LA ZONA PÚBLICA : Estimada Esperanza




Estimada Esperanza:

Gracias por los servicios prestados. Es lo más sensato que se me puede ocurrir. Gracias por tanto “besamanos” episcopal. Gracias por descubrir en tu interior que, la cuerda sobre la que te sostenías políticamente, estaba resquebrajada, pero no se partía.

Gracias por tus silencios. Por no descubrirte ante el último desfile que has tenido a las puertas de tu casa el 15 de septiembre de 2012, cuando se te ha llenado todo Madrid de españolitos “chillones”, víctimas de tanto “recorte”.

Gracias por hacernos cómplices de tus “intuiciones”. Lo tuyo siempre será una intuición. 

Serás la política española que pase a la historia por sus intuiciones políticas.

Lo que tú silencio no dice, lo dijeron tus meteduras de pata. Lo que no dijeron tus meteduras de pata, lo dijeron tus silencios. 

No sabemos si, antes de que nos dejaras y, de que decidieras dejarnos, nos dejaste un EuroVegas en Madríd, y te fuiste con una reprimenda de Rouco

No sabemos cuantas cosas llevas en tu conciencia que, te han hecho retraerte a la sombra del ruedo. 

Es que, Esperancita de mi vida, no sabemos tantas cosas…porque tú no has sido nunca transparente del todo.

Te has regodeado en ese papel de profesora “repipi” y marimandona”, a la que le gusta decir la primera sílaba de la palabra, para que el resto de la clase, siga adivinando de qué palabra se trata.

Y eso, mi querida “Espe”, no es bueno. Algo ha fallado en tu conciencia y en tu quehacer mental, porque el estrés juega muy malas pasadas, sobre todo en el sexo femenino. Uno de los factores de riesgo para tu enfermedad. 

Y, perdona que te diga, pero con la edad no se juega, a menos que tengamos un espíritu joven y libre de soberbia.

Si el día que te despediste, lo hubieras hecho por motivos de salud, y nos has mentido, la única engañada, eres tú. De tu poca transparencia, destacaría momentos y momentos, hasta incluso el último. 

Ese de tu rueda de prensa “sorpresa” rodeada de “Marías” desconsoladas, es uno, y lo siento, de ellos.

Entre tanta sorpresa, no es de extrañar, el que la prensa, no destaque como motivo de despedida, tu enfermedad. 

Nos das motivos suficientes, para que dejemos a nuestro libre albedrío el elegir los motivos dentro de un extenso menú.

Y si lo que has hecho, lo has hecho, por motivos aún más desagradables, tampoco vas a salir muy bien parada que digamos. 

No sería de extrañar, que fuéramos dentro de poco, una “Grecia II” y, hayas hecho “mutis” por el foro, para no ver tus calles manchadas de sangre inocente a base de palos y de porras. 

Entonces, nos acordaremos mucho de ti. ¿O es que, acaso lo que te ha hecho salir del circo, ha sido precisamente, que te has acordado un poco de los de a pie, y se te ha ablandado el corazón?.

Si es así, tampoco es solución la huída. Hubiera sido más coherente un buen discurso sin dejar la toalla como la has dejado. O sea, de paño de lágrimas. 





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