LA ZONA INSÓLITA : Keith Sapsford, polizón a bordo.

Ayer conocimos otra triste noticia sobre polizones a bordo. La historia nos lleva a Ecuador, donde dos personas se desprendieron del tren de aterrizaje de una aeronave que unía Guayaquil con Nueva York. La historia es triste, pero desgraciadamente y por motivos varios, los polizones a bordo son mucho más frecuente de lo que pensamos y como suponéis, la mayoría de las historias terminan mal.

Por aquí hemos contado historias felices, curiosas… hoy toca una historia triste. La historia de Keith Sapsford.

Keith vivía con sus padres en Sydney donde su padre se ganaba la vida como profesor de ingeniería en la Universidad de Nueva Gales del Sur. El buen sueldo del padre permitía a la familia realizar ciertos viajes que fascinaban al joven… le hacían soñar con otras culturas, otros países, otras costumbres… El padre de Keith era consciente de la pasión llevada al extremo de su hijo, pasión que le había llevado a cometer varios intentos de escapar de casa. La familia pensó entonces que lo mejor sería realizar una vuelta al mundo todos juntos para saciar así las ansias del joven Keith… pero realmente ese viaje fue el empujón definitivo para que decidiese escapar y saciar sus ansias de conocer el planeta.

Lejos de calmarse tras el viaje que cualquiera soñaría, el joven sidneyés siguió tramando e intentando escapar con cierta frecuencia de casa. Algunas veces con ideas descabelladas: el padre de Sapsford recordaría tras la tragedia cómo había discutido meses antes con Keith acerca de la locura que habían cometido dos jóvenes cubanos al colarse en el tren de aterrizaje de un DC-8 de Iberia entre La Habana y Madrid, donde uno de ellos consiguió sobrevivir al vuelo transatlántico soportando temperaturas extremas y falta de oxígeno. Tras continuadas intentonas de abandonar la casa familiar, los padres solicitaron ayuda a Boys’ Town, una asociación católica de ayuda a familias con niños problemáticos.

Y así hasta el 21 de febrero de 1970, cuando Keith consigue escapar del centro de Boys’ Town y poner rumbo al aeropuerto de Kingsford Smith, Sydney. 

Tres días más tarde el joven consigue burlar las medidas de seguridad de la época (recordad, 1970, no tan avanzado ni con tantos medios como hoy en día) y consigue situarse bajo las ruedas de un imponente DC-8 de Japan Airlines (JAL), que cubre la ruta Sydney-Tokio y trepar para esconderse en el tren de aterrizaje trasero.

El trágico final

No quiero ni imaginarme qué se debe sentir cuando sientes una máquina de estas acelerar en la carrera de despegue, el miedo, el terror que debe correr por tu cuerpo. Pero lo peor no había llegado. El avión llegaría a V1… Vr… y el joven soñador australiano notaría como las toneladas de la máquina se despegaban del suelo. La checklist de la tripulación de JAL tendría un primer paso tras poner el avión en el aire: retraer el tren de aterrizaje de la aeronave y reducir así la enorme resistencia que produce. En ese mismo momento las compuertas del tren de aterrizaje donde está escondido Keith se abrirían de golpe para hacer paso al tren: ese movimiento inesperado para nuestro protagonista de apertura de golpe del tren de aterrizaje haría que nuestro protagonista cayese del avión a 350 pies de altura (unos 105 metros). Atentos al momento en el que se abren las puertas del tren trasero en el siguiente vídeo (los 15 primeros segundos):

La razón de la fama de este caso

Este caso podría haber quedado en la historia como uno más entre los cientos de casos de polizones que hay en la aviación comercial. Pero no, lo curioso es que es el único con testimonio gráfico de la historia. John Gilpin era un spotter que se había acercado al aeropuerto esa mañana para inmortalizar todos los despegues y tomas del día y entre ellos se encontraba en DC-8 de JAL con Keith Sapsford a bordo.

Cuando Gilpin hizo la foto de la aeronave nipona no se dio cuenta que un cuerpo caía de la misma, de hecho no le dio mayor importancia al DC-8. Cuando ratos después se hizo pública la tragedia que había acontecido, el spotter corrió al revelar el carrete donde estaba la aeronave involucrada… y ahí estaba el cuerpo de Keith cayendo al vacío. La foto saldría en TIME (no en portada) y haría este caso en uno de los más famosos: el único de la historia que tristemente fue inmortalizado.

Keith Sapsford cayendo al vacío.

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