Estimado “Juanito”:
Así es como
te llama “Sofi”. Por lo que disculpa el atrevimiento. Y déjame
que me tome esta confianza campechana que cómo tú sabes, nos
caracteriza a todos los españoles.
Yo no es que
sea muy campechano con el pueblo, porque no me va en el sueldo. Ya
sabes que les das la mano y te cogen el brazo entero.
Eso, creo
que es lo que te está ocurriendo a tí. Tanto “campechanismo”, y
luego, de la noche a la mañana, te tratan peor que a una lata en
medio de un camino.
Lo de
contarte todo esto, viene a colación a raíz de tus últimos
achaques. Ni que decir tiene que espero te recuperes pronto. Pero el
tiempo me está dando la razón de una manera soberbia.
Lo que no
esperaba es que a tí precisamente, te lo iba a hacer saber tan
pronto.
Yo vengo
diciendo desde hace mucho que los achaques son una ley de vida.
Incluso más que la muerte. También vengo diciendo, que de ellos no
se escapa ni dios. Y claro, tú no ibas a ser menos.
Lo peor o
lo mejor es, que tú no eres de nuestra especie. Tú eres Rey. Yo eso
lo decía antes del resto de los españoles. Pues los hay que
parecen que no se van a morir nunca. Es más. Es que incluso los hay
que no se acuerdan en todo el día de que son mortales.
Esos a los
que me refiero, piensan que incluso no se van a poner ni enfermos. Y
ya ves, todos los tejados tienen goteras.
Tanto
creerme yo lo de que jugar todo el día a las cartas y practicar el
“mantenimiento de vidrio en barra fija” todo el día comiendo del
paro, era beneficioso. Y ahora, resulta que todos vienen y me dan la
razón incluido tú, claro.
Como tú
eres el mayor exponente de este caso por ser tan “grande” de
España, te ha tocado, involuntariamente desde luego, llevarte la peor parte.
Porque tú no
es que te quieras poner “enfermito”, no. A tí lo que te ha pasado
es que te has puesto “malito” primero por lo de las “goteras”.
Y después, nos hemos enterado.
Por lo
visto, tú estabas acostumbrado a que un velo de discreción tapara
tu reino. Pero tú sabes que eso es imposible, sabiendo la
trascendencia de tu escandalosa saga Borbónica desde que nació
el primero de ellos.
Me da una satisfacción, pero no me alegra. Me
refiero a lo de tus achaques.
Me explico.
Con lo de tus últimos achaques, me viene a dar la satisfacción de
que estaba en lo cierto, cuando decía que esto es para todos. Aunque
lo de la justicia según tú, también lo es.
No por ser
Rey, ni reina, vais a tener una salud de hierro. Bien sabido es, que a
vosotros, si tenéis un mal mayor, se os protege cual lince ibérico en formol.
Un rey de esos árabes que tienen en el Gobierno metida a toda la familia, donde no dejan conducir a las mujeres, ni besarse por la calle...pero con los que tú haces negocios redondos, ha sido el culpable de que tu pelvis se haya hecho tan famosa.
La otra famosa, fue la de Elvis.
Un rey de esos árabes que tienen en el Gobierno metida a toda la familia, donde no dejan conducir a las mujeres, ni besarse por la calle...pero con los que tú haces negocios redondos, ha sido el culpable de que tu pelvis se haya hecho tan famosa.
La otra famosa, fue la de Elvis.
Por cierto.
Por culpa del regalito del Safari que te hizo el sucesor de dicha
corona, es por lo que te hemos visto el “plumero”.
Pues lo
dicho “Juanito”, (que hasta ahora no te había puesto las
“comillas”). Que antes se decía que la Reina no cagaba, ni
meaba, ni jodía ( lo digo en fino porque si digo que no follaba
miento, tratándose de una generación tan semental como la tuya).
Pues todo mentira.
Aquí se hace de todo. Aquí por ser Rey o Reina o Infante, Infanta, puta o bruja, ( perdón que ya me sé). Aquí todo dios se pone enfermo.
Ya
puedas estar las veinte y cuatro horas sujetando una esquina en la
plaza del pueblo sin dar golpe viendo pasar las mozas, que aquí o te
mueres o te pones malo.
Cada cosa a su tiempo, por supuesto. Pero que
no...”Juanito”. Que tú también “revientas” algún día.
Los que
“doblan la costilla” o la “doblamos”, pensamos que esto sólo
nos ocurre a nosotros. Tú has venido a corroborarme, por fin, que
estaba equivocado. Por eso me he dirigido a tí. Para que sirva de
aviso a navegantes.
En el fondo,
queremos que te cures. Pero, lo que no podemos evitar algunos
españolitos, es relajarnos un poquito y consolarnos al ver como el
Trono también produce cosas como hemorroides. Claro, que si tú las
tienes, de eso no nos vamos a enterar. Tú sabes que eso se sufre en
silencio. Ahí estás perdonado.
Me sigue
quedando la duda, de lo del tema de la “gota”. No, ahora no me
refiero a las “goteras”. Sino a lo de la Gota, Gota. Yo siempre
había oído que era la enfermedad de los Reyes, porque de las Reinas
no había oído nada. Casi todos habían tenido la Gota.
Yo tengo
entendido que eso es por tener una dieta rica en ácido úrico. Y que
eso lo trae el marisco y muchos tipos de comidas de las que abusa
gente que dice que eso es comida de “ricos”.
Ya ves como son los
tópicos españoles.
Mira que
decir que el marisco es alimento para ricos. Cuando resulta que son
los carroñeros del mar. Cuando encuentran un cadáver, a lo primero
que acuden es a comerse los ojos...
Para
terminar, te diré que hay una cosa que no he mencionado hablando de
tus achaques. Me refiero a ese moratón con el que saliste un día,
coincidiendo con lo del “Mangarín”.
No he dicho
nada, porque no sé ni cómo decirlo. Me resultó muy surrealista. Todo me coincidía. Lo del escándalo del yerno. Lo de tu ojo.
Yo la verdad, veía ostias por todos lados y gente corriendo por la Zarzuela pegando portazos.
Y al otro
día ¡zas!. Va la Casa Real y dice que tú te has dado con una
puerta de canto y te has echado la cara abajo, porque un miembro del
servicio abría y tú entrabas.
Para que luego digas que yo pienso cosas raras, Juanito.....
Menos mal que para eso no hace falta prótesis. Porque en los últimos recortes de mi Gobierno, (que gobierna o nos gobierna), la muleta se va a convertir en artículo de lujo.
P.D. De una cosa si estoy orgulloso. Es de no vivir en el país de ese amigo tuyo con corona que te invita a los Safaris. Él nunca recibiría una carta como esta. Ni dejaría que yo durmiera en mi cama la noche después de que se publicara.
Atentamente. Un protesiado.
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