La zona púrpura: COCINAR UN CRISTO PVP



«Yo que siento por Jesús repelús», canta Javier Krahe en una de sus canciones de rima incontestable y chispa coloquial, vuelo lírico de caída libre y guiño cultista en vena.


En el remoto 1978, su anticlericalismo adoptó la forma de un cortometraje dirigido al alimón con Enrique Seseña. 'Cómo cocinar un Cristo' era una receta blasfema y zumbona.

«Calcúlese un Cristo, ya macilento, para cada dos personas», aconseja el narrador. «Se desencostra con agua fría y los estigmas pueden echarse con tocino.» Tras untar el crucifijo con mantequilla, «se deja en el horno tres días, al cabo de los cuales sale completamente solo».

En 2004, el ya desaparecido programa 'Lo + Plus' emitió unas imágenes del corto mientras entrevistaba al cantautor.


La plataforma Hazte Oír promovió una denuncia por escarnio de las creencias religiosas, que finalmente interpuso el Centro Jurídico Tomás Moro. Según se puede leer en su página web, esta asociación tiene como fines «la defensa de la dignidad de la persona, de la familia y de los derechos humanos y, en especial, la protección del derecho a la vida del nasciturus y del embrión humano».

Seis años después, un juzgado de Colmenar Viejo acordó la apertura de un juicio oral contra Krahe y la productora del programa por un delito contra los sentimientos religiosos, tipificado en el artículo 525 del Código Penal.

El auto especificaba el pago de una fianza: 192.000 euros en el caso del músico y 144.000 para Montserrat Fernández Villa. El Centro Tomás Moro, que recurrió hacía tres años el sobreseimiento de la causa, mostró su satisfacción por lo que consideraba «un triunfo en defensa de la libertad religiosa». Y resaltaba que era la primera vez que se aplica en España el artículo 525 del Código Penal.


La pena máxima

El ex miembro de La Mandrágora se mostraba perplejo. «Esas cifras de las que hablan son multas que me piden, pero primero me tienen que condenar, cosa que mi abogado cree improbable.»

Su cortometraje se concibió «antes de que existiera la Constitución». No pasó la censura, aunque mantiene intacta su carga antirreligiosa, a tenor de la repercusión ocasionada por su pase en televisión hace seis años.

«No sabe lo que me han llegado a decir. Argumentan que se han ofendido, pero ellos me ofenden todos los días».

Krahe resaltaba que él no difundió el vídeo. «Han pedido la pena máxima. Para los que entienden la religión así, se ve que su Dios necesita dinero».




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