Por primera vez se produce una denuncia por crímenes de lesa humanidad en un juzgado por iniciativa de una institución pública tras confirmarse el hallazgo de varias fosas comunes de represaliados del franquismo. Hasta ahora, las denuncias habían partido de familiares de víctimas o de asociaciones memorialistas. La dirección de Memoria Democrática (IU) anunció que interpondría denuncias de manera sistemática cuando se hallen fosas de represaliados.
Las catas arqueológicas llevadas a cabo desde el pasado 18 de julio de 2013 en el barranco de Víznar (Granada) permitieron delimitar cinco fosas comunes donde se hallaron restos de armas de fuego y restos óseos, con una disposición aleatoria y no convencional lo que apunta a que estos enterramientos son clandestinos y probablemente se enmarcan en el concepto que la jurisprudencia internacional reconoce como crímenes de lesa humanidad. Los hallazgos fueron trasladados al juzgado para que iniciara una investigación sobre estos asesinatos.
El director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo, destacaba en rueda de prensa la pretensión de dar cumplimiento a todos los protocolos internacionales y de jurisprudencia en lo relativo a las evidencias de violencia "masiva" y de "crímenes" por parte de un poder público que, por tanto, no pueden prescribir.
De esta manera, se realizaba una denuncia formal ante el decanato de los Juzgados de Granada sobre lo ocurrido en Víznar, argumentando la necesidad de que "el juez se dé por enterado" y si procede "intervenga de lo que es una muestra de violencia generada por un poder público de forma sistemática" tras el golpe de estado franquista, siendo la primera vez, según declaró, que se realiza esta acción.
El Director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo Cordobés y el Representante de la Oficina de Vicepresidencia, José Vicente Pérez, muestran el comunicado que entregaran en el juzgado :: EFE/Jesús Ochando
Según relataba, la pretensión del Gobierno andaluz es seguir comunicándolo al juzgado cada vez que en una fosa aparezcan signos de violencia y asesinatos masivos, todo ello para cumplir con el derecho a la justicia de las víctimas de estos crímenes.
Estas catas arqueológicas han sido impulsadas por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía a petición del Ayuntamiento de Víznar, en un lugar que se encuentra a unos 800 metros del Parque Federico García Lorca, en el que se excavó en 2009 en busca de los restos de los fusilados junto al autor de ’Yerma’, que culminó en diciembre de ese año sin que se hallaran evidencias de fosa alguna o siquiera una esquirla de hueso.
Los trabajos posteriores a este hallazgo, estaban previstos tuvieran una duración de unos dos meses y medio y se centrarían en un área de unos 10.000 metros cuadrados, donde, por los testimonios escritos y orales que constan, podrían encontrarse un total de doce enterramientos ilegales, en los que, según las estimaciones de los investigadores, podría haber unas 2.000 víctimas, entre ellas figuras destacadas de la sociedad de la Granada del 36, como el que fuera rector de la Universidad, Salvador Vila Hernández.
Se excavó en once zonas y en cinco de ellas se encontraron restos óseos y restos de armas de fuego, aunque no existe apenas documentación sobre las personas fusiladas, según detalló el arqueólogo encargado de la coordinación de las tareas, Iván Sánchez.
Salvador Vila Hernández, rector de la Universidad de Granada, España, fue llevado al famoso barranco de Víznar, junto a otros 28 detenidos, el 22/10/1936, y fusilado, arrojando su cuerpo a una fosa común.
De acuerdo a las fuentes bibliográficas obtenidas y a los testimonios recopilados, se ha podido determinar que tras la rebelión fascista, Granada quedó aislada de la zona sublevada, por lo que se ordenó al capitán José María Nestares Cuéllar que se pusiera al mando de una columna de soldados falangistas para detener el avance de las tropas leales al gobierno de la II República.
Esta columna de soldados fue recorriendo Pulianas y Nívar hasta la ocupación de Deifontes, para trasladarse luego a la zona de Alfacar y el Fargue, de modo que se fue constituyendo un sector militar que comprendería, entre otros, al pueblo de Víznar.
Otro lugar importante fue el conocido como edificio de la Colonia, dado que allí solían ir a veranear escolares granadinos, los cuales fueron desalojados el 1 de agosto de 1936 para usar este lugar como prisión provisional, donde los presos pasaban unas horas antes de ser fusilados.
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Todo apunta a que los primeros enterramientos se produjeron en la zona de Puerto Lobo y luego se trasladaron a zonas de Alfacar, como el Caracolar y el campo de las Pepinas, y finalmente al barranco de Víznar, donde se produjo el mayor número de fusilamientos y enterramientos en fosas comunes.
Los fusilamientos masivos comenzaron en el barranco de Víznar a partir de septiembre de 1936 (el fusilamiento de Lorca tuvo lugar en la madrugada del 17 al 18 de agosto), y se cree que continuaron hasta finales de ese año, incluso a principios de 1937, según señaló la historiadora documentalista encargada de recopilar la información al respecto, Nuria López.
*Con información de EP.
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