LA ZONA PÚBLICA : La CIA y el espectáculo.

¿Que tienen en común las películas Argo y Zero dark thirty, la novela The devil's light de Richard North Patterson, el reality show Top Chef, la serie de cable Covert Affairs, el documental del History Channel Air America: The CIA's secret airline y el documental de la BBC The secret war on terror?


Pues que todos y todas han recibido el "apoyo" de la Oficina de Asuntos Públicos (OPA en sus siglas inglesas) de la CIA, una división destinada a gestionar la comunicación con la prensa y que hace las veces de relaciones públicas con la industria del espectáculo.

Claro que el auténtico alcance de lo que hizo la OPA mientras trabajaba en el libro de Patterson y en sendos documentales es desconocido porque la CIA no tiene registro alguno de sus encuentros con Patterson ni de su implicación en los documentales. Es más, la CIA solo tiene registros limitados de su trabajo en los cinco proyectos, según relata un documento desclasificado del 31 de diciembre de 2012. El documento reproduce la auditoría realizada al inspector general de la institución sobre sus contactos con la industria del espectáculo. Se trata de uno de los muchos documentos obtenidos por VICE News después de presentar su demanda ante la Ley de Libertad de Información (FOIA en sus siglas inglesas).

La auditoría detalla que "la OPA y otros empleados de la CIA no siempre han cumplido con las regulaciones de la agencia, las cuales prevén impedir la publicación de información clasificada durante sus intercambios con los representantes de la industria del espectáculo.

Una versión de 20 páginas de aquella auditoría fue publicada el pasado mes de septiembre, a petición del colectivo conservador Judicial Watch. Más tarde fue el National Security Archive quien exigió acceder a la información en virtud de su petición de la apertura de los registros. Y en este caso, los 8 proyectos de entretenimiento en los que la CIA había participado estaban redactados. Y también lo estaban las notas a pie de página, en las que se detallan los requisitos que debían de observar los agentes de la agencia durante sus intercambios con la prensa, y hasta el incumplimiento en la observación de esos requisitos en, al menos, uno de los proyectos. Desgraciadamente, esa parte de la auditoría fue excluida de la versión que se ha entregado a VICE News esta semana.

Más allá de Zero Dark Thirty, los proyectos de entretenimiento en los que la CIA ha estado involucrada durante la última década no habían sido revelados anteriormente. Pese a ello, era un secreto a voces que el multioscarizado largometraje Argo, habría contado con la colaboración de la agencia durante su producción. A fin de cuentas, se trata de la historia de una operación encubierta de la agencia en Irán. En la auditoría se revelan pasajes de 8 de los 22 proyectos que la CIA habría apoyado entre 2006 y 2011. Uno de esos 8 proyectos era un libro que abordaba cuestiones de seguridad nacional. La CIA no ha revelado cuáles fueron el resto de 14 proyectos a los que apoyó — la agencia recibe múltiples peticiones de colaboración en proyectos de entretenimiento semanalmente —.

En la web de la CIA, la agencia informa que el responsable de las relaciones con la industria del espectáculo de la agencia, se encarga de ayudar a productores, guionistas, directores y autores "a obtener un mejor entendimiento de las misiones de inteligencia de la agencia".

"Nuestro objetivo es hacer un retrato ajustado de los hombres y las mujeres de la CIA, y de la destreza, la innovación, la osadía y el compromiso para con el servicio público que les define. Si eres parte de la industria del espectáculo y trabajas en un proyecto relacionado con la CIA, la Agencia podría ayudarte. Estamos en disposición de conferir una mayor autenticidad a los guiones, a las historias y a otros productos que se encuentren en proceso de gestación".

El responsable de las relaciones con la industria del espectáculo de la agencia también propone recomendaciones para inspirar a escritores y cineastas. Actualmente la CIA está colaborando con "The Vilification and Vindication of Colonel Kuklinski", un guión basado en la historia de un coronel polaco que espió para la OTAN.

Algunos de los proyectos de entretenimiento en los que habría trabajado la CIA durante la última década.

Dean Boyd, el director de la Oficina de Asuntos Públicos de la CIA, cuenta a VICE News que a la CIA le gusta implicarse con la industria del espectáculo. "La prioridad de la CIA es proteger el material clasificado y todas las acciones relacionadas con la seguridad nacional, además de asegurarse de que se acomete un retrato bien documentado y equilibrado de los hombres y las mujeres que trabajan en la agencia".

La relación de la CIA con la industria del espectáculo, que se remonta al año 1950, fue sometida a escrutinio en 2012 tras el estreno de la también multioscarizada Zero dark thirty, un largometraje dirigido por Kathryn Bigelow sobre la operación clandestina de la CIA que desembocó en la captura de Bin Laden. Sendas investigaciones dirigidas de manera separada por el inspector general de la CIA, una de las cuales descubre violaciones potenciales del código deontológico de la agencia, descubren que tanto Bigelow como el productor y guionista Mark Boal, agasajaron a los agentes de la CIA involucrados en la investigación con regalos y consiguieron un acceso sin precedentes a los bastidores de la organización.

Mark Boal

Entre los privilegios con los que contaron, se cuenta el acceso a información clasificada gracias a la intercesión del director de la agencia, Leon Panetta. La auditoría relata que la CIA habría concedido otros apoyos extremadamente significativos tanto a Zero dark thirty como a otros siete proyectos en los que habría trabajado la agencia estadounidense.

"Debido a la ausencia de documentación significativa, no nos ha sido posible averiguar si Zero dark thirty estaría recibiendo una mayor ayuda que el resto de proyectos, debido al tema que aborda... Tampoco hemos podido averiguar si Zero dark thirty mereció un tratamiento privilegiado por satisfacer plenamente el objetivo de la agencia de interactuar con la industria del espectáculo", detalla la auditoría.

Los agentes encubiertos que se reunieron con Bigelow y Boal para discutir la operación de captura y asesinato de Bin Laden relataron al inspector general "que no fueron claros en lo relativo a qué información podía discutirse durante sus entrevistas y qué otra podría ser inadecuada, habida cuenta de lo que se estaba discutiendo". Igualmente se detalla que la OPA "podría haber preparado mejor a los cineastas para sus entrevistas y que los responsables de la OPA tendrían que haber tenido un mayor control de las mismas".

"Los oficiales de la CIA que apoyan los proyectos de la industria del entretenimiento — Zero dark thirty y Argo respectivamente — nos contaron que ellos habrían sido contactados directamente por representantes de la industria del espectáculo, una vez celebrados los primeros encuentros con la OPA". Las regulaciones de la CIA que gobiernan las comunicaciones con los medios de comunicación, no autorizan a los oficiales de la CIA a hablar con los medios o con la industria del espectáculo sin la presencia de un representante de la OPA.

Argo, es una historia real (con permiso de Ben Affleck) sobre la operación encubierta de la CIA para rescatar a 6 diplomáticos estadounidenses que se escondían en la residencia oficial del embajador del Canadá en Irán en 1979. El largometraje está basado en el libro de memorias del ex agente de la CIA Tony Méndez, El maestro del disfraz. La película se hizo con tres Oscar en 2013. Al año siguiente, la CIA celebró el 35 aniversario de la crisis de los rehenes en Irán con una serie de tweets. En ellos la agencia revelaba que Ben Affleck, protagonista de la cinta, se habría tomado bastantes licencias "creativas" para exagerar las dramáticas escenas de la operación de rescate, sin duda el momento culminante del largometraje.

Ben Affleck

Igualmente, la documentación revela que en 3 de los proyectos de entretenimiento — Top Chef, The secret war on terror y Argo — algunos ciudadanos extranjeros "habrían participado en las sesiones informativas, en las entrevistas y en las visitas facilitadas por la CIA".

"En cualquier caso, debido a la ausencia de documentos, no hemos podido averiguar el alcance que la CIA habría brindado a los 8 proyectos, ni el alcance de la colaboración de los ciudadanos extranjeros en las actividades financiadas por la CIA, o si el director, o la OPA aprobaron las actividades y la participación en las mismas de extranjeros", relata la auditoría. "La negligencia de los agentes de la CIA a la hora de cumplir con las exigencias normativas, podría desembocar en filtraciones no autorizadas, acciones inadecuadas y en consecuencias negativas para la CIA".

Una de las regulaciones redactadas en la versión anterior de la auditoría revela que muchos empleados de la CIA que hablaron y/o fueron entrevistados por representantes de la industria del espectáculo, no presentaron ningún documento escrito u oral de su participación ante la Comisión Revisora de Publicaciones de la CIA, tal y como están exigidos legalmente antes de hablar con los representantes de la industria del espectáculo.

Leon Panetta

El director de la CIA, Leon Panetta, también participó en un episodio de Top Chef que fue emitido en 2010. En el mismo se proponía a los cocineros que "transformaran un conocido plato en algo completamente nuevo, y que lo hicieran, nada menos, que para el director de la CIA, Leon Panetta, alguien que sabe una o dos cosas sobre posibles cambios de identidad. Panetta y sus más estrechos colaboradores disponen de un comedor privado en las dependencias secretas de la agencia, donde los chefs les sirven a diario".



Los portavoces de la productora que se encarga de Top Chef se abstuvieron de hacer declaraciones.

Steven Aftergood, director del Proyecto en Secretos Gubernamentales en la Federación de Científicos Estadounidenses ha explicado a VICE News que, con toda probabilidad, "los ciudadanos extranjeros no suponían ninguna amenaza", según se deduce de las transcripciones de las sesiones informativas suministradas por los productores de la CIA.

"La CIA no habría revelado información altamente clasificada ni siquiera a ciudadanos nacionales no contemplados en ese contexto", ha contado. "Corresponde al departamento de contraespionaje valorar tales escenarios como improbables o, incluso, como no plausibles. Así, por ejemplo, los ciudadanos nacionales podrían haber sido agentes encubiertos. Podrían haber estado observando subrepticiamente la localización de la reunión, forjando relaciones a las que sacar provecho más adelante, identificando reclutamientos potenciales o, de otro modo, buscando aprovecharse de la oportunidad".

Según detalla la sinopsis del libro de Patterson que se puede consultar en Amazon, su novela "narra la historia de un agente de Al-Qaeda llamado Amer Al Zaroor, quien, a instancias de Osama Bin Laden, dirige el robo de un arma nuclear que está en manos del ejército pakistaní, y luego la transporta rumbo al lugar donde quiere hacerla explosionar: nada menos que Israel... En las profundidades de Washington, Brooke Chandler, un agente de la CIA cuya misión encubierta ha sido dinamitada por un incompetente colega libanés, se convence de que sabe cómo está siendo transportada la bomba rumbo a su objetivo. Primero deberá de superar el escepticismo de la CIA y de la Casa Blanca, y luego deberá de encontrar la bomba y desarticular el detonador antes de que haga saltar por los aires a todo Oriente Medio".



Por su parte, la BBC describe su documental de 50 minutos, una pieza presentada por el periodista Peter Taylor, como "una incursión en la historia de la guerra de la inteligencia que viene siendo librada contra Al-Qaeda desde el 11 de septiembre de 2001". La BBC presume de un "acceso sin precedentes" a "la inteligencia occidental y a las fuerzas de seguridad, de entrevistas exclusivas con aquellos que han conocido el extremo más intenso de la lucha antiterrorista — desde la CIA, al FBI pasando por el servicio de inteligencia británico — y Peter Taylor se pregunta hasta qué punto Occidente está venciendo y hasta qué punto estamos a salvo del ataque".

Por su parte, el canal satelital History Channel resume su pieza Air America como una mirada "a la única compañía aérea civil conocida como Air America, que es propiedad secreta de la CIA, y que fue creada como una extensión de los Tigres Voladores, los cazas estadounidenses voluntarios que participaron en la guerra chino-japonesa en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Desde misiones secretas en China y Corea al apoyo aéreo en Vietnam, pasando por la guerra secreta en Laos, Air America constituye la piedra angular de la política estadounidense en el sudeste asiático".

Ni Patterson ni ningún portavoz de la BBC ha respondido a las preguntas de VICE News.

Por su parte, Covert Affairs la serie que se emitía por cable con "apoyo de la CIA", sigue las andanzas de Annie Walker, una agente de la CIA, "una virtuosa con los idiomas y una espía que trabaja en misiones secretas. Si bien parece que fue reclutada por su destreza lingüística, lo cierto es que parece que sus jefes de la CIA están más interesados en un episodio anterior de su pasado".

La serie se emitió durante cinco temporadas en la emisora USA Network y fue cancelada en diciembre de 2014, dos años después de que se emitiera la auditoría con el inspector general, en lo que fue una auténtica demostración reparadora de cómo interactúa la OPA con la industria del espectáculo. Varios meses después de que la auditoría fuera completada, la CIA informó de su nueva política: "Directrices de gestión para el contacto con la industria del entrenamiento y para el apoyo a los proyectos de la industria del espectáculo".

Boyd, el director de la oficina de Asuntos Públicos de la CIA, ha comentado a VICE News que la CIA exige ahora a sus empleados que trabajan en la OPA que asistan anualmente a cursillos de entrenamiento y que la agencia "ha intensificado las políticas y los procedimientos para asegurar la protección de la información clasificada y para salvaguardarla de filtraciones no autorizadas".

"Los muchísimos cambios que se han introducido desde el estreno de Zero dark thirty son parte de nuestro constante servicio al público, al congreso y a la CIA para mantener el listón igual de alto en las cuestiones de ética y responsabilidad a las que nos debemos para con la misión de la CIA", concluye Boid.













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