Una empresa norteamericana de Idaho, Jihawg Ammo, acaba de comercializar balas recubiertas con una pintura especial hecha a partir de carne de cerdo, lo que las convierte en “haram”, o sea impuras para los musulmanes.
Según la firma, esto tiene dos ventajas. Por un lado, si esa munición cae en manos de un yihadista, éste no podrá utilizarla, y si sabe que enfrente se dispone de esas balas, eso lo disuadirá de atacar.
En efecto, si es alcanzado por esas balas, el yihadista perderá su recompensa si muere en el ataque: se quedará sin las 72 vírgenes del paraíso reservado a los buenos musulmanes que mueren haciendo la yihad.
Jihawg Ammo piensa que estas balas son un factor de paz: “la paz gracias al cerdo”. Como efecto secundario, y teniendo en cuenta la multiplicación de los combates yihadistas en los distintos escenarios donde se prodigan, esto podría dar algún descanso a las famosas 72 vírgenes.
La empresa afirma que su munición Jihawg Ammo es un arma dirigida contra “aquellos que actúan violentamente en nombre del Islam“.
“Con Jihawg Ammo no solo matas a un terrorista islamista, sino que también lo envías al infierno. Esto debería hacer reflexionar a los posibles mártires antes de lanzar un ataque. Si alguna vez tiene que defenderse a sí mismo y a los que te rodean, nuestra munición trabaja en dos niveles”, escribe la compañía.
Si bien la compañía declara a través de su sitio web que la munición puede tener efecto solo en casos de defensa contra un ataque yihadista, para Shannon Dunn, profesor de los estudios religiosos en la Universidad de Gonzaga, la idea de la compañía se basa en una interpretación errónea del Corán, y sostiene que estas balas no llevarán a los musulmanes al infierno.
A pesar de ello, estas balas ya gozan de apoyo en EE.UU. En Facebook unas 4.500 personas indicaron “me gusta” en la página del producto. Algunos de los usuarios expresan incluso su esperanza de que estas balas sea incorporadas al Ejercito estadounidense.
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