El Soldado de los Milagros
Nuevos descubrimientos sobre la muerte de Benito López Franco, el quinto de Cetina al que Melilla venera como un santo. En su lecho de muerte, Alfredo Marrueco confiesa a Gregorio Gil su secreto. Gregorio Gil cuenta por escrito lo que le contó Alfredo sobre la muerte de Benito.
Benito no murió ahorcado sino de una paliza que le rompió la cabeza y un brazo.

De hecho siempre iba con su guitarra para interpretar jotas o coplas populares.
A su padre le hacía poca gracia el arte de Benito. Su hermano dice, trabajando de cocinero en Termas de Alhama antes de hacer la mili en Melilla, conoció a artistas como Bernabé Martí, el marido de Montserrat Caballé y que llegó a tener una oferta de Imperio Argentina para grabar una película. Benito López Franco es, para muchos melillenses, el 'hermano Benito'.
Se le atribuyen milagros en casos como tumores cerebrales y curaciones sorprendentes.
José, su hermano, manifiesta al respecto: "nosotros no entramos en si hace milagros o no, eso es una cuestión de las personas que acuden a él y se siente escuchado pero sí que apreciamos el cariño y la fe que la gente le profesa, esa que hacen que su tumba esté siempre llena de flores".

--¡Sabes que se ha descubierto que Benito murió de una paliza, que le rompieron la cabeza y un brazo!
Sentía tener que decírselo, precisamente a él, que me había descubierto el caso, que me había hecho conocer la figura de Benito, sus antecedentes, su tristísima muerte, su asombrosa santificación popular.
Pero esa información que él creía novedosa estaba en mis manos desde hacía muchos meses, desde que el hermano menor del soldado de los milagros, José, me la había proporcionado.
Y José hacía mucho mucho tiempo que lo sabía. Si no había querido hablar… --Esa información lo cambia todo… -me dice Pepe emocionado.. --En realidad, Pepe, no cambia nada.
Una vez que sabíamos que Benito no se suicidó, cambiar su muerte a tiros por una paliza modifica las circunstancias, pero no lo fundamental de esta historia: saber quienes le mataron y porqué.
Y este enigma sigue intacto.

Hace meses, en efecto, José, el hermano menor de Benito, me había hecho llegar una fotocopia de cinco páginas manuscritas que había escrito, poco antes de su muerte, un amigo del soldado de los milagros, Gregorio Gil López, apodado Pío.
Pío rememora sus días infantiles en Cetina, los tiempos de escuela y juegos, sus maestros, cómo a los 14 años Benito y él tuvieron que ponerse a trabajar, los grupos de amigos, las cuadrillas que formaban los mozos, de cómo Benito tocaba la guitarra, "era un buen aficionado porque todo lo sacaba de su cabeza" -comenta-, y cantaba la jota, las chicas que frecuentaban…
Benito López Franco y Alfredo Marruedo eran los mejores amigos.
En 1949 llega el momento de ir a la mili. Benito y Alfredo, que eran de la misma quinta del 48, fueron a Melilla; Gregorio era del 49, pero se fue voluntario al cuerpo de aviación en Zaragoza.

En Melilla prosiguió la estrecha amistad de Benito y Alfredo, que se hacían confidencias, incluidas las sentimentales. Benito había conocido a la hija de un alto mando, y un día el padre se enteró, con gran disgusto.
Según cuenta Gregorio, el padre mandaba a soldados a su servicio para que presionarán a Benito y dejara a su hija.
Alfredo, confidente de estos problemas, aconsejaba a Benito que dejara esas relaciones, pero la chica estaba tan enamorada que lo perseguía por todas partes y también le amenazaba si llegaba a dejarla.
En esta situación, amenazado por las dos partes, según el testimonio de Gregorio, por el padre y por la hija, el 17 de enero de 1950, Benito aparece muerto en los aseos del botiquín.
El cadáver es retirado, se niega incluso a los compañeros de Cetina que puedan verlo y al día siguiente, 18 de enero, el vicario J. Antonio Segovia (¿) redacta un certificado de defunción donde se le niega sepultura cristiana por causa de suicidio.
Pese a ello, los compañeros de Benito le ponen una cruz a su sepultura, que empieza ya a recibir flores.

Los compañeros de Benito son licenciados. Pero entonces sucede algo trascendental en esta historia.
Antes de salir de Melilla, un compañero de cuartel, cuyo nombre se desconoce, le dice a Alfredo que Benito no se había suicidado, que lo habían asesinado, matado a golpes, que le habían roto la cabeza y un brazo.
Como nadie podía confirmarle aquello, Alfredo nunca se atrevió a comentarlo a nadie, ni familia ni amigos. Aquí entra en escena de nuevo Gregorio Gil, quien dejó este testimonio que resumimos de sus páginas manuscritas.
En 1954, Gregorio, que mantenía amistad con Alfredo, va a Francia a trabajar, y a partir de ese año sólo vuelve al pueblo para vacaciones. Aunque comentaban entre ellos lo misterioso de la muerte de Benito, Alfredo nunca le cuenta a su amigo lo que le dijo el soldado desconocido.
Pero en agosto de 1975, cuando Gregorio llega de vacaciones, se encuentra a Alfredo enfermo de gravedad y va a visitarlo.
Era el 3 de dicho mes.
Alfredo sabe que se muere y le cuenta a Gregorio su gran secreto. Alfredo muere unos días más tarde, el 8 de agosto. Gregorio guarda también el secreto.
En mayo de 1977, el concejal de cementerios de Melilla suprime la separación de la tierra sagrada, y como va a procederse al desenterramiento de restos, se comunica a los familiares de Benito.
Entre los que acuden están Vicente López Espeja y su señora, Luisa Gil Pelegrín, yerno e hija de Gregorio.

Gregorio le advierte a su yerno que cuando saquen a Benito de su ataúd se fije bien si tiene rotos la cabeza y un brazo.
Le dará explicaciones a su vuelta de Melilla A su regreso, el yerno le dice que, efectivamente.
Benito tiene la cabeza y el brazo rotos. Entonces Gregorio le cuenta lo que Alfredo le había confesado en su lecho de muerte, el 3 de agosto de 1975.
La noticia ya se difunde, y Gregorio Gil López la pone por escrito, que sólo da a conocer en el 2000, cuando Cetina rinde homenaje a su malogrado hijo.

Pero de lo único que estamos seguros es de que Benito López Franco no se suicidó, como se dijo, como se mintió por las autoridades militares de la época.
Es curioso que se diga que en el ataúd que se destapó el cadáver estaba puesto boca abajo, como dicen que se ponen a los suicidas, y que se metió una cadena de wáter, la que se dijo mentirosamente que había utilizado para ahorcarse.
Había gente, claro está, interesada en que la muerte de Benito pasara por un suicidio, lógicamente para ocultar el homicidio.
¿Pero quién provocó su muerte? ¿Fue una simple pelea de soldados? ¿O los militares estaban pagados para pegarle?
Fue su muerte una amenaza que llegó involuntariamente más allá de lo previsto, o fue la venganza de un padre indignado, de un novio despechado?

¿Cómo llegó a convertirse el soldado asesinado en un santo de espontánea devoción popular, cuyos favores reclaman cientos de personas, que llenan permanentemente de flores su tumba en el cementerio de Melilla?
Porque en el caso de Benito a un enigma criminal se une otro religioso.
La sepultura
Hace un par de años escribí ya en estas páginas una serie de reportajes en torno al soldado de Cetina.
Desde entonces, he seguido indagando en este extraordinario caso que, a medida que pasa el tiempo, obliga a nuevas y más complejas preguntas.

Niégase la sepultura en Sagrado al cadáver del soldado Benito López Franco por no constar nada en contrario a esta Vicaría sobre el suicidio intencionado de la víctima.
Dios guarde a V. muchos años. Melilla, 18 de enero de 1950. El vicario-arcipreste J. Antonio Segovia. Rev. Sr. Capellán del Cementerio de la Purísima Concepción. Melilla".
Abusando de mi amistad, y de la cordialidad de Rafael Imbroda, melillense de toda la vida, le pedí el grandísimo favor de que me informara sobre el momento en que la devoción a Benito empezó a hacerse patente en Melilla.
Cumpliendo como el mejor, Rafael me enviaba el siguiente informe:
"Hoy 16 de Mayo de 2006, he acudido al cementerio de Melilla y me he entrevistado con su conserje, D. Tomás Tomé.
Me cuenta que ocupa el puesto de conserje desde septiembre de 1977 y que antes había sido sepulturero.
Habla del muro que separaba la parcela del resto del camposanto y de su enorme puerta.
Siendo él sepulturero se metía en ese patio a tomar el bocadillo preceptivo de media mañana por ser un lugar tranquilo y protegido de miradas indiscretas.
En líneas generales coincide con los detalles que teníamos y concreta que el muro se derriba en 1978 por entonces la tumba aparecía ya cubierta de flores, aunque, añade, peor organizadas.

Hasta el 62 iba frecuentemente a cuidar la tumba de sus padres y a partir de esa fecha, que fallece mi padre, deja de ir al cementerio.
Una de dos, o mi madre era muy despistada y no se enteraba de lo que sucedía muy cerca de ella, cosa que dudo, o no existía ninguna parafernalia hasta ese momento.
Esto puede ser un dato para pensar que la devoción se inicia después de esa fecha.
El patio se denominaba antes de retirar la valla Patio Civil y cuando Tomás tomaba el bocadillo allí había muchos matojos y pocas tumbas.
Actualmente se denomina Parcela 31. Meses antes de llegar él, el 30 de Mayo de 1977, sus familiares y en su nombre, Teodoro López Franco, solicitan y le conceden la exhumación para su traslado a Zaragoza.
Ante este hecho se arremolina la gente pidiendo que no se lleven los restos y los familiares terminan por acceder.
En ese momento se cambia la dirección de la tumba. Como te he dicho había pocas y se disponían de forma anárquica.
Estaba orientada de Norte a Sur. En la exhumación se platean dudas sobre la verdadera identidad de los restos porque era una especie de fosa común.
O sea que como yo te dije hubo un cambio pero no se movieron del mismo lugar. Le cuentan a Tomás Tomé, sepultureros que había en el cementerio antes de su llegada que por iniciativa propia o por encargo de los familiares, el conserje (Ginés Calvo) y un albañil (Juan Urbaneja) deciden adecentar la tumba por los 70.
Lo hacen a base de azulejos de cerámica. Uno de ellos infiere un profundo corte en la mano a Juan Urbaneja que se dirige a las oficinas conteniendo como podía la hemorragia.
Se aprecia, pues, un claro reguero de sangre saliendo de la tumba. Esto dispara la imaginación popular y aumenta la leyenda urbana del "soldado de los milagros" diciendo que "había manado sangre de la tumba".
Él me confirma los datos de buen mozo, cantaor y con don de gentes.
La leyenda popular habla de que era novio de la hija de un capitán, en otros casos, la amplían a que era capitán médico y que Benito se dedicaba a contentar tanto a la madre como a la hija.
Éstos son los datos objetivos que me ha contado Tomé, que además me ha mostrado la petición de Teodoro para la exhumación.
Seguimos teniendo una laguna sobre la fecha del inicio de la devoción pero se puede ir intuyendo".

José Luis Navarro, autor de un libro de relatos titulado "El soldado incorrupto", donde se narra el caso del soldado, aunque extrapolado literariamente, tuvo también la amabildiad de contarme lo que había sabido de la historia del soldado: "Hará unos treinta años, en el bar de oficiales del Cuartel de Santiago, un capitán moro "así se les llamaba y creo que era imán", me refirió de forma reservada la historia de un soldado, sanitario y auxiliar o asistente del capitán médico de entonces, al que el dicho le pilló 'enfrascado' con una de sus hijas adolescentes mandándole al calabozo, donde días después apareció ahorcado. Para el imán, más bien fue suicidado.
Incluso me habló de un 'cabo de vara', moro también, que, junto con otros sicarios, se ocupó del asunto.
Cinco o seis años después, habiéndoseme ordenado restaurar uno de los panteones militares, entablé conversación con los sepultureros del cementerio que estaban extrayendo restos de las fosas comunes para arrojarlos al osario.
Fue entonces cuando observé una tumba floreada y supe, por uno de ellos, el de más edad (creo que capataz), que pertenecía al soldado que hacía milagros y, según él, al remover la tumba, su cuerpo había aparecido momificado, por lo que le dejaron allí".
Melilla dedicó una calle a Benito en la Urbanización La Quinta el 2 de Noviembre de 2007.
Respecto a los supuestos milagros. José, el hermano de Benito comenta:
Juan Dominguez Lasierra.
Info Melilla.com
“Nadie sabe cómo empezó todo”, aseguró José, al respecto de la fe en los milagros de su hermano, que “tuvo una muerte rara”.
El caso es que desde el año 75, cuando empezaron a tener noticias de ello, se produjo “un bum” de personas que se acercan al lugar donde yace Benito López Franco, cada año más.
“El que viene, no sé que pasa que tiene que volver otra vez, no así el que va y no le pasa nada”, aseguró el hermano del soldado, quien explicó que mucha gente le cuenta su experiencia y los milagros que se han producido.
Estoy convencida que se produjo una injusticia tremenda con Benito y cualquier acto que se realiza con maldad la verdad siempre acaba saliendo. Dios le de la fuerza para dar fe a todos los que estamos vivos y siga bendiciendo su alma en el cielo.
ResponderEliminarBenito estamos contigo siempre desde barcelona.
Un beso para mi estas vivo.
Benito esta por encima de todos nosotros, en otro plano.Con todo su amor, vela por los que estamos aún en la tierra. BENDITO SEA.
ResponderEliminarDejar que a traves de él, sintais milagros, estara feliz de que asi sea.
No le distraigais con venganzas, odios y rencores, dazle las gracias, como mejor sepais.Hacer el bien, para otros,y él estara contento.
Los malnacidos que le quitaron esta vida, pagaran en esta o en otra, su mezquindad, nadie se libra de pagar sus males.
Que bonito es ver como en vez de sacar su odio Benito hace el bien a los demas, ese bien que no le pudieron quitar sus asesinos.
ResponderEliminarMe gustaria saber como puedo conseguir la foto.
Lo que pasó fue una injusticia hacia Benito.
ResponderEliminarNo es de humanos negar un entierro digno a una persona,bien sea buena o mala.
Las personas muertas merecen descansar en paz.
La verdad es que el caso de Benito Lopez Franco me parece bastante interesante y me gustaría saber muchísimo más sobre este caso.
Tenemos todos una enorme necesidad de fe. Si Dios se manifiesta a través de Benito (soy melillense), que nos alcance su gracia. Ver esa sepultura convertida en jardín hace pensar que el pueblo no se equivoca. ¿No es ya un milagro unir a su alrededor a cristianos, hebreos y musulmanes? Una morita joven le lleva flores cadsa quince días, si puede, porque le llevó a su niño, desahuciado, y el niño sanó en muy pocas horas,
ResponderEliminarSoy melillensa, he oido hablar de
ResponderEliminarBenito y sus milagros desde hace ya muchos años. Yo misma he ido a verlo al cementerio cada vez que acudí alli por distintos motivos a lo largo de los años, pidiéndole incluso alguna cosa y rezándole. Su tumba llena de flores siempre y con personas visitándole .. me impresiona y me hace acercarme a él pero ... JAMAS HE CONOCIDO NINGUNO DE ESOS MILAGROS Y NADIE HA SABIDO DECIRME NUNCA SOBRE DESEOS CUMPLIDOS O PETICIONES CONCEDIDAS. EXISTE ALGUNA PERSONA QUE SEPA CONTARME EXPERIENCIA QUE JUSTIFIQUEN TALES OBRAS POR PARTE DEL SOLDADO DE LOS MILAGROS? se dice que hace milagros pero qué milagros? se dice que concede deseos a la gente pero qué deseos o peticiones? nadie cuenta nada concreto ... por qué? de dónde, cómo y por qué adquiere esa fama?. Gracias.
hola me llamo pilar y soy de galicia, he hecho una promesa a benito lopez franco y necesito conocer a alguien que vivia en melilla para cumplirla, si alguien que vive en melilla lee esto por favor pongáse en contacto conmigo, pilar1958@live.com . Gracias a todos.
ResponderEliminarPor favor alguien de Melilla que se pueda poner en contacto conmigo para cumplir una promesa que he echo. me llamo pilar y soy de galicia. mi mail es pilar1958@live.com os lo agradeceria muchisimo. Gracias.
ResponderEliminarMatilde a Benito López Franco, el soldado de los milagros.
ResponderEliminarTe dieron una paliza que la vida te ha costado
podías estar en el mundo
y estás muerto y enterrado.
El amor que te negaron
hoy con creces te lo damos,
nos escuchas,
nos socorres y nos concedes favores,
por eso tu tumba está cubierta siempre de flores.
A tu nombre bendecido llegan nuestras oraciones.
soy melillese y el conosido su tumba y gruso cuado apena abia frores y siendo yo un niño y puerdo desi que mea pasado cosa en ese semeterio muy expesia para mil tengo las suerte de tene un don de la virdecia donde en ese cemeterio comeso teniedo 4 año y doy gracia a el hermano benito por sur ayuda y ser de varios milagro que a echo emi familia a mil madres la curo de un burto en pecho y ami benito me esta alludado pero el quieres eseñano con sur relato que sur amar y corazo nuca ser deve de endurese y ser humides y que jama hay que jurga a nadie por sur nive socia pues ya quisieramo todo esta tan serca de dios como esta benito y ya lo esta pagado el daño que le isiero y gruso la ingresia catolica pues dios es amor y benito es amor por los de mas
ResponderEliminarCreo firmemente en todos los milagros que están ocurriendo en Melilla.Una nueva evidencia que Dios es grande y que no todo se acaba con la muerte, que después de la misma, seguimos viviendo en espíritu.
ResponderEliminarMe gustaría conseguir una foto de Benito, tengo una gran fe en él, si alguien pudiera ayudarme, se lo agradecería.
Mi correo, dorigarciam@gmail.com. Muchas gracias.
Poned su nombre en Google y tendréis su foto.
ResponderEliminarTengo que publicar mi experiencia. Cuando supe de Benito y de los favores que la gente decía que hacía, le pedí con devoción que intercediera en un asunto que hacía años que quería resolver y no encontraba la manera de solucionarlo. Hace unos días se solucionó !!!!, y además de la mejor manera que jamás hubiera imaginado. Alguién puede pensar que ha sido una casuliadad, pero esto es lo que a mi me ha sucedido y se lo voy ha agradecer siempre.
ResponderEliminarpor favor contacat conmigo conmigo mail : pepasalasegura@hotmail.com
EliminarQue cada cual piense lo que quiera, pero a mi me ha sucedido. El mayor deseo de mi hermana era
ResponderEliminarquedarse embarazada. Un aborto y tres intentos por tratamiento fecundación in vitro, no conseguía
quedarse. Los médicos se lo pusieron muy negro, primero por su edad (41) y segundo por faltarle
un ovario. Yo le pedí a Benito el favor, y de modo natural, ella se quedó embarazada. ¿Casualidad?
Yo estoy convencida que no.
También le pedí un segundo favor: otra hermana mía fue intervenida hace unos años de esa enfermedad
que todos tememos, y ella se está recuperando estupendamente.
Toda mi vida se lo agradeceré.