LA ZONA NEGRA : Ser Maya en Guatemala


Cuando las fuerzas de seguridad de una minera canadiense desalojaron brutalmente a familias Mayas de sus territorios en Guatemala, once mujeres fueron violadas, un líder comunitario fue asesinado y un joven quedó paralítico. 

Ahora estas comunidades se están movilizando y han denunciado a Hudbay Minerals por estos espantosos crímenes. Y necesitan apoyo para enfrentarse al tremendo poder del equipo legal de esta corporación y lograr que se haga justicia.

Las víctimas han demandado a la empresa minera en Canadá, donde se encuentra la sede de Hudbay Minerals. Pero la compañía está pidiéndole al tribunal que refiera la demanda a Guatemala, donde tienen más probabilidades de salir indemnes a causa del débil sistema judicial en ese país. 


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Ciudad de Guatemala, 1º de diciembre, 2010: Angélica Choc, viuda de Adolfo Ich Chamán, presentó una demanda en La Corte Superior en Toronto, Canadá, contra HudBay Minerals y HMI Nickel, compañías matrices del proyecto minero de níquel Fénix de la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN). 
Ich Chamán fue brutalmente asesinado por fuerzas de seguridad privada contratadas por CGN el 27 de septiembre de 2009.

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Expertos dicen que el fallo podría tener repercusiones masivas más allá de las fronteras canadienses. Y es que una victoria de las comunidades Mayas podría forzar a Hudbay, y a otras multinacionales, a responder por sus actos y fechorías en otras partes del globo. 

El juicio está celebrándose y los demandantes necesitan apoyo para cubrir los costes legales. 

Si se reúnen fondos suficientes para darles a las comunidades Mayas el mismo poder de defensa legal del que dispone la potente maquinaria corporativa de HudBay, podrán lograr que se haga justicia a las víctimas y seguir lanzando campañas para proteger los derechos humanos frente a la avaricia cortoplacista de muchas compañías en distintas partes del mundo. 




Las empresas multinacionales son responsables de algunos de los crímenes más terribles de todo el mundo. Lo peor es que estos abusos corporativos suelen quedar impunes. 

Sólo en el terreno de la minería, Rio Tinto, Barrick Gold y otros gigantes del sector están acusados de una amplia lista de atrocidades, que incluyen la destrucción del medio ambiente, abusos sexuales y violaciones en grupo, e incluso miles de muertes, desde Tanzania hasta Papúa Nueva Guinea

Ganar este caso podría suponer el comienzo de una era de mayor persecución a este tipo de fechorías corporativas.



Empresas como Hudbay actúan a menudo con impunidad porque confían en que los tribunales de sus países nunca vigilarán o iniciarán actuaciones por crímenes cometidos en el extranjero. 

A veces crean empresas fachada diseñadas para proteger a la compañía matriz de cualquier responsabilidad. 

Si se gana esta demanda, podría sentar un precedente que ayude a detener agresiones y violaciones, salvar pueblos enteros y preservar frágiles ecosistemas, sin importar dónde operen estas empresas.




Estas multinacionales disponen de millones de dólares y harán todo lo que sea necesario para ganar éste y otros casos similares porque saben que se trata de un caso decisivo para su futuro. 

Se supone que los tribunales judiciales son lugares a los que la gente acude en busca de justicia. Pero con demasiada frecuencia los intereses corporativos los han convertido en bastiones de los ricos y poderosos. 




Más :
Comunicado completo  caso Adolfo Ich Chamán se puede bajar aquí:

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