Los pueblos con menor número de habitantes, y, por tanto, con reducidos recursos y escasos servicios, están protagonizando una merma paulatina de su población, que conlleva, inexorablemente el envejecimiento de su clase social. En la última década la mayor parte de los diez municipios con las cifras más bajas de empadronados está viendo como ni la llegada de ciudadanos extranjeros en busca de descanso frena la hemorragia de pérdida de vecinos.
Atajate, en la provincia de Málaga
Los más jóvenes del lugar, que en ninguno de la decena de municipios alcanza el 10% de su población, han optado por hacer las maletas y buscarse las habichuelas en los grandes núcleos y en la zona del litoral, donde el turismo sigue ofreciendo oportunidades, aunque éstas cada vez resultan ser menos atractivas. Aunque, mejor eso que ver cómo el pueblo va languideciendo sin que nadie pueda remediarlo.
Cumbres de Enmedio: Los 65 vecinos estrenan web
Es el pueblo más pequeño de Andalucía en número de habitantes. Enclavado en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, a escasos kilómetros de Extremadura y a 140 de la capital onubense, se puede considerar un lugar idílico por su belleza, pero no tanto por su potencial económico.
El esplendor que tuvo antaño gracias a la trashumancia ganadera, sobre la que se gestó su vida, ha desaparecido y ahora sus 65 habitantes (41 hombres y 24 mujeres), de los que sólo el 1,54% tiene menos de 20 años y casi un cuarto de su población ha cumplido la edad de jubilación, viven básicamente de los recursos del campo, sobre todo del cultivo de cereal.
Pese a no contar con plazas de alojamiento, ni escuela, ni bancos, su alcalde, Eulogio Páez, consciente de la necesidad de un revulsivo económico ha dotado a la localidad de una web municipal, que es una de las más modernas de estos núcleos urbanos.
Benitagla: La lucha por sobrevivir
En pocos años, de continuar la evolución negativa de crecimiento poblacional que advierte el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía (SIMA) en la última década (-2,5% de vecinos), pugnará con Cumbres de Enmedio por convertirse en el pueblo con menos habitantes de la región, un liderato que asusta a los 78 parroquianos de esta reducida localidad situada en la comarca almeriense de interior de Filabres-Alhamilla y donde son mayoría las mujeres.
Con similares servicios a los del municipio onubense, sus habitantes se agarran al olivar y el cultivo del almendro para subsistir. Pero su población envejece, más del 47% supera los 65 años, y no llegan niños con los que rejuvenecerla parece un imposible y los pasos hacia su extinción se van agrandando.
Beires: Cuente los jóvenes con los dedos de una mano
En la alpujarra almeriense se asienta esta localidad de 111 habitantes, de los que sólo el 2,1% tiene menos de 20 años y justo la mitad, ya se ha jubilado. En la última década ha visto cómo su población se reducía un 17,78% debido a la marcha de algunos vecinos y al fallecimiento de otros.
Sólo en 2011 perecieron tres y emigraron un quinteto, unas cifras ridículas para muchos, pero no para un pueblo con poco más de un centenar de residentes que, al igual que los otros dos pueblos, viven del campo y de los contratos temporales y eventuales que propicia el Plan de Fomento del Empleo Agrario. Como dato curioso en el año 2012 sólo uno de sus vecinos estrenó coche.
Alsodux: Los jubilados británicos salvan el censo
En la última década es el que más ha crecido en población de la decena de municipios más reducidos. Sus vecinos se han incrementado en un tercio, gracias, entre otras cosas, a la llegada de siete ciudadanos británicos en busca de un lugar tranquilo en España donde pasar su jubilación y con el atractivo de estar situado a 21 kilómetros de la capital.
Este municipio de la comarca almeriense de Río Nacimiento cuenta con escasos servicios para posibilitar el asentamiento de familias jóvenes y su economía se centra en cultivos herbáceos, la patata, el naranjo y el olivar. En 2011 decidieron marcharse una docena de personas.
Alcudia de Monteagud: Una boda en 2011, último gran acontecimiento
Casi a partes iguales entre hombres y mujeres, ganan los primeros por un representante, este pueblo de 151 habitantes, que se levanta en plena sierra almeriense de Los Filabres, ha perdido a un 20,5% de su población en los últimos diez años. En 2011 se marcharon 18 personas, aunque, a diferencia de los otros pueblos, éste sí que registró una boda.
Económicamente corre la misma suerte que los anteriores, aunque cuenta con la ventaja de que sus vecinos son bastante más jóvenes, pues sólo un 28,5% tiene más de 65 años. No obstante, sus perspectivas de crecimiento se antojan complicadas por la falta de recursos y oportunidades.
Cóbdar: El pueblo que más vecinos pierde
Con 156 habitantes ocupa el sexto lugar de esta particular clasificación, en la que se impone por ser el pueblo que más porcentaje de población ha perdido en la última década (-29,7%). En 2011 se marcharon nueve vecinos y otros tres fallecieron. Una caída vertiginosa que no ha podido ser frenada ni con la llegada de 16 ciudadanos inmigrantes, en su mayor parte británicos, atraídos por la llamada de otros compatriotas instalados en la comarca almeriense del Alto Almanzora.
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Pese a su proximidad a la floreciente comarca del mármol, su economía se centra en el olivar, el almendro y la patata. Cuenta con 86 empadronados y seis comercios, entre bares y tiendas de ultramarinos.
Castro de Filabres: La nueva carretera abre esperanzas
La irrupción de la comunidad rumana, mayoría entre los once inmigrantes empadronados, no ha evitado que esta localidad de la sierra almeriense de Los Filabres continúe despoblándose, con una reducción en la última década del 8,7%.
Con 74 viviendas, 54 coches y un restaurante centra su economía en el campo y ello no supone ningún atractivo para su reducida población joven (6,4%). La nueva carretera que le enlaza con Tabernas le está permitiendo salir de su aislamiento y propicia la llegada de turismo rural.
Atajate: Un banco e incluso un colegio
De los ocho pueblos con menos habitantes de Andalucía es el único en contar con una sucursal bancaria y con escuela de infantil y primaria. Aunque parezca sorprendente, son elementos diferenciadores para esta localidad de 158 vecinos de la Serranía de Ronda y que sirven de reclamo para atraer nuevas familias.
En los dos últimos lustros su población mermó en un 3,6%, a pesar de que en 2011 fallecieron 2 personas y 11 decidieron cambiar de municipio. Pese a ello, de las diez localidades es la que cuenta con los residentes más jóvenes, pues sólo el 20,8% supera la edad de jubilación.
Lobras: Tras la huella de Brenan
En la Alpujarra granadina se ubica esta localidad, de 159 habitantes, donde predomina el sexo masculino (82) y con casi un 10% de su población por debajo de los 20 años y con un tercio por encima de los 65.
Alberga una amplia comunidad de inmigrantes, mayoritariamente ingleses, atraídos por las crónicas de viajeros como Gerald Brenan y la belleza de esta coqueta localidad que vive del cultivo del olivar y el almendro y el turismo. En la última década su masa social ha incrementado en un 7,4%, a pesar de que once vecinos abandonaron el pueblo y dos murieron.
Juviles: Juventud... y una biblioteca
El último de los pueblos se encuentra en el Parque Natural de Sierra Nevada, en su extensión granadina, y de todos ellos es el que más población joven posee, con un 14,72% por debajo de la veintena; sólo un cuarto supera los 65 años. la permanencia de gente joven en este municipio se explica por las opciones laborales que oferta para esta población. Además de por su atractiva ubicación para el turista, entre sus principales recursos, que ha propiciado en buena medida que su tasa de población en la última década se haya mantenido, se encuentra la industria del jamón que se produce por la zona.
No obstante, pese a su empuje económico, en el que destaca la existencia de 14 comercios, no cuenta con oficina bancaria ni escuela, aunque, eso sí, alberga una biblioteca, la única entre todo el grupo de municipios.
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