LA ZONA PÚBLICA: El concejal que malversó 52.583 €

El ex concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Palma, Javier Rodrigo de Santos, aseguró , durante el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Palma por la presunta malversación de más de 50.000 euros públicos que efectuó entre 2006 y 2007 en clubes de alterne y casas de masaje, que el dinero era para "pagar droga, que te produce necesidades sexuales en clubes de alterne masculinos".
La Audiencia precisa que condena al ex concejal a penas de siete y cinco años de prisión por sendos delitos de abusos sexuales, en los que concurre la atenuante de drogadicción, así como a otro "año y medio de prisión y multa de veinte euros" por un delito contra la salud, con atenuante de embriaguez y drogadicción. Además, ha sido condenado por un delito de abusos sexuales según el artículo 181.1 del Código Penal y el intento de otro a una multa de 5.760 euros.

Así lo puso de manifiesto ante las preguntas del fiscal Juan Carrau en el marco de su declaración, en la que el acusado aprovechó para pedir perdón al jurado "por mi incorrecta actuación" y por llevarse a cabo el juicio "por única irresponsabilidad mía, por la que sabía que iba a pasar lo que está pasando" y que supone "un dolor añadido e innecesario al que hice a mi familia". "Un personaje público no tiene perdón por haber robado", enfatizó.

El encausado recordó que fue en 2002 cuando entró en una discoteca del Paseo Marítimo en la que conoció a Alfredo Gómez, propietario del local de alterne masculino Casa Alfredo, donde según la Fiscalía abonó más de 28.400 euros, pese a que manifestó que acudía allí "porque me proporcionaban droga, lo que me proporcionaba una adicción de la que no podía salir", al tiempo que aseveró que con el dinero "pagaba además los servicios del local" ya que la cocaína que le proveían le generaban "necesidades de sexo y la cocaína te produce deshinibición".
Afirmó asimismo que nunca pensó comprar la droga en locales que no fueran Casa Alfredo, ya que pensaba que "allí tenía una privacidad y se me ocurrió como sitio más discreto". "Para mí era imposible ir a otros sitios por ser un personaje público", agregó al respecto.

El tribunal le prohíbe que se aproxime a menos de 500 metros de los menores y su familia o a que se ponga en contacto con cualquiera de ellos por un plazo de tres tras el cumplimiento de los años de prisión. Por otro lado, De Santos ha sido absuelto por un delito de corrupción de menores.

Los hechos por los que ha sido condenado el ex concejal hacen referencia a delitos de abusos sexuales a partir de 2005 a tres hermanos (dos de ellos menores y uno de 18 años en el momento de los hechos), amigos de los hijos del ex concejal. Conocía a los jóvenes porque su familia y la de Rodrigo de Santos, según la sentencia, participan en reuniones de la Comunidad Neocatecumenal en la parroquia San Sebastián de Palma. La denuncia fue presentada por los padres de los menores después de que éstos le explicaran a su madre los abusos de que eran objeto.

La sentencia considera probado que en el verano de 2005 De Santos compró hachís para consumirlo con uno de los menores, para quien contrató una prostituta después de que el joven le hubiera confesado que quería perder la virginidad. El concejal contempló cómo el chico mantenía su primera relación sexual con la mujer.
La Audiencia considera también probado que dos años más tarde, en septiembre de 2007, tras haber asistido a misa, el hermano que entonces tenía 18 años se quedó a dormir en casa de De Santos, donde el ahora condenado le tocó los genitales y le hizo inhalar una sustancia cuya composición se desconoce. Un mes más tarde, según la sentencia, otro menor de edad se quedó a dormir de nuevo en casa de De Santos, donde se despertó de madrugada sorprendido porque el ex concejal le estaba haciendo una felación. Semanas más tarde, otra víctima, también en la casa de De Santos, fue objeto de una felación por parte del condenado, y además penetró analmente al acusado. En noviembre de 2007, intentó tocar los genitales a uno de los hermanos.

La sentencia considera también probado que en 2007, Rodrigo de Santos era consumidor abusivo de cocaína, "adicción -agrega- que disminuía, sin anularla ni mermarla gravemente, su facultad volitiva". La Audiencia señala que la actitud de De Santos estaba guiada "por el evidente propósito de satisfacer su desordenado deseo sexual" y que el lugar de alguno de los hechos "el dormitorio de sus hijos, no le suponía obstáculo o impedimento alguno, desinhibición provocada, en parte, por la adicción a la cocaína".

La sentencia censura el intento de De Santos durante la celebración del juicio de insinuar que la familia de los menores "podría haber sido utilizada o manipulada por alguno de los enemigos que Rodrigo de Santos pudiera haber hecho por las decisiones tomadas en su época como regidor delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento de Palma". La sentencia afirma sobre el condenado que, ante los hechos probados, se está "en presencia de una de las dos caras de quien llevaba una doble vida y fue capaz de ocultarlo a su familia, a sus amigos, a los que con él compartían responsabilidad políticas o a los integrantes de la comunidad religiosa en la que se integraba su mujer".
"En este juicio se ha querido dar una imagen falsa de mí. (...) Yo soy adicto a la droga y no al sexo", aseguró De Santos en respuesta a preguntas de la Fiscalía durante la declaración ante el tribunal del jurado.
De Santos ha alegado que el gasto se produjo en esos locales en los que se ofrecía sexo porque era su única forma de conseguir la "intimidad" que un cargo público como él necesitaba para proveerse de la droga necesaria "para superar el mono", aunque ha añadido que no puede negar que en dichos establecimientos "se ejercía sexo".
El que fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Palma ha insistido en que en el momento de los hechos él sufría una fuerte adicción a la cocaína y que sí abonó la droga con cargo a la tarjeta del Consistorio. "En ocasiones estaba tan mal que le daba mi cartera entera y yo ni sabía qué tarjeta usaban", ha aducido.

"Me gustaría decir que iba allí por sexo pero yo no necesitaría ir a un sitio como ése (el club de alterne Casa Alfredo de Palma) para tener relaciones sexuales", ha reiterado De Santos en respuesta a las preguntas realizadas por la defensa para añadir que "como concejal de Urbanismo hubiera tenido oportunidades legales de hacerlo".
El ex edil ha subrayado que "hay que ser muy torpe o estar bastante mal" para hacer lo que hizo, de lo cual ha declarado estar "muy arrepentido" y sentirse "muy culpable", pero ha insistido en que todo era consecuencia de su adicción, y ha criticado que se haya "jugado con la buena fe de las personas" y se haya hecho "escarnio".

Rodrigo de Santos ha remarcado, en respuesta a preguntas del fiscal Juan Carrau, que la droga "al mismo tiempo que te destruye, te arruina" y que sí hizo gastos en Casa Alfredo "pagando por las dos cosas" (droga y sexo), si bien esto último ha dicho que venía dado porque "al principio, la droga te produce necesidades sexuales".

De Santos ha reconocido que comenzó su adicción a las drogas en 2002, "muy rápido", y que no fue consciente de ella hasta "muy tarde" y siempre lo hizo, salvo excepciones, en Casa Alfredo: "Yo pagaba una hora por estar con una persona y por un gramo de coca", unos 70 euros, ha detallado.

"¿Ustedes se imaginan que una persona con un cargo como yo fuera a lugares públicos a comprar droga?", ha inquirido De Santos durante sus respuestas a preguntas del Ministerio Fiscal.

No obstante, De Santos ha remarcado que su intención, en los momentos de lucidez que tenía, siempre fue devolver el dinero que invertía de la tarjeta en cosas personales y ha recordado que, de hecho, así lo hizo.

La Fiscalía le ha preguntado que por qué no lo había reintegrado antes de conocer la querella que contra él se había presentado por pagos irregulares.


De Santos alegó que lo hizo cuando habló por fin con su familia, después de haber pasado el día anterior doce horas en la citada Casa Alfredo. "No sé cómo estoy vivo", ha reconocido el ex concejal.

Aún así, ha sostenido que siempre estuvo a disposición del juzgado para declarar, si bien ha reconocido que en un principio se negó a prestar declaración ante la policía porque, ha alegado, todavía se encontraba bajo los efectos de las drogas, dos días después de la que ha señalado ser su última noche en Casa Alfredo.

Al pedirle la Fiscalía que reconociese una serie de facturas firmadas, De Santos ha negado que fueran suyas y se ha mostrado sorprendido de que se hicieran facturas en dicho local.


Respecto a cómo afectaba esto a su trabajo, De Santos ha señalado que sí le impedía trabajar adecuadamente y que, de hecho, en 2006, anunció que se retiraba de la política por cuestiones personales: "Me reuní con mis compañeros de trabajo y les expliqué mis problemas, que no dormía, tenía depresión y de noche me daban ataques de agorafobia", ha comentado.

Por ello, ha indicado que en septiembre de 2006 comenzó a ir a una psicóloga. Asimismo, ha declarado que sí contactó con un centro de desintoxicación antes de que la policía lo detuviese y pidió información, aunque lo hizo por teléfono y facilitó nombres y datos falsos. "Ustedes me pillaron pero yo di el primer paso para mi curación", ha concluido De Santos.

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