Lo que nunca se atrevió a preguntar..
El humo de segunda mano es responsable cada año de unas 3.000 muertes por cáncer de pulmón entre quienes no fuman.
Fumar cigarrillos causa un 87 por ciento de muertes por cáncer de pulmón y es responsable de la mayoría de los cánceres de laringe, de boca, esófago y vejiga.
El humo de segunda mano es responsable cada año de unas 3.000 muertes por cáncer de pulmón entre quienes no fuman .
El humo del tabaco contiene miles de compuestos químicos, incluso más de 60 sustancias que se sabe causan cáncer.


Fumar cigarrillos de por sí es responsable directamente de por lo menos una tercera parte de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos cada año.
Fumar cigarrillos contribuye también a enfermedades pulmonares, cardiacas, ataque cerebral y al desarrollo de bebés con bajo peso al nacer.
El dejar de fumar puede reducir en forma considerable el riesgo de una persona de padecer enfermedades del corazón y de los pulmones, y puede limitar los efectos negativos para la salud en los niños.

Fumar cigarrillos causa un 87 por ciento de muertes por cáncer de pulmón. El cáncer de pulmón es la causa principal de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres.
Fumar es responsable también de la mayoría de los cánceres de laringe, de boca, esófago y de vejiga.
Además, tiene una relación muy estrecha con el desarrollo y muerte por cáncer de riñón, de páncreas y de cuello uterino o cérvix.

Los riesgos para la salud causados por fumar cigarrillos no se limitan a los fumadores.
Al exponerse al humo de segunda mano o humo de tabaco en el ambiente (ETS, en inglés), el riesgo de la persona que no fuma de padecer cáncer de pulmón aumenta considerablemente. (El humo de segunda mano es una combinación del humo que despide la punta del cigarrillo al quemarse y del humo que los fumadores despiden de los pulmones).
Según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), la exposición al humo de segunda mano causa cerca de 3.000 muertes por cáncer de pulmón entre quienes no fuman y se calcula que es responsable de infecciones del tracto respiratorio inferior en 300.000 niños cada año.
La Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA) dio a conocer en diciembre de 1992 un informe de evaluación de riesgos en el cual el humo del tabaco en el ambiente fue clasificado como carcinógeno del Grupo A; es decir, carcinógeno comprobado para el hombre, una categoría reservada solo para los agentes más peligrosos que causan cáncer.
El humo del cigarrillo contiene cerca de 4.000 agentes químicos, incluyendo 60 sustancias que se sabe causan cáncer (carcinógenos) en los humanos.
Además, muchas de estas sustancias, como el monóxido de carbono, el alquitrán, arsénico y plomo, son venenosas y tóxicas para el cuerpo humano.
La nicotina es una droga que está presente naturalmente en la planta de tabaco y es responsable principalmente de la adicción de una persona a los productos de tabaco, incluyendo los cigarrillos.
Al fumar, la nicotina se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y viaja hasta el cerebro en cuestión de segundos.
La nicotina causa una adicción a los cigarrillos y a otros productos de tabaco que es semejante a la adicción producida por el uso de heroína y de cocaína.

El riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con fumar, como el cáncer de pulmón y otros cánceres, enfermedades cardíacas, ataque cerebral y enfermedades respiratorias, está relacionado con la exposición total que se haya tenido en la vida al humo del cigarrillo.
Esto incluye el número de cigarrillos que la persona fuma diariamente, la intensidad con que se fuma (es decir, el tamaño y frecuencia de las bocanadas), la edad a la que se empezó a fumar, el número de años que la persona ha fumado y su exposición al humo de tabaco de segunda mano.
Los fumadores que dejan de fumar viven más tiempo que quienes siguen fumando. Además, en cuanto más pronto se deja de fumar, tanto mayor es el beneficio para la salud.
Al dejar de fumar, se reduce el riesgo de una persona de morir por cáncer y otras enfermedades relacionadas con fumar.
Qué tanto se reduce el riesgo, depende del número de años que la persona fumó, del número de cigarrillos fumados en un día, la edad en la que se empezó a fumar y la presencia o ausencia de enfermedades al tiempo de dejar de fumar.
La investigación ha mostrado que las personas que dejan de fumar antes de los 35 años reducen su riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con el tabaco en un 90 por ciento.
Aun fumadores que dejan de fumar antes de los 50 años reducen en forma considerable su riesgo de morir por una enfermedad relacionada con el tabaco.
Para información adicional sobre el cáncer o sobre el uso del tabaco, llame al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237) o visite el sitio Web del Instituto Nacional del Cáncer sobre tabaco en http://www.cancer.gov/cancertopics/tobacco en Internet.
Si necesita ayuda para dejar de fumar, llame al teléfono del Instituto Nacional del Cáncer para dejar de fumar al 1-877-44U-QUIT (1-877-448-7848) o visite el sitio Web del NCI para dejar de fumar en http://www.smokefree.gov en Internet.
El Ministerio de Sanidad y Política Social ha seleccionado un total de 14 imágenes sobre los efectos nocivos del tabaco que las tabaqueras deberán incluir en sus cajetillas a partir de mayo.
Las imágenes, han sido seleccionadas de un catálogo aprobado por la Comisión Europea en Mayo de 2006 . Todas ellas servirán para explicar los efectos que supone el tabaco para la salud de los fumadores.
Estas imágenes irán acompañadas de textos que explican cómo fumar “acorta la vida”, “obstruye las arterias y provoca cardiopatías y accidentes cardiovasculares”, “provoca cáncer mortal de pulmón”, “puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa” o “el humo contiene benceno, nitrosaminas, formaldehído y cianuro de hidrógeno”.
Solo falta pase por el Consejo de Estado para su definitiva aprobación en Consejo de Ministros.

Dejarlo o no..

Es muy importante. El uso del tabaco sigue siendo la causa de muerte que más se puede prevenir en los Estados Unidos. El fumar cigarrillos es responsable de por lo menos un tercio de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos cada año.
El fumar es el factor más común de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón, el cual es la causa principal de muerte por cáncer. También está relacionado con muchos otros tipos de cáncer, incluyendo el cáncer del esófago, de la laringe, de riñón, del páncreas y del cuello del útero.
El fumar aumenta también el riesgo de otros problemas de salud, como enfermedades pulmonares crónicas y enfermedades cardíacas.
El fumar durante el embarazo puede también tener efectos adversos en el bebé por nacer, como el parto prematuro y el bajo peso al nacer.

Los beneficios para la salud al dejar de fumar, son inmediatos y sustanciales. Casi inmediatamente, la circulación de la persona empieza a mejorar y el nivel de monóxido de carbono en la sangre comienza a descender. (El monóxido de carbono, un gas incoloro, inodoro, que se encuentra en el humo del cigarrillo, reduce la capacidad de la sangre de transportar oxígeno).
El pulso y la presión arterial de la persona, los cuales son elevados en forma anormal mientras se fuma, empiezan a volver a lo normal.
A los pocos días de haber dejado de fumar, regresan los sentidos del gusto y del olfato de la persona, y la respiración se hace cada vez más fácil.

Las personas que dejan de fumar viven más que las que siguen fumando. Después de 10 o 15 años, el riesgo de muerte prematura en una persona que fumó anteriormente se aproxima al de una persona que no ha fumado nunca.
Cerca de 10 años después de dejar de fumar, el riesgo de un ex fumador de morir de cáncer de pulmón es de un 30 a 50 por ciento menor que el riesgo de los que continúan fumando.
Las mujeres que dejan de fumar antes de embarazarse o en los primeros 3 meses del embarazo pueden impedir el riesgo de peso bajo para el bebé al tiempo de su nacimiento y reducir otros riesgos relacionados con el embarazo.
El dejar de fumar también reduce el riesgo de otras enfermedades relacionadas con fumar, incluyendo enfermedades cardíacas y enfermedades pulmonares crónicas.
Hay también muchos beneficios en dejar de fumar para las personas que están enfermas o que ya han desarrollado cáncer.
El dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar infecciones, como la pulmonía, la cual con frecuencia causa la muerte en pacientes con otras enfermedades existentes.

El dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar cáncer, y este beneficio aumenta cuando la persona sigue sin fumar por un tiempo más largo.
Las personas que dejan de fumar reducen el riesgo de desarrollar y morir por cáncer de pulmón.
También reducen su riesgo de otros tipos de cáncer.
El riesgo de una muerte prematura y la posibilidad de desarrollar cáncer debido a los cigarrillos dependen del número de años en los que se fumó, del número de cigarrillos fumados por día, la edad a la que se empezó a fumar y la presencia o ausencia de enfermedad cuando se deja de fumar.
Para las personas que ya han desarrollado cáncer, dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar otro cáncer primario.

El dejar de fumar beneficia a hombres y mujeres a cualquier edad. Algunos adultos de más edad pueden no percibir los beneficios de dejar de fumar; sin embargo, los fumadores que dejan de fumar antes de los 50 años tienen la mitad de riesgo de morir en los próximos 16 años comparados con las personas que continúan fumando.
A los 64 años, su posibilidad general de morir es semejante a la de personas de la misma edad que nunca han fumado.
Adultos de más edad que dejan de fumar también tienen un riesgo reducido de morir de enfermedad de las arterias coronarias y cáncer de pulmón.
Además, los beneficios inmediatos (tales como una mejor circulación y mayor energía y capacidad para respirar) son otras razones buenas para que adultos de mayor edad se liberen del tabaco.
¿Cuáles son algunas de las dificultades relacionadas con dejar de fumar?
El dejar de fumar puede causar efectos a corto plazo, especialmente para aquellas personas que han fumado una cantidad grande de cigarrillos por un período largo de tiempo.
Es posible que las personas que dejen de fumar se sientan ansiosas, irritables, con hambre, más cansadas y que tengan dificultad para dormir. Es posible también que tengan dificultad para concentrarse.
Muchas de las personas que hacen uso del tabaco aumentan de peso cuando lo dejan, aunque generalmente el aumento es menor de 10 libras.
Estos cambios disminuyen ciertamente.
Las personas que dejan el hábito tienen la oportunidad de un futuro más saludable.

Los médicos y los dentistas pueden ser una fuente de información muy buena acerca de los riesgos para la salud por fumar y también para dejar de hacerlo.
Ellos pueden explicar a sus pacientes acerca del uso adecuado y efectos secundarios posibles de la terapia de reemplazo de la nicotina, y ayudarles a encontrar programas locales para dejar de fumar.
Los médicos y los dentistas pueden también jugar un papel importante al preguntar a sus pacientes sobre el tabaco en cada visita de consulta; aconsejar a los pacientes para que dejen de fumar; ayudar a los pacientes a fijar una fecha para dejar de fumar, proporcionando materiales de ayuda a sí mismos y sugiriendo terapias de reemplazo de nicotina (cuando sea apropiado); y arreglando visitas de seguimiento.

La nicotina es la droga en los cigarrillos y en otras formas de tabaco que causa la adicción.
Los productos de reemplazo de nicotina suministran dosis pequeñas, continuas, de nicotina al cuerpo, lo cual ayuda a aliviar los síntomas de abstinencia que con frecuencia sienten las personas que tratan de dejar de fumar.
Estos productos, que están disponibles en cuatro formas (parches, goma de mascar, atomizador nasal e inhalador), parecen ser todos efectivos.
Existe evidencia de que la combinación del parche de nicotina con la goma de mascar de nicotina o el atomizador nasal de nicotina aumenta la proporción de quienes dejan de fumar a largo plazo, comparada con el uso de un solo tipo de terapia de reemplazo de nicotina.
La goma de mascar de nicotina, en combinación con la terapia del parche de nicotina, puede también reducir los síntomas de abstinencia mejor que cualquier medicamento solo.
Los investigadores recomiendan combinar la terapia de reemplazo de nicotina con el consejo o asesoramiento de un médico, dentista, farmacéutico u otro proveedor médico.
El parche de nicotina, el cual se vende sin receta, suministra una cantidad continua de nicotina al cuerpo a través de la piel. El parche de nicotina se vende en varias concentraciones como tratamiento para dejar de fumar en 8 semanas.
El parche de nicotina, el cual se vende sin receta, suministra una cantidad continua de nicotina al cuerpo a través de la piel. El parche de nicotina se vende en varias concentraciones como tratamiento para dejar de fumar en 8 semanas.
Las dosis de nicotina disminuyen gradualmente conforme avanza el tratamiento.
El parche de nicotina podría no ser una buena opción para personas con problemas de la piel o con alergias a cinta adhesiva.
La goma de mascar de nicotina está disponible en dosis de 2 y 4 miligramos sin necesidad de receta. Al masticar la goma, se libera nicotina en el torrente sanguíneo a través del revestimiento de la boca.
La goma de nicotina podría no ser apropiada para personas con enfermedad de la articulación temporomandibular o con dentaduras u otro aparato dental como los puentes.
El atomizador viene en una botella de bomba que contiene nicotina para que las personas que usan tabaco puedan inhalar cuando tengan la urgencia de fumar.
Este producto no se recomienda para personas con condiciones nasales o sinusitis, alergias o asma, ni se recomienda para jóvenes que usan tabaco.
El atomizador nasal de nicotina fue aprobado por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) en 1996, para usarse solamente con receta.
El inhalador de nicotina, también disponible solo con receta médica, fue aprobado por la FDA en 1997.
Este dispositivo entrega una forma vaporizada de nicotina a la boca por medio de una boquilla pegada a un cartucho de plástico.
Aún cuando se le llama inhalador, el dispositivo no suministra nicotina a los pulmones en la forma como lo hace el cigarrillo. La mayor parte de la nicotina viaja sólo a la boca y a la garganta, en donde es absorbida a través de las membranas mucosas.
Los efectos secundarios comunes son la irritación de la boca y la garganta, y tos.
Las personas que tienen problemas de los bronquios, como el asma, lo deben usar con cuidado.
El bupropión, un antidepresivo disponible con receta médica con el nombre comercial de Zyban®, fue aprobado por la FDA en 1997 para tratar la adicción a la nicotina.
Este fármaco puede ayudar a reducir los síntomas de la abstinencia a la nicotina y de la urgencia de fumar.
Algunos efectos secundarios comunes del bupropión son la boca seca, dificultad para dormir, mareos e irritación de la piel.
No se deberá usar este fármaco si existe la condición de ataques como la epilepsia o un trastorno en el comer como anorexia nerviosa o bulimia, o si se están tomando otros medicamentos que contengan hidrocloruro de bupropión.

Para muchos fumadores es difícil el dejar de fumar, y se puede llevar de dos a tres intentos antes de que puedan finalmente dejar el hábito.
Aunque el porcentaje de recaídas es mayor en las primeras semanas o primeros meses después de dejar de fumar, las personas que dejan de fumar por 3 meses con frecuencia son capaces de mantenerse libres del tabaco por el resto de sus vidas.
Varias organizaciones proporcionan información y materiales sobre en dónde encontrar ayuda para dejar de fumar.
Las agencias estatales y locales de salud tienen con frecuencia información acerca de los programas de la comunidad para dejar de fumar.
La sección del gobierno local o del condado en el directorio telefónico (las páginas azules) tiene los números de teléfono actuales de las agencias de salud.
La información para ayudar a la gente a dejar de fumar también está disponible a través de los hospitales de la comunidad, en las páginas amarillas (bajo "abuso y adicción a drogas"), las bibliotecas públicas, organizaciones de mantenimiento de la salud, ferias de la salud, librerías y servicios telefónicos de ayuda en la comunidad.
Varias organizaciones nacionales proporcionan información sobre cómo dejar de fumar:
Gobierno:
La Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (Agency for Healthcare Research and Quality, AHRQ) publica guías para dejar de fumar y otros materiales para médicos, profesionales del cuidado de la salud y para el público en general.
Los ejemplares impresos están disponibles al contactar:
Páginas de Internet y materiales relacionados del Instituto Nacional del Cáncer:
- Hoja informativa 10.14s del Instituto Nacional del Cáncer, Fumar cigarrillos y el cáncer: preguntas y repuestas
(http://www.cancer.gov/espanol/cancer/hojas-informativas/fumar-cigarrillos-respuestas) - Guía para dejar de fumar : No lo deje para mañana, deje de fumar hoy
(http://cancercontrol.cancer.gov/tcrb/Spanish_Smoking_book.pdf) - Sitio web sobre información del tabaco
(http://www.cancer.gov/espanol/cancer/tabaco)
¿En qué podemos ayudarle?
Ofrecemos amplia información de cáncer basada en la investigación para pacientes y familiares, para profesionales médicos, investigadores oncológicos, promotores y para el público en general.
- Llame al Servicio de Información Sobre el Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer al 1–800–422–6237 (1–800–4–CANCER)
- Visítenos en http://www.cancer.gov/espanol o http://www.cancer.gov
- Envíe su correo electrónico a nciespanol@mail.nih.gov
- Solicite publicaciones por medio de http://www.cancer.gov/publications o llame al 1–800–422–6237 (1–800–4–CANCER)
- Obtenga ayuda para dejar de fumar en 1–877–448–7848 (1–877–44U–QUIT)
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