LA ZONA DEL PENSAMIENTO : Las espinas inofensivas


Si ves que tus manos sangran cada vez que intentas alcanzar una rosa, recuerda, que tus dedos pueden llegar a ser tan frágiles como sus pétalos. Y, que es sólo cuestión de tacto. Sólo se trata de que el rosal siga creyendo que el fuerte es él.

Anónimo

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