Comencemos con una aclaración: NO CONFUNDAMOS ANALIZADOR CON ANALISTA (POR EJEMPLO UN ANALISTA INSTITUCIONAL O UN PSICOANALISTA). EL ANALIZADOR NO ES UNA PERSONA es aquello que permite indagar, puede ser un acontecimiento, una cosa.
Este concepto surge a partir de los desarrollos en el campo institucional que realizan fundamentalmente los franceses Lapassade, Guattari y Loureau y psicoanalistas institucionalistas argentinos como Bleger, Ulloa, Malfé y otros.
El analizador es un revelador, algo que revela, que hace correr el velo, que quita la máscara de lo oculto, es el indicador de un conflicto, como cuando se dice de un objeto (una ropa o un perfume) que es muy chismoso.
Es como si en las instituciones algo o alguien se va de lengua o de madre, las cosas se salen de su curso: un portero se enferma y falta con demasiada frecuencia, un pizarrón está mal clavado y se cae cada dos por tres, en un estudio de diseño un socio usa la impresora y no repone los cartuchos cada vez que hay una entrega urgente, en un taller de indumentaria los moldes se humedecen por estar mal guardados, un preimpresor se enoja desproporcionadamente con un diseñador que le trae un CD con colores mal formateados, y lo golpea, etc..
¿Qué tienen de común estas situaciones institucionales?: que apuntan a algo problemático no manifiesto, a algo latente que es necesario poner en palabras, aclarar, entender su naturaleza, hacerla consciente.
Los ejemplos que hemos mencionado son analizadores y para entender que significan los analistas institucionales construyen un dispositivo artificial, los grupos.
La gente así reunida (generalmente todos los miembros de la institución, empleados y directivos) coordinadas por el analista, analizan los analizadores, tratan de darle sentido a los faltazos del portero. Alguien dirá que ello ocurre porque está muy viejo y se enferma con frecuencia, otro dirá que es porque le adeudan o le pagan mal, otro porque tiene una amante a quien solo puede ver en horarios de trabajo.
Poco a poco aparecerán otras conexiones, las asociaciones libres:
¿qué papel juega la gente de recursos humanos y los directivos? ¿porqué no hacen nada y lo toleran tanto?
¿a quienes otros se les toleran sus transgresiones?
¿Hay hijos y enterados, empleados favoritos y desfavorecidos?¿quienes son los responsables: todos porque saben algo y se callan, los directivos?.
En estos grupos algún vocero (al estilo de Pichon Riviere) se expresará, otros se callarán, enmudecerán significativamente. Así surgirán cuestiones referentes al régimen democrático o autoritario del liderazgo organizacional, las diferencias de salario, la orientación empresarial económica de la organización, el modo en que circula el amor o el odio, quizás se ponga en evidencia que hay muchas cosas que no se dicen y se tapan por conveniencia, para no remover el avispero, porque temen, para no “quemarse”, porque “siempre hablan los mismos y después la ligan”, etc.
A veces los directivos pedagógicos no tienen el verdadero poder si no los dueño$ de la escuela, el instituto terciario o la conducción paralela de la iglesia a la cual están ligados. Hay instituciones educativas que parecen tener clientes en vez de alumnos. Pesa más el poder de algunos padres que el de los docentes. En algunos hospitales se teme a la acción de los gremialistas, una mucama con poder gremial puede más que el director médico.
1. Afirma Georges Lapassade que de este modo, es decir puesto en marcha el dispositivo del análisis institucional mediante este analizador construido que es el grupo, las instituciones comienzan así, a descubrirse en las relaciones que establecen con los analistas y los analizadores. Es una relación, ora de reconocimiento y ayuda, ora, por el contrario, de represión y prohibición. Oposición que funciona como un revelador, como un analizador de nuestra sociedad y sus instituciones.
2. En otro plano nosotros tenemos también analizadores internos. Son aquellos que analizan las impresiones provenientes del organismo mismo (cenestesia, equilibrio, etc.). Pavlov hace referencia a lo olfativo como analizador: todo aparato nervioso de sensibilidad exteroceptiva: los dispositivos receptores periféricos, las vías nerviosas de transmisión y los centros corticales, que son aparatos que proporcionan información analítica sobre los componentes elementales del mundo exterior percibido. La fiebre es un gran analizador al que hay que interrogar: ¿indica una infección? ¿se trata de gripe H1 A1?
3. Un analizador descompone (analiza) la realidad en sus elementos. El análisis es propio del hombre como trabajo del pensamiento, en cambio el analizador es un dispositivo experimental, un intermediario entre el investigador y la realidad. El conocimiento no es inmediato, pasa por la intermediación de dispositivos analizadores. El grupo es un intermediador, un analizador construido, En cambio, la fiebre es un analizador fisiológico natural.
4. En la práctica institucional, los comunicadores visuales debemos estar atentos a estos indicadores: ¿la falta de reposición de cartuchos es un “simple” olvido de un pobre “despistado”, un acto fallido?. Se trata de no ser ingenuos y complejizar la reflexión acerca de lo que se reitera y perjudica a un costo tan alto.
Tal vez el cartucho no se repone porque cada vez que hay que hacerlo la “amansadora” para que lo financien es pesada, porque hay que pasar por sufrimientos: el “verdugueo” del jefe que trata de derrochones a los empleados, la posibilidad de que se ponga de manifiesto el uso de algunos para fines privados de la impresora (“Yo no fui”) para compensar el bajo sueldo, etc.
5. Un analista descompone un material para encontrar su sentido oculto. Ese material lo produce el dispositivo analítico como ceremonial de la cura (sueños, asociaciones libres). El analizador es lo que hace surgir el deseo y produce al mismo tiempo su simbolización (por ejemplo en las prácticas psicodramáticas, en las teatralizaciones, en la danza o en la expresión corporal, en el relato de cuentos, etc.).
6. El objeto actual de nuestro trabajo, dice Lapassade, es inventar nuevos analizadores socioanalíticos. Relata una experiencia con un barrendero que manifiesta signos de agresividad y provoca a la gente para que se exprese. Al barrendero se lo emplea como analizador construído, experimental, para la exploración científica. El actor y dramaturgo brasilero Augusto Boaz creaba situaciones artificiales de discusión en los bares para sacar a la gente de la calma indiferencia política.
7. El horario, las aulas, el examen, y el programa son instituciones de la formación educativa.
8. Lapassade dice haber descubierto la importancia de los analizadores sociales. El análisis de los analizadores puede ser un disolvente de las instituciones rígidas, burocráticas, jerarquizadas. Hemos comprobado qué hechos son analizadores, por ejemplo las ocupaciones, los puestos, las funciones, las jerarquías, revelan más y con mayor rapidez y eficacia los oscuros resortes de la autoridad institucional.
9. Los acontecimientos parisinos de mayo del ‘68, las revueltas urbanas como el Rosariazo o el Cordobazo durante el ’69, los saqueos, etc. pasaron a ser un laboratorio histórico, reveladores del deseo colectivo de cambio, analizadores de las instituciones y mostrado como funcional el estado clasista con sus aparatos ideológicos estatales, mejor que todos los análisis teóricos. Por ejemplo el asesinato de Pocho Leprati en Rosario puso de manifiesto algo del carácter del gobierno de Reutemann.
10. La teoría de los analizadores permite comprender los problemas de la desviación, del descarrío. Los descarriados de las instituciones ponen al descubierto los límites y atolladeros de éstas. Es la institución quien produce sus descarriados. Los educadores no quieren o no pueden escuchar la palabra que desvía y cuando finalmente la oyen, ya es demasiado tarde.
11. Para Remy Hess todo estudio de las instituciones se encuentra, en uno u otro momento, bloqueado por la realidad del analizador. La conquista teórica del analizador necesita que se reúnan las condiciones de posibilidad de un análisis. Todo análisis político, toda reflexión sobre las instituciones no se limita al Estado. Las instituciones atraviesan la cotidianeidad (el oikos, el hogar, la familia, la esclavitud) son las que fundan la ciudad/Estado y deben ponerse en el centro del análisis si deseamos comprender la vida social.
12. La intervención analítica en una institución debe reconocer los analizadores de las instituciones, ubicando dentro del campo de análisis dispositivos que catalicen las significaciones y permiten, primero cercar y luego analizar lo disperso y disimulado en el conjunto del sistema institucional. Ubicar los analizadores ya es parte del análisis.
13. Para Loureau se trata de provocar la institución, de obligarla a hablar.
14. Jules Celma habla del analizador del deseo en las instituciones educativas. Dice que la grosería expresa la supresión del poder lingüístico.
Más:
El analizador y el sentido del análisis. Génesis teórica del concepto, por Roberto Manero.
ANALISIS INSTITUCIONAL (RESUMEN GENERAL)
ANALISIS INSTITUCIONAL (RESUMEN GENERAL)
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