Se trata de una actuación de urbanización en el entorno de la construcción megalítica, que se enmarca en un proyecto presentado hace varios años, cuyo permiso municipal ha caducado y hasta el momento no se ha renovado.
La intervención de Cultura se realiza en varias partes del conjunto dolménico, principalmente en el túmulo, donde están depositados restos de la época de su construcción, cuya fecha -mediante datación del carbono 14- se establece a finales del tercer milenio antes de Cristo, hace unos 4.200 años.
El proyecto prevé, además de la intervención arqueológica en el túmulo -nombre que recibe el montón de tierras y piedras levantado sobre una tumba o varias- obras de acceso hasta éste y la galería dolménica, aparcamientos para vehículos y acondicionamiento y plantación de árboles. Está financiado con fondos europeos.
La actuación en los alrededores del túmulo está originando el movimiento de tierras que, según algunos expertos, podría dañar el patrimonio y toda la información que la elevación artificial del terreno que cubre la sepultura.
Además, se está construyendo un poyete de hormigón que está afectando al anillo perimetral de piedra original. El desbroce de la hierba que se está realizando con maquinaria está causando también daños y las rodaduras de un camión, seguramente de la obra, han deteriorado parte del túmulo en su cara norte.
Todas estas actuaciones están estropeando el ya de por sí maltrecho túmulo del dolmen. El conjunto presenta también un estado de abandono en la zona de acceso a la galería, donde se aprecia el mal estado de las paredes y la entrada. De hecho el conjunto dolménico permanece cerrado al público desde hace unos dos años.
No es la primera vez que la Consejería de Cultura realiza intervenciones arqueológicas en el dolmen de Soto y ha llevado a cabo ya varias campañas de excavación para su puesta en valor que han revelado la existencia de nuevos sobre el monumento que lo convierten en una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental.
El dolmen de Trigueros forma parte del conjunto de más de doscientos monumentos megalíticos de la provincia de Huelva, que se desarrollaron en le occidente europeo entre el neolítico y la edad del Bronce.
Fue descubierto por Armando de Soto en 1922, iniciándose en ese mismo año las excavaciones, las cuales finalizaron tras el estudio de Hugo Obermaier, publicado en marzo de 1924 en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. Años más tarde, en junio de 1931, el dolmen fue declarado Monumento Nacional.
La Junta deAndalucía propuso en su día la creación de la ruta turística del megalíticoonubense. El proyecto se quedó en la restauración del dolmen El Labradillo, en Beas; los de El Pozuelo, de Zalamea la Real , y el de Soto, sin que llegara a producirse una conexión entre estas construcciones prehistóricas y otras de la Cuenca Minera y la Campiña. También contemplaba la creación de una centro de recepción en el antiguo mercado deZalamea.
En 2010, el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, se comprometió a participar activamente en el desarrollo del proyecto del Parque Cultural del Megalitismo de El Pozuelo y la creación de una fundación que lo gestione.
Para ver más:
La Huelva romana
Cultura defiende lalegalidad de las obras del Dolmen de Soto
El renacer del dolmen de Soto,
Dolmen de Soto - Sitio oficial de Andalucía
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