La zona Histórica: DIOSA CIBELES


Originalmente una diosa frigia, Cibeles (en griego antiguo Κυβέλη Kybélê, nombre al que a veces se da la etimología de «la del pelo» si se considera griego en lugar de frigio) era la diosa de la Madre Tierra que fue adorada en Anatolia desde el neolítico.

Como la Gea o su equivalente minoica Rea, Cibeles era la personificación de la fértil tierra, una diosa de las cavernas y las montañas, murallas y fortalezas, de la Naturaleza y los animales (especialmente leones y abejas).

Su equivalente romana era Magna Mater, la Gran Madre.

Su título «Señora de los Animales», que también ostentaba la Gran Madre minoica, revela sus arcaicas raíces paleolíticas.

Cibeles en una moneda de Tiberio

Es una deidad de vida, muerte y resurrección.

Su consorte, cuyo culto fue introducido más tarde, era su hijo Atis.

Fue esposa del titán Crono y progenitora de los dioses olímpicos.

Se la representa con una corona con forma de muralla y siempre acompañada de leones.

Esta diosa es representada en la mitología sobre un carro que simboliza la superioridad de la madre Naturaleza, a la que incluso se subordinan los poderosos leones que tiran del carro.

Detalle de la diosa Cibeles en la Fuente de Neptuno.

La Fuente de Neptuno, del italiano Alessandro Algardi, está situada en la parte más alejada de la entrada al Jardín de Aranjuez. Representa al dios Neptuno sobre un tazón, empuñando su tridente con la mano derecha.

Está sobre un carro con forma de concha, tirado por sendos caballos marinos. Alrededor, sobre cuatro pedestales, encontramos a las diosas Cibeles y a Ceres, cada una con una corona con forma de castillo y sobre sendas carrozas tiradas por leones, sujetados por niños.

En el tercer pedestal se encuentra Juno, sobre un pavo real, mientras que en el cuarto, Júpiter está sobre un águila que se apoya en un globo terráqueo, sujetado por tres titanes.

En el pedestal central puede leerse la leyenda: El Rey N.S. Don Felipe III mandó hacer esta fuente, siendo gobernador D. Francisco Brizuela, año de MDCXXI.

La leyenda los relaciona con una singular pareja mitológica, Hipómenes (Melanión, en otras versiones) y Atalanta, que compitieron en una carrera de velocidad.

La astucia de Hipómenes -inspirado por la diosa del amor, ya que el premio era la mano de Atalanta- hizo caer al suelo unas manzanas de oro que atrajeron la atención de Atalanta y la distrajeron de la carrera, que perdió.

Cabeza de Tyche (Cibeles) con corona mural, mirando hacia la derecha.
Reverso: (CARTeia) CAESA(RIBVS IIIIquarttour VIRi) alrededor de un timón. .

El mito concluye con la unión impía de los amantes dentro de un recinto sagrado de Zeus, quien, irritado, los convirtió en leones.

Más tarde Cibeles, compadecida, los habría uncido a su carro.

Adicionalmente, para iniciar el culto como sacerdote de Cibeles, éstos eran castrados como una contribución a la madre tierra; además hacían un sacrificio matando toros y bebiendo su sangre.

La diosa Cibeles, que según Virgilio en su relato de la Eneida había protegido las naves del príncipe Eneas en su huida desde Troya a Italia, fue adoptada por el propio Augusto como protectora en sus empresas en Hispania.

Augusto sentía por ella una especial veneración, no en vano su casa se levantaba lindando con los muros del templo de la diosa en el Palatino, y en su propio estudio figuran pintadas en sus muros imágenes del Callao Sagrado que representa a la diosa.

Por todo ello, el emperador determinó la presencia de la diosa protectora de Roma en los nuevos enclaves fundados por él en la península.

Las nuevas ciudades, construidas a imagen de la Roma eterna, debían de contar con la protección de Cibeles en sus muros.

MUROS DE LA CASA DE AUGUSTO CON LA IMAGEN DE LA PIEDRA DE CIBELES


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