LA ZONA PÚBLICA : Esperanza Aburre



Si al dedicarle tiempo a un personaje famoso, debiera  repercutir de alguna manera en la sociedad para que surtiera un efecto informativo y formativo, y éste careciera de importancia histórica, 
cultural o ni siquiera aportase nada a nivel didáctico, quizás nos estaríamos enfrentando a un personaje de los denominados últimamente “frikis”. Aún así, también se merece su estudio sociológico.








El personaje reúne, a veces, determinados rasgos personales suficientes como para escandalizar a compañeros o afines hasta el extremo de que se sientan incómodamente avergonzados dentro del espacio en el que deben compartir, principalmente, en el laboral. 



De puertas para adentro, en el salón de cada casa de uno, es otra historia. Ahí, los únicos que se pueden avergonzar son los miembros del clan familiar. Algo que quizás no ocurra, pues en tiempos de crisis, ya quisiera más de uno, un sueldo en casa de una madre dedicada a la política.



Este puede ser el caso de mi admirada y excelentísima Sra. Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, (España). 



Dicho todo lo anterior. Y, después de describir o nombrar al personaje, hemos incurrido ya en todo un atrevimiento por nuestra parte, invitando con ello a que personas que no la conocen, indaguen y averigüen de quien estamos hablando. 

Esas personas recurrirán a varios medios para obtener una biografía o información que les oriente a cerca de las capacidades intelectuales y políticas de dicho personaje, cuando descubran que se dedica a eso precisamente; a la política. 

Las personas más coherentes con las ideas de progresismo, se pueden sentir un poco confundidas, si no exploran primero el perfil de esta señora que sería interesante analizarlo, a nivel psicológico. 

Lo que más me duele a la hora de calificar algunos rasgos de esta señora, es tener que enmarcarla en algo tan desagradable como es el marco machista de toda la vida. Me explico. 

El machismo de toda la vida, pero de “toda la vida” entre comillas, ha sido inculcado por la educación femenina auspiciada por el látigo masculino familiar. O sea, el padre. 

Mi estimada Esperanza, habrá obtenido algún gen en su  gestación, de esta enfermedad. Algo que no es malo en sí. Si no fuera porque esos genes tan perniciosos que andan por ahí hacen la puñeta a propios y extraños. En realidad, al referirnos a “genes”, deberíamos hacerlo metafóricamente, porque está quedando claro, que el machismo, deriva de una insuficiente educación. 

Mi estimada Esperanza, se ha educado en un ambiente conservador. Para ella se queda. Pero, eso no quiere decir que personas con sentido del ridículo y las ideas claras o con un mínimo de sensatez y coherencia, tengamos que sentirnos perjudicados por los "daños colaterales" de cualquiera de las políticas que esta señora promueva. 

Me duele describirla como la marioneta pintada y maquillada, sacada del desván de “señora de su casa”, que se coloca en el atrio a dar el discurso a los hijos descarriados con los que el patriarca no puede hacer carrera. 

No es precisamente un favor, lo que mi estimada señora, le está haciendo al resto de señoras, que aunque de ideas políticas distintas, se pueden sentir avergonzadas y menospreciadas. 

A ojos de muchas señoras de su edad, o sea, ya entradas en años, este tipo de comportamiento, deja mucho que desear a nivel intelectual. Más aún, si su profesión es la política, observada nacional e internacionalmente por millones de ojos. 

Me viene a la memoria ese tipo de señoras que se dedican a la política en países musulmanes que se quieren caracterizar por su aperturismo, en donde las mujeres prefieren estar presentes aunque sea rodeadas por la mordaza masculina. 

Aquí, en cambio, no hay mordaza, pero sí, esa intención de colocar en la infantería de Partido a señoras más o menos impetuosas y respetuosas, que muevan bien la escoba y sepan guardar la basura, si hace falta, debajo del felpudo. 

Un machista diría: “La mujer más limpia, no es la que más limpia, sino la que más basura quita de en medio”. Por eso, quizás, limpiar no signifique siempre desinfectar y a veces sí, ocultar o esconder. 

Mi querida Esperanza es una artista en estos menesteres. Sus perlas inundan la prensa. Sus “besamanos obispales” están a la orden del día. Lucha por ganarse el cielo y porque la educación primaria sea la celestial, y después la terrenal. 

No encuentro desperdicio en ninguna de esas perlas que aparecen todos los días en la prensa, porque ahora si, pienso que históricamente puede tener su interés. Al igual que a lo largo de la historia de España lo ha tenido el elenco de grandes personajes de la política o la realeza. 

No se ha escapado ninguno de la salpicadura del ridículo. Ridículo ante los ojos del mundo a la hora de legislar, de gobernar e incluso de reinar. Ridículos, incluso hasta para mentir. 

Ridículo, sería pensar que estamos solos ante tanto ridículo. Pero, yo más bien pienso que esto es realismo. 

Incidente protagonizado por Esperanza Aguirre. Tras el mismo, esta manifestaba; "Lo único que querían era la foto". Más.

Esperanza Aguirre volvía a protagonizar otro incidente de tráfico con el mismo coche por el que enfrentaba un proceso judicial, aunque en esta ocasión no era ella quien iba al volante, sino un empleado de su servicio en octubre de 2014. Más.

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