LA ZONA PÚBLICA: Las dos caras de Bahréin



Mientras el mundo contempla una lujosa carrera de Fórmula 1 en Bahréin, la sociedad bahreiní no puede ejercer su derecho a la libre expresión y reunión.


Un ejemplo es el caso de Abdulhadi Al-Khawaja, torturado y condenado a cadena perpetua y en huelga de hambre.

“Cada vez me resulta más difícil mantener la esperanza y la motivación.  Cada día vivo con la constante sensación de recibir una llamada telefónica que me diga que no voy a volver a ver nunca a mi padre. No puedo estar de acuerdo con un mundo que permita morir a mi padre”.
Maryam al-Khawaja, Activista e hija de Abdulhadi Al-Khawaja



Abdulhadi Al-Khawaja, al igual que otros 13 activistas bahreiníes, fueron detenidos entre marzo y abril de 2011. Estuvieron recluidos en régimen de incomunicación y muchos fueron torturados durante los primeros días de detención. No pudieron ver ni a sus familias ni a sus abogados hasta el día del juicio, ante un tribunal militar. El 22 de junio de 2011 fueron condenados a distintas penas de prisión. Abdulhadi fue condenado a cadena perpetua.

Abdulhadi Al-Khawaja, ex coordinador de protección de la ONG de derechos humanos irlandesa Front Line Defenders, fue detenido en abril de 2011 y acusado de ser uno de los líderes de las protestas contra el gobierno.


Fue torturado mientras estaba bajo custodia y condenado a cadena perpetua por un tribunal militar en un juicio manifiestamente injusto celebrado en junio. 



Su estado de salud empeoró mucho desde que, hacia el 29 de marzo, decidió comenzar a reducir la dosis de glucosa y minerales que tomaba hasta acabar tomando sólo agua. Las autoridades no le permiten las visitas de su familia y sus abogados desde el 5 de abril, aunque pudo hablar brevemente por teléfono con su esposa el 10 de abril, lo visitaron un grupo de especialistas médicos enviados por las autoridades.


Khadija al-Mousawi y su hija Zainab muestran las fotos de su marido y padre respectivamente, Abdulhadi Al-Khawaja 

Abdulhadi Al-Khawaja y los otros 13 activistas son considerados presos de conciencia por Amnistía Internacional, ya que fueron encarcelados exclusivamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión, y no han propugnado el uso de la violencia.


Aunque estos 14 hombres deberían ser puestos en libertad de manera inmediata y sin condiciones, el Tribunal de Casación aplazó la vista de su recurso hasta el 23 de abril y les ha negado la libertad bajo fianza.

El 14 de febrero de 2011, la sociedad civil de Bahréin salió a la calle para exigir más derechos. En los meses posteriores, el país se vio sumido en una crisis de derechos humanos que aún hoy persiste: uso desproporcionado de la fuerza, detenciones masivas, torturas, decenas de personas muertas y cientos de heridos son parte del día a día en el país.


Sin embargo, el mundo contempla un Bahréin moderno que organiza carreras de Fórmula 1, ajeno a las constantes violaciones a los derechos humanos.


No hay mejor manera de mostrar al mundo las cualidades de Bahréin que el respeto de las libertades. Por ello, tanto Abdulhadi Al-Khawaja como el resto de personas detenidas deben ser puestas en libertad inmediatamente.


Además, las autoridades bahreiníes deben ordenar de inmediato investigaciones independientes e imparciales sobre las alegaciones de torturas, así como llevar ante la justicia a los responsables de violaciones a los derechos humanos.

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