LA ZONA REAL : El origen español de sus Coronas


Todo comenzó cuando aún mandaban los romanos en Hispania. El general Constantiniano Gerontius, árbitro de la Península pero enfrentado al usurpador Constantino III y enemistado con la aristocracia hispanorromana, se propuso conquistar la provincia y llamó en su ayuda a las tribus bárbaras que habían llegado hasta la Aquitania. Así fue como sucesivas oleadas de suevos, vándalos, alanos y visigodos entraron en Hispania, codiciando desde el primer momento sus fértiles tierras.



A Gerontius lo asesinaron sus propios secuaces y Honorio, el augusto del momento en Roma, consiguió conservar sólo, y por poco tiempo, la Tarraconense. Desde el año 411 la antigua Iberia fue tierra de nadie y campo de batalla entre suevos (Galicia), vándalos (Bética) y alanos (cuencas del Duero y el Tajo).Tras varias décadas de guerras, los visigodos se lucieron con el poder. Para sobrevivir, los hispanorromanos pactaron con los nuevos señores, a través de un feudo o juramento que rendía sumisión a cambio de ser protegidos y que dio origen al feudalismo.

Alarico no puede ser considerado, en rigor, el primer rey visigodo de Hispania, porque apenas estuvo en la Península y murió en 412 cuando se disponía a conquistar Sicilia. Le sucedió su cuñado Ataúlfo, el apuesto galán que raptó a Gala Placidia, hija del emperador, para llevarla como esposa a Barcelona

Al final fue asesinado tres años después por Sigerico, jefe del Clan contrario, que hizo matar a los seis hijos de Ataúlfo pero no pudo evitar su propia muerte a manos de sus vasallos el mismo año de su coronación. Comenzaba la tradición violenta de la dinastía, el llamado "morbo gótico", una afición desmedida por liquidar al coronado arrebatándole la vida.

Los cronistas de la época dicen que Walia, cuarto rey, resultó buen gobernante y mejor soldado. Consiguió pactar con Honorio, a condición de hacer la guerra a suevos, vándalos y. alanos. 



El sucesor Teodorico (418-45 l) fue el primer monarca "estable": llegó a reinar 33 años. Como hijo de Alarico, trató de establecer la sucesión hereditaria al trono, aumentó su territorio en Hispania y Galia y tomó parte en la liga que vendó a Atila en los Campos Cataláunicos, donde murió. 

Heredó la corona su hijo mayor Turismundo, que fue asesinado por su hermano Teodorico II, monarca que alcanzó tal poder que se permitió poner en el trono imperial de Occidente a su protegido Avito. Tras 13 años de reinado, fue asesinado por un tercer hermano. Eurico (466-484) fue un monarca batallador que combatió a los francos pero tuvo tiempo para recopilar antiguas leyes y crear otras nuevas en un código que tomó su nombre y dio estructura jurídica al nuevo Estado germano.

Eurico murió en Arlés en 484. En sus 22 años de reinado, su hijo Alarico II se ocupó de seguir la tarea legislativa de su padre. Pero los francos codiciaban las tierras visigodas entre los Pirineos y el Ródano y el rey Clovis le declaró la guerra. El propio Clovis mató con sus manos a Alarico II en 507, fecha a partir de la cual llegó la gran oleada de visigodos que huían de las Galias



La derrota supuso el declive de Tolosa como capital y el aislamiento del reino de Hispania. Con el apoyo del ostrogodo Teodorico, reinó primero Gesaleico (507-11), hijo de Eurico, luego Amalarico (5 11-3l), hermano suyo, y finalmente Teudis (531-48), por elección de los nobles. A la prudencia de éste le sucedió la violencia arbitraria de Teudiselo, quien atraído por los hombres no reparaba en medios para conseguirlos, incluido el asesinato de sus celosas esposas. Murió en Sevilla, cuando celebraba un banquete, a manos de un grupo de rencorosos favoritos.



La anarquía se instaló en el poder y el caos fue aprovechado por los Bizantinos, que se instalaron en Levante, movidos por al afán de Justiniano por recuperar las antiguas tierras del Imperio. Fueron 20 años de pugnas sangrientas entre las facciones del inicuo rey Agila y el fiero Atanagildo. Finalmente el segundo asesino al primero, ciñó la corona y tuvo el acierto político de trasladar la capital a Toledo.

A su muerte subió al trono Liuva, que se casó con su viuda y volvió a trasladar la capital allende los Pirineos, en Narbona. Los visigodos españoles se rebelaron y Liuva envió a su hermano Leovigildo para someterlos. Éste, sin embargo, hizo causa común con sus compatriotas, renunció a los territorios Galos y reclamó el trono hispano.



Leovigildo habria de ser el gran monarca que unificó la Patria Goda, Spania toda. Le sucedió su hijo Recaredo. Tras los brillantes reinados de su padre y de su abuelo, reinó Luava II, aunque a los dos años fue eliminado por un golpe de estado encabezado por Viterico, quien empezó una nueva etapa de inestabilidad. Aquel general que se proclamó vigesimo primer rey de la dinastía, fracasó en su gobierno de 13 años y en un suntuoso banquete fue asaltado, su cuerpo arrastrado por Toledo y arrojado a una inmunda cloaca. La sucesión hereditaria soñada por Leovigildo no conseguía asentarse.



Los nobles eligieron a Gundemaro (610-612), un monarca de transición que murió en su lecho. Le sucedió Sisebuto, hombre de gran cultura que mantuvo una estrecha amistad con San Isidoro y combatió a los bizantinos. También consiguió que no le asesinaran y que le sucediera su hijo Recaredo II, quien murió, al parecer, por causas naturales. En 621 fue elegido Suintila, un general victorioso que perdió el juicio al ver morir a su heredero en una batalla. 

Su esposa Theodora tomó las riendas del poder pero no demostró talento más que para yacer con los hombres que le gustaban y luego asesinarles.

Un noble poderoso, Sisenando, apoyado por el rey franco Dagoberto, depuso a Suintila y reinó cinco años. Con Chintila (636 - 3 9) volvió la paz, pero tras su muerte prematura la corona recayó en su hijo Tulga, un joven débil que fue depuesto por una conjura nobiliaria, que lo envió a un monasterio. La corona, que definitivamente era electiva, no admitía clérigos. Para llegar a rey, el aspirante debía ser varón, de etnia goda y estirpe noble.

Los nobles eligieron a Chindasvinto (642-53), que reforzó la autoridad real. Como empezó a reinar con 80 años, asoció al trono a su hijo Recesvinto.



Chindasvinto gobernó cinco años, fue tirano y violento. Recesvinto, sin embargo, demostró ser un rey moderado y complaciente con la aristocracia, pero no pudo evitar las luchas entre el Clan político-familiar de su padre y el de Wamba, que a partir de entonces se turnaron en el trono. En 672 los magnates palatinos eligieron a Wamba. Tras ocho años de desgobierno fue depuesto por el conde Ervigio.

Los 50 años restantes fueron una lenta agonía. Las malas cosechas y la hambruna en tiempo de Ervigio y la peste que asoló el reinado de Égica, yerno del anterior, debilitaron a una población diezmada y desmoralizada. En 702 subió al trono su hijo Witiza, personaje turbulento y misterioso que murió antes de los 30 años sin poder dejar la corona a ninguno de sus hijos que eran aun niños. 

El Senado eligió a Rodrigo. El clan de Witiza pareció reconocer la designación, pero el mismo año de la coronación, a través del enigmático Don Julián, entraron en tratos con los musulmanes para hacerle la guerra. En la batalla de Guadalete, Don Rodrigo perdió más que su propia vida. Con él pereció la monarquía visigoda. La dinastía, a pesar de los continuos sobresaltos, había durado 300 años.

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