La Diócesis de Tui-Vigo destituía al fundador de Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, Miguel Rosendo da Silva por su «conducta moral», después de investigar varias denuncias de prácticas sexuales. Tamara Falcó hizo un retiro espiritual en esta agrupación con sede en Galicia.
Vivían en comunidad en la propia casa del líder a las afueras de Oia (Pontevedra), en una especie de búnker de lujo con reminiscencias divinas: los angelitos de la entrada, una torre de piedra apuntando al cielo, una piscina con agua salada frente al mar, una capilla, las habitaciones, un área de juegos infantiles y por supuesto él.
Ya está lejos de Dios porque la Iglesia ha decidido expulsar al fundador de Orden y Mandato de San Miguel Arcángel después de una investigación interna llevada a cabo durante nueve meses: acusaciones de prácticas sexuales utilizando elementos de la consagración, supuestos ritos de curanderismo en las herboristerías propiedad del líder espiritual, testimonios que denuncian comportamientos sectarios.
El grupo fundado por Miguel Rosendo fue descabezado en marzo de 2014, -un año después de iniciada la investigación ordenada por la curia-. La mayoría de los miembros de la asociación pública de fieles de derecho diocesano (ese era su rango) acabó dejando el colectivo y hoy se encuentra diseminada por España.
Lo que la Diócesis de Tui-Vigo se encontró al empezar a bucear en Oia no sólo era una comunidad más o menos exótica integrada por Miguel, su familia, cuatro matrimonios con sus hijos (algunos recién nacidos en la casa madre) y ocho mujeres que iban vestidas de monjas sin serlo. Sino también todos los estigmas de algo más cercano a una secta que a un grupo de fieles católicos al uso.
Diócesis de Tui-Vigo
EL MUNDO pudo documentar hasta con 11 fuentes diferentes (seis sacerdotes, un portavoz del obispado, tres ex adeptos y uno que permanece fiel) una historia de supuestos abusos sexuales, un proyecto de vida en común fabricado por un individuo que culpaba a los fieles de sus desgracias y una colectividad imbuida de una religiosidad fraudulenta.
Las consagradas Miguelianas. La actriz Olalla Oliveros (2ª por la derecha).
Todos han exigido el anonimato para hablar en público.
Todos tienen miedo.
Y todos cuentan menos de lo que saben.
Estamos en Pontevedra, lugar donde nació la comunidad y donde ha muerto. En los círculos clericales se habla con estupor de las miguelitas, unas consagradas rendidas a un seglar y ataviadas de azul y amarillo como si fueran creyentes de Boca Juniors.
«Miguel montó un edén con las religiosas», confiesa Begoña M., que fue fiel de Orden y Mandato junto a su esposo e hijo y hoy regenta un local en Moaña. «Había detalles que no me gustaban. Se sentaba con las chiquillas, las acariciaba mucho. Pasaron cosas entonces».
Después de 15 años cosida al grupo, hace tres que dejó de ir a las citas. Definitivamente. Como un amén. Ya no sabe si cree, dice. «Ni en qué». «Ahora te das cuenta de que te comía la cabeza. Por ejemplo, nos echaba la culpa de la muerte de su hija, que falleció con cuatro meses, decía, porque no nos esforzábamos lo suficiente».
La noticia de lo que supuestamente estaba sucediendo intramuros llegó al obispado como un repicar de campanas alertando de incendio. La Iglesia empezó a ver al demonio en llamas.
El aviso primero lo dio a finales de 2012 Isaac de Vega, capellán de la prisión de A Lama y pastor del grupo en la época de Miguel, quien había accedido a atender a este medio y luego cambió de idea. Según ha pudo confirmar este periódico, al menos hubo dos denuncias. La hermana Alejandra y la hermana María -encargadas de grabar las charlas espirituales del fundador Miguel, menores de 30 años- denunciaron las prácticas sexuales.
«Al parecer utilizaban expresiones de la consagración, tomad y comed, tomad y bebed, para los actos sexuales», señala un sacerdote que ronda los 60 y apura un refresco de cola.
«Hay familias que perdieron todo contacto con los adeptos, porque su voluntad quedaba muy reducida. Otras han sido víctimas de curanderismo en las herboristerías del líder, hacían supuestos ritos con las hierbas, cosmovisiones que nada tienen que ver con el cristianismo. Para los especialistas en satanismo, estas son puertas de entrada de espíritus malignos».
«Hay familias que perdieron todo contacto con los adeptos, porque su voluntad quedaba muy reducida. Otras han sido víctimas de curanderismo en las herboristerías del líder, hacían supuestos ritos con las hierbas, cosmovisiones que nada tienen que ver con el cristianismo. Para los especialistas en satanismo, estas son puertas de entrada de espíritus malignos».
A medida que fue sabiendo todo esto, el capellán De Vega se resfrió, el obispo estornudó y a Roma le empezó a faltar el aire.
En el mes de mayo de 2013, la Diócesis de Tui-Vigo nombró visitador canónico encargado de la investigación reservada al religioso Manuel Salcidos, una suerte de Sean Connery en 'El nombre de la rosa', sólo que gallego en vez de escocés.
Símbolo que Rosendo utilizaba en su herboristería (abajo) utilizado a la vez como icono que lucía en Orden y Mandato (arriba).
Viajó, preguntó, indagó, tomó declaraciones, contrastó y al final regresó al sínodo con el escándalo como un pan caliente que había que compartir. Varios de los curas que fueron llamados durante la investigación optaron por guardar silencio acogiéndose al secreto de confesión.
Un día después de que EL MUNDO se pusiera en contacto con las autoridades eclesiásticas de la diócesis, éstas emitieron un comunicado en el que confirmaban que la Iglesia había apartado a Miguel Rosendo «teniendo en consideración las conclusiones del informe recibido por el visitador canónico, en el que se reiteran las supuestas acusaciones en torno a la conducta moral del fundador y presidente».
De aquella comunidad de casi 400 miembros que llegó a tener Orden y Mandato, hoy sólo quedan 31 (27 varones y cuatro mujeres), guiados por un comisario extraordinario que la Iglesia ha puesto para sustituir el liderazgo de Miguel: el vicario de pastoral, José Vidal.
De aquella comunidad que convivió primero en la casa madre de Oia con Miguel y después se trasladó al monasterio de San Antonio de Vilariño, hoy queda una deslocalización furtiva. Cuantas más preguntas haces, menos te dicen.
A Moaña fueron a parar muchos de los fieles que salieron tarifando despavoridos y abandonaron la asociación en cuanto el ventilador de las denuncias comenzó a ponerlo todo perdido.
Hablamos con un párroco que conoce de cerca a la hermana que primero lo contó. Va en vaqueros. Nos recibe en la sacristía media hora antes de la misa de ocho. Porta una cruz dorada en el pecho. Y un peso enorme dentro.
«Una de las chicas que denunció se encuentra en tratamiento psicológico y farmacológico, no sale de casa, sólo se dedica a su familia, está rebelde, negativa, no quiere saber nada de la Iglesia, les he dicho a los padres que tienen que tener paciencia».
La asociación tiene hoy algo de lazareto y de refugio, de astillero y de libro cerrado. A sus 54 años, después del escándalo, Miguel salió de Vigo y recaló en Madrid. Desde abril, la mayoría de los miembros se dio de baja. Unos para olvidarse del asunto cuanto antes. Otros para seguir a Miguel. Allá donde fuera.
El cemento del grupo era la música -aires pop, folk, lo que fuera-, utilizada como herramienta de predicación. Su canción 'Síguele' sonó en las últimas Jornadas Mundiales de la Juventud, el momento álgido de la asociación pública de fieles.
La principal referencia de Miguel era Maravillas de Jesús, una santa a la que el fundador no paraba de rezarle cuando se le murió su hija -un día tras otro- y cuya ayuda sintió hasta lo más hondo.
La principal referencia de Miguel era Maravillas de Jesús, una santa a la que el fundador no paraba de rezarle cuando se le murió su hija -un día tras otro- y cuya ayuda sintió hasta lo más hondo.
El único vecino de Oia que continuaba perteneciendo oficialmente a Orden y Mandato de San Miguel Arcángel defiende con firmeza al fundador. No obstante vio nacer a uno de sus hijos dentro de la casa madre, y vivió allí más de un año junto a su esposa y toda la comunidad, y refiere cómo rehabilitaron piedra por piedra el monasterio de Vilariño, y cómo Miguel se arrodillaba como el que más («Miguel el que más»), y sólo tiene palabras que hablan de la labor apostólica que él vio allí dentro.
«En la casa de Miguel Rosendo vivíamos cuatro matrimonios y ocho consagradas miguelianas. Sólo coincidíamos con ellas en la capilla, nada más que en la capilla. En la torre hacían vida Miguel, su esposa, su hija minusválida y su hijo. Es verdad que dos hermanas denunciaron lo de las prácticas sexuales. Pero yo no me lo creo, es imposible. He visto a Miguel llevar a gente gratis a Fátima, sacar de excursión a gente mayor, ceder la piscina para los discapacitados».
Reglar Migueliano, Tui-Vigo (Pontevedra, España)
Hay una madre que refiere la historia del hijo adepto, que comenzó a distanciarse de la familia y a hacer caso única y exclusivamente a Miguel. Cuenta que llegó a dejar a su novia porque él no dio su aprobación. Y que cuando trató de saber lo que sucedía y el fundador le dio cita dos meses después para verse en su herboristería, Rosendo la recibió entre luces rojas, vestido de verde. La misma imagen que Miguel Rosendo tenía colocada en su herboristería de la avenida das Camelias de Vigo, ya desaparecida, es el icono fetiche en Orden y Mandato.
El MUNDO trató de hablar por distintas vías con el líder depuesto por la Iglesia para conocer su versión. A través de personas interpuestas que tenían acceso a él. A través del teléfono que aparece en la web de Orden y Mandato. A través de un número del ámbito personal. Sin éxito.
En una entrevista a la hermana Alejandra -una de las que han denunciado prácticas sexuales-, ésta dijo en 2012 que el fundador Miguel «evangelizaba de las maneras más originales en que se puede evangelizar».
El recorte nos lo pone sobre la mesa el sacerdote del clergyman. Coge otro Chesterfield, tose fuerte y le cruje la chimenea del alma. Intenta encenderlo una vez, y otra, y otra, y otra, y otra más.
-¿Tienes fuego?
Uno de los Carteles anunciadores de las peculiares Actividades y Servicios de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel.
Con devoción de novicia, hace un año Tamara Falcó se enclaustró un fin de semana en la casa propiedad de Miguel Rosendo donde Orden y Mandato tenía su cuartel general. En Oia, rezó, conoció al fundador, vivió con las consagradas y ayudó a unos enfermos.
Desde entonces siempre lleva un vaporizador de agua bendita en el bolso. «Una persona me habló sobre un retiro espiritual y allí me dejaron muy claro que el demonio existía y que la única manera de cerrarle las puertas era la confesión.
Llevaba 14 años sin confesarme y me pasé todo el fin de semana en el confesionario», dijo después en una conferencia en Sevilla. «Poco a poco me empecé a encontrar mejor y empecé a necesitar buscar la verdad de una manera adaptada a mí. Ahora voy a misa a diario, quién me ha visto y quién me ve».
No sólo Tamara Falcó vio la luz en Vigo. La actriz Olalla Oliveros también.
No sólo Tamara Falcó vio la luz en Vigo. La actriz Olalla Oliveros también.
Tiene 36 años, participó en películas como Fase terminal, tuvo papeles en series como El comisario o La familia Mata, hizo anuncios para marcas como Ausonia, Kellogg's o Evax. Hace más de cuatro años decidió ingresar en la comunidad. «El Señor no se equivoca. Él me hizo casting y no pude decir que no». Se cambió el nombre para llamarse Olalla del Sí de María.
yo estuve alli y si denunciaron es porque hay mucha verdad y no sabemos ni la mitad. Todo empezo muy bonito pero desde dentro habia corrupcion aunque muchos no lo sabiamos. Ojala salga todo a la luz aunque intentaran tapar todo lo que puedan
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