El miércoles 1 de febrero de 1888 comienza la huelga. El seguimiento es prácticamente completo en los días siguientes. Mientras, William Rich (director de la mina) busca la confabulación de Agustín Bravo y Joven (gobernador civil de Huelva), reclamando fuerzas de apoyo para los guardas contratados por la empresa y los escasos Guardias Civiles de la zona.
El sábado 4 de febrero, Tornet, Ordóñez Rincón y Lorenzo Serrano (estos último líderes de la Liga Antihumos) encabezaban a caballo distintas columnas de manifestantes precedidos por una banda de música y con pancartas en los que podía leerse los lemas "¡humos no!" o "¡viva la agricultura!". Al unirse ambas columnas en una sola en el Cerro de Salomón, formaron un extenso grupo de entre 12.000 y 14.000 personas que se manifestaban de forma pacífica.
Una vez en el ayuntamiento de la localidad, Tornet, Ordóñez, Serrano, el alcalde de Zalamea y los representantes de otros municipios afectados accedieron a sus dependencias, donde el alcalde y los concejales se encontraban reunidos.
La intención de los manifestantes era que la corporación municipal llegase al acuerdo de prohibir las perjudiciales "teleras". Mientras, el gobernador civil llegaba en tren y consiguió abrirse paso hacia el ayuntamiento escoltado por soldados del Regimiento de Pavía, desplazados a esta localidad con órdenes de poner fin a la manifestación.
Cuando llegaron a la plaza del consistorio, la tropa se apostó frente a los manifestantes y el gobernador se dirigió al encuentro de la corporación municipal para hacerles saber que anularía cualquier resolución que tomasen. Desde el balcón de la casa consistorial se dirigió a los huelguistas para que depusieran su actitud amenazando con hacer uso de la fuerza.
Lo que ocurrió a continuación fue desconcertante ya que, sin que se tenga conocimiento de quien dio la orden, los soldados abrieron fuego contra la multitud, entre la que se encontraban mujeres y niños, haciendo incluso uso de las bayonetas.
Miles de personas huyeron despavoridas, arrasando todo lo que se encontraba a su paso. No hay una lista oficial de muertos, unas fuentes hablan de 13 ó 14, otras de cientos e incluso algunas afirman que se deshacían de los cuerpos arrojándolos a las escombreras, lo que dificultaba realizar un recuento de víctimas.
En los días posteriores a la tragedia, los heridos permanecían escondidos por temor a represalias, pese a que el gobernador civil publicó un bando en el que explicaba que la compañía británica no descontaría el salario de aquel 4 de febrero.
La Guardia Civil realizó rastreos para encontrar a los obreros que llegaron hasta sus propios hogares. Las gentes hablan de que muchos de los muertos fueron a causa de las heridas provocadas por las armas, de forma indirecta, pero que al no poder acudir a los servicios sanitarios para no delatar su presencia en la manifestación, muchos obreros murieron en sus casas. En este año 1888 hubo 12 despidos de trabajadores, una situación que las familias, que tenían la mina como único sustento no se podían permitir.
Algunos autores cifran el total de despidos, muertes y desapariciones en el millar de personas. Los despidos trajeron la miseria y el hambre a la zona. El diario La Provincia trató de hacer un paralelismo que muchos tomaron como cierto, e influir en la voluntad popular diciendo que sin las calcinaciones seguiría el hambre.
De este modo y atizados por la miseria, muchos de los que pidieron el fin de las teleras ahora veían con buenos ojos su continuidad. Tan cruda fue la represión que los obreros tardaron 12 años en volver a manifestarse.
Este fue el primer movimiento ecologista del que se tienen constancia en el mundo, con un carácter claramente anarquista.
Según la lista oficial, ofrecida por la propia empresa, hace referencia a la ridícula cantidad de 13 muertos y 48 heridos, de los cuales se detallan los que fueron trasladados a Nerva, al ser éste su lugar de residencia.
El acontecimiento tuvo mucha repercusión en la prensa, tanto local y regional como nacional. El diario La Provincia de Huelva, fundado por la RTCL, en su edición del viernes 10 de febrero de 1888 rebate los argumentos contra la compañía publicados anteriormente en el periódico El Reformista.
En La Provincia se puede leer que El Reformista miente al ofrecer datos de 41 muertos y 150 heridos, que los manifestantes no eran pacíficos, sino que al ejército “le llovieron piedras y cartuchos de dinamita” y apoya su parlamento en declaraciones del alcalde de Riotinto. Por otro lado, El Socialista de Madrid abre su periódico del 10 de febrero de 1888 con una columna titulada ¡Asesinos!, en la que se leen argumento incendiarios, de total repulsa a lo acontecido.
El periódico tacha la actuación del ejército de “horrible crimen” o “bárbara carnicería”, achacan lo ocurrido a la autoridad civil y militar y dicen estar seguros de que los crímenes no tendrán consecuencias para los asesinos.
El Cronista de Sevilla, el 17 de julio de 1888, publica una tabla con la cuantía de los socorros distribuidos a las familias de las víctimas y heridos. Una lista en la que tan solo figuran 61 personas.
Así contó los hechos el periódico "La Coalición Republicana":
“Cuando con más alegría y confianza se hallaban los manifestantes apiñados, en número superior a 12.000, en las estrechas calles adyacentes y plaza, mandaron retirar la caballería del sitio que ocupaba y acto seguido una descarga cerrada, inmensa, cuyos proyectiles barrieron aquella masa humana, puso en fuga desordenada a la multitud, que dejó en el suelo muchos cadáveres y heridos y se atropelló por las calles, lanzando gritos de pavor y de violenta ira. ¿Quién dio la orden de fuego? Hasta ahora no se sabe.
¿Fue el gobernador? ¿Fue el jefe militar? La soldadesca inconsciente, la máquina estúpida que obedece y mata, el soldado que dirige la boca del fusil al pueblo de donde salió y a donde volverá, gozaba con la vista de la pólvora y la sangre.
Con el testimonio de centenares de personas que presenciaron el hecho, podemos afirmar que los manifestantes no profirieron ni un grito subversivo, no salió de ellos una provocación ni un acto que molestase a la tropa ni a las autoridades”.
En el año 2001 el escritor onubense Juan Cobos Wilkins publica "El corazón de la tierra", una novela que narra una historia en torno a la que ocupa en éste artículo. Esta obra fue traducida a numerosos idiomas y recibió varios premios.
En 2006, el periodista Juan Carlos León Brázquez, realiza el radiodocumental "Ríotinto, la memoria de las entrañas de la tierra", en el que se narran los acontecimientos de 1888 y se recoge un tremendo testimonio oral de 1932 de la escritora Concha Espina, que escribió El metal de los muertos en 1921, sobre la esclavitud de los mineros a manos de la compañía inglesa.
Siendo director de Documentos RNE, y tras difundirse el documental sonoro en Radio 1 y Radio Exterior de España para todo el mundo, el periodista León Brázquez obtiene el Premio Andalucía de Periodismo de 2007. Ese mismo año, en 2007 dirigida por Antonio Cuadri se estrena la película "El corazón de la tierra" basada en la novela de Cobos Wilkins.
En la novela "1888, el año de los tiros" del autor Rafael Moreno y que también relata estos acontecimientos, Tornet recibe el nombre de "Mateo Alias".
Descarga aquí la novela en formato PDF por cortesía de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
La masacre de decenas de personas indefensas en Río Tinto quedó inmortalizada en un poema de Juan Delgado que incluye los versos siguientes:
¡Ay regimiento de Soria,
¡Ay regimiento de Soria,
en negro y sangre escribiste
las palabras de tu historia!
¿Cuántos muertos, dime, Río,
cuantos fueron enterrados
entre la escoria caliente
condenados al olvido?
condenados al olvido?
Nº
|
Nombre
|
Edad
|
Pueblo
|
Provincia
|
1
|
Antonio Rivas Villanueva
|
26
| ||
2
|
José Ramas Luque
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22
| ||
3
|
Antonio Palacios Castro
|
29
| ||
4
|
José Matallanes Martinez
|
22
| ||
5
|
José María Pacho
|
41
| ||
6
|
José Sánchez Domenech
|
26
| ||
7
|
antonio García Ortega
|
29
|
Almeria
| |
8
|
Francisco Oliver Mesa
|
20
|
Somontín
|
Almeria
|
9
|
Manuel Marín Díaz
|
26
|
Almeria
| |
10
|
Jerónimo Sánchez Linares
|
22
| ||
11
|
Martina López González
|
55
|
Nerva
|
Huelva
|
12
|
Isabel Domínguez Domínguez
|
56
|
Huelva
| |
13
|
Lorenzo Pacheco García
|
34
|
Málaga
| |
14
|
Anacleta Vázquez Díaz
|
26
|
Huelva
| |
15
|
Galo Vázquez Díaz
|
5
|
Nerva
|
Huelva
|
16
|
Jesús Vázquez Díaz
|
1
|
Nerva
|
Huelva
|
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