LA ZONA PÚBLICA : Enemigos de Bio-Bac

Corría el año 2002, mi madre recuerda como iba con mi tía, su hermana pequeña, en busca de aquel producto llamado BIO-BAC. “Era como si fuéramos a buscar droga”- me relata -“preguntábamos por los frascos en secreto,  y era tremendamente difícil encontrarlo. No lo conseguimos” 


Yo, que entonces contaba con poco más de 20 años, recuerdo los telediarios hablando de “La Operación BrujoLa prensa relataba como 200 -en otros medios 400- operativos de la Guardia Civil habían detenido a 23 personas, entre ellas 13 médicos, e incautado frascos y viales de aquel “medicamento clandestino” Y pocos días después recuerdo a personas echándose a la calle, encerrándose en una iglesia, al lado de mi casa en Malasaña (Madrid) y manifestándose por poder conseguir el producto. 

Las notas de prensa hablaban de consumidores que pretendían demandar al Ministerio de Sanidad, de personas que repartían frascos del producto y de pacientes o familiares de pacientes que lo habían robado. También de facultativos detenidos, que sostenían la eficacia del producto y que habían sido víctimas de aquel “linchamiento”.

Se creó la Asociación de Consumidores de Bio-Bac. Durante años se recogieron firmas para que se legalizara el medicamento. Yo firmé. Mi madre firmó. Hasta Esperanza Aguirre firmó. El ex secretario de Estado de Sanidad y entonces  Jefe de Cardiología del Hospital Clínico de Madrid, pedía que le dejaran tomar BIO-BAC.


El cardiólogo Sánchez-Harguindey. Más.

El Colegio de Médicos de Córdoba, el Colegio de Médicos de Madrid, y los partidos politicos Izquierda Unida, PSOE, Bloque Nacionalista Gallego y Los Verdes apoyaron la lucha de los consumidores de BIO-BAC (aqui)

Vamos, que se montó un revuelo de padre y muy señor mío al respecto. Ahora, más de una década después y en mis horas dedicadas a tratar de comprender el cáncer y muchos aspectos que lo rodean, he tratado de reconstruir aquella historia con piezas que he he encontrado en internet. El orígen, de todo aquel revuelo, es Fernando Chacón, y su descubrimiento.


Fernando Chacón

Fernando Chacón Mejías fue un microbiólogo, farmacéutico y veterinario que nació en Córdoba en 1917.

Estudió Medicina en la Universidad de Sevilla y más tarde, ejerció como catedrático durante varios años en las universidades de Granada y Córdoba. También desempeñó su trabajo científico en diversas Instituciones Públicas, entre otros cargos, fue Inspector Municipal en el Ayuntamiento de Sevilla y Jefe de la Sección de Microbiología de los Laboratorios SERAS

Regentó durante décadas la farmacia El Globo. Ejerció como profesor en la cátedra de Microbiología y su fama como microbiólogo le llevó a estudiar, por encargo, la existencia de hongos en distintos tipos de cáncer. Los resultados que obtuvo, marcaron definitivamente el rumbo de su vida.

Sus primeras publicaciones datan del año 1959.  En su libro “Pribios o enzimas vivientes” publicado posteriormente, describe el mecanismo por el que se forman los patógenos que favorecen el desarrollo de diversas patologías, como el cáncer.

Chacón daba detalles del mecanismo de acción del cáncer, describiendo lo que ocurre en una célula normal cuando por distintas causas, se ve invadida por un agente capaz de mutar el ADN de la célula, de tal manera que ésta comienza a reproducirse sin control. Colaboró  en este sentido con el Dr. Jiménez Díaz, al que hizo participe de los trabajos que realizó en el campo de la Oncogénesis.

Tras muchos años de investigaciones, Fernando Chacón constató que en las células tumorales se encontraban aminoácidos dextrógiros (es decir, polarizan la luz hacia la derecha), algo inexplicable ya que son completamente desconocidos para el ser humano, en cuyo organismo todos son levógiros (polarizan la luz hacia la izquierda). 

Chacón concluiría que si los seres humanos no tenemos capacidad enzimática para sintetizar ese tipo de proteínas, procedían del exterior del organismo. Y decidió investigar en el campo de la microbiología para saber si existía algún germen productor de proteínas con aminoácidos dextrógiros cuyas moléculas fueran las responsables del cáncer para inactivarlas y elaborar con ellas una vacuna para el cáncer. Y esos seres existen exclusivamente entre las bacterias y algunos hongos.


Tras muchos años de investigaciones Fernando Chacón constató que en las células tumorales se encontraban aminoácidos dextrógiros (es decir, polarizan la luz hacia  la derecha), algo inexplicable ya que son completamente desconocidos para el ser humano, en cuyo organismo todos son levógiros (polarizan la luz hacia la izquierda). Más.

Chacón, decidió relegar los cargos y ocupaciones oficiales que tenía, para poder dedicarse por completo al estudio, investigación y ensayo del tema que le apasionaba: el cáncer, recluyéndose a tal efecto en su laboratorio de Córdoba. 

En 1974 patentó su, por entonces, excepcional descubrimiento: “una autovacuna contra las enfermedades producidas por las enzimas vivientes” o FR-91, una sustancia, que más tarde sería conocida como BIO-BAC y que mucho después suscitó aquella controvertidísima polémica.

El tratamiento con esta vacuna, consistía en extraer sangre de los enfermos, confrontar el suero con todas las enzimas procedentes de bacilos aerobios esporulados que ya había obtenido y guardaba, y elaborar la vacuna sólo con aquellas con las que el suero floculaba (reaccionaba) específicamente.

Llegó un momento en el que la cantidad de vacunas solicitadas fue tal que resultaba imposible seguir haciéndolas individualizadas. Así que decidió desarrollar una vacuna polivalente que incluyera las proteínas más habituales productoras de enfermedades que había ido recopilando con la experiencia. Asumiendo que si bien gracias a su amplio espectro la vacuna funcionaría en una gran mayoría de los casos no sería así en todos; es decir, no lo haría cuando la enfermedad estuviera provocada por una proteína que no estuviera en el Bio-Bac polivalente, dejando para tales casos la vacuna individualizada.

Además de en pacientes con cáncer, la vacuna se aplicaba en otro tipo de enfermedades, debido a que las proteínas de los bacilos aerobios esporulados, al entrar en la célula, bloquearían procesos metabólicos capaces de desencadenar enfermedades crónicas degenerativas, como en el caso de la artrosis, enfermedad en la que estas proteínas serían capaces de bloquear la capacidad metabólica del sinoviocito de producir líquido sinovial y sustancias necesarias para la producción del cartílago.

En 1975, por una resolución del INSALUD, se autorizó en España oficialmente la dispensación del producto con cargo a la Seguridad Social de las prescripciones de su (fórmula magistral) “autovacuna de enzimas inactivas” que fue ratificada por la Secretaría de Estado del Ministerio de Sanidad.

Así fue como el BIO-BAC se comenzó a recetar y a sufragar por la Seguridad Social en España.

En la imagen la tienda de Ana de la Casa a la que las Autoridades Sanitarias también abandonaron impidiéndole el acceso a Bio-Bac. Ana fallecié poco después de tomar esta foto sin que el ministerio le permitiera intentar su última y única alternativa: Bio-Bac.

En 1979, y con España ya en democracia constitucional, se ratifica la resolución de 1975 del INSALUD, es decir, el Ministerio de Sanidad decide seguir recetando y pagando dicha vacuna, hasta 1985

Parece que haya pasado mucho tiempo, con lo que me resulta de vital importancia incidir en que, ya entonces, en 1979, era necesario que existiera un registro del producto en el mercado, una autorización y un informe que demostrara la eficacia terapéutica y la utilidad pública para que este fuera recetado y pagado por la Seguridad Social.

Recetas que prueban que el medicamento se seguía recetando..

Tal y como relataba Fermin Moriano en una ponencia hace unos años:  “El BIO-BAC está pagándose por la Seguridad Social ya en la España Constitucional, ratificada por un Gobierno Constitucional, por un Ministro de Sanidad elegido democráticamente hasta 1985.

En 1985 se decidió que el producto se dejara de pagar por la Seguridad Social para ajustarse a una nueva normativa la Agencia Española del Medicamento y se exigieron ciertos ensayos clínicos a Chacón, mientras el producto seguía en el mercado, y no de modo ilegal, se seguía recetando por médicos, aunque los pacientes tenían que costearse el producto.

Prosigue Moriano diciendo que la primera fase de dichos ensayos clínicos se conocen como “Preclínica” y aclara que “la Preclínica es averiguar si el producto tiene seguridad y eficacia en animales y experimentación e in vitro

Chacón, en aquel entonces, presentó las más de 31.000 historias clínicas de pacientes de aquellos 10 años al Ministerio, según recalca Moriano, con remisión completa de la patología en un porcentaje elevadísimo; pero al no existir estudios con animales e invitro no eran válidos: no se ajustaban a la nueva normativa vigente del 85. Así que el fabricante se puso a trabajar en dicha petición, mientras el producto continuaba en el mercado.

En un primer momento, el Ministerio solicitó el estudio en ratas, y así lo realizó Chacón, demostrando que el producto era seguro, no generándose ninguna reacción, ni alteración orgánica ni sistémica y si una actividad citotóxica selectiva, es decir, que sólo mataba a la célula tumoral y no tocaba a la sana.

La quimioterapia es un citotóxico, pero no selectivo: afecta tanto a la célula tumoral como a la sana. Parece que Chacón demostró entonces la panacea en la farmacéutica: un producto capaz de eliminar la célula tumoral sin los sabidos efectos de la quimioterapia y que por lo tanto y a su vez tenían una actividad contraprotectora.

Cuando lo presentó le instaron a repetirlo, esa vez en cobayas, y así lo hizo. Presentó los resultados, que fueron igual de positivos que en las ratas. Y entonces, según sigue relatando Moriano, le dijeron “bueno, es que ahora sería conveniente que lo hiciera en perros beagle” Y en perros beagle se vuelve a demostrar lo mismo.”

Realizar estos estudios pre-clínicos con toda la burocracia administrativa que ello supone, conlleva años y años de trabajo y esfuerzo. Una vez superados estos ensayos, e insisto, con el producto recetándose aunque no sufragándose por la Seguridad Social, llegó el momento del ensayo clínico en fase I, o lo que es lo mismo, el primer ensayo que se hace con humanos una vez demostrada la seguridad del producto en animales de experimentación, o en su defecto, efectos secundarios asumibles al efecto beneficioso del tratamiento (lo que se conoce como eficacia – riesgo) para averiguar si es igualmente seguro en humanos.

Estamos ya en 1992. Si ya se lo estaban poniendo difícil a Chacón, ahora empiezan a ponérselo peor, con un sin fin de trabas incomprensibles por parte del Ministerio.

Después de un ardúo periplo burocrático,  se consiguió la aprobación para realizar los ensayos clínicos en Fase I en dos hospitales públicos de Madrid: el Ramón y Cajal y en el Severo Ochoa. Lo aprobaron tanto el Comité científico, como el Comité ético del Ramón y Cajal y del Severo Ochoa, e inmediatamente después fue denegado por el Ministerio de Sanidad, alegando que todavía faltaban pruebas in vitro y en animales de experimentación. “Con lo cual le viene a decir al Comité científico y al Comité ético de todos los hospitales que no saben de lo que están hablando y que no saben lo que hacen” – dice Moriano.

El fabricante realizó los estudios que le requirió una vez más  el Ministerio de Sanidad y un año después presentó dicha documentación para retomar los estudios en Fase I que se paralizaron previamente en los hospitales Ramón y Cajal y Severo Ochoa. ¿Y qué pasó? Que se volvieron a denegar los ensayos clínicos.

Lo insólito es que no se aceptaran los estudios de un producto que se seguía recetando. 

Los laboratorios Rovi e Interlab apoyaron entonces a Chacón; prueba de esto es este fax  emitido a la Dirección General e Farmacia. Podéis ver la contestación de Francisco Salmerón, por aquel entonces Jefe de la División de Productos Biológicos en el Ministerio de Sanidad (que es la actual Agencia Española del Medicamento). 

El fabricante optó por marcharse a realizar los estudios fuera de España. En Bélgica, presentó la misma documentación que se había presentado en España y en ese país, le conceden los ensayos clínicos en voluntarios sanos – Fase I – a los tres meses. Esto fue en  1994. Se demostró entonces la seguridad del producto y se pasó por tanto a realizar, también en Bélgica, una Fase II.



Decidieron realizar esta fase de experimentación en osteoartritis. Según relata Moriano, esta decisión vino motivada por “no herir demasiado, o no meter miedo a una industria que le podría sentar muy mal que un producto con actividad anticancerosa saliera al mercado y se va al tema de la osteoartritis o artritis en cadera y en rodilla“

En la Fase II se demostró la efectividad clínica para dicha patología, para pasar a la Fase III (en Georgía), que es la que ha de demostrar o refutar si la efectividad señalada en la fase anterior es estadísticamente considerable en la patología estudiada. Y al parecer, así resultó. Se demostró que el producto: tenía una buena tolerancia, incrementaba la movilidad funcional, disminuía el dolor y la inflamación, en un porcentaje de 80% de los casos tratados, datos estadísticamente significativos.

Entonces plantearon la opción de sacarlo al mercado como se deja salir a cualquier otro anti-inflamatorio o analgésico. Pero era inviable, porque el producto no era un anti-inflamatorio ni un analgésico, era una vacuna enzimática, que parecía afectar no a una sintomatología concreta (como lo haría un analgésico que quita el dolor) si no a la causa subyacente, que según Chacón era una proteína. 

Esto supondría aceptar que la enfermedad se produce por proteínas, y eso… ¿Sería un disparate? Yo no soy médico, ni microbióloga, ni farmacéutica, así que no lo se. Lo que si se es que en 1997 el estadounidentes Stanley B. Prusiner fue galardonado con el Premio Nóbel en Medicina por “descubrir” que el agente que provoca ciertas patologías, como el mal de las vacas locas, es una proteína, a la que él llamó prión -y Chacón pribios, qué casualidad-, y no un virus. Al principio se le consideró un hereje, y pasados los años se le entregó un Nóbel. 

Entre tanto, Chacón seguía a vueltas con sus estudios para demostrar la efectividad de su vacuna, que se vendía en España, y en cuyo prospecto, aprobado por el Ministerio de Sanidad se leía algo como esto:

- Principio Activo: Vacunas especiales para el tratamiento curativo o paliativo de enfermedades producidas por pribios o enzimas vivientes.

- Propiedades: Los pribios o enzimas vivientes son capaces de multiplicarse como una bacteria o virus cuando concurren las condiciones adecuadas. Son los agentes etiológicos de enfermedades crónicas, progresivas y no contagiosas.


Stanley B. Prusiner recibiendo el Nóbel.

La posología o pauta de acción, según cuenta Moriano, variaba dependiendo de la patología: si era un proceso neoplásico o no, como la osteoartritis, si se aplicada a hepatitis, al VIH o a la enfermedad de Crohn. Yo entiendo que esta vacuna pudiera parecer una fuente milagrosa dificil de creer, al mismo tiempo que me pregunto ¿y si lo fuera? ¿Y si Chacón encontró realmente la explicación a múltiples patologías y su tratamiento? Lo lógico sería facilitarle esos estudios, ¿no?


La Iglesia intercedió ante Sanidad para que autorice la venta de Bio-Bac. Algunas de las personas que se encerraron en la iglesia de Visantoña. Más.

Poco antes de que a Prusiner le dieran el Nóbel en 1997, decidieron probar la vacuna en en pacientes con VIH positivo. 

Esta Fase II se realizó en Baviera, Alemania y en Munich donde estudiaron el el efecto y tolerabilidad del producto en el tratamiento de dichos pacientes. Se concluyó que incrementaba los linfocitos CD4 y CD8 en pacientes de VIH positivo, que dicho efecto era de dosis dependiente, que la tolerancia general fue  buena y que el producto era seguro. 

La aceptación de este estudio, suponía una vez más aceptar la acción de base de las proteínas. Se prosigue en Alemania con el estudio en Fase III en pacientes con VIH y los resultados fueron los siguientes: el aumento de los  linfocitos CD4 y CD8 y la consecuente disminución de la carga viral ocurrieron en el 100% de los casos tratados.

En 2002 se desató la “Operación Brujo” que relataba en el inicio de esta entrada. El 4 de marzo, Ramón Palop Baixauli, Subdirector General de Seguridad de la Agencia Española del Medicamento – entidad perteneciente al Ministerio de Sanidad – denunció ante la Guardia Civil que un producto llamado BIO-BAC se estaba vendiendo ilegalmente en España como “medicamento.” 

Desestimada su denuncia por parte de la Guardia Civil, Palop insiste en mayo exponiendo que existe “grave riesgo para la salud pública” porque los pacientes podrían abandonar “el tratamiento tradicional” recomendado por sus médicos y “podría” estar usándose en su fabricación dos productos -Orfidal y Humatrope- así como otras sustancias producidas en el extranjero”.

Bueno, pues sólo con las “sospechas” y “suposiciones” de Palop -no basadas en prueba alguna- la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil puso el caso en manos del Juzgado de Instrucción nº 2 de El Escorial y con esto, la llamada Operación Brujo que terminaría con la intervención y precinto de todas las unidades de Bio-Bac existentes y la intervención de unas 300 personas simultáneamente en media España para detener a las ya mecionadas 23 personas a las que se acusaría de pertenecer a una “red organizada” o “grupo armado” (para alucinar sin parar…) “que pretendía enriquecerse a costa del sufrimiento ajeno” Tal y como decía Antonio Muro: “la operación supuso la violación flagrante -aunque legal- de sus derechos constitucionales fundamentales”

Fermín Moriano, uno de esos 13 médicos detenidos relataba que existe una lista con el nombre de 3.800 médicos de la Seguridad Social que recetaron el BIO-BAC.  “¡¡¡Pues vamos a ir muchos al juicio!!!” - espetaba. – “Yo tengo recetas de médicos de la Seguridad Social, de los cuales algunos hoy son Presidentes de Colegios Médicos de alguna provincia de este país. Recetas firmadas por ellos de la vacuna de pribios o enzimas vivientes. Es decir, hay montones de médicos que lo han recetado. Lo que no entiende uno es como esto puede ocurrir”

Se siguieron realizando estudios sobre cáncer en carcinoma de colon, carcinoma de mama, carcinoma de pulmón y hepatitis B, todas esos estudios, los tiene en su poder el Ministerio de Sanidad, que sigue sin pronunciarse sobre ellos. “Y la versión oficial al día de hoy es que es un producto que es agua destilada y se hacían en los sótanos del garaje de Chacón” – Citaba Jose Antonio Campoy en 2003.


Manifestaciones a favor del Bio Bac en 2002 después de llevarse a cabo la 'Operación Brujo'. Más.

Fernando Chacón falleció en septiembre de 2004. Dedicó toda su vida y su patrimonio (que no era poco) a investigar en beneficio de la humanidad. Cuentan que en dos ocasiones, dos farmacéuticas le ofrecieron una cantidad considerable de dinero para comprarle la patente. Chacón se negó, por temor a que encerraran el producto en un cajón o hicieran algo peor.

En la actualidad, basado en el FR-91 está a la venta en el mercado español el producto RENOVEN con registro de complemento alimenticio. Tal y como relata Martí – Bosch, actualmente solo se vende el producto bebible, lo que supone un 50% de la fórmula. No está disponible la fórmula en viales, es decir, la vacuna inyectable original. Rafael Chacón, insisto, sigue en la lucha, y el Ministerio de Sanidad continúa con los archivos retenidos y sin dictarse sentencia.

Ha habido casos similiares, hablaré de ellos más adelante. Entre tanto y al hilo de los posibles intereses de la farmaindustria dejo la reflexión de otro blog, que sigo. No se si sabes que ahora quieren prohibir las fórmulas magistrales. Esas que el boticario lleva haciendo toda la vida en su farmacia… Esas que yo he utilizado tanto. 




Es sencillamente ironico que hayan perseguido a mi padre y a mi,porque mi padre

Dr Fernando Chacon Mejias se adelantara mas de cincuenta años en la postulación y practica de su investigación.

Ya todos conocéis la historia,ahora es tremendo ver que la investigación de mi padre no solo esta de actualidad sino que además es una moda científica para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades a través de ciertos complejos de origen bacteriano.Hago aquí un llamamiento a que metan en la cárcel a los miles de investigadores que están hoy en dia en nuestra línea con mas o menos cercanía a la misma.

un ejemplo para curiosos, aquí pongo enlaces para que se pueda poner de manifiesto que no solo vivimos en un país con retraso sino de retrasados mentales.No me refiero a los que los sufrimos sino a los que mandaron,mandan y mandaran si no le ponemos freno.


Un abrazo

Rafael Chacon

Publicaciones bacterias y cáncer




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