LA ZONA PÚBLICA : Los secretos de Nxivm.

Keith Raniere atrajo a actrices y a herederos de alcurnia a su grupo antes de ser acusado de trata, aunque sus integrantes, algunas de las cuales fueron marcadas, aseguran que Nxivm las hacía sentirse en control. Una investigación revela al detalle cómo funcionaba la organización.

Keith Raniere

Una mañana durante el invierno pasado, en un suburbio típico en las afueras de Albany, Nueva York, Nancy Salzman, de 63 años y presidenta de la empresa de superación personal Nxivm, estaba sentada en un banco de color caoba en su cocina. Su hogar estaba rodeado por los de otros integrantes de Nxivm, ya fueran mansiones o casas adosadas algo más modestas. En el desván de Salzman había una fotografía de ella con sus dos hijas adultas en la cual lucen tan sonrientes como una máscara de comedia griega. Un gato merodeaba cerca del bufet de pan y fruta en la barra de la cocina.



Salzman centró su atención en otra mujer que estaba sentada frente a esa barra. Jacqueline, estudiante de psicología de 27 años y de cabello oscuro, me dijo que nunca había tenido una experiencia tan efectiva como la de Nxivm (se pronuncia “nexium”). Como L. Ron Hubbard, fundador de la cienciología y cuyo libro de 1950 Dianética fue promocionado como “la ciencia moderna de la salud mental” con métodos que, a su parecer, cambiarían el mundo, el fundador de Nxivm, Keith Raniere, de 57 años, ha dicho que su organización es capaz de sanar a individuos y de transformar el planeta. Nxivm ofrece hacerlo por medio de técnicas, o tecnologías, para renovar tu yo emocional.

Salzman tiene capacitación en programación neurolingüística, que involucra el uso de hipnosis y técnicas para reflejar los movimientos de otro individuo con el fin de fomentar una buena relación. Estaba por empezar una sesión de terapia con Jacqueline, a quien le pidió pensar en su infancia, como suele hacerse en las sesiones de Nxivm. Jacqueline había buscado a Salzman debido a la fobia a volar en avión. Una vez, dijo, tuvo que bajarse cuando ya había abordado debido a sus nervios y los asistentes de vuelo no la dejaron reingresar.

Salzman, casi susurrando, le hizo a Jacqueline una serie de preguntas personales; no solo sobre su miedo a volar, sino sobre la relación entre sus padres. Determinó que Jacqueline creía que su madre fue maltratada por su padre, quien forzó varias veces a la familia a reubicarse en avión. “Ella siempre estaba gris”, dijo Jacqueline sobre su madre. La estudiante también sugirió que su crianza la llevó a creer que necesitaba tener a un hombre que la protegiera.

Nosotros somos quienes controlamos nuestras vidas, le dijo Salzman a Jacqueline. La madre de esta tenía el control y eligió ser víctima. Jacqueline tiene el control, pero decidió ser víctima, aseguró. “¿Estás actuando como si fueras una mujer indefensa?”, le preguntó.

“Así es como logro que me presten atención, es lo que hago”, respondió la joven estudiante.

“A las mujeres se les permite depender de un hombre”, dijo Salzman. “Cada vez que tú decidiste mantenerte dependiente tomaste activamente la decisión de no ser independiente”. ¿Por qué no convertirse en la persona en la cual ella misma puede depender?

Media hora después, Jacqueline había “mejorado” su percepción de la vida. Cerró los ojos y dijo que el dolor que sentía en el pecho al pensar en volar ya no estaba. Acordó hacer algo que la asustara cada día durante los siguientes treinta días y hacer el doble de acciones que la asustaran si en uno de esos días buscaba la atención de algún hombre. Enfrentar tus miedos es una clave en el sistema de Nxivm. Jacqueline agarró sus cosas para irse y se despidió de Salzman con un abrazo. “No sé qué pasó”, dijo la estudiante. “Me siento muy bien”.

Esos momentos en casa de Salzman fueron intensos, pero inocuos. Sin embargo, en otoño, The New York Times reportó que Nxivm cometía prácticas alarmantes.

Algunas integrantes del grupo, que se hacían llamar “amas”, habían iniciado a otras mujeres, que eran llamadas “esclavas”, en un ritual de hermandad en Clifton Park, cerca de Albany. Primero se quitaron toda la ropa y, una por una, una osteópata —también integrante de Nxivm— usó un cauterizador del tamaño de un bolígrafo para marcarles la piel, al lado de la pelvis. El símbolo con las que la marcó parecía ser, para algunas, una representación de los cuatro elementos o de los siete chakras; para otras, una línea horizontal encima de la cual estaban las letras en griego de alfa (α) y mi (µ). Pero, ante una inspección más cercana, quedaba claro que el símbolo contenía algo más: una K y una R, las iniciales de Raniere. No se les dijo a todas las mujeres que estas eran parte de la marca.



La membresía

Cientos de integrantes rehuyeron a Nxivm tras enterarse de esta marcación de mujeres, aunque el círculo interno se mantuvo. Muchos medios, ante la revelación de que Raniere tenía varias novias, declararon que Nxivm no era un grupo de desarrollo personal, sino una “secta de esclavas sexuales”.

Se abrió una investigación federal en Estados Unidos, tras la cual las autoridades mexicanas detuvieron a Raniere en una villa en Puerto Vallarta; ahora se encuentra en una prisión en Brooklyn después de que le negaron salir bajo fianza por el riesgo de fuga.

Otra integrante de Nxivm, Allison Mack, la actriz rubia que hizo de la mejor amiga de Clark Kent en la serie de Smallville, fue arrestada; ella lleva el proceso fuera de prisión tras pagar una fianza de 5 millones de dólares.

Raniere y Mack enfrentan cargos de trata de personas y conspiración para cometer tráfico sexual y trabajo forzado. El hogar de Salzman fue cateado y los agentes confiscaron 523.000 dólares en efectivo (parte del dinero estaba guardado en cajas de zapatos), aunque ella no ha sido acusada de ningún delito hasta el momento.

El grupo quedó bajo la lupa, con sus secretos a plena vista. Algunos miembros son de alcurnia, una suerte de “Illuminati de herederos”. Incluyen a varios mexicanos pudientes, como Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari y quien desaprobó las acciones de Raniere pero mantiene vínculos con el grupo, o Rosa Laura Junco, la hija del principal directivo de la empresa de medios Grupo Reforma; en Estados Unidos, a las dos hijas de Edgar Bronfman, el exdirigente de la destilería y empresa de refrescos Seagram; a Pamela Cafritz, hija de donadores políticos estadounidenses que fue novia de larga data de Raniere hasta que falleció de cáncer en 2016, y están actrices de televisión que descubrieron Nxivm cuando rodaban sus programas en Vancouver, como Mack.

Esos pedazos son parte de un rompecabezas mediático, una gran historia para los tabloides, con un relato sobre el empoderamiento femenil —o la falta de este— en momentos de discusiones y cuestionamientos sobre el consentimiento de las mujeres y la coerción por parte de un hombre en una posición de poder al que no le exigen rendir cuentas. Algunas mujeres estaban extremadamente delgadas, quizá como una manera de controlarlas. Varios desertores alzaron la voz.

“Estábamos tanto enfadados como indignados”, escribió Sarah Edmondson, exlideresa de la división de Nxivm en Vancouver, en un correo electrónico ante la pregunta de por qué ella y su esposo dejaron la organización después de una década de membresía. “Con las marcaciones y mucho más. Nada era como pensábamos”.

Sarah Edmondson

En el interior del grupo, sin embargo, la perspectiva ante las denuncias es distinta. “Por favor, eso suena como a una mala película de terror”, dijo un integrante mexicano, Eduardo Asunsolo, sobre la cobertura de los medios a la organización.

La filosofía

Desde que fue fundado en 1998, Nxivm ha sido un grupo de personas muy cercanas; Raniere alguna vez lo describió “como una familia”. Alrededor de 17.000 personas han cruzado las puertas de Nxivm, aunque la cantidad de quienes se comprometieron de por vida es mucho menor; quizá unos cientos. (En comparación, la cienciología tiene 25.000 integrantes solo en Estados Unidos). Los miembros creían que Raniere podía sanarlos de traumas emocionales y liberarlos de temores y patrones de pensamiento destructivo. Algunos incluso creían que la sanación podía ser vía sexual.

Allison Mack en mayo antes de una audiencia en la Corte Federal del Distrito Este, en Brooklyn Credit Jemal Countess/Getty Images

Raniere se presentaba a sí mismo como un gran filósofo, un hombre ético y un científico que podía extender los límites del potencial humano. Había desarrollado cursos de dieciséis días que duraban hasta doce horas diarias en un salón y abogaba por el control de hábitos mentales y corporales, como el ejercicio y la alimentación. También tenía una idea única que hizo eco entre muchas mujeres, sobre todo acaudaladas: era una intersección de teorías sobre la femineidad, la victimización, el dinero y la ética influenciadas por Ayn Rand, una de las autoras favoritas de Raniere.

Ayn Rand

La máxima expresión de una integrante de Nxivm era alguien “potente”: rica, con disciplina emocional y autocontrol, atractiva, delgada. Ellas preferían llamarse a sí mismas badass o rudas. Nxivm parecía ser el verdadero evangelio del mejoramiento personal.

Como lo observé en la cocina de Salzman, la principal doctrina es una de optimismo extremo. Los integrantes creen que los humanos podemos alterar nuestros detonantes emocionales y nuestras creencias sobre nosotros mismos, sobre todo las formadas durante la infancia. No necesitamos estar enojados si nuestras madres no nos mostraron suficiente afecto ni ser egoístas o protegernos demasiado porque sufrimos abuso escolar, o enamorarnos de personas que nos dan muchos regalos porque nos recuerdan a alguna abuela que hacía lo mismo. Algunos no nos hemos autoexaminado y permitimos que esas percepciones antiguas definan cómo somos ahora, pero no los “nexianos”.

No, ellos integran esas experiencias en sesiones intensas e hipnóticas como la que vi, que llaman “exploraciones emocionales”. En estas “exploras el significado” de alguna memoria para notar las interpretaciones erróneas que la volvieron dolorosa; así le restas el poder que ese recuerdo tiene sobre ti en la actualidad.

“Es la manera más poderosa de desconstruir un detonante emocional” y cambiar de manera permanente cómo piensas sobre este, me dijo un exintegrante. Con cada “integración” el nexiano se siente más liviano, más jubiloso y más poderoso que antes. “Solo queremos crear alegría”, me aseguró otro miembro.

Deshacer la identidad era la primera parte del método Nxivm; remplazar esa identidad con otra, o cambiar “datos por datos”, como se dice dentro del grupo, era la segunda parte. Conforme las nexianas se deshacían de sus miedos comenzaban a hacer lo que realmente querían hacer con sus vidas (o quizá lo que Raniere u otros integrantes de alto nivel querían que hicieran). Hablé con un banquero que dio un giro para dedicarse a la actuación. Una especialista en diversidad de un colegio privado en Connecticut decidió que realmente quería ser dueña de una granja.

India Oxenberg, hija de la actriz de la telenovela Dynasty Catherine Oxenberg, me contó sobre algunos de los cursos del grupo que tomó en Los Ángeles, en la “universidad” de Nxivm, por un costo estimado de 5.000 dólares al mes. El curso Mobius es para sanar aquellas partes de tu persona que rechazas y para que no te disgusten esas características si las percibes en alguien más; Human Pain (Dolor humano) es para entender que el dolor y el amor con frecuencia van de la mano. Nxivm enseñaba el poder de la penitencia como un atajo para la superación personal.

Muchos miembros y exmiembros de Nxivm con los que hablé —muchas de ellas personas aficionadas de la ciencia y la matemática, con buen sentido del humor y muy perceptivas— estaban de acuerdo con una cosa: la tecnología funcionaba. Raniere te programaba; había solucionado la ecuación para ser un humano alegre. Decide cuál es tu ética y toma las decisiones con base en ella; no tomes decisiones si no representan esas creencias. Busca generar amor. No rechaces a tu familia (a menos que tu familia rechace a Nxivm, en cuyo caso necesitarás tomar otras medidas). No seas esclavo de tus miedos y vínculos. El dolor es una manera de generar conciencia; no temas al dolor.

Las instalaciones

Durante catorce años ningún periodista había podido acceder a Nxivm para un artículo, hasta que este invierno, de cara a las acusaciones penales en su contra, me dieron una gira muy controlada de sus operaciones y su liderazgo; sigue siendo un grupo muy paranoico y secretista.

Todos los integrantes con los que hablé grabaron con sus propios aparatos las entrevistas que les hice y tenían la costumbre de videograbar lo que sucedía en el grupo, incluidas las declaraciones de Raniere. Han demandado a desertores, periodistas y críticos. Peter Skolnik, abogado que representó al autor especialista en sectas Rick Alan Ross durante una demanda de catorce años en contra de Nxivm, me dijo que cree que el costo de las acciones legales supera los 50 millones de dólares.

Mi primer contacto con Nxivm fue por medio de Clare Bronfman, una de las dos hijas del empresario que era dueño de Seagram. Para conocerla viajé a México, donde Nxivm ha construido varios centros educativos y donde ella estaba viviendo con Raniere, en una ubicación que me pidieron no revelar. Era un vecindario de clase alta con condominios, autos de marcas alemanas y departamentos lujosos en construcción. Estaban ahí por consejo de abogados y consultores.

Me reuní con Bronfman en uno de los centros mexicanos de Nxivm. Caminamos por los pasillos, donde me mostró la sala donde guardan sus materiales de enseñanza (la puerta estaba cerrada con un candado de combinación) y una fotografía enmarcada de Raniere que colgaba en la pared; en otro muro estaba impresa una cita de él: “Si en el siguiente momento tu conducta afecta a toda la humanidad para siempre, ¿cómo te comportarías? Cada momento es ese momento”.

Bronfman se sentó en un sofá y me explicó cómo está formado el grupo. Raniere es llamado “Vanguardia”, porque lidera su movimiento filosófico. Salzman, su primera estudiante, es la “Prefecta”; Bronfman y los demás eran estudiantes. Centros como este albergan los cursos de Nxvim, aunque no los conduce el mismo Raniere, porque se “duplicó” cuando Salzman subió de cargo. Aunque ella ya tampoco da los cursos directamente; lo hacen integrantes a quienes ella capacitó o miembros a los que esos integrantes capacitaron. A todos les dijeron que no se alejaran del marco establecido por Raniere.

Sarah Edmondson en 2017, después de salirse de Nxivm, con la marca que recibió en la ceremonia de iniciación Credit Ruth Fremson/The New York Times

En el salón había varias bandas de colores en ganchos. Cada color en la jerarquía refleja un mayor estado de conciencia, aunque también la habilidad de los integrantes para reclutar a nuevos miembros. Bronfman dijo, en un susurro, que hay algunas bandas de alto nivel que nadie ha obtenido. No se asciende directamente a un nuevo color; primero se deben conseguir cuatro rayas de seda, que son planchadas a la banda que ya se tiene. La jerarquía rígida y las enseñanzas de adoctrinamiento fomentan que los integrantes reverencien a quienes tienen una banda de nivel más alto; son incentivados a rendirles tributo con palabras y acciones.

Todo lo que tiene que ver con la delgadez en el grupo, con el castigo, con una “autonegación”, es presentado como el método para evolucionar. “Si algo es incómodo en cuestión emocional, elegimos fumar o tomar o comer o desasociarnos”, dijo Brofman. “Hay tantas estrategias”. Así que el propósito de Nxivm es “sentir esas cosas para resolverlas y con eso ya no estar incómodo”.

El fundador

Pensé que la razón por la cual me reuní con Bronfman antes que con Raniere es porque a él le gusta dormir hasta tarde. Pero después de hablar con exintegrantes aprendí que hay un patrón dentro del grupo: no se permite a nadie conocer a Raniere si algún integrante, usualmente una mujer, no ha descrito sus grandes cualidades antes. Raniere, a quien algunos miembros de Nxivm han comparado con Nelson Mandela o el arzobispo Desmond Tutu, no aparece sino hasta que recibe la presentación adecuada.

Después de la visita al centro, Bronfman y yo fuimos a un restaurante y de ahí nos dirigimos a un edificio de condominios con una puerta de madera pesada.

Cuando Raniere apareció —recién despertado de una siesta—, fue como si alguien hubiera cortado la música de improvisto, algo discordante. Tenía la musculatura de alguien que practica lucha y vestía un polo azul clara, pantalones grises y lentes de armazón redondo. Tenía algunas canas en las sienes, pero el resto de su cabello lucía voluminoso. Hablaba con un acento de Nueva York. No tenía la pinta de un hombre que logra que otras personas orbiten alrededor de él. Parecía un corredor de bienes raíces de lujo que quería aparentar ser amistoso al tiempo que lucía ansioso por cerrar un acuerdo.

“Este es todo un momento en mi vida”, dijo. “Cuestiono mis valores, cómo me conduzco, todo eso”. Después agregó: “No creo que me vean como la persona que creo ser, y también quiero ser la persona que creo que soy”.

Raniere, quien me dio la impresión de ser alguien inteligente y profundamente triste, rompió en llanto varias veces, sobre todo al hablar de Cafritz, su exnovia. Fue honesto respecto a que es poliamoroso y discutió la importancia tanto del sexo como de la intimidad. Pero lo que es importante saber de él, dijo, es que lo que hace diario es caminar y pensar; caminatas diarias de entre 22 y 32 kilómetros durante las que piensa en cómo resolver los problemas de la humanidad. “Soy como un nerd que ha leído mucho, excepto que yo he pensado mucho”, afirmó.

En Nxivm el propósito de las integraciones es alcanzar lo que llaman “unificación”. Le pregunté a Raniere si él estaba unificado. “Ese es un estado más teórico o que sirve como propósito”, me dijo, y añadió, algo apenado: “Dudo que si alguien estuviera unificado, hablaría al respecto”.

Durante varias horas de conversación, Raniere no ahondó mucho ni habló de más cosas. Hubo algunos momentos de ligereza, como cuando me dijo que la humanidad necesita ser más humana y que merece serlo porque somos una especie especial; los gatos no tienen “gatumanidad”, aseguró. Pero pude observar cómo se retraía dentro de sí mismo, casi de manera intencional; se volvía un hoyo negro anticarismático. En una voz calmada y como de metrónomo pronunció varias oraciones sobre teorías filosóficas y científicas respecto a si los humanos son robots biológicos o tienen libre albedrío; si el misticismo es malo de manera inherente o “una herramienta para el entendimiento que es abusada”, o si las relaciones entre familias y amigos se mantienen en el “más allá”.

Raniere se ha considerado a sí mismo como alguien especial desde hace mucho tiempo. Dijo que cuando tenía 1 año ya podía hablar en oraciones completas, que sabe leer desde los 2 años y que se autoenseñó a tocar el piano a un nivel digno de conciertos a los 12; a esa misma edad, aseguró, le tomó diecinueve horas aprender todo lo necesario para ser diestro en matemáticas de nivel bachillerato.

Pero su vida en casa era muy distinta y eso, dijo, es lo que lo llevó a crear Nxivm. Su madre padecía una enfermedad cardiaca y pasaba mucho tiempo en cama; ella y su padre peleaban. Respecto al encono, Raniere dijo: “No me culpaba a mí mismo por causarlo, pero no entendía por qué no podía detenerlo”. Sus padres se divorciaron a sus 8 años y como era hijo único se convirtió en el “único cuidador” de su madre, quien falleció cuando él tenía 18. Las relaciones fuera de su familia se volvieron de suma importancia para él.

Se graduó en el Instituto Politécnico Rensselaer, en el estado de Nueva York, con tres licenciaturas: biología, matemática y física. Quería dedicarse a la academia, pero, quizá debido a que fue un niño que sentía que no tenía suficiente control, lo atrapó un interés en cómo controlar a otros: la ciencia detrás de la mercadotecnia multinivel.

Los inicios

Su primer emprendimiento fue Consumers’ Buyline, que vendía víveres y otros bienes con un descuento para quienes tramitaban una membresía. Tuvo mucho éxito, al menos en un inicio. Unos años después de que fundó la empresa, esta fue investigada por fiscales estatales por la posibilidad de que se tratara de un esquema piramidal; Raniere y sus asociados acordaron cerrar Consumers’ Buyline en 1997.

La estructura de esa empresa recuerda a la de Nxivm, con integrantes que reclutan a otros y por la manera en la que Raniere es presentado cuando ya has avanzado en el nivel de membresía; está en la cima de la pirámide. Quizá sorprenda a las personas que alguien se inscriba en un sistema de superación personal establecido por alguien investigado de haber encabezado un esquema piramidal, aunque los líderes actuales de Nxivm aseguran que Consumers’ Byline fue un blanco de investigaciones injustificadas.

Después Raniere, junto con su entonces novia, Toni Natalie, desarrolló otra empresa: una red de salud para la venta de vitaminas y suplementos dietéticos que recomendaba acudir a doctores alternativos; así, se interesó más en el poder de la persuasión y el poder de convencer a los demás de prácticamente cualquier cosa, incluida la autoayuda.

Cuando Raniere conoció a Salzman, quien tenía una práctica de terapia cerca de Albany, comenzaron a conversar y ella, me dijo, pronto se sintió mejor y más alegre. Le preguntó a Raniere si podía observarlo usar su modelo de persuasión. “Me dijo: ‘¿Con una persona?’. Y le respondí que sí. Entonces replicó: ‘¿Una persona, además de ti?’. Y en ese momento caí en cuenta”, recordó Salzman. “Oh, por Dios, sí me siento mejor”.

Las hermanas Bronfman, como Raniere, querían sanar sus relaciones familiares, sobre todo con su padre, quien alguna vez fue presidente del Congreso Judío Mundial. También las atrajo el enfoque de Raniere en la ética. “Toda mi vida, cuando estaba creciendo, quise hacer algo que tuviera un impacto en el mundo”, dijo Sara, durante una charla en su mansión en Albany. Una persona de Sun Valley le recomendó al grupo, entonces llamado Executive Success Programs, y Sara tomó un curso con su padre, Edgar. (Unos años después de que las hermanas se involucraron con Nxivm tuvieron una ruptura con él).

Clare no quedó impresionada con su primer taller. Pero después escuchó la teoría de Raniere sobre el dinero. Como Ayn Rand, él creía que el dinero no es en sí mismo algo bueno o malo, simplemente es. “Pensé que el dinero era lo que volvía mala a una persona”, me dijo Bronfman. Pero “el dinero es el dinero. Y la gente es la gente. Entonces las personas ricas pueden hacer el bien o el mal y las personas pobres pueden ser buenas o malas”.

Raniere enseña que el uso diestro del dinero, el asignarle valor a ciertos bienes y servicios, es una de las máximas virtudes de la humanidad. Me dijo que el dinero es “noble”. Aunque después del problema con Consumers’ Buyline prefirió no tocar oficialmente los fondos. No recibía un salario de Nxivm ni tenía una tarjeta de crédito, de débito o un auto. Me dijo que no paga impuestos, porque vive “debajo de la línea de la pobreza”. Le pregunté cómo conseguía su ropa, la cual hay que comprar. Respondió que aparecía por ahí.

“Hasta que me la puse esta mañana”, señaló hacia su polo, “no creo haberla usado antes ni saber que estaba ahí”.

Documentos de una demanda sobre una disputa inmobiliaria de 2010 acusan que varios millones de la fortuna Bronfman fueron gastados en relación con Nxivm y que Raniere había perdido unos 66 millones de dólares en malas apuestas en la bolsa de productos básicos (él insiste que el monto fue menor).

La expansión

Con el acceso a los fondos de las Bronfman, Nxivm comenzó a hacer todo tipo de emprendimientos. El grupo invitó al dalái lama a Albany y diseñó un “movimiento por la paz” en México, con todo y la producción de un video con las ideas de Raniere para solucionar la violencia en el país. Establecieron un grupo de música a cappella. Cada año celebraban la Semana del Vanguardia para el cumpleaños de Raniere, con triatlones y competencias para resolver cubos de Rubik. Jugaban vóleibol, el deporte favorito de Raniere.

Clare Bronfman, integrante de Nxivm Credit Stefan Ruiz para The New York Times

El grupo abrió centros en la ciudad de Nueva York, en Vancouver y en varias ciudades mexicanas, como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Conforme crecía, los integrantes quedaron más convencidos del poder de la tecnología.

El día anterior al que conocí a Jacqueline en casa de Salzman, esta me presentó a una joven de 18 años que quería superar la enfermedad de Crohn por medio de Nxivm. Bronfman produjo una película sobre cómo Nxivm habría ayudado a aliviar los síntomas de pacientes con síndrome de Tourette. Raniere tenía cabida para saciar su interés en experimentos científicos: concibió un sistema escolar en el que se enseñarían a los niños hasta ocho idiomas a la vez, porque cada maestro usaría un idioma distinto. Visité una de esas escuelas mexicanas, aunque no había clases en ese momento, por lo que no pude ver si el octolingüismo era verídico.

Los integrantes de Nxivm también crearon y operan The Knife, un sitio web que usa “análisis científicos” para medir el “honor” de medios de comunicación como este. Las noticias son una forma de desinformación que puede fomentar el miedo, empezar guerras y convencer a la gente de cualquier cosa, según The Knife (el cuchillo), que ha afilado su herramienta. El sitio y su editor incluso aparecieron en julio pasado en el programa de televisión “Fox and Friends”, del canal estadounidense Fox News.

Las mujeres

En varios puestos altos dentro del grupo había mujeres, por lo que quizá no sorprende que una de las iniciativas de Nxivm se enfocó en las relaciones entre personas de diferentes sexos.

En 2006 Raniere creó Jness, una “palabra inventada que estamos definiendo conforme definimos quiénes somos”, me dijo una integrante. Algunas enseñanzas parecen ser razonables: al inicio del curso Raw (Crudo), se invita a hombres y mujeres a discutir sus verdaderas experiencias de vida y sexuales y cómo los integrantes del otro sexo los han hecho sentirse reprimidos o apenados. Al expresar esos sentimientos en voz alta los varones supuestamente desarrollan compasión por las mujeres y viceversa. Jness costaba 5.000 dólares por cada taller de ocho días; en total hay once cursos.

“Estábamos tan enojados el uno con el otro, los géneros”, dijo Lauren Salzman, hija de Nancy de 40 años y quizá una de las lideresas jóvenes más persuasivas del grupo. “Las mujeres se sienten oprimidas y tenemos tantos ejemplos. Y los varones intentaban defenderse y entre todas les respondíamos… los callábamos de manera constante porque nos emocionamos, somos impulsivas. Pero no entendíamos que ellos también sienten que no los escuchan o no los atienden o que les faltan al respeto”, dijo.

En Jness, como en muchos cursos de Nxivm, en cuanto se dice lo antes impronunciable se arraiga una nueva teoría, desarrollada por Raniere. Él le dijo a sus seguidores que deben aceptar que las mujeres y los hombres están construidos de manera distinta. Así que, para él: los hombres están reprimidos y no disfrutan de la misma existencia enriquecedora que las mujeres, pero entienden lo correcto e incorrecto; las mujeres, en tanto, pueden ser desleales, caprichosas o hacer rabietas y salirse con la suya. En palabras de Salzman hija: “Mientras más loca me pongo, más consigo”.

Raniere también introdujo una teoría que llama la “hipótesis primitiva”: los varones son promiscuos por naturaleza y las mujeres, monógamas.

Dentro de la comunidad más amplia de Nxivm muchos pensaban que Raniere era célibe. Pero el círculo cercano sabía que tenía varias relaciones en su hogar. Los adultos con capacidad de consentir seguramente pueden tener cualesquiera relaciones sexuales que gusten, incluidas muchas mujeres con un solo hombre. Pero parece que la manipulación de Raniere hacia sus novias, y la manipulación de sus novias con sus otras novias, era un distintivo de su vida privada.

El dalái lama en un escenario con Keith Raniere después de darle una "khata" (bufanda tibetana) durante una conferencia en Albany, Nueva York, el 6 de mayo de 2009 Credit Philip Kamrass/Times Union

Barbara Bouchey, quien fue novia de Raniere por nueve años y salió de Nxivm en 2009 (también participó en catorce demandas contra el grupo y sus filiales), dijo que Raniere escondía sus relaciones con otras mujeres, a quienes llama “esposas espirituales”. Cuando ella se preguntaba dónde había estado durante varios días, Raniere y otras mujeres de alto rango le señalaban que tenía un complejo de abandono por ser hija de un padre alcohólico y que los problemas de ella eran el problema, no Raniere. Quizá él se había ausentado porque quería darle una lección sobre las expectativas que debía tener hacia otro ser humano.

Esos dos puntos de vista sobre Raniere —aquel hombre extremadamente ético que dirige una organización extraordinaria de autoayuda; el estafador que decía empoderar a mujeres pero era él quien tenía el máximo poder— surgieron varias veces en mis conversaciones con Bouchey. Dijo que no está segura de si Raniere es una versión viviente de Jekyll y Hyde, pero que hay grandes posibilidades de que lo sea.

El colateral

Raniere era un maestro de la desorientación, de hacer creer a la gente que ir hacia abajo era subir e ir hacia arriba era bajar. La manera en que lo hacía, parece ser, era con la promoción simultánea de emprendimientos tanto positivos como negativos. Eso quedó particularmente claro con la siguiente serie de experimentos dentro del grupo.

A los hombres, Nxivm les ofreció ser parte de un club llamado Sociedad de Protectores. Eduardo Asunsolo me dijo que cada agrupación de hombres era el sistema de apoyo de los otros; si tenías, por ejemplo, una casa nueva que necesitabas pintar, ellos llegaban con brocha en mano. Además de sus teorías filosóficas, Raniere les presentó a sus seguidores el concepto de “colateral”, para “darle más ventaja a tu conciencia”. Si un hombre no “cumplía” su palabra sobre salir a correr, entonces todo el grupo quizá no tomaría café la mañana siguiente. “Si sé que mis amigos no van a poder tomar su café, voy a ir a correr”, explicó Asunsolo.

Pero el colateral era otra cosa por completo para las mujeres. Hace unos tres años, algunas integrantes comenzaron a sondear a otras de manera furtiva, para preguntarles si se sentían atoradas con respecto a su crecimiento personal y si querían unirse a un grupo de autoayuda internacional solo para mujeres que las ayudaría a avanzar más rápido. Una de las frases que usaban para el primer acercamiento era: “Quiero hablarte sobre algo que te va a cambiar la vida”.

Pero había algo inusual sobre esta invitación: ese esquema de autoayuda no costaba nada. En la utopía inspirada en Rand de Raniere, todo implicaba un intercambio de valor. Todos pagaban por los cursos o desquitaban el costo de su membresía al hacer labores administrativas o quizá al cuidar a los niños de otros integrantes; otra parte era asumida como deuda.

Para aprender más de la sociedad secreta, para siquiera escuchar la invitación completa, ellas tenían que entregar algo valioso. ¿Y qué es realmente valioso en esta vida? Estas mujeres eran en su mayoría acaudaladas, entonces no podía tratarse de un collar de perlas; eso era remplazable. Necesitaba ser algo que, si perdían, implicaría un castigo o daño para ellas: una foto desnuda, una confesión videograbada de algún delito cometido, quizá ceder el título de tu casa. Ese era el verdadero colateral, la manera más directa de mostrar que confiabas, y solo si confiabas realmente eras capaz de amar a otra persona. Claro, algunos lo llamarían extorsión.

Michele, integrante de 31 años, me relató su experiencia al unirse al grupo, que algunas llamaban Vow (la promesa) y otras Dominius Obsequious Sororium, un mal uso del latín que significa “el amo sobre las acompañantes obedientes”. Su sigla es DOS. (Raniere me lo describió como una sororidad).

Un día en Albany, dijo Michele, otra integrante la invitó a comer. “Era alguien a quien admiraba de lejos. Estaba muy emocionada y halagada de que quisiera hablar conmigo”, dijo. “Sabía que si ella estaba involucrada, probablemente había otras jefas involucradas, y yo quería ser una de ellas. Me iba a esforzar por serlo”. Michele me dijo que la experiencia de entregar el colateral fue una de crecimiento.

El dominio

Hasta ahora, varias integrantes dedicadas de DOS insisten en que comenzaron el grupo secreto ellas mismas, después de que una estaba pasando por un mal momento y las otras decidieron ayudarla haciendo el máximo compromiso. Con el tiempo, ese grupo creció a un estilo de campamento militar que supuestamente quería lidiar con el lugar de las mujeres en el mundo para hacerlas darse cuenta de que no son víctimas.

Cuando visité a Allison Mack en su impresionante departamento en Brooklyn ella también me dijo esto. Con una sonrisa e invitándome a sentarme en un sofá cerca de las grabadoras, Mack —quien se acercó a Nxivm cuando estaba infeliz con su carrera de actuación televisiva y le pidió a Raniere que la volviera una “gran actriz” de nuevo— explicó cómo funcionaba DOS.

Las mujeres que te invitaban al grupo eran tus amas, dijo Mack, o “la representación de tu conciencia, tu ser más avanzado, tu ideal”. Las amas ayudaban a las esclavas a contar sus calorías para salvarlas de la trampa de comer compulsivamente por cuestiones emocionales, según otras integrantes. Las maestras ordenaban un acto de “autonegación”, como bañarse con agua fría o levantarse a las cuatro de la mañana o quedarse completamente quieta por algún tiempo. A las esclavas les exigían “actos de cuidado” para las amas, quizá algo como llevarles el café. A las esclavas se les pedía abstenerse de tener orgasmos, supuestamente para sanar sus patrones sexuales negativos. Mack dijo que se trataba de “devoción”, como en “cualquier práctica o religión”. Le pregunté sobre el libre albedrío, ¿creía en eso? Respondió: “Estás dedicando tu vida de una manera u otra”.

Mack explicó DOS: “Se trataba de mujeres que se reunían y se comprometían de tiempo completo la una con la otra para volvernos nuestros yoes más poderosos, al impulsarnos a enfrentar nuestros peores miedos y exponer nuestras mayores vulnerabilidades, a sabiendas de que estamos lado a lado sin importar lo que sucediera y para cumplir nuestra palabra al sobrellevar el dolor”.

Cuando se comenzó a usar la marca con cauterización, fue una experiencia que provocó miedo, como cualquier rito de iniciación, pero lo sobrellevaron, dijo. Incluso si lloraron mientras eran marcadas, incluso si usaban tapabocas para poder respirar en medio del olor a carne viva, incluso si la marca resultó ser más grande de lo que les dijeron que sería y parecía ser un jeroglífico, incluso si estaban espantadas, pudieron trascender el miedo y gritarse la una a la otra: “¡Guerreras fuertes y cabronas! Volvámonos fuertes juntas”.

Y había otro esquema de estilo piramidal: cada ama tenía que reclutar a las esclavas y para volverse ellas amas, esas esclavas debían reclutar esclavas propias; alrededor de 150 mujeres se sumaron. Algunas esclavas se llamaban “hermanas” entre ellas. Mack me dijo que eran “una pequeña familia”.

Aunque la mayoría de las mujeres en DOS nunca tuvo vínculos sexuales con Raniere (él solo admitió haber estado con dos de ellas) y por ello no es posible decir que DOS era una “secta de esclavas sexuales” —en vez de un esquema de empoderamiento mezclado con un secta de esclavas sexuales—, muchas de las integrantes sí fueron adoctrinadas con las ideas de Jness: creían que los hombres tendían al poliamor y las mujeres, no, y que en Clifton Park se enseñaba el verdadero orden entre sexos y géneros. Una promesa de seducir a Raniere (aparentemente así le gustaba que fuera un acercamiento sexual, en vez de exponerse él) era otra de las maneras en las que las mujeres después dijeron que mostraban su compromiso con la hermandad.

La marca era una prueba de fe para DOS, una prueba del máximo compromiso, de lealtad. Si no tenías fe, DOS no era para ti y entonces perderías a tus hermanas y la oportunidad de ser una dura.

Me sorprendió escuchar a Mack asumir toda la responsabilidad de haber ideado la marca de DOS. Me dijo: “Pensé: ‘Oigan, ¡nada más un tatuaje! La gente se emborracha y se tatúa ‘Amigas por siempre’ en el tobillo. Yo tengo dos tatuajes y no significan nada”, explicó. Quería que fuera algo con mayor significado y que requiriera más valentía.

Para ser sincera, lo que me sorprendió fue que ella estuviera sentada ahí, hablando conmigo. Mack me dijo que había estado nerviosa por hablar con una reportera, pero que Lauren Salzman —quien había sido mi guía en este mundo junto con Raniere y Clare Bronfman— le dio valor al recordarle una emoción incómoda de su infancia en la que ella era alabada, y otros niños no. “Y, bam, mi sistema de creencias fue  actualizado”, dijo Mack, de 35 años, sobre cómo repensó e integró esos recuerdos.

Las creencias son delicadas, en especial si se trata de asumir la responsabilidad de la idea de marcar a mujeres y de ser alentada a hablar con una periodista cuando probablemente no ayude a tu caso. Sobre todo si este involucra a un gurú que dice ser alguien “evolucionado”, con “exploraciones emocionales” e “integraciones”, alegría, jerarquía, dinero, un ascenso por medio de bandas y rayas, dietas extremas, poliamor secreto y emprendimientos supuestamente benevolentes.

Para cuando muchas mujeres se sumaron a DOS ya habían tomado varios pasos para los que ellas sentían que habían dado su consentimiento.

Puede que el concepto de colateral haya sido poderoso para Michele, aunque otras lo describen como una experiencia horripilante, sobre todo porque les pidieron que entregaran material adicional en el que compartían los secretos más íntimos de sus padres o de personas cercanas a ellas. Sentían que no había otra salida, que su familia real no las iba a aceptar después de tal traición. Hasta hoy la vergüenza de ser identificadas no solo como integrantes de una secta, sino como “esclavas sexuales” —sin control propio, sin elección y, esencialmente, sin su humanidad— las ha orillado al silencio.

Las acusaciones

Después de que lo entrevisté en México, Raniere dejó de usar el teléfono y su contacto era por medio de un correo electrónico imposible de rastrear. Se trasladó a una villa en Puerto Vallarta, donde fue encontrado por las autoridades mexicanas acompañado de Mack y otras mujeres. Mientras las autoridades lo sacaban de la villa, según los fiscales, las mujeres persiguieron la patrulla. No querían abandonar a su gurú. Si lo dejaban irse quizá sería una muestra de debilidad o de no enfrentar un problema emocional que debían atender.

El viernes 13 de abril se leyeron los cargos en contra de Raniere en una corte federal en Nueva York. Una semana después, Mack fue arrestada con las mismas acusaciones que él. El FBI dijo que Raniere cometió “un asqueroso abuso de poder en sus esfuerzos por denigrar y manipular a mujeres que veía como sus esclavas sexuales… con un esquema piramidal atípico”. Los cargos penales indican que la dieta de DOS no era para el bien de las mujeres, sino para agraciar a Raniere porque, según el documento, prefiere a las mujeres muy delgadas, a quienes recibía en un sitio de Clifton Park llamado “la biblioteca”, donde había una cama y un jacuzzi. Los fiscales también indicaron que Raniere, en los ochenta y noventa, tuvo varios encuentros sexuales con menores de edad (negó esto cuando habló conmigo).

Mack era la esclava personal de Raniere, según el FBI. El colateral que ella le entregó como su “amo” provoca escalofríos: un contrato según el cual si rompía el compromiso su hogar sería transferido a nombre de él y que cualquier hijo futuro que ella tuviera sería suyo; además, había una carta dirigida a los servicios de protección de menores en la que ella señalaba que sus sobrinos eran abusados. Cuando las esclavas se tomaban fotos desnudas y se las daban a sus amas como su colateral, con la creencia de que solo había mujeres en el grupo, Mack le enviaba algunas de las imágenes a Raniere. Los documentos de los fiscales muestran que en una ocasión, después de recibir las fotografías de desnudos, Raniere le envió un mensaje de texto a Mack. Decía: “¿Todas para mí?”, junto a emojis de un diablo sonriendo.

Quizá para complacerlo, Mack decidió tener como esclavas a mujeres jóvenes y atractivas; ella me dijo que sabía que tenía que “trabajar” sus problemas de celos hacia mujeres así. Las acusaciones oficiales dicen que una noche le ordenó a una esclava tomar una caminata con Raniere y que este le vendó los ojos a la joven, la llevó a una aparente cabina y la amarró a una mesa, donde otra persona a quien la “esclava” no conocía le hizo sexo oral.

Mack se declaró no culpable de los cargos, pero con el tiempo la gente se dio cuenta de que el símbolo con el que fueron marcadas las mujeres no solo incluía las letras K y R, sino una A y una M. Entonces, parece, ella era tanto víctima como victimaria.

La defensa

Durante nuestra reunión en México, Raniere me insistió en que es ridículo sugerir que le lavó el cerebro a alguien. Lavar el cerebro es una farsa, algo imposible en términos científicos y a veces adoctrinar a alguien es positivo, indicó. “¿Qué es lo que está mal con mi adoctrinamiento?”, preguntó, de manera retórica.

Barbara Bouchey, exintegrante de Nxivm Credit Stefan Ruiz para The New York Times

Algunas de las exnovias de Raniere durante los noventa y los dos mil con las que hablé dicen que se sentían atrapadas por este hombre excéntrico que tenía muchas ideas, pero también era perezoso, que pasaba sus días dictando monólogos a sus seguidores, jugando vóleibol, acostándose con mujeres y haciendo que otras mujeres hicieran lo que les ordenara hacer con otras mujeres. “Tiene todo exactamente como lo quiere”, dijo una exintegrante de Nxivm en los documentos ante el tribunal. “No quiere tener éxito; quiere esclavizar”.

Lo que les enseñaron en Nxivm es que los humanos son programables. El libre albedrío es, a lo más, limitado. Tiene que ganarse al construir autoconciencia, y conciencia de los otros, y de su potencial para manipularte.

Raniere no se ha mostrado arrepentido sobre su presunto papel en DOS ni admitió que tuvo un papel en DOS. Era un profeta deambulante, no una mente maestra; a decir suyo: de lo que quería hablar conmigo era de exnovias enojadas, de las exintegrantes “boquiflojas” y de supuestas extorsiones en su contra.

Cuando discutió las acusaciones de abuso de poder hechas por exintegrantes, Raniere me dio una respuesta fundamentada en sus ideas randianas de intercambios de valor: “Creo que en muchas de las circunstancias, es una inversión”, me dijo. “Y cuando me acusan de quitarles algo, pienso: ‘Sabes, honestamente, estoy invirtiendo, entonces, si acaso, no conseguí rendimientos de la inversión, pero yo tomé la decisión’”.

Antes de su arresto, Raniere le recordó al rebaño que queda que no puede creer lo que se dice sobre Nxivm en los medios, porque los medios son deshonrosos. Y los nexianos no están equivocados al decir que los reporteros los tienen como blanco: cuando estaba en Albany, un fotógrafo en una camioneta pasó rápido cerca de un grupo de mujeres con las que estaba parada y pude verlo tomar imágenes desde dentro del auto; se sintió como algo invasivo y amenazante; entiendo por qué Bronfman y otras están preocupadas de salir lastimadas.

Raniere también recalcó que los integrantes que se han ido lo hicieron por disonancia cognitiva: decidieron que él era malo y por tanto tenían que hacerlo parecer muy malo para sentirse bien por desertar; sugirió que seguramente acusarían que alguien como la joven con la enfermedad de Crohn a la que conocí en la cocina de Salzman solamente estaba ahí porque Raniere quería acostarse con ella.

Para enfatizar este argumento de que Raniere es el ético, él hizo notar que DOS no ha hecho público el “colateral” de las mujeres (un argumento difícilmente impresionante, empezando por la problemática legal que representaría si lo hiciera). Pero también indicó que Nxivm no ha divulgado información sobre las vidas privadas de los desertores, sus traumas y problemas familiares, que es conocimiento que el grupo por supuesto tiene a la mano. Insistió en que no violará esa confianza.

En una audiencia sobre el caso de Raniere y Mack a principios de mayo, en la corte del distrito federal de Brooklyn, el abogado de Raniere, Marc Agnifilo —cuyo despacho representó al expresidente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss cuando fue acusado de violación y que actualmente está contratado por Harvey Weinstein—, les dijo a los reporteros que Raniere no aceptará un acuerdo de reducción de pena a cambio de declararse culpable. “Todo fue completamente consensuado. Se trataba de adultos tomando decisiones con libre albedrío, y el juicio mostrará que así fue”, dijo Agnifilo. “Muchas mujeres adultas, con poder de decisión y determinadas tomaron estas decisiones en sus vidas”.

Cada acusación de tráfico sexual conlleva una sentencia mínima de quince años de prisión. Es probable que se agreguen otros cargos, como asociación delictuosa (por la presunta criminalidad dentro de DOS), así como acusaciones en materia financiera por delitos revelados por una exnovia renegada (como la portación de dinero que fue recaudado en clases de Nxivm en México al otro lado de la frontera, o violaciones de visados).

Ese día en la corte, las tres procuradoras del caso se quedaron viendo a Raniere mientras la fiscala principal, Moira Kim Penza, describió sus argumentos en contra el fundador de Nxivm.

Raniere y Mack nunca voltearon a verse. Él traía puesto un mono de prisionero color gris, arrugado en la espalda, quizá por acostarse en su celda. Cuando entró a la sala del tribunal sus ojos se movieron de un lado al otro. El cabello de Mack ya no tenía sus reflejos rubios y ella lucía extremadamente delgada. Se mantuvo prácticamente inmóvil, excepto por un momento en el que tembló.




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