"El sueño español" o "522 años después" eran algunos de los titulares que copaban las portadas de los principales diarios israelíes volcados con el anuncio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de conceder la ciudadanía española a los descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos en 1492.
"Aquellos ciudadanos extranjeros sefardíes que prueben dicha condición y su especial vinculación con nuestro país, aún cuando no tengan residencia legal en España, cualquiera que sea su ideología, religión o creencias", según el anteproyecto anunciado, que modifica el artículo 23 del Código Civil español.
Isaac Querub Caro, expresa su satisfacción y esperanza porque esta nueva decisión supone un paso adelante que repara un error y una injusticia
Antes, debía ser aprobado en el Congreso. "Si han esperado 522 años, pueden esperar unos meses más", ironizaba el veterano periodista israelí Yaron London en el Canal 10 antes de lamentar no tener raíces españolas en un país unido con dolor, emoción y nostalgia a la Sefarad que persiguió y expulsó a los judíos y al mismo tiempo conectado a la España actual con tapas, turismo, películas y muchos goles.
Tras la expulsión de 1492, los judíos tuvieron que dispersarse en Europa, Asia y posteriormente América "con el imborrable recuerdo de aquella madre que los había expulsado de su seno".
Los sefardíes buscaban con curiosidad y expectación en la lista de apellidos publicada por las autoridades españolas. En Israel, también. Podrían recibir el pasaporte español si demuestran sus raíces sefardíes y -un dato crucial- sin tener que renunciar a su nacionalidad actual.
Rajoy, con miembros de la Conferencia de Presidentes de Organizaciones Judías de Estados Unidos, en La Moncloa J. M. CUADRADO (POOL MONCLOA) Más,
No es sólo un gesto meramente simbólico e importante con el fin de reparar "uno de los errores históricos más importantes" en palabras de Gallardón. Según diversos cálculos, el número de judíos "españoles potenciales" en todo el mundo llegaría a los 3,5 millones de personas.
"No sé si al final tendremos el pasaporte español pero se trata de un gesto importante para los que hemos conservado y promovido la cultura de Sefarad y hemos traspasado el ladino de generación en generación", dijo la cantante Yasmin Levy, conocida por su talentosa voz y sus canciones en ladino.
Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE). Fue el primero en tomar la palabra en el acto que el Senado organizó para conmemorar el Día Oficial de la Memoria del Holocausto en 2013. Más.
Sus huellas sefardíes son sólidas. No sólo por sus actuaciones en judeoespañol en todo el mundo sino por ser la hija de Isaac Levy, prestigioso investigador de la música en ladino. Si algún funcionario español o de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) la pone a prueba, sólo debe enseñar el libro de su padre "Canciones judeoespañolas". O simplemente cantar "Una Pastora".
Levy reconoce un doble sentimiento. "Por un lado, crecí siempre con el amor increíble hacia España y sus gentes. Por otro, cuando empecé a cantar en ladino, tenía que explicar en las actuaciones de dónde venía esta lengua y para ello leí muchos libros sobre la época. Fue cuando descubrí la crueldad de la Inquisición y lo que sufrieron los judíos", explicaba la cantante que aclaraba: "No guardo ningún rencor y para mí, España sigue siendo un país maravilloso y acogedor".
El 22 de noviembre de 2012, Gallardón ya había anunciado que la condición de sefardí garantizaría el derecho a la ciudadanía española. Recogimos meses después cierto malestar por la lentitud en el proceso.
"El procedimiento sobre la concesión de la nacionalidad española a extranjeros sefardíes por carta de naturaleza se encuentra aún pendiente de desarrollo normativo", respondieron entonces desde el Ministerio de Justicia.
Hacía de un año, casi 3.000 solicitudes de nacionalidad de sefardíes estaban pendientes de tramitación.
El abogado israelí-argentino-sefardí León Amiras confesaba haber recibido en un sólo día más de 80 llamadas de sefardíes. "Pese al trágico pasado y la expulsión de judíos, hay mucho cariño en Israel a España. Esperemos que no sea sólo un gesto de relaciones públicas sino un paso histórico", comentaba a ELMUNDO.es.
Una fotografía de la viñeta publicada por el diario israelí Haaretz.
La noticia provocaba un río de comentarios en las redes sociales en Israel donde algunos dijeron que, con la inclusión de tantos judíos de todo el mundo, "España tendrá más Premios Nobel en Ciencias".
La cuestión entraba de lleno en el cruce de chistes entre los judíos del Centro y Este de Europa (ashkenazíes) y los del norte de África, Oriente y España (sefardíes o mizrajíes). Dado que muchos ashkenazíes israelíes tienen un segundo pasaporte (por ejemplo, polaco), el humorista Nadav Abukasis bromeaba: "Por fin, hay igualdad y también los que procedemos del norte de África tenemos ya donde huir en la próxima guerra".
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