LA ZONA DE PADRES : Las "otras" fiestas


Belén García entró en la casa de turismo rural que tiene en A Baña, a 30 kilómetros de Santiago de Compostela, y lo primero que pensó es: "Parece que por aquí pasó un tsunami, creo que ni un terremoto la habría dejado tan destrozada". Había entregado las llaves a una mujer que se la había alquilado para celebrar el 18 cumpleaños de su hija, pero lo que allí pasó aquella noche "no fue una fiesta normal, fue una batalla campal" en la que quedaron destruidas todas las estancias.



La propietaria de la vivienda explicó, en declaraciones a ELMUNDO.es, que la madre de la joven que celebraba el cumpleaños se puso en contacto con ella para alquilarle la vivienda para la noche del sábado. Las conoció previamente y "me dieron confianza, parecía una niña encantadora y eran de una familia pudiente. Me dijeron que irían los amigos de la chica, de un colegio privado de Santiago".

Estaba previsto que acudiesen a la celebración unas 50 personas, pero la invitación se les fue de las manos. Según ha trascendido, en los días previos empezó a difundirse por Facebook y Tuenti que se celebraría una fiesta en la casa de turismo rural A Ribeira do Tambre y finalmente en la noche y la madrugada del sábado al domingo se concentraron en la vivienda varias decenas de personas y "está claro que se desmadraron".





La propietaria tuvo noticias de lo sucedido alrededor de las 10.00 horas del día siguiente (poco más de 12 horas después de haber entregado las llaves). "Empezaron a llamarme los vecinos para decirme que había pasado algo porque había objetos tirados por el jardín. Me dirigí hacia allí y mientras tanto le dije a una vecina que tiene las llaves que se acercase. Cuando llegó, me llamó y me dijo que había que avisar a la Guardia Civil, que aquello estaba destrozado".

Belén García alertó al Instituto Armado y al 112 y cuando ella misma estaba llegando a la casa se cruzó con un grupo de 11 jóvenes que venían de la casa. Les dio un alto y alertó a la Guardia Civil, que les identificó por lo sucedido. Tenían entre 17 y 20 años y acabaron en el cuartel a la espera de que les recogiesen sus padres. Los destrozos derivaron en una denuncia por daños.




La Guardia Civil de Negreira investigaría los hechos y la forma en la que se realizó la convocatoria a la fiesta, ya que, según trascendió, en los últimos tiempos se estaba generalizando en distintos puntos de Galicia el alquiler de casas rurales para celebrar fiestas y, posteriormente, causar destrozos en las instalaciones.

Las fuentes consultadas indicaron que se intentaría localizar a todas las personas que participaron en la fiesta y los consiguientes destrozos, algo bastante complicado. Algunos vecinos del entorno "vieron que escapaban saltando por el muro". La denunciante entiende que a lo mejor acudieron personas ajenas a la fiesta, pero "los niños también tuvieron maldad porque sino no habrían intentado escapar o habrían avisado antes".



"Cuando llegué casi me dio un patatús y a la madre de la joven que alquiló la casa también", relataba la propietaria de la vivienda, que no cesaba de su asombro con los destrozos ocasionados. "No sé cuánto me costará arreglarla, pero sólo para limpiarla tendré que pagar 3.000 euros", explicaba.

Los gastos los asumiría el seguro de responsabilidad civil que tenía contratado, pero ella anunció que se personaría como acusación particular contra la persona que le alquiló la casa y contra los 11 identificados como presuntos autores de los daños.


Mientras tanto, pediría presupuestos sin saber a ciencia cierta cual sería la valoración final de cuánto le costaría reparar la casa, pero relataba que sería superior a los 30.000 euros y que "han hecho verdaderas barbaridades. Rompieron una puerta, en una ducha intentaron hacer una hoguera con carbón, ya no hay platos ni espejos ni cuadros".



En su relato de los destrozos, relataba que "entras en la casa y está todo por el suelo, parece que está abandonada, aparecieron cuadros tirados en la taza del water, rompieron mesas y sillas, de la camas supletorias no quedó ninguna, faltan las manillas de las puertas, hay daños en todo, en la ocho habitaciones". En su opinión "tuvo que haber mucha gente".


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