No es ninguna sorpresa: las actividades sumergidas son una constante de la economía española. Eso sí, con la crisis, están alcanzando sus cotas máximas. Y, ¿dónde están sus focos principales?

La horquilla que se baraja para medir el tamaño de la 'caja b' española va desde algo más del 19% del producto interior bruto (PIB) que calcula Friedrich Schneider, profesor del departamento de Economía de la Universidad de Linz y cuyos cálculos son aceptados internacionalmente, al 23,3% del PIB (unos 244.918 millones de euros) que estima el Cuerpo Especial de Gestión de la Hacienda Pública (Gestha).
"Antes se concentraban en algunos puntos, pero ahora existe más dispersión", explica Francisco de la Torre, secretario general de Inspectores de Hacienda del Estado.

Los pequeños comercios también aparecen señalados en la 'rueda de reconocimiento'.
"Además, está creciendo mucho el mercado negro de transporte de personas y de mercancías. Muchos taxistas y empresarios de portes se quejan de la competencia desleal por parte de particulares sin autorización", declara Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos.
"Es muy común no hacer factura de IVA ahí para ahorrarse parte del coste", indica. Mollinedo, que cree que la iniciativa del Gobierno de reducir el IVA para este tipo de actividades puede repercutir positivamente, también señala que en la actividad agraria a veces es más propicia que otras a la contratación de personal bajo cuerda.
"Aunque por su peso en la economía, no es representativa", añade.

Habría que poner especial atención sobre ellas y sobre las que hacen pequeños trucos para tributar en otros países con menor fiscalidad, que restan mucho a la recaudación; y no tanto en los delitos más pequeños como hará el nuevo plan antifraude".
Y, ¿cuál es el tipo de fraude más común?
Los expertos indican que en primer escalón está el pago del IVA; después, el Impuesto de Sociedades; y, en último, el IRPF.

Y, según indican los expertos, no todo el descenso se debe a la parálisis de la actividad económica.
Así, la economía española parece ya haber pasado el trance del primer peldaño: la crisis ha avivado la tentación de muchos de dar el salto al empleo irregular.
"Si realmente hubiera cuatro millones de parados ya habría habido alguna huelga", dice un analista que prefiere no ser citado.
Además de hacer una radiografía de las actividades informales por sectores y tipologías, hay que fijarse en las diferencias por comunidades.
De acuerdo con los datos de Gestha, las regiones con más peso del mercado negro el año pasado fueron Canarias (con un 28,7% del PIB), Castilla-La Mancha (con un 26,5% del PIB) y Galicia (con un 26,3 del PIB).
La que protagonizó un mayor crecimiento de su bolsa de fraude durante los últimos diez años fue la Comunidad Valenciana (con 5,6 puntos porcentuales más).
Por su parte, Andalucía, Murcia, La Rioja, Castilla y León, Cantabria y Aragón registraron un alza de 5,5 puntos cada una.

Schneider mide desde hace años el peso de la economía informal sobre el PIB a través de aproximaciones, teniendo en cuenta indicadores con un efecto directo en ella (como la carga fiscal, peso de la regulación...) y otros que en los que se perciben las actividades 'en negro' (porcentaje de liquidez, horas oficiales de trabajo, etc.).
Según sus estimaciones, la crisis ha sumergido un poco más la economía española (que en 2008 llegó a su punto más bajo de la década, un 18,7% del PIB, pero en 2009 aumentó hasta el 19,5%, y en 2010 alcanzará el 19,8%).
El resto de países europeos, con unos niveles más bajos, han tenido un comportamiento parecido. "Con el inicio de la crisis mundial, la economía sumergida ha crecido", explica el profesor.
La media de la OCDE (teniendo en cuenta sólo 21 países) se situaría este año en el 14% del PIB, frente al 13,3% de hace un par.
En Europa, sólo Portugal (19,7%), Italia (con 22,2%) y Grecia (un 25,2%) quedarían por encima de España.
Hay quien encendió la luz de alarma por este fenómeno hace varios meses. En 2008, los técnicos de Hacienda ya avisaron de que podía haber unos 200.000 millones de euros ocultos.
Claro que, si en un primer momento de la recesión fueron las facturas de IVA y el pago de impuestos de sociedades los principales puntos negros, ahora se han sumergido más actores y es la contratación bajo cuerda una de las prácticas que más se extiende.
Si se realiza un cálculo no muy ortodoxo, comparar el número de ocupados de la Encuesta de la Población Activa (correspondiente al tercer trimestre de 2009) con la media de afiliados a la Seguridad Social en esos meses, la brecha de personas entre una y otra estadística (los que trabajarían 'en negro') es de 1,01 millones de personas.
También hay quien apunta a la elevada carga administrativa, la falta las medidas de control y la laxitud legal.
Por el momento las Inspecciones de Trabajo se dispararon en 2009 un 30%, con 224.942 procesos.
¿Será suficiente?
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