La noticia dio la vuelta al mundo en 2004: Un equipo de científicos de la Universidad de Wuppertal (Alemania) afirmó que los restos arqueológicos de la ciudad perdida de la Atlántida se encuentran bajo la Marisma de Hinojos (Huelva), en pleno corazón de Doñana.
La teoría se basaba en una fotos realizadas por satélite que mostraban una superficie que coincidía con las descripciones que hiciera en su día el padre de la filosofía Griega, Platón.
Aquello pareció siempre una inocentada. Pues no lejos de la marisma elegida por los dioses para asentarse en este mundo se encontraba un bar de copas, 'el Wuppertal', fundado por un hinojero que marchó a las tierras de Tolkien en busca del paraíso sin saber que el ombligo de Poseidón (el rey de los mares) estaba bajo sus pies.
Estructura enterrada de 4x4 columnas recortada en la vegetación temporal de la marisma de Doñana que encontrada en las nuevas fotografias de google earth en la posición geográfica 36º59´02"N - 6º20´84"O y que mide 65 metros de lado. La estructura está alineada y centrada con el amanecer del sol coincidiendo con el solsticio de verano. Mas información en el blog de Jose Maria de Espona
Así que los vecinos del común pensaron siempre que se trataba de las consecuencias de simples efluvios etílicos
Pero la realidad era más seria, más solvente. El doctor Rainer Kühne, del equipo de investigación, defendió entonces que la palabra platoniana "isla" se refería simplemente a la región de la costa del sur de España, destruida por una inundación entre el 800 y 500 antes de Cristo, una especie de maremoto o gran diluvio.
Aquellas imágenes satelitales aportadas por los científicos alemanes mostraban la zona de la Marisma de Hinojos y observaban dos estructuras rectangulares y varios anillos concéntricos que bien podían haberlas rodeado.
El augur científico resucita ahora con más brío pues lejos de perderse en el tiempo y condenarse al olvido por falta de pruebas, la Memoria 2008 del Espacio Natural de Doñana y el resumen de la Oficina de Coordinación de la Investigación de la Estación Biológica de Doñana que acaban de salir de la 'cocina' de la Reserva de la Biosfera aconsejan poner en marcha toda una investigación arqueológica a pie de campo.
Recreación del modelo de ciudad.
Lo curioso del asunto, que lleva por título 'Contrastación preliminar de la hipótesis de Wickboldt-Kühne', padres de la 'teoría Atlántida', y que tiene como investigador principal a Sebastián Celestino Pérez, del Instituto de Arqueología de Mérida, es que el trabajo previo de comprobación aparece financiado con sólo 300 euros además de los recursos propios de los investigadores.
Un análisis que comenzó formalmente en 2005 y que se prorrogó hasta 2008 pero que requiere la colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía debido a los nuevos hallazgos y buenos resultados obtenidos.
Los estudiosos del Centro Superior de Investigaciones Científicas apuntaban que la contrastación preliminar de la hipótesis de los alemanes consiste en establecer si hay o no restos arqueológicos en el subsuelo de la llamada Marisma de Hinojos, concretamente en el ángulo sur formado por la confluencia del río Guadiamar con la denominada Madre de las Marismas del Rocío.
La hipótesis, publicada en 2003-04 por Wickboldt y Kühne tras examinar pacientemente imágenes de 1996 del Suroeste de la Península Ibérica es clara: bajo la marisma están los restos de una gran ciudad antigua de los milenios I y II antes de nuestra era a pesar de que la opinión científica de los especialistas sobre formación de estas marismas es contraria a tal sugerencia, reconoce el informe.
Esta última opinión se basa en las conclusiones del geólogo Juan Gavala (1920).
Sin embargo, las autoridades del Espacio Natural no permitieron en principio practicar ningún sondeo arqueológico en el lugar señalado por los científicos teutones, siendo éste el medio de comprobación más directo e inequívoco.
Por eso, desde el CSIC optaron ya en 2005 por un procedimiento más laborioso y de menos impacto que una excavación arqueológica por lo delicado del lugar.
El procedimiento se basó a partir de ese momento en el cotejo de las imágenes estudiadas por Wickboldt y Kühne con otras distintas del mismo lugar.
Se trataba de descartar engaños por efecto tecnológico o por la geomorfología cambiante del territorio.
También se examinaron los estudios más recientes de geólogos y la formación de marismas en la zona por si revalidaban a Gavala (enemigo de la hipótesis atlántida) o a Kühne.
Además se ha procedido a un sondeo geofísico del subsuelo en tres puntos distintos del lugar señalado en la hipótesis hasta una profundidad de 12 metros y la exploración extensiva mediante emisiones electromagnéticas del subsuelo (georadar, magnetometría y tomografía eléctrica).
Estos símbolos son señalados por el equipo científico como una forma rectangular y dos círculos contiguos.
Las nuevas tareas de reconocimiento y confirmación se han realizado durante 2005 y 2006 y todas "ofrecen indicios consistentes pero independientes entre sí, de que la hipótesis de Wickboldt y Kühne puede ser verdadera en su componente esencial: que puede haber restos antrópicos en el subsuelo de la Marisma de Hinojos de los que no se tenía constancia oficial alguna", según se reconoce en el informe memoria del CSIC.
Sin embargo, la certificación final solamente sería posible con un sondeo arqueológico que ya ha autorizado el Espacio Natural.
La fecha idónea para esta actividad fue el final del verano, cuando baja la capa freática en la zona marismeña. Caja Madrid y la Fundación Doñana 21 aprobaron su ayuda en septiembre de 2008.
Los científicos confíaron en la buena fe de la Junta de Andalucía.
Un equipo de investigación internacional liderado por un científico estadounidense puede haber dado finalmente con la localización de la ciudad perdida de Atlántida.
La legendaria civilización fue destruida por un tsunami hace miles de años y quedó cubierta por bancos de lodo en el sur de España.
"Este es el poder de los tsunamis", dijo a Reuters el jefe investigador Richard Freund.
"Es tan difícil comprender que puedan llegar más de 90 kilómetros tierra adentro, y eso es más o menos lo que estamos hablando", dijo Freund, de la Universidad de Hartford, Connecticut, que lideró un equipo internacional de búsqueda para dar con la ubicación real de la Atlántida.
Recreación de la ciudad perdida de la Atlántida, National Geographic.
Para resolver el antiguo misterio, el equipo utilizó una foto de satélite de una supuesta ciudad sumergida para encontrar el sitio.
Allí, enterrada en las Marismas de Hinojos, creen que se asentaba la antigua ciudad de Atlántida, compuesta por varios anillos.
A lo largo de los años 2009 y 2010, el equipo de arqueólogos y geólogos utilizó una combinación de radar de profundidad de suelo, cartografía digital, y tecnología submarina para inspeccionar el sitio.
El descubrimiento de Freund en el interior de España de una extraña serie de "ciudades monumento", construidas a imagen de la Atlántida por refugiados después de la probable destrucción de la ciudad por un tsunami, dio a los investigadores una evidencia añadida.
Los residentes de la Atlántida que no perecieron en el tsunami huyeron tierra adentro y se construyeron nuevas ciudades.
Los hallazgos del equipo fueron difundidos en el documental Búsqueda de la Atlántida, un especial de la cadena National Geographic.
Si bien es difícil saber con certeza que el emplazamiento de la Atlántida estaba en España, Freund dijo que el giro de su trabajo consistió en encontrar ruinas de ciudades parecidas a la que quedó enterrada en las marismas de Hinojos, en el corazón onubense del Parque de Doñana.
"Encontramos algo que nadie más ha visto antes, lo que le da credibilidad, sobre todo para la arqueología", dijo Freund.
Imagen de Google Map.
El filósofo griego Platón dató la Atlántida hace unos 2.500 años, y la describió como "una isla situada frente al estrecho que se conocía como las Columnas de Hércules", actualmente el estrecho de Gibraltar.
Utilizando la referencia detallada de Platón de la Atlántida como un mapa, las búsquedas se han centrado en el Mediterráneo y el Atlántico como los mejores sitios posibles para la ciudad.
Los tsunamis en la región se han documentado desde hace siglos, dice Freund. Uno de los más grandes fue una gran ola de 10 pisos que se estrelló contra Lisboa en noviembre de 1755.
El debate acerca de si la Atlántida existió realmente ha durado miles de años.
Los Diálogos de Platón,alrededor de 360 antes de Cristo, son la única fuente histórica conocida de información acerca de la emblemática ciudad.
Platón dijo que la isla que llamó la Atlántida "en un solo día y de noche ... desapareció en las profundidades del mar".
Expertos planean nuevas excavaciones en el sitio donde creen que se encuentra la Atlántida y en la misteriosas "ciudades" a unos 250 kilómetros en el interior de España para estudiar más de cerca las formaciones geológicas y para fechar los restos.
Uno de los sitios en los que se ha censurado misteriosamente la referencia de la ubicación de la ciudad sumergida en Doñana, es el perteneciente a la página de Jose Maria de Espona. En los comentarios suscitados en la misma se deja entrever como es motivo de debate.
Critias por Platón. Escrito 360 aC Traducido por Benjamin Jowett. Ver.
10 referencias de Platón acerca de la Atlántida. Las primeras menciones al continente perdido. Ver.
En una comparativa sobre los círculos que componen la estructura de la ciudad de la Atlántida, basado en su concepción original, según Platón, se recoge un ejemplo curioso observado en el Archipiélago artificial construido en Dubai, bautizado como Palm Islands y diseñado por una empresa estadounidense. La comparación entre el diseño y la estructura del Atchipiélago y la ciudad descrita de Platón, da paso al interrogante de si el primero es fruto de la coincidencia.
PARA VER MÁS:
Recreación de la mítica Atlántida hecha por National Geographic y Associated Producers Ltd.
Recreación del Templo de Poseidón, uno de los principales edificios de la Atlantida, según la investigación. EFE
La Atlántida hallada: Esfinges y pirámides gigantes en el Triangulo de las Bermudas
En Busca de la Atlántida (Episodio IV)
La Atlántida, en las marismas de Doñana
Hallan una gran ciudad antigua sepultada junto a Doñana
TARTESSOS: UNA CULTURA LLENA DE ENIGMAS.
Atlantis-Tartessos-Tarlantis-Doñana Álbum Facebook.
Investigador localiza la ciudad perdida de la Atlántida en Marruecos
Graham Hancock brinda detalles acerca de la Atlántida
Atlantis (uno de los misterios más grandes del mundo!)
Atlântida en Wikipedia
Descubierta Ciudad Ancestral en Andalucía Ubicada en la Misma Zona en la que los Investigadores Han Situado a Tartessos y la Atlántida
Atlantipedia
LA ATLÁNTIDA EN LOS "DIÁLOGOS" DE PLATÓN
Trilogía Atlántida Jorge María Ribero-Meneses
Hipótesis sobre la Atlántida
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Hipótesis sobre la Atlántida
Contrastación preliminar de la hipótesis Wickboldt-Kühne
17/2005 (prospección) Contrastación preliminar de la hipótesis Wickboldt-Kühne
INVESTIGADOR PRINCIPAL: Celestino Pérez, Sebastián Instituto de Arqueología de Mérida, CSIC
ENTIDAD FINANCIADORA: CSIC y recursos de los propios investigadores
CANTIDAD: 300 €
DURACIÓN: 2005, prorrogado hasta 2006, prorrogado hasta 2007
ÁREA DE ESTUDIO: Triángulo de terreno limitado por las coordenadas 36º 56' 25" y 36º 57' 40" de latitud norte y 6º 21' 45" y 6º 23' 40" de longitud oeste, entre los caños convergentes de Madre del Rocío y Río Guadiamar y la Marisma de Hinojos.
RESULTADOS
Justificación de la investigación y objetivos de la misma
La contrastación preliminar de la Hipótesis Wickboldt-Kühne consiste en establecer si hay o no restos arqueológicos en el subsuelo de la llamada "Marisma de Hinojos", en el Parque Nacional de Doñana (aunque fuera de la Reserva Biológica); concretamente en el ángulo del sur de la Marisma formado por la confluencia del río Guadiamar con la denominada "Madre de las Marismas del Rocío".
La Hipótesis, publicada en 2003 y 2004 por los alemanes Werner Wickboldt y Rainer W. Kühne tras examinar imágenes
de 1996 del SO. de la Península Ibérica obtenidas mediante el satélite IRS, plantea que hay en ese lugar restos de una gran ciudad antigua, de los milenios I ó II antes de nuestra era, a pesar de que la opinión científica más aceptada sobre la formación de las marismas en la cuenca baja del Guadalquivir es contraria a tal sugerencia.
Esta opinión se basa en las conclusiones obtenidas del estudio del bajo Guadalquivir por el geólogo e
ingeniero español Juan Gavala y Laborde en las décadas de 1920 y 1930, de acuerdo con las cuales las marismas habrían sido el producto de un largo y lento proceso de relleno y desecación de un gran lago o albufera (el lago "ligustino" o "ligur" mencionado en textos de la Antigüedad), que a su vez habría surgido del amplio estuario en el que originalmente desembocara el Guadalquivir, a la altura de Coria del Río.
Un gran asentamiento humano en el pasado de esa zona de relleno sería por eso impensable, incluso en la actualidad.
Dado que las autoridades del Parque no han permitido sino hasta hace poco (octubre de 2007) practicar ningún sondeo arqueológico en el lugar señalado por Wickboldt y Kühne —lo que sería el medio de comprobación más directo e inequívoco de su hipótesis—, en el verano de 2005 optamos por un procedimiento indirecto, más laborioso y de resultados potencialmente no concluyentes, pero de riesgo nulo para la conservación del Parque. Este procedimiento indirecto exigía las siguientes tareas de
investigación, independientes entre sí:
1. El cotejo de las imágenes estudiadas por Wickboldt y Kühne con otras distintas del mismo lugar, tanto por la fecha como por el medio de obtención de las mismas. Pensamos que si la Hipótesis fuera verdadera en su componente esencial (esto es, que habría efectivamente restos de origen antrópico en el subsuelo, dejando aparte el problema de su datación), entonces las singulares formas interpretadas por aquéllos en las imágenes del IRS como señales de tales restos aparecerían también en todas o algunas de las imágenes que fueran independientes de ellas, tomadas antes o después y por medios aéreos o por satélite.
Si, por el contrario, no hubiera rastro de figura alguna en estas otras imágenes, cabría pensar que dichas formas podrían ser un efecto engañoso de la toma de las imágenes por el IRS, o tal vez el producto de la geomorfología
cambiante del territorio; en todo caso, no permanentes y menos aún evidencia de restos arqueológicos en el subsuelo.
2. El examen de los estudios más recientes sobre la geomorfología del Parque y el origen de las marismas de la cuenca baja del Guadalquivir, por si estos estudios revalidaran la teoría de Gavala —contradictoria con la Hipótesis— o, por el contrario, permitieran una revisión o corrección de la misma que fuera acorde con lo apuntado por Wickboldt y Kühne.
La teoría de Gavala, heredera del paradigma uniformitarista en geología inaugurado por Charles Lyell en el siglo XIX, no pudo beneficiarse del conocimiento actual de las grandes fluctuaciones climáticas del Cuaternario y de la Teoría de la Tectónica de Placas.
3. El sondeo geofísico del subsuelo en al menos 3 puntos distintos del lugar señalado en la Hipótesis, hasta una profundidad de 12 mts., con objeto de obtener una secuencia de la sedimentación producida a lo largo de varios miles de años, así como datos palinológicos a diversa profundidad de la sedimentación, con el fin de servir de comprobación sobre el terreno de la teoría de Gavala y de los estudios más recientes sobre la geomorfología del Parque.
4. La exploración extensiva, mediante emisiones electromagnéticas del subsuelo (geo-radar, magnetometría y tomografía eléctrica), de algunos de los sectores del lugar señalado por Wickboldt y Kühne en los que, en las imágenes del IRS, se advierten formas sugerentes de estructuras de origen antrópico.
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