La zona Histórica: GARAMANTES



Unas nuevas imágenes de satélites y fotografías aéreas han sacado a la luz los restos de las ciudades de los Garamantes, una civilización que se desarrolló al suroeste de Libia, en pleno desierto del Sahara.


Templo antiguo

Un equipo de la Universidad de Leicester ha identificado restos de adobe con forma de castillo, con paredes de hasta cuatro metros de altura, junto con restos de viviendas, cementerios, pozos y sofisticados sistemas de riego.

"Es como si alguien llega a Inglaterra y de repente descubre los castillos medievales. Estos asentamientos habrían pasado inadvertidos y no fueron registrados por el régimen de Gaddafi", dice el responsable del proyecto, David Mattingly, profesor de arqueología romana en la Universidad de Leicester.

La relevancia de este hallazgo radica en que no existía ningún dato o prueba de cómo vivía esta civilización. De hecho, solo se contaba con unos textos romanos que aseguraban que los Garamantes eran pueblo nómada.

David Mattingly

Al contrario de estas suposiciones, las nuevas pruebas demuestran que esta cultura se organizó en torno a ciudades amuralladas, en cuyos alrededores vivían como agricultores, cerca de los oasis.
Necrópolis


Establecidos desde tiempos inmemoriales en el área del Fezzan, el reino garamante representaba la única entidad política solida, y con reconocido prestigio, en todo el espacio sahariano comprendido entre Egipto y las costas del Atlántico. 





Desde su capital, Garama, el rey de los garamantes controlaba un extenso territorio salpicado de oasis en donde se repartían un gran numero de tribus sometidas a su poder. 

La riqueza y poderío de este estado provenía de los beneficios que le proporcionaba el control de las únicas rutas comerciales que comunicaban las costas de Libia con el África subsahariana



Pese a que el volumen del intercambio comercial entre estas dos áreas no esta todavía debidamente evaluado y, posiblemente, no represente ni de lejos el que se dará siglos después durante la dominación musulmana, sí que permitía al rey garamante de turno, y a la casta dominante, mantener un reconocido nivel de vida (son famosas, por conocidas, las cuadrigas en que se movían los nobles garamantes).



Nadie sabe con exactitud el volumen o tipo del comercio que podía establecerse entre el África Sahariana o subsahariana y Roma. Se apunta casi seguro el trafico de animales salvajes, o quizás el de esclavos, o el de marfil... quizás en realidad un poco de todo.

Durante la época clásica se cree que ciertas áreas del Sahara se encontraban en el ultimo peldaño de su proceso de desertificación, todavía existían numerosos nichos ecológicos que permitían, mucho más que en la actualidad, su colonización y el desarrollo de, relativamente, numerosos grupos humanos. 

Esta habitabilidad se convertirá a medio plazo en un peligro para el Imperio Romano, incapaz de controlar, o alcanzar, estos dispersos emplazamientos utilizados por las molestas tribus. 

El momento clave llega con la introducción, o mas bien, la generalización, del uso del camello por las tribus beréberes. Hasta entonces grandes zonas de la frontera romana habían quedado a salvo de las incursiones de pillaje de estas poblaciones, con la llegada del camello, el radio de acción de las razias aumento, tanto, que ya prácticamente toda la linea fronteriza quedo abierta a las incursiones de los atacantes.



Los garamantes en la historia.

De Heródoto: Más al sur viven los garamantes, en el país de las fieras, gentes de las que huye todo el mundo, evitando el trato con ellas. Ni tienen armas de guerra ni saben defenderse.

Aunque esto ultimo resulta contradictorio con el siguiente párrafo de su relato dedicado a los garamantes.

Estos garamantes cazan, sobre sus cuadrigas, a los etíopes trogloditas. Esta es la descripción que, sobre los garamantes, hace el griego Heródoto en el año, mas o menos, 420 a.C.

En el año 21/20 a.C. Cornelio Balbo, Procónsul de África, comando el ataque al corazón del territorio garamante. Se trataba de golpear con fuerza a un escurridizo enemigo y a la vez adelantar la frontera romana en esta parte de Libia para prevenirse, en lo sucesivo, de las molestas incursiones de los merodeadores del desierto.


garamantes Libia 300x225 Investigando la civilización garamante de Libia


No hay tampoco que desdeñar esa especie de interés científico que se ve en otros muchos ejemplos durante el reinado de Augusto, en este caso la exploración del desconocido desierto del Sahara.



La campaña fue llevada adelante con éxito, es de suponer que con una legón mas auxiliares, unos 8.000 o 10.000 hombres a lo sumo. 

Las tropas romanas penetraron profundamente en el desierto y tomaron un gran numero de desconocidas ciudades, y entre ellas, las mas importantes, Cidamus y Garama, la propia capital de su enemigo, algunos llegan a pensar que, incluso, se pudo haber llegado hasta el propio río Níger, cosa, por otra parte, harto improbable.




Cornelio Balbo gano fama y consiguió el triunfo, fue la primera vez que se concedió a un extranjero, pues provenía de Hispania, y como era costumbre, desfilo el ejército en procesión por las empedradas calles de la metrópoli portando imágenes de todas las ciudades conquistadas y de los hechos en los que tomaron parte.


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Dada la naturaleza de estas gentes, la paz con Roma, que aunque sobre el papel se impuso, tampoco podía impedir las acciones de baja intensidad. Durante el reinado de Tiberio, la llamada insurrección de Tacfarinate involucro también a tribus sometidas a los garamantes, cuyo rey no dudo en prestar a su vecino cierto numero de tropas ligeras que, con la distancia, sono en Roma como la amenaza de un gran ejército de guerreros. 

Tras la derrota del rebelde, los garamantes corrieron a Roma para presentar al Cesar, en persona, sus mas sinceras disculpas. Por este tiempo, la frontera occidental del dominio garamante se establecía en la región, en el interior, de Leptis Magna.

A resultas de los primeros golpes provenientes de Roma, nos consta que los garamantes reaccionaron con astucia, cegando entonces los pozos de agua que se encontraban mas cerca de territorio romano para hacer así impracticable todo nuevo intento de penetración en sus oasis. 

Durante el reinado de Vespasiano, durante una nueva guerra, desatada tras la incursión que los garamantes hicieron contra las tierras de Leptis Magna, se consiguió encontrar un atajo que ahorraba cuatro días de marcha por los desiertos, el legado Valerio Festo atacó en dirección a la capital del enemigo


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De nuevo los garamantes se vieron obligados a capitular y a firmar un tratado de paz.

Por el geógrafo Ptolomeo sabemos que el gobernador Séptimo Flaco, en la década del 110-120 de nuestra era, realizo de nuevo una larga campaña, después de una lucha prolongada contra las incursiones garamantes, en la que otra vez, y tras una marcha de tres meses, se ataco la propia capital de los africanos, Garama.

Por otra parte, existe la evidencia de que el romano Julio Materno, llegado de Leptis Magna, había sido acogido hospitalariamente por el rey de los garamantes, y con él marcho a la guerra contra los etíopes. 


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Según su relato, tras una larga marcha de cuatro meses afirmo que llego a las tierras de Agysimba, del rey de Etiopía, tierras en las que abundaban los rinocerontes.

Durante el Bajo Imperio, Roma se aplico en la tarea de situar, en los puntos claves de paso, una serie de fortificaciones defensivas, el llamado limes africano, sin embargo, esta medida resulto del todo insuficiente cuando, llegado el momento, entre los africanos se generalizó el uso del camello. 

Ahora las rutas clásicas de comunicación sahariana quedaron superadas por el mayor radio de acción conseguido con el uso de los camellos, los romanos se vieron así desbordados en la tarea de contener las molestas incursiones de los hombres del desierto.


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Se supone que el reino Garamante sobrevivió hasta la llegada de las invasiones árabes. Los restos arqueológicos, pocos, que quedan de esta civilización son ahora difícilmente protegidos por la UNESCO.


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