos, que desconocían su supuesto interés por la antropofagia.
Según algunas personas que vivían al este de Eslovaquia donde también residía el implicado "era una hombre normal".
Mateja Curky en el momento de ser trasladado al hospital.
"El caníbal de Eslovaquia oriental murió, pero su espíritu de matón vivirá todavía hasta que no se fijen unas reglas de tenencia de armas más severas que hasta ahora", según dijo en su blog Tomás Makatura, comentarista del influyente diario SME.
Makatura recordó el caso del psicópata que en agosto de 2010 mató en Bratislava a siete personas y que también tenía licencia para usar armas de fuego.
Imagen del policía herido que falleció posteriormente.
Según el ministro de Justicia de Eslovaquia, Daniel Lipsic, el imputado, Matej C., había puesto un anuncio en internet buscando víctimas voluntarias para ser asesinadas y luego comidas.
Al anuncio respondió un ciudadano suizo, quien, sin embargo, en lugar de acceder al pacto, informó a la policía de su país, que a su vez contactó a través de la Organización Internacional de Policía Criminal (OIPC) a las autoridades eslovacas.
Lucia de 21 años, a la derecha, fue una de las víctimas del caníbal. Quería morir en sus manos porque padecía una depresión.
Éstas enviaron a un agente del cuerpo especial de lucha contra el crimen organizado, que se hizo pasar por representante del suizo. "Su cuerpo debía ser troceado y comido por partes, de forma que la Policía no pudiera establecer su identidad", dijo Lipsic.
Tras verificar la identidad del presunto asesino, que acudió al lugar pactado, una arboleda junto al pueblo de Kysak, varios agentes trataron de detenerlo.
El sospechoso, que era miembro de un club de tiro, se defendió con una pistola Cezeta modelo 75, con la que hirió a un policía, quedando grave, mientras él mismo recibió cinco impactos de bala.
El caníbal eslovaco falleció en el hospital universitario Louis Pasteur de Kosice, tras una operación de más de cinco horas en la que participaron diez doctores y tres anestesistas, según informó la institución sanitaria en un comunicado.
"La psique le ha jugado una mala pasada, ya que era una persona normal. No estaba loco", opinaron de él algunas personas.
El supuesto infractor vivía con su compañera y dos hijas, una de catorce y otra de siete años. La mujer se mudó del pueblo tras el incidente, y no sé supo de su paradero.
Mientras tanto, "el estado del policía de 37 años, que fue alcanzado en el hombro y esternón, resultaba crítico, pero estabilizado", según la portavoz del hospital Pasteur.
El agente herido, permaneció sedado y con ventilación pulmonar artificial, con pronóstico reservado tras sufrir un solo impacto hasta que falleció en el mismo hospital.
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