
En los últimos años, la incidencia de los errores de medicación en los sistemas sanitarios de los países desarrollados está aumentando considerablemente. Se entiende como un error de medicación, aquel incidente prevenible que se produce en cualquier proceso del sistema de utilización de los medicamentos.
Algunos expertos relacionan el referido incremento a diversos factores como el escaso nivel de informatización en el sistema sanitario, la disponibilidad de numerosos medicamentos con elevada complejidad técnica y científica o el desconocimiento real de las propiedades farmacológicas de los medicamentos. Por todo ello, se aboga por crear una cultura de seguridad dentro de las organizaciones sanitarias.
Los problemas relacionados con la seguridad de los medicamentos han traspasado recientemente el ámbito estrictamente sanitario para ser motivo de preocupación y debate en toda la sociedad.
Sin embargo, estos problemas no son nuevos, ya que son una consecuencia inseparable de las propiedades intrínsecas de los medicamentos y van asociados de forma inevitable al desarrollo de la terapéutica.
Lamentablemente, la sociedad sólo percibe su importancia cuando sucesos, como el de la cerivastína, saltan a los medios de comunicación y ponen de manifiesto las consecuencias negativas que pueden derivarse de su uso.
En el pasado año una nueva problemática relacionada con la seguridad de la terapéutica farmacológica trascendió a los medios de comunicación en los EE.UU. y acaparó el interés de la opinión pública, de los profesionales sanitarios y de la propia Administración: el problema de los errores asistenciales en general y de los errores de medicación en particular.
El desencadenante fue la publicación del informe elaborado por el Committee on Quality of Health Care in America del Institute of Medicine (IOM) que señalaba que los errores asistenciales ocasionaban entre 44.000 y 98.000 muertes al año en EE.UU., una mortalidad mayor que la causada por los accidentes de tráfico, el cáncer de mama o el sida.
Este informe se refiere a los errores asistenciales; sin embargo, trata en extensión los errores de medicación por considerar que éstos constituyen uno de los tipos más frecuentes de errores y que representan por sí solos un importante problema en términos sanitarios y económicos.
Después de revisar la información disponible, el informe destaca que los errores de medicación ocasionan más de 7.000 muertes anuales, superando las causadas por los accidentes de trabajo, y que a nivel hospitalario motivan acontecimientos adversos en un 2 por ciento de los pacientes, incrementando en 4.700 dólares el coste del ingreso, lo que supondría un coste anual de dos billones de dólares extrapolado a la totalidad de los EE.UU.
También indica que en el medio ambulatorio los acontecimientos adversos derivados de los errores en la prescripción, administración o falta de cumplimiento probablemente son más numerosos que en el ámbito hospitalario.
Pero, ¿qué es un error de medicación? Un error de medicación es cualquier incidente prevenible que se produce en cualquier proceso del sistema de utilización de los medicamentos (prescripción, transcripción, dispensación, administración y seguimiento de los tratamientos).
Los errores de medicación son muy frecuentes, aunque la mayoría no ocasionan acontecimientos adversos para los pacientes si bien son un índice de baja calidad de la asistencia sanitaria.
En los últimos años, la incidencia de los errores de medicación en los sistemas sanitarios de los países desarrollados está aumentando considerablemente, debido sobre todo, en opinión de Henri Manasse, a la convergencia de los siguientes factores: escaso nivel de informatización en el sistema sanitario, complejidad de los procedimientos terapéuticos en los hospitales, disponibilidad de numerosos medicamentos con elevada complejidad técnica y científica, desconocimiento de las propiedades farmacológicas de los medicamentos, especialmente las interacciones, y segmentación de la asistencia sanitaria.
Es decir, en los países desarrollados se ha producido un enorme incremento en la complejidad y especialización de la asistencia, a la que se han incorporado tecnologías y tratamientos muy avanzados, mientras que ésta no ha sido capaz de incorporar paralelamente las nuevas tecnologías a los procedimientos de trabajo, los cuales se encuentran completamente desfasados.
Parece increíble que la informatización se haya incorporado a la práctica totalidad del sector productivo y sea aún incipiente en el sector sanitario.
En España todavía no se conoce la magnitud real del problema de los errores de medicación y consecuentemente no se ha tomado conciencia de su repercusión en la seguridad de los pacientes, salvo por algunos colectivos como los farmacéuticos de hospital.
Los resultados de los escasos estudios realizados en nuestro país revelan que los errores de medicación tienen una repercusión asistencial y económica del mismo orden de magnitud que en EE.UU.
Así, por ejemplo, según estudios coordinados por el ISMP-España, los errores de medicación motivaron el 2,2 por ciento de los ingresos urgentes en un hospital de 750 camas, con un coste anual estimado en 1996 de 170 millones de pesetas.
Asimismo, los errores de medicación causaron un 4,7 por ciento de ingresos en los servicios médicos de un hospital de las mismas características, con un coste medio por estancia próximo a las 480.000 ptas.
Por ello, es previsible que si en nuestro país no se implantan medidas específicas a todos los niveles dirigidos a la prevención de errores, tal y como se ha hecho en EE.UU., este problema irá en aumento.
La incidencia, gravedad y coste que suponen los errores de medicación determinan la necesidad de crear una cultura de seguridad dentro de las organizaciones sanitarias, siguiendo el ejemplo de otros sectores de riesgo, como la aviación, que lo han hecho mucho tiempo antes.
Para ello, la premisa básica es reconocer que el error es inherente a la condición humana y que lo realista entonces es modificar las condiciones en las que trabajan los profesionales, creando sistemas sanitarios seguros que sean resistentes a los errores humanos.
Esta cultura de seguridad supone enfocar el análisis de los errores asistenciales desde la perspectiva de que éstos se producen porque existen fallos en el sistema y no por "culpa" de un individuo o grupo de individuos.
De hecho, cuando se analiza detenidamente un error se observa que incluso los más simples, se deben a la concatenación de múltiples factores o fallos, entre los que se diferencian, por una parte, fallos activos o errores de los profesionales que están en contacto directo con los pacientes y los procesos y, por otra, defectos latentes o errores presentes en el sistema, relacionados con la organización, procedimientos de trabajo, medios técnicos, condiciones laborales, etc.
Por ello, castigar o separar "al culpable" no va a modificar los efectos latentes del sistema y es probable que el mismo error vuelva a producirse otra vez.
Además, es necesario crear una cultura profesional que permita aprender de los propios errores, es decir, que deseche la idea de culpabilidad y favorezca la comunicación y el análisis de los errores que ocurren, con el fin de identificar las causas que los originan y desarrollar estrategias para evitar que se repitan.
Solo así es posible obtener información objetiva sobre los errores que se producen en la práctica clínica y poner en marcha medidas para resolverlos.
En EE.UU. algunas organizaciones llevan trabajando desde hace años en la difusión de esta cultura de seguridad y en la prevención de los errores de medicación.
Un ejemplo representativo es el Institute for Safe Medication Practices (ISMP; www.ismp.org) que comenzó su trabajo en 1975 y fue constituido formalmente en 1993 por Michael R. Cohen como una organización multidisciplinar e independiente, sin ánimo de lucro, dedicada a promover la seguridad del proceso de utilización de los medicamentos.
El ISMP trabaja estrechamente con los profesionales, agencias reguladoras, instituciones sanitarias, organizaciones profesionales e industria farmacéutica.
Sus actividades se centran en mejorar la seguridad de los procesos de prescripción, distribución y administración de los medicamentos, así como la denominación, envasado y etiquetado de los medicamentos y productos sanitarios.
El Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (www.usal.es/ismp) es la delegación española del ISMP que se estableció en el Hospital Universitario de Salamanca a finales de 1999.
Se trata también, como su homólogo americano, de una organización sin ánimo de lucro, dedicada a mejorar la calidad del sistema de utilización de medicamentos y aumentar la seguridad de los pacientes.
Sus principales objetivos de actuación son los siguientes:
-Transmitir a todos los profesionales, organismos e instituciones vinculadas al cuidado y prevención de la salud, industria farmacéutica y a los propios pacientes la trascendencia clínica y la cultura profesional necesaria para reconocer y abordar el problema de los errores de medicación.
- Mantener un programa voluntario de notificación de errores de medicación adherido al programa internacional MERP, que recoge las comunicaciones y experiencias de los profesionales sanitarios y permite la evaluación conjunta de la información.
- Promover y desarrollar estrategias y recomendaciones dirigidas a la prevención de los errores de medicación y a la reducción de los acontecimientos adversos por medicamentos.
El ISMP inició en EEUU en 1975 el primer programa de notificación de errores de medicación (MERP). La delegación española del ISMP mantiene también desde su creación un programa similar en nuestro país adherido al programa internacional.
Su objetivo básico es obtener información sobre los errores de medicación y sus causas, con el fin de establecer y transmitir recomendaciones prácticas dirigidas a evitar que los errores de medicación vuelvan a producirse.
Este programa de notificación de errores presenta tres características fundamentales: es voluntario, confidencial e independiente.
Es decir, recoge las comunicaciones y experiencias sobre errores de medicación potenciales o reales que los profesionales sanitarios deseen notificar de forma voluntaria, garantiza en todo momento el tratamiento confidencial de la información y realiza un análisis independiente de la misma, para poder determinar objetivamente las causas de los errores, sin ningún tipo de conflicto de intereses o de presiones administrativas.
Los profesionales sanitarios que deseen notificar errores de medicación o colaborar con su experiencia en cualquier aspecto que ayude a prevenirlos pueden contactar con el Instituto por fax, correo, teléfono, e-mail o a través de la página web (www.usal.es/ismp).
Toda la información se trata de forma estrictamente confidencial, siguiendo los principios comentados anteriormente.
Las notificaciones recibidas se analizan y registran y, según sus características, se remiten a la Agencia Española del Medicamento, a los laboratorios farmacéuticos afectados y al programa internacional MERP.
En la página web se puede encontrar más información, así como notificaciones recibidas que pueden ser de interés general, novedades, etc.
A continuación se exponen algunos ejemplos de tipos de errores de medicación registrados en el ISMP.
Errores de prescripción y seguimiento
Los errores de prescripción son una causa frecuente de efectos adversos y en muchas ocasiones se producen como consecuencia de un desconocimiento de las características farmacológicas de los medicamentos, especialmente, de las interacciones así como de la importancia de ajustar la dosis en función de las características de los pacientes.
Los errores más habituales consisten en la utilización de dosis elevadas, particularmente en pacientes geriátricos, por no adaptarse a la edad o situación clínica del paciente, tanto en medicamentos con estrecho margen terapéutico como en otros.
Otros errores se atribuyen al desconocimiento de los prescriptores del perfil de seguridad de los medicamentos, los cuales podrían reducirse con una adecuada campaña de información a los profesionales sanitarios.
La falta de seguimiento del tratamiento solo o asociado a una prescripción inapropiada es otro de los tipos de errores asociados con acontecimientos adversos.
Entre las causas que motivan esta falta de seguimiento cabría destacar las deficiencias organizativas del sistema sanitario que conducen a una falta de control de los tratamientos en el medio ambulatorio.
Una causa frecuente de errores de medicación es la similitud en los nombres comerciales de los medicamentos.
En el ISMP se han recibido notificaciones de errores por este motivo al confundirse en numerosas ocasiones nombres de distintos fármacos.
El error se ve favorecido si la receta médica es poco legible, si ambos medicamentos tienen la misma dosificación o si uno de los fármacos es nuevo en el mercado y el profesional sanitario no está familiarizado con su nombre.
El ISMP recomienda que, siempre que existan dudas acerca del medicamento prescrito, se corrobore la prescripción con el médico, debido al riesgo potencial de efectos adversos importantes que pueden derivarse de una confusión.
Asimismo, es importante notificar este tipo de errores al ISMP a fin de completar una base de datos a nivel nacional.
La similitud en la apariencia de las especialidades farmacéuticas puede ser también otra causa de errores.
Así, se han detectado casos en los que el cartonaje de distintas especialidades es idéntico en forma y color, lo que ha originado que se haya dispensado equivocadamente una especialidad por otra.
También el etiquetado inapropiado es otra causa frecuente de errores. Por ejemplo, se ha podido comprobar, en ocasiones, que en el etiquetado de algunas formulaciones inyectables sólo se indica la cantidad total de fármaco, pero no se expresa ni el volumen ni la concentración.
Estas deficiencias han dado lugar a errores en la administración, cuando, como suele ser habitual, la dosis a administrar no se corresponde con el contenido total.
Cuando en el ISMP se reciben notificaciones de este tipo, se comunican a los laboratorios fabricantes para que realicen las modificaciones oportunas en sus productos y así pueda evitarse que se repitan los mismos errores.
Por eso, es importante la colaboración de todos los profesionales en este programa de notificación.
Errores por falta de registro de formas de dosificación
El ISMP ha recibido varias notificaciones de errores a consecuencia de la falta de disponibilidad en nuestro país de presentaciones de fármacos en dosis que realmente necesita un gran porcentaje de los pacientes candidatos a recibir dichos medicamentos.
El ISMP trata que los laboratorio fabricantes comercialicen en España algunas especialidades con dosis más ajustadas a las características de la población.
Los errores de medicación constituyen en la actualidad un problema de salud pública por su repercusión asistencial y económica.
Es necesario que todos los que participamos en esta cadena aunemos nuestros esfuerzos con el fin de prevenir el problema de los errores de medicación, aumentar la calidad de la asistencia y, en definitiva, mejorar la seguridad de los pacientes.
Como se recoge en el informe del IOM "es simplemente inaceptable que los pacientes sean dañados por el mismo sistema que supuestamente les ofrece alivio y curación".
¿Qué errores notificar?
Los errores de medicación incluyen errores de prescripción, errores en la interpretación de las órdenes médicas por ser ambiguas o incompletas, confusiones en la dispensación o administración de medicamentos por envasado o etiquetado parecido, administración de un medicamento por una vía inapropiada o en dosis incorrectas, etc.
Interesa notificar tanto los errores de medicación que realmente han ocurrido, como los errores potenciales que fueron detectados antes de llegar al paciente o que el notificador considera que es posible que sucedan, por existir causas que favorecen su producción, como por ejemplo nombres de medicamentos similares que puedan llevar a confusiones.
¿Cómo notificar?
Correo postal: Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos. Hospital Universitario de Salamanca. Servicio de Farmacia. Paseo San Vicente, 58 37007 Salamanca. España.
Correo postal: Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos. Hospital Universitario de Salamanca. Servicio de Farmacia. Paseo San Vicente, 58 37007 Salamanca. España.
Fax: (34) 923 291174
Teléfono: (34) 923 291172
Correo electrónico: ismp@usal.es
Web: http://www.usal.es/ismp
Alfonso Domínguez-Gil y María José Otero
Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP-España). Hospital Universitario de Salamanca
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