LA ZONA PÚRPURA : La alargada sombra del Catecismo

Que la Iglesia siempre estuvo junto al poder, del color que fuese, no es nuevo. Que se es español por la “misericordia de Dios”, tampoco. Que los nacidos en España tienen la obligación de ser cristiano-católicos, obedientes a su rey y amantes de su patria hasta dar la muerte… ya estamos más que olvidados. Que muestro jefes de estado o reyes lo son “por la gracia de Dios”, se repite hasta la saciedad a través de nuestra Historia. 



El panfleto que ha llegado a mis manos, salvo algunos nombres que todos sabríamos sustituir, constituye un testimonio irrefutable de que en este intento de país, TODO SIGUE IGUAL DESDE HACE SIGLOS. 

La Corona es “gracia de Dios”, el fascismo estuvo bendecido por la iglesia, recordad al dictador Franco bajo palio. Hoy, el protagonismo de la “religión única” no ha disminuido y su poder se mantiene intacto a pesar que la Constitución de 1978 que en su artículo 16.3 señala el carácter aconfesional del Estado. 

Durante la transición, la Iglesia católica no estuvo dispuesta a perder ninguno de los privilegios ganados durante 40 años de dictadura. Leer este rescatado “Catecismo civil” es como estar ante cualquiera de los medios de comunicación, impresos o no, pertenecientes a quienes no están dispuestos a que esto AVANCE.

Desde siglos y en la actualidad, una gran parte de las imágenes del Rey derivan de su aura sagrada: la perfección, la santidad, la bondad, la justicia. Me refiero al carácter sobrenatural que rodeaba, y sigue rodeando, la imagen real. 

Desde la antigüedad se buscó vincular a la realeza con la divinidad y a las diversas casas dinásticas como familias predestinadas. De ahí que hoy se imputen y desimputen alegremente de presuntos (pero claros) delitos contra el bien público, no nos debe extrañar. Están protegidos, ungidos por la divinidad, por mucho que roben, los tienen ubicados entre Dios y los hombres, algo así como ”el postrero de los dioses y los primeros de los hombres”, unos “cuasi Dios en la tierra”, a imitación del Papa.



En lo que afecta a Andalucía, desde el caso de la conquistadora Castilla la apelación al origen divino de los reyes parece haberse acentuado solo a partir del siglo XV con los “reyes católicos”, aunque ya mucho antes que la teoría del origen divino fuera sistematizada en el medioevo, los reyes astur-leoneses se hacían llamar Dei rex, rey por la gracia o por la voluntad de Dios. 

Desde el siglo XIII, las imágenes teológicas del rey comenzaron a multiplicarse. Además de la insistencia en el origen divino y la idea del vicariato, se empezó a hacer alusión al rey ‘ungido’. Lógico que sean elegidos “por la gracia de Dios” ya que la voluntad del pueblo nunca estuvo presente, es más, ante sus autonombramientos por herencia y “color de la sangre”, la gracia concedida, más bien parece un chiste, divino claro.

El tema de la unción de los reyes es particularmente interesante puesto que no fue una costumbre imperante a mediados del siglo XV, aunque si fue parte de la propaganda difundida por autores como Diego de Valera (1412-1488). De su Doctrinal de príncipes proceden estas ideas sobre la unción real:

“Los reyes cristianos deben ser ungidos en la espalda e onbro e braço derecho con olio consagrado porque así como nuestro Señor llevó en su hombro la cruz en que fue puesto para salvación del linaje humano así los reyes han de sofrir toda carga y trabajo por la salud e bien e sosiego de sus pueblos”. 


También, porque con mano vigorosa defienden la santa fe católica y las tierras y señoríos a ellos encomendados. Eran consagrados, para que “no mientan y hagan juicio y justicia”. Por eso es “religiosa y moralmente grave” que el actual jefe del estado español se permita asegurar que ”los españoles son iguales ante la ley” cuando en su propia casa-familia los hay mucho menos iguales. 

La unción habría constituido una forma en la que los reyes accedían al orden sacerdotal y en la que se equiparaban con los eclesiásticos, acción muy vinculada a la idea de mantener el carácter sacral de la realeza. La contraparte de este acto era sin embargo, el establecimiento de una mayor dependencia del rey con la Iglesia. 

Carlos V de Alemania y I de España fue un emperador muy preocupado por la elaboración de su imagen real como ‘príncipe cristiano’ que aspiraba a unificar la cristiandad y a defenderla de las herejías y de los infieles. Uno de los juramentos que hiciera Carlos V nos retrotrae también a los conceptos de sacralidad de que hemos hablado aquí. De cara al altar del Altísimo y después de su coronación en Aquisgrán en 1520 como emperador del Sacro romano imperio dijo:

“Juro y prometo delante de Dios y de sus ángeles, que yo quiero en el presente y en el porvenir, mirar y hacer respetar la ley y la justicia, así como la paz de la Santa Iglesia de Dios; que yo quiero ser util al pueblo a mi sujeto y procurarle justicia; que quiero mantener los derechos del imperio, bajo la reserva de tomar en consideración la misericordia divina: lo cual prometo cumplir con todas mis fuerzas; con el consejo de los príncipes de mi Imperio y de mis vasallos […]”. Claro que a sus “vasallos” nunca les consultó, igual que en los actuales viernes de DECRETAZOS.




Un apunte histórico nos alerta sobre el contraste de imágenes. Isabel, llamada ‘la Católica’ y rodeada en su época por un aura de virginal pureza, moralidad y espiritualidad, sorprendió al propio rey Fernando por la entrada que realizó en la ciudad de Zaragoza haciendo alarde de un ritual que además de masculino era considerado un símbolo de amenaza de castigo. 



Su procesión de entrada fue encabezada por un paje que portaba una espada erguida, símbolo de la autoridad real y la justicia e históricamente identificado con la figura del varón. Total, la toma de Granada no se diferenció de las siguientes guerras inciviles más que en la cantidad de asesinatos y persecuciones que se cometieron contra la población civil…. cuestión de números.

En la conquista de Sevilla, lo primero que ordenó Fernando III fue seleccionar varias decenas de mujeres vírgenes y “residenciarlas” en el Alcázar para su disfrute personal. Lo segundo, regalar miles de hectáreas de tierra a los doscientos mercenarios contratados para la conquista de la Baja Andalucía, emitiendo el famoso documento “El Repartimento”, origen de los eternos latifundios que hoy están en poder de apellidos conocidos. Al cabo del tiempo, la Iglesia, en agradecimiento al exterminio como trato de favor que recibió de Fernando, le nombró Santo y Patrón de Sevilla.



Que ¿la Iglesia “nunca” intervino en la alta política del estado?

En España, durante el franquismo, la Iglesia jugó un papel relevante en la consolidación del régimen. Hoy su protagonismo no ha disminuido y su poder se mantiene intacto. La Iglesia aupó a Franco a la categoría de caudillo por la gracia de Dios y desde esa atalaya lució una aureola cercana a la santidad. Lo mismo que a los uncidos reyes. Porque Franco, al no tener corona, inventó el grado, siempre inexistente de "generalísimo", no se conformó.

En España, durante el franquismo, la Iglesia jugó un papel relevante en la consolidación del régimen.  Durante la transición, la Iglesia católica no estuvo dispuesta a perder ninguno de los privilegios ganados durante 40 años de dictadura. 

Para sus miembros fue mejor reconocer el carácter aconfesional que pasar a una fórmula de Estado laico. Fue una solución de compromiso de los constituyentes que dejaba claro el papel de la Iglesia y los límites de la reforma política. No se ponía en cuestión su función garante de la moralidad de los españoles. 

Lo que Franco ató, siguió atado. Así, la Iglesia católica podría seguir gozando de un trato de favor a la vez que se marginaban otras confesiones. La enseñanza de la religión en los colegios públicos se dejó en manos del clero. Así, el Estado paga la educación católica de los colegios privados concertados, cuya cifra de alumnos supera el millón. 

La ley franquista de 1970 que lo avala no ha sido derogada. Igualmente, el episcopado confecciona sus programas de estudio y contrata a sus profesores pagados por el Estado. ¿OS SUENA ESTO A ALGO QUE HOY SIGUE OCURRIENDO?



En otro orden de cosas, los hospitales públicos mantienen en su plantilla sacerdotes y las universidades cuentan con una capilla. 
Ni que decir que no hay ni mezquitas ni sinagogas, ni templos budistas. Los rituales políticos utilizados por el poder civil para asumir los cargos de representación popular están sometidos a ceremonias donde el crucifijo las preside. No menos importante es su presencia en los medios de comunicación social públicos. 

Tampoco debemos pasar por alto que la mayoría de los días festivos forman parte del credo católico. Semana santa, la inmaculada, los reyes magos, la Almudena, etcétera, además de gestas bélicas y/o de exterminio de herejes, como La Toma de Granada, Día de la Hispanidad o la Batalla de Las Navas de Tolosa

Asimismo, el episcopado posee una radio de ámbito estatal, la cadena COPE, utilizada como medio para arremeter contra el poder político y dar rienda suelta a sus campañas contra el aborto, los homosexuales, el uso del preservativo y la asignatura educación para la ciudadanía donde se apoya una visión progresista de las relaciones sexuales, de la inmigración, de la tolerancia religiosa o de los matrimonios entre homosexuales. 

En este caso han llamado directamente a la objeción de conciencia. Un sin sentido.

No menos importante es su poder económico. Y no me refiero al patrimonio cultural atesorado en los monumentos de interés nacional, hago mención a los terrenos urbanos y rurales, los edificios, las casas, mansiones y el conjunto de propiedades cuyo origen es la donación testamentaria

Sin menospreciar las empresas subsidiaras y sus inversiones en la bolsa. El uso de su capital para fines especulativos ha quedado al descubierto con los escándalos de todos conocidos. Sus turbios negocios han salido a la luz cuando los imputados han debido declarar quiénes eran sus principales inversores.

La Iglesia desde 1993 controla el 40 por ciento de las universidades privadas. Jesuitas, dominicos, escolapios, Opus Dei, legionarios de Cristo o franciscanos gozan de los fondos públicos para sus proyectos. Mientras tanto la enseñanza aconfesional y pública sufre los envites del clero cuando se trata de subvenciones.

Su poder es tan grande que ningún gobierno del PSOE, hasta la fecha, quiere coger el toro por los cuernos. Incluso algunos destacados militantes como el ex ministro de Justicia y creador de jueces para la democracia Alberto Belloch, hoy alcalde de Zaragoza, ha considerado ejemplar dedicar una calle al fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer, amén de obligar a los concejales del consistorio a participar del rosario y las misas cantadas en honor a la patrona de la ciudad en la catedral el día 12 de octubre. 


Fernando III 

Sus actos no son sino otra manera de poner en cuestión el carácter aconfesional del Estado. Pero sin ir más lejos, la visita del papa Benedicto XVI a España fue sufragada con el 50 por ciento por la “Hacienda que somos ¿todos?”. Desde la seguridad, el transporte, una parte de la publicidad, la estancia y el conjunto de la parafernalia, tanto como ser considerada una visita de Estado. 

Son muchos millones de euros los que se invierten en apoyar a la Iglesia católica. En contrapartida, sus máximos responsables deciden bajar los decibelios en la crítica a la nueva ley de aborto.

Si hacemos memoria, los orígenes de su actual poder están ligados al golpe de Estado contra la Segunda República, en 1936. Para los alzados, el gobierno del Frente Popular fue una suma de políticos masones, judíos y comunistas interesados en destruir la unidad de España, era necesario combatirlos y la iglesia se convirtió en la mano derecha de Franco. 

Éste gobernó con la Iglesia y la Iglesia gobernó para el régimen. La guerra civil se consideró parte de una cruzada, y su objetivo consistió en aniquilar al enemigo. Ellos avalaron los fusilamientos de miles de republicanos, socialistas, anarquistas y comunistas. 

La Iglesia aupó a Franco a la categoría de caudillo por la gracia de Dios y desde esa atalaya lució una aureola cercana a la santidad. Un enviado del Señor cuya tarea consistía en blandir su espada contra los comunistas, representantes del demonio en la tierra. Su triunfo se consideró por la Iglesia católica la primera derrota del comunismo internacional y el renacer de España como la reserva espiritual de Occidente. 

Era un enviado y no podía renunciar a su tarea, los obispos se encargaron de recordárselo siempre. Los hechos lo situaron en el papel de salvador de la patria. Se transformó en un martillo de herejes bajo la mano férrea de una Iglesia católica, apostólica y romana que hasta hoy no ha perdido ningún ápice de su poder real. 

La España actual sigue teniendo miedo a realizar una reforma que relegue a la Iglesia católica a su única función, ser un refugio para sus creyentes a título de fe y al margen de la esfera de lo público.

Todavía se bendicen a los soldados que van a morir en las disfrazadas  “misiones de paz”. Ninguna otra confesión interviene ni es autorizada si se le ocurriera solicitarlo, cosa que dudo. 



El radicalismo no es exclusivo del cacareado terrorismo religioso, étnico o económico que siempre se localiza en los demás, teniéndolo tan cerca, en nuestra propia casa. MORIR POR LA PATRIA es un lema caduco que está a la venta al mejor postor, SI HAY QUE MORIR QUE SEA POR LA DIGNIDAD QUE SE NOS VA, MEDIANTE SAQUEO PROGRAMADO. 

Desde los Austrias a los Borbones, ungidos “por una gracia de Dios”. Desde Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy ¿HA HABIDO ALGÚN RESPONSABLE DEL GOBIERNO QUE LE HAYA PLANTADO CARA AL DOMINIO ECLESIÁSTICO? 

La Iglesia llamó a las armas contra los no creyentes, condenó a muerte a millones de enfermos mentales, alquimistas, estudiosos de la astrología, del origen del mundo y del hombre; persiguió y encarceló a gitanos, moriscos, homosexuales; quemó las mayores bibliotecas del mundo en su participación en la conquista de Andalucía, sin pararse siquiera ante los escritos cristianos…: Todo por anular la cultura ajena. Y en la actualidad sigue imponiendo, desde la gran Banca Vaticana, la norma financiera que le conviene con el beneplácito del Nuevo Orden Alemán y la sumisión del partido que nos gobierna.

Es otra de nuestras cargas históricas y que el documento rescatado nos viene a ratificar que SIEMPRE ESTUVO, NO SÓLO CON EL PODER, SINO QUE ALENTÓ LA VIOLENCIA, EL SUICIDIO DISFRAZADO DE PATRIOTA Y EL MORIR POR UNA PATRIA QUE NO SE MUESTRA TAN NUESTRA COMO DICE.

EL DOCUMENTO EDITADO CON EL BENEPLÁCITO DE LA IGLESIA EN FAVOR DEL PODER Y CONTRA LOS "ENEMIGOS IMPERIALISTAS" NO TIENE DESPERDICIO, SALVO LOS NOMBRES DE LOS PROTAGONISTAS Y LOS ENEMIGOS QUE PUEDEN SER SUSTITUIDOS POR LOS ACTUALES








No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO