Maravillas Lamberto Yoldi (Larraga, Navarra, España, 28 de junio de 1922 - id., 15 de agosto de 1936) fue una de las víctimas de la Guerra Civil en Navarra con apenas catorce años de edad.
Su padre, Vicente Lamberto, era militante de la Unión General de Trabajadores durante la Segunda República.
Al inicio de la Guerra Civil, en el mes de agosto la Guardia Civil fue a detenerle.
Maravillas, de 14 años, dormía en la misma habitación que su hermana Pilar, de 10. Los miembros de la Guardia Civil iban acompañados por dos personas más, una miembro de la falange y la otra requeté, según recordaba su hermana Pilar, y cuando les dijeron que llevaban a su padre a interrogarle al ayuntamiento, Maravillas pidió acompañarle, a lo que estos accedieron.
En el ayuntamiento el padre fue encerrado en la cárcel. A la niña, la subieron a las dependencias superiores donde fue en repetidas ocasiones violada.
Posteriormente ambos fueron asesinados y el cuerpo desnudo sin vida de la niña fue arrojado a los perros. Hoy día ha resultado realmente difícil la búsqueda de los restos.
A Maravillas le sobrevivieron dos hermanas. Una, la que abrió la puerta a los verdugos, la otra, la que recibió un caramelo de manos de la Guardia Civil cuando ésta entró en la casa para registrarla y llevarse, también, a la madre, Paulina.
Poco después, la madre con las dos hijas que quedaban, Pilar y Josefina que tenía 7 años de edad, se trasladaron a vivir a Pamplona. Los Lamberto Yoldi serían, para siempre, los rojos fusilados de Larraga.
Josefina Lamberto de la Galería de inaki1936a
Estos hechos les marcaron para siempre. Josefina cinco años después ingresó en un convento de monjas.
Por los antecedentes familiares fue enviada a un convento de Karachi, Pakistán en donde tenía prohibido el trato con el resto de monjas y no podía aprender lenguas para evitar el trato con los nativos.
Le obligaron a barrer y a no levantar la vista, Y así, hasta que perdió la noción del tiempo, como en una cárcel. Una enfermedad de espalda, producto de las condiciones inhumanas en las que trabajaba, junto a la malaria que periódicamente despertaba, la llevó a estar casi dos años en una cama.
La trasladaron a la frontera franco-belga, porque la orden era francesa y en Karachi ya no servía para nada. También supieron de su pasado rojo y, en cuanto mejoró, la “deportaron” a Madrid tras la muerte del dictador Franco.
Aprovechó para interesarse por su padre y su hermana asesinados por las hordas azules. Al preguntar por su padre y su hermana asesinados, la superiora le contestó“Algo harían”.
Por ello la superiora del convento, al considerar que "algo harían", le prohibió las salidas del convento.
En 1992 perdió su vocación religiosa, dejó el convento y se instaló en Pamplona. Debe de ser terrible creer en un ser supremo y verificar que todo es una patraña. Y hacerlo en las condiciones que lo hizo Josefina, comprobando que sus superiores jaleaban a los verdugos ya sexagenarios.
Debe de ser terrible confirmar que la Iglesia, salvo excepciones lejanas, está siempre con los ricos, con los poderosos.
Hoy, vive en un tormento difícil de explicar. Cuenta que ni un solo día de su vida ha dejado de llorar a su hermana Maravillas y a su padre Vicente, que las pesadillas la desvelan a pesar de los somníferos y que el ser humano es malo por naturaleza.
Que siempre ha sentido en el cogote el aliento de los verdugos y que el mundo de los vivos puede ser como el peor de los infiernos concebidos por Dante. Y su desasosiego se ensancha cada día porque sabe que Maravillas no tendrá una tumba en la que depositar sus lágrimas infinitas.
Homenajes en la actualidad
El cantautor navarro Fermin Balentzia, entre otras canciones dedicadas a víctimas del franquismo, tiene una dedicada a esta niña con el título: "Maravillas", del álbum con su mismo nombre.
Oficialmente no se ha realizado ningún homenaje a esta víctima, ni a las otras 45 asesinadas en el pueblo durante la Guerra Civil.
El ayuntamiento del pueblo se negó a la petición de dedicarle una calle en septiembre de 2008 (con votos en contra de concejales independiente afines a Unión del Pueblo Navarro y de los del Partido Socialista de Navarra).
Sin embargo el colectivo Ahaztuak 1936-1977 (Olvidados 1936-1977, en euskera) celebró el 26 de octubre de 2008 un homenaje a todas estas víctimas en la que participaron cientos de personas.
En la fachada de "Auzolan Elkartea" se colocó una placa dedicada a la niña Maravillas Lamberto y al resto de los fusilados. La única hermana de Maravillas, Josefina, “La monja”, que ya no lo es, aún vive y estuvo en este homenaje.
El grupo musical en euskera Berri Txarrak en su disco "Payola" editado en septiembre de 2009, tiene una canción titulada "Maravillas" dedicada a esta víctima.
Más:
Josefina Lamberto: ‘Las monjas me decían que algo habría hecho mi padre para morir así’
Más:
Josefina Lamberto: ‘Las monjas me decían que algo habría hecho mi padre para morir así’
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJA TU COMENTARIO