El cineasta franco-polaco Roman Polanski fue detenido en el aeropuerto suizo de Zúrich en virtud de una orden de captura norteamericana. Polanski permanece en «arresto provisional, en espera de extradición», aunque puede apelar, según dijo un portavoz del Ministerio de Justicia.
AQUEL 8 DE AGOSTO DE 1977. La imagen de archivo muestra a Polanski y a su abogado saliendo del Tribunal de Santa Mónica tras la vista en la que el cineasta se declaró culpable de la violación de una menor.
Las autoridades estadounidenses difundieron en el 2005 una orden de búsqueda internacional vinculada a la de captura de 1978, según las autoridades suizas.
En relación con los hechos que se le imputan, el cineasta fue arrestado y se declaró culpable. Pasó 42 días en prisión y fue puesto en libertad bajo fianza. A finales de 1978, al día siguiente de una reunión entre sus abogados y el juez, Polanski se marchó a Francia y nunca regresó a Estados Unidos. El Tribunal Superior de Los Ángeles desestimó el pasado mayo, de forma definitiva, la petición de los abogados de Polanski de sobreseer el caso. El juez Peter Espinoza ya había rechazado la solicitud, al entender que Polanski tenía que comparecer en persona ante el tribunal. Polanski tiene la nacionalidad francesa y, como ciudadano de este país, no podría ser extraditado, pero su situación se complica al ser detenido en Suiza, país que no forma parte de la UE. Un portavoz del Ministerio de Justicia suizo, Guido Balmer, justificó la detención y aseguró que su país no hizo más que cumplir con una orden de arresto internacional. La presunta víctima, Samantha Geimer, manifestó el año pasado que su supuesto agresor no es un peligro para la sociedad y «no necesita ser encerrado para siempre».
Apoyo del Gobierno francésEl ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, se declaró «estupefacto» por la detención y recordó que el cineasta es ciudadano francés y tiene «reputación internacional». Precisó que el presidente Sarkozy «sigue el asunto con la mayor atención» y desea una pronta solución.El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha intervenido ante la consejera federal suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, para pedir que se garantice el respeto de los derechos de Polanski y que el asunto tenga un rápida «salida favorable». El embajador francés en Suiza y el cónsul general francés en Zúrich se han puesto en contacto con las autoridades suizas para ejercer el derecho de visita consular al detenido.
Francia no tiene obligación de extraditar a sus ciudadanos y los cargos acusa Estados Unidos al cineasta no son extraditables, según la legislación francesa.
La víctima quiere olvidar
La víctima en el caso de abuso sexual de que se acusa a Roman Polanski, hoy casada y con tres hijos, ha pedido reiteradamente a las autoridades que retiren los casos contra el hombre que abusó de ella. Samantha Geimer, de 45 años, era una niña inocente e ingenua en marzo de 1977, cuando Polanski le preguntó a su madre si podría fotografiarla para un revista de modas en la residencia de Jack Nicholson, en las colinas de Hollywood. Después de emborracharla con champán y drogas, y de sacarle fotografías sin ropa en su bañera, Polanski la violó, según Samantha.
AQUEL 8 DE AGOSTO DE 1977. La imagen de archivo muestra a Polanski y a su abogado saliendo del Tribunal de Santa Mónica tras la vista en la que el cineasta se declaró culpable de la violación de una menor.
Los hechos, admitidos en su día por el director, sucedieron en la mansión del actor Jack Nicholson
Francia pedirá el indulto para el cineasta, que permanece a la espera de una orden de extradición
A sus 76 años, el director de películas antológicas como La semilla del diablo, Chinatown o El pianista, se enfrenta a una causa que lo persigue desde hace 30 años: la supuesta violación en 1977 de Samantha Geimer, que tenía entonces 13 años. Polanski, prófugo de la Justicia estadounidense desde entonces, acudió a Zúrich para recibir el premio de honor del festival de cine de esta ciudad. Las autoridades estadounidenses difundieron en el 2005 una orden de búsqueda internacional vinculada a la de captura de 1978, según las autoridades suizas.
En relación con los hechos que se le imputan, el cineasta fue arrestado y se declaró culpable. Pasó 42 días en prisión y fue puesto en libertad bajo fianza. A finales de 1978, al día siguiente de una reunión entre sus abogados y el juez, Polanski se marchó a Francia y nunca regresó a Estados Unidos. El Tribunal Superior de Los Ángeles desestimó el pasado mayo, de forma definitiva, la petición de los abogados de Polanski de sobreseer el caso. El juez Peter Espinoza ya había rechazado la solicitud, al entender que Polanski tenía que comparecer en persona ante el tribunal. Polanski tiene la nacionalidad francesa y, como ciudadano de este país, no podría ser extraditado, pero su situación se complica al ser detenido en Suiza, país que no forma parte de la UE. Un portavoz del Ministerio de Justicia suizo, Guido Balmer, justificó la detención y aseguró que su país no hizo más que cumplir con una orden de arresto internacional. La presunta víctima, Samantha Geimer, manifestó el año pasado que su supuesto agresor no es un peligro para la sociedad y «no necesita ser encerrado para siempre».
Apoyo del Gobierno francésEl ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, se declaró «estupefacto» por la detención y recordó que el cineasta es ciudadano francés y tiene «reputación internacional». Precisó que el presidente Sarkozy «sigue el asunto con la mayor atención» y desea una pronta solución.El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha intervenido ante la consejera federal suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, para pedir que se garantice el respeto de los derechos de Polanski y que el asunto tenga un rápida «salida favorable». El embajador francés en Suiza y el cónsul general francés en Zúrich se han puesto en contacto con las autoridades suizas para ejercer el derecho de visita consular al detenido.
Francia no tiene obligación de extraditar a sus ciudadanos y los cargos acusa Estados Unidos al cineasta no son extraditables, según la legislación francesa.
La víctima quiere olvidar
La víctima en el caso de abuso sexual de que se acusa a Roman Polanski, hoy casada y con tres hijos, ha pedido reiteradamente a las autoridades que retiren los casos contra el hombre que abusó de ella. Samantha Geimer, de 45 años, era una niña inocente e ingenua en marzo de 1977, cuando Polanski le preguntó a su madre si podría fotografiarla para un revista de modas en la residencia de Jack Nicholson, en las colinas de Hollywood. Después de emborracharla con champán y drogas, y de sacarle fotografías sin ropa en su bañera, Polanski la violó, según Samantha.
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