Al creador, Casey Fenton, se le ocurrió la idea cuando obtuvo un vuelo muy barato. El problema es que no tenía dónde quedarse y tampoco las ganas de conocer los típicos sitios. Frente a esto hizo un spam por correo electrónico a muchos estudiantes preguntándoles si podía dormir en alguno de sus sillones. Después de intercambiar varios correos, encontró a muchas personas dispuestas a ayudarlo. Desde ese momento comenzó el despegue de The Couch Surfing.
Un chileno de anfitrión
Así lo pudo comprobar la holandesa Dusica Vukolic (35), quien realizó esta experiencia por primera vez en diciembre de 2007 . Se alojó en la casa del chileno Carlos Moya (32). El conoció el proyecto a través de un amigo que viajó. Y tanto por su invitada, como por el sistema en sí, Carlos calificó la iniciativa como “todo un éxito”.
Si bien no ha pedido “prestado un sofá”, sí ha utilizado la otra opción que se puede tomar: el Coffe and Drink o Café y Bebida, que consiste en conocer a extranjeros para que te muestren su ciudad.
“La próxima vez que viaje voy a pedir el sillón de un extranjero”, asegura Moya, quien dice que “creer que aún existen personas en las que puedas confiar, es la clave para que el sistema se sustente”.
Dusica alojó tres días en casa de Carlos y aprovechó de conocer Santiago. Después viajó a otros lugares como Valparaíso, La Serena y San Pedro.
La holandesa se refirió a Carlos como un “caballero muy acogedor”. El también habló bien de su invitada, describiéndola como una persona “muy agradable e interesante”.
A diferencia de Carlos, Dusica sí ha recibido gente en su hogar. “Lo mejor de hacerlo es la confianza que adquieres en las personas. Igual está el riesgo de llevarse mal con el invitado”, cuenta. A pesar de que ha viajado a varios países, Chile le fascinó de manera particular: “Es impresionante, de unos colores y diversidades culturales increíbles. Uno de los lugares más naturales y bellos en los que estuve fue Laguna Verde y en los Géisers del Tatio. La Patagonia para mí resulto ser un lugar mágico”.
Como Dusica, hay muchos que han utilizado el sistema con buenos resultados. Y aunque hay pocas quejas, estas son principalmente por incompatibilidad de personalidades.
¿Cómo funciona?
En la página www.couchsurfing.com. La persona se registra creándose un perfil. Luego sólo basta escoger uno de los 223 países que hay y ponerse en contacto con el posible anfitrión viendo si hay disponibilidad de un sofá. Si uno no quiere recibir a alguien no es obligación, pero así como te pueden alojar, la idea es que uno también esté dispuesto.
Vaya, está muy bién esta idea, voy a visitar el enlace, a ver que encuentro!!
ResponderEliminarYa te contaré, un abrazo!