Paul Lafargue (Santiago de Cuba, 15 de enero de 1842 - Draveil, 26 de noviembre de 1911) fue un periodista, médico, teórico político y revolucionario francés.
Aunque en un principio su actividad política se orientó a partir de la obra de Proudhon, el contacto con Karl Marx (del que llegó a ser yerno al casarse con su segunda hija, Laura) acabó siendo determinante.
Su obra más conocida es El Derecho a la Pereza. Nacido en Santiago de Cuba en una familia franco-caribeña, Lafargue pasó la mayor parte de su vida en Francia, aunque también pasó periodos ocasionales en Inglaterra y España.
A la edad de 69 años, Laura y Lafargue se suicidaron juntos, llevando a cabo lo que desde hacía tiempo tenían planeado.
A la edad de 69 años, Laura y Lafargue se suicidaron juntos, llevando a cabo lo que desde hacía tiempo tenían planeado.
JUVENTUD
El padre de Lafargue era un acomodado propietario de plantaciones de café en Cuba y, por ello, Paul pudo comenzar sus estudios en Santiago de Cuba y proseguirlos en Francia. En 1851 la familia Lafargue se mudó a Burdeos y Paul estudió en el Liceo de Toulouse. Posteriormente estudió Medicina en París.
Es en París donde Lafargue comenzó su carrera política e intelectual, adhiriéndose a la filosofía positivista y entrando en contacto con los grupos republicanos que se oponían a Napoleón III.

Sin embargo, pronto entró en contacto con dos de las personalidades más prominentes del pensamiento revolucionario, Karl Marx y Luis Augusto Blanqui, cuya influencia eclipsó completamente las tendencias anarquistas que hasta entonces había mostrado Lafargue.
En 1865, tras participar en el Congreso Internacional de Estudiantes en Lieja, las universidades francesas prohibieron que Lafargue pudiera tener ninguna relación con las mismas, por lo que tuvo que marcharse a Londres para empezar allí de nuevo su carrera.
En Londres se convirtió en un asiduo de la casa de Marx, donde conocería a su hija Laura con la que acabaría contrayendo matrimonio en 1868.
Su actividad política tomó un nuevo rumbo en Inglaterra, fue elegido miembro del "Consejo General" de la Primera Internacional, y acabó siendo nombrado secretario corresponsal para todo lo concerniente a España (cargo que desempeñó entre 1866 y 1868).

Sin embargo, parece que no consiguió establecer ningún tipo de contacto serio con las organizaciones de trabajadores españolas.

La oposición al anarquismo de Lafargue se volvió notoria cuando, a su regreso de España, escribió una serie de artículos en los que criticaba la influencia de Proudhon en algunas organizaciones obreras francesas. Esta serie de artículos supuso el punto de partida de una larga carrera como articulista político.
ESPAÑA
Tras el episodio revolucionario de la Comuna de París de 1871, la represión política obligó a Lafargue a emigrar a España. Allí se estableció en Madrid, donde contactó con algunos miembros locales de la Internacional, sobre los que su influencia acabaría siendo muy importante.
A diferencia de lo que ocurría en otros países europeos, la influencia del anarquismo fue enorme, aun tratándose de un país tan abrumadoramente agrario como era España entonces.
La mayoría de los revolucionarios españoles formaban parte de la facción anarquista de la Internacional (y su peso seguiría siendo enorme en España hasta la Guerra Civil).
Lafargue se dedicó a intentar redirigir esta tendencia hacia el marxismo, tarea en la que estuvo cercanamente asesorado por Friedrich Engels. Esta labor tenía también importantes implicaciones a nivel internacional, ya que la federación española de la Internacional era uno de los pilares principales de la facción anarquista.
La tarea encomendada a Lafargue consistía principalmente en reunir en Madrid un grupo marxista que fuese capaz de liderar la actividad revolucionaria.
En algunos de estos artículos Lafargue expresaba sus propias ideas acerca de la necesidad de reducir la jornada laboral (una concepción que no era ajena al pensamiento del propio Marx).
En 1872, tras un ataque de La Emancipación contra el nuevo y anarquista Consejo Federal, la Federación de Madrid expulsó a los que habían firmado ese artículo.
Al poco estos crearon la Nueva Federación de Madrid, un grupo que nunca llegó a tener una gran influencia. La última actividad de Lafargue como activista político en España consistió en representar a la minoritaria sección marxista en el Congreso de La Haya de 1872, congreso que significó el final de la Primera Internacional como asociación unitaria de todos los socialistas.
Laura, hija de Karl Marx y esposa de Paul Lafargue
FRANCIA
En 1873 Lafargue se trasladó a Londres. Para entonces ya había dejado de ejercer la Medicina, pues ya no tenía fe en ella.
Abrió un taller de litografía pero la escasez de los ingresos que consiguió con él le obligó en varias ocasiones a pedir dinero a Engels (que era propietario de industrias).
Gracias a la ayuda de Engels consiguió entrar nuevamente en contacto desde Londres con el movimiento obrero francés (el cual estaba empezando a ganar de nuevo base social, después de la tremenda represión reaccionaria que había llevado a cabo Adolphe Thiers durante los primeros años de la III República francesa).

Gracias a la ayuda de Engels consiguió entrar nuevamente en contacto desde Londres con el movimiento obrero francés (el cual estaba empezando a ganar de nuevo base social, después de la tremenda represión reaccionaria que había llevado a cabo Adolphe Thiers durante los primeros años de la III República francesa).
A partir de 1880 trabajó de nuevo como editor del diario L`Egalité.
En ese mismo año y en las páginas de ese diario, Lafargue comenzó a publicar los primeros borradores de El Derecho a la Pereza
Fue un activo militante en la Comuna de París, y fue miembro-fundador de sus secciones francesas, españolas y portuguesas.
Lafargue fue también dirigente de la II Internacional. Fue uno de los fundadores del Partido Obrero francés en 1879. Uno de sus libros más célebres es "El derecho a la pereza", escrito hacia 1880.
Paul Lafargue con algunos miembros de su familia, entre los que figuraba Karl Marx, su suegro.
Fue uno de los textos más difundidos de la literatura socialista mundial, probablemente sólo superado por el "Manifiesto del Partido Comunista" de Karl Marx y Friedrich Engels.
LA OBRA
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