World Press Photo 2003, foto de Jean-Marc Bouju, que captó a un hombre iraquí en una base estadounidense para prisioneros de guerra en aquel país. Los militares norteamericanos permitieron a su hijo de 4 años, aterrorizado por el modo en que su padre había sido capturado, que se acercara para que pudiera consolarle, y accedieron a quitarle las esposas, pero no retiraron la bolsa negra que cubría su cabeza. No hay cadáveres, no se ve llanto, no hay movimiento, pero la foto transmite angustia, la misma que debe sentir el padre que abraza a su hijo sin poder verle, la del niño asustado abrazado por su padre, al que no puede mirar a los ojos. ¿Qué ocurrió después? “No se sabe qué pasó con ninguno de los dos”, explica la web del certamen.
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