Las señales que conforman el vocabulario canino son propias de su especie y muy diferentes a las nuestras.
Si queremos conseguir una buena relación con nuestro perro es conveniente conocer la forma en la que se expresa y cuál es el significado de su lenguaje.
En la vida de los seres sociales, el intercambio de información es vital. Para ello es necesario el lenguaje.
La comunicación es distinta en cada especie. La comunicación ha sido definida como la transmisión de señales mediante un código común al emisor y receptor.
Lenguaje es el conjunto de señales que dan a entender una cosa.
Los perros utilizan para comunicarse con sus semejantes tres canales básicos de información: el oído, el olfato y la vista. Los tres canales de comunicación son utilizados por el perro de forma combinada y complementaria.
La comunicación auditiva de los perros es bastante limitada y por tanto debe ser interpretada de acuerdo con las otras señales comunicativas, visuales y olfatorias, que lo acompañan.
El repertorio sonoro del perro se compone de cuatro sonidos básicos: el ladrido, el aullido, el gruñido y el gemido.
Los perros ladran más que los lobos debido al cambio introducido por el hombre durante la domesticación.
A través de muchas generaciones de selección genética, el ser humano ha potenciado el ladrido del perro, que de hecho podría considerarse como la primera “alarma antirrobo” de la historia.
El ladrido puede reflejar un estado de excitación, de alarma, ansiedad o un reclamo de atención. Los ladridos a primeras y últimas horas del día muchas veces nos comprometen a ceder y prestar atención al perro.
De este modo el animal aprende que si ladra obtendrá nuestra atención y el problema se cronificará.
Los lobos utilizan los aullidos para mantener la cohesión de la manada durante la época de apareamiento y/o comunicar su presencia en determinado territorio.
Los perros suelen aullar en respuesta de ciertos sonidos (sirenas de ambulancias, teléfonos, etc.). Este tipo de aullidos se considera normal y en ningún caso debe ser interpretado como un signo de malestar o sufrimiento.
El gruñido de un perro, excepto cuando aparece mezclado con señales de juego, es una de las señales propias de la secuencia de agresividad. Y por tanto motivo de preocupación y consulta con un especialista.
El gemido se observa ante situaciones de miedo o dolor y búsqueda de atención del propietario.
La comunicación olfativa es muy importante para los perros. Las funciones principales de los mensajes olorosos son: la identificación individual y el control de conductas sexuales y de apaciguamiento.
La identificación individual tiene lugar, por un lado, a través del olor personal de cada perro. Las zonas corporales más ricas en glándulas secretoras son la cabeza, la región anal y la parte superior de la cola. Por ello, cuando dos perros se encuentran, dirigen su atención a esas áreas.
Por otro lado, la orina y las heces son la tarjeta de identificación de los perros. Permiten, al igual que nuestro leguaje escrito, saber mucho tiempo después de cuando estuvo el animal, la identidad del perro que ha depositado la señal, su sexo y si está en celo o no.
Por esto los perros se interesan tanto por el marcaje y tienden a hacerlo una y otra vez, para evitar que el mensaje pierda su intensidad.
Cuando los perros lamen la orina están detectando otras señales olfativas llamadas feromonas. Son unas moléculas especiales de mamíferos (excepto cetáceos y humanos) que desempeñan un papel fundamental en la regulación del comportamiento social.
Las feromonas más estudiadas son la sexual y la apaciguadora. Las primeras despiertan el interés sexual de los machos y las segundas las segregan las madres para calmar a sus cachorros.
Finalmente, la comunicación visual es la más importante en el perro. El repertorio de señales visuales es muy amplio, si las observamos podemos obtener un indicativo de su estado de ánimo.
La cara, las orejas, la cola y la posición del cuerpo en general son los elementos que el perro utiliza para comunicar mensajes visuales.
Las posturas básicas son las siguientes: de reposo, de invitación al juego, de alerta, ofensiva, sumisión, miedo y ambiguas.
La postura ofensiva, en líneas generales, se observa cuando el cuerpo está inclinado hacia delante, las extremidades están estiradas, la cabeza erguida, orejas levantadas y rabo en alto.
Esta postura transmite dominancia o territorialidad.
Por el contrario, la postura defensiva es justo lo opuesto para manifestar miedo.
En la postura de invitación al juego el perro extiende y coloca en el suelo las extremidades anteriores, mientras mantiene las posteriores erguidas.
A veces se interpreta erróneamente como una actitud agresiva. Para evitar traducciones incorrectas es importante tener en cuenta el contexto. De esta forma, el balanceo de la cola es considerado un indicativo de estado de alegría.
Sin embargo, en otras ocasiones es un aviso de agresividad.
Asimismo, hay perros que al encontrarse al dueño, además de mover la cola, saltar, correr, etc., enseñan los dientes. Esto no es una muestra de agresividad sino un reflejo de un estado de excitación, de alegría.
Es lo que se llama “sonrisa simbólica”. Aunque no es muy frecuente, los perros también “sonríen”.
¿Cuántas fotos se tiene de un perro que mire directamente a la cámara?
Si a nuestro amigo de cuatro patas no le gusta la cámara fotográfica generalmente desvía la mirada, gira la cabeza, se lame el hocico, bosteza, ladea el cuerpo, se tumba o incluso da la espalda.
Son las llamadas señales de apaciguamiento o de calma. Son señales para prevenir que ocurra algo, evitar amenazas, reducir el nerviosismo, el miedo, el ruido o acontecimientos indeseados.
Utilizan los signos para calmarse ellos mismos cuando se sienten estresados o inseguros, para transmitir calma y hacer que los otros perros implicados se sientan más seguros y perciban las señales de buenas intenciones que se dan.
Se utilizan también para hacer amistad con otros perros y con la gente.
Estas señales de apaciguamiento se basan en la negociación y permiten resolver disputas sin que sea necesario luchar de forma abierta.
Si un perro se muestra sumiso ante otro dominante inhibe la agresividad del contrincante.
El perro dominante entiende el mensaje y relaja progresivamente su actitud. Si ambos animales se resisten a mostrar sumisión ante el contrincante tendrá lugar una pelea.
Asimismo, hay casos de dominantes tiranos que, a pesar de la sumisión, siguen agrediendo.
En otros casos, existen perros que no han aprendido este sistema de comunicación debido a separaciones tempranas de la madre.
Es digno de ver cuando hay un inminente conflicto entre dos perros y un tercero interviene para disminuir la tensión.
Para ello se interpone entre los dos contrincantes, e incluso este conciliador les invita al juego de forma repetida.
Hay otra característica del lenguaje corporal de los perros recientemente descubierta que es posible que sorprenda a los propietarios de mascotas y a los expertos en canes.
Cuando los chuchos están seguros de algo o de alguien, sus colas se mueven más hacia la derecha. Cuando tienen sentimientos negativos, la cola se agita más hacia la izquierda.
La investigación indica que en la mayoría de los animales, incluidas las aves, los peces y las ranas, el cerebro izquierdo se especializa en comportamientos que implican lo que los científicos denominan aproximación y enriquecimiento de energía.
En los humanos eso significa que el cerebro izquierdo está asociado con sentimientos positivos como el amor, el afecto y la sensación de seguridad y calma.
También está asociado con algunos marcadores fisiológicos, como el latido lento del corazón.
En un nivel básico, el cerebro derecho se especializa en comportamientos que implican retirada y gasto de energía.
El lado derecho de la cara tiende a reflejar felicidad (cerebro izquierdo), mientras que el lado izquierdo, malestar (cerebro derecho).
Las colas de los perros resultan interesantes, afirma Davidson, porque están justo en el medio del cuerpo del perro, ni a la izquierda ni a la derecha.
Por eso muestran asimetría emocional. Pero, ¿realmente es así? Para averiguarlo, G. Vallortigara y sus compañeros usaron 30 canes de distintas razas a los que se apuntó a un programa de adiestramiento en agilidad.
Colocaron a los perros en una jaula equipada con cámaras que seguían precisamente el ángulo del movimiento de sus colas.
Luego se les mostraban cuatro estímulos en una tablilla en la parte frontal de la jaula: su dueño; un humano desconocido; un gato; y un perro dominante y desconocido.
Giorgio Vallortigara
En cada caso, el perro de la prueba miraba a una persona o a un animal durante un minuto, descansaba durante 90 segundos, y miraba otra cosa. La prueba duró 25 días con 10 sesiones en cada uno.
Cuando los perros veían a sus amos, agitaban sus colas enérgicamente hacia la derecha, explica G. Vallortigara.
Cuando se enfrentaban a un humano desconocido, las agitaban moderadamente, de nuevo hacia la derecha.
Si miraban al gato, un macho de cuatro años, las colas de los perros se agitaban a la derecha, pero con menos amplitud. Y cuando veían a otro perro, agresivo y desconocido, las colas se agitaban hacia la izquierda.
En consecuencia, cuando los perros se sentían atraídos por algo, sus colas se agitaban a la derecha y, cuando estaban asustados, las colas se movían a la izquierda.
Comprender el lenguaje de nuestros perros ayuda a una convivencia en armonía. Interpretaremos correctamente lo que está comunicando el animal de forma que podremos resolver posibles conflictos, interactuar lúdicamente o saber si nuestro amigo tiene miedo.
Esto erradicaría inefectivos adiestramientos basados en la coerción. La comunicación es lo más afectivo a la hora de ayudar a un perro en terapia, enseñar al dueño a comprender a su perro y viceversa.
El elemento crucial de una relación mutuamente satisfactoria es un buen dialogo.
La educación canina debería ser una de las prioridades de todas las personas que deseen adquirir un perro.
Si queremos que la convivencia con nuestro perro sea placentera una de las necesidades básicas a cubrir son la educación en materia canina, hemos de aprender a educarlo del mejor modo posible para evitar futuros problemas de comportamiento.
Excelente, muy buen tema y muy bien detallado. Me causó gracia lo de la sonrisa, mi perrita sonríe cuando cualquiera de nosotros llega a la casa :D
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