Tàrrega (16.700 habitantes) se levantaba consternada después del asesinato de una menor de 14 años a manos de su expareja, de 18 años. El Ayuntamiento de la ciudad, en Lleida, decretaba dos días de luto y celebraba un pleno extraordinario de urgencia para condenar la muerte. Además se suspendian los actos institucionales durante dos días.
Unas 2.500 personas se concentraban al mediodía en el municipio para mostrar su repulsa por el asesinato de la menor. "No confundamos amor con posesión" podía leerse en una de las pancartas, celebrada a las puertas del Ayuntamiento, en un acto al que muchos funcionarios del consistorio asistían con crespón negro en sus solapas, y que contaba con la participación de colegios y con la asistencia del abuelo paterno de la joven.
El punto final de la concentración estuvo marcado por una fuerte ovación con el sonido de fondo de las campanas de la iglesia parroquial Santa Maria del Alba.
El punto final de la concentración estuvo marcado por una fuerte ovación con el sonido de fondo de las campanas de la iglesia parroquial Santa Maria del Alba.
Agentes de los Mossos d'Esquadra detuvieron posteriormente al joven M. R., de 18 años, que confesó haber matado a la chica de 14. Según fuentes de la investigación, el joven, de nacionalidad dominicana, y la menor, que era española, eran novios, circunstancia que fue confirmada por amigos de la pareja, aunque pudiera ser, según otras fuentes, que acabaran de romper su relación.
Medios policiales precisaron que la joven murió apuñalada y presentaba en su cuerpo varias heridas de arma blanca.
Medios policiales precisaron que la joven murió apuñalada y presentaba en su cuerpo varias heridas de arma blanca.
La alcaldesa de la ciudad, Maria Rosa Perelló, aseguró que la menor estaba sola en casa cuando se presentó el agresor y la mató. El crimen se produjo pasadas las ocho de la tarde en una vivienda de un edificio situado en el número 5 de la calle Joan Maragall de la capital de la comarca del Urgell, residencia de los familiares de la adolescente.
Los amigos de la víctima contaron que hacía un año que salía con el presunto asesino, y que su relación era muy conflictiva por los constantes celos del joven.
Los amigos de la víctima contaron que hacía un año que salía con el presunto asesino, y que su relación era muy conflictiva por los constantes celos del joven.
Se trataba de un caso de violencia machista, según confirmaban fuentes policiales. A pesar de eso, después de su detención, el hombre dio diversas explicaciones de lo ocurrido, entre ellas que la banda de los Trinitarios le había ordenado matar a la menor, aunque luego se desdijo de esa versión, a la que los Mossos no le daban credibilidad.
El hermano del agresor pertenecería a esa banda, y fue condenado a 12 años de prisión por una tentativa de homicidio, según confirmó la alcaldesa de la ciudad. El caso permanecía bajo secreto de sumario.
El hermano del agresor pertenecería a esa banda, y fue condenado a 12 años de prisión por una tentativa de homicidio, según confirmó la alcaldesa de la ciudad. El caso permanecía bajo secreto de sumario.
El padre del presunto asesino de Tàrrega dice que su hijo sufre "cambios de personalidad" Leer más?
La menor era miembro de una familia muy conocida en Tàrrega, nieta de un profesor del instituto de la ciudad y sobrina de un concejal del municipio de Ciutadilla.
El escenario del crimen hablaba por sí solo: "En ese ataque hubo mucho ensañamiento", indicaban fuentes cercanas al caso.
La violencia desmesurada se repite en la mayoría de los crímenes con móvil sexista, pero en este caso habría otras señales o pistas que hacían pensar en una acción perpetrada por una persona con la mente muy perturbada, indicaban estas fuentes. Parecía que en este crimen se entremezclaron el desamor (Alba había comunicado a su novio hacía sólo dos semanas que quería cortar la relación) y alguna dosis de locura.
La versión apuntada por el abogado del joven intentaba centrar la defensa de su cliente en su estado mental, coincidiendo con lo manifestado en diferentes medios de comunicación por los padres de este. Ambos coincidían en asegurar que el joven tenía graves problemas mentales y que desde hacía unos meses no tomaba la medicación que le había recetado un psiquiatra.
Aunque esta pareja afirmó a continuación que jamás habían detectado que esa dolencia mental padecida por su hijo provocara en él brotes de violencia. Si hubo un episodio de locura habría sido, por lo tanto, el primero.
Los padres del joven aseguraron que ya avisaron a la madre de Alba de la enfermedad mental que padecía su hijo al irse a vivir este con la familia de su novia, cuando aún no había cumplido los 14 años. Esa pareja dominicana temía, dijeron, que su hijo pudiese hacer daño a su novia o al hermano pequeño de la chica.
El autor de las puñaladas usó un puñal, lo que hace sospechar que llevaba encima esa arma cuando entró en el piso.
La versión que dio el abogado del joven arrestado -aseguró que su cliente negaba que Alba le hubiese abandonado- no coincidiendo con lo manifestado por diferentes personas del entorno de la menor.
Su propio abuelo aseguraba tal como publicó La Vanguardia, que su nieta le comunicó hacía sólo dos semanas que había roto con ese chico. Y eso alegró a este hombre y también al padre de la chica, que según el abuelo era contrario a esa relación por la diferencia de edad.
Esa oposición de parte de la familia no evitó, sin embargo, que Alba y Michel vivieran bajo el mismo techo, en compañía de la madre de la chica, durante casi un año. Algunas informaciones relacionaban, por otro lado, la muerte de Alba con la posible vinculación de Michel Hernández en la mencionada banda de los Trinitarios. Una teoría que no poseía base dentro de la investigación de los Mossos, ni estamentos judiciales, que seguían viendo el asunto como un crimen de violencia machista. Ni siquiera el abogado del joven daba crédito a un crimen perpetrado para cumplir una orden de esa banda latina.
Más:El escenario del crimen hablaba por sí solo: "En ese ataque hubo mucho ensañamiento", indicaban fuentes cercanas al caso.
La violencia desmesurada se repite en la mayoría de los crímenes con móvil sexista, pero en este caso habría otras señales o pistas que hacían pensar en una acción perpetrada por una persona con la mente muy perturbada, indicaban estas fuentes. Parecía que en este crimen se entremezclaron el desamor (Alba había comunicado a su novio hacía sólo dos semanas que quería cortar la relación) y alguna dosis de locura.
La versión apuntada por el abogado del joven intentaba centrar la defensa de su cliente en su estado mental, coincidiendo con lo manifestado en diferentes medios de comunicación por los padres de este. Ambos coincidían en asegurar que el joven tenía graves problemas mentales y que desde hacía unos meses no tomaba la medicación que le había recetado un psiquiatra.
Aunque esta pareja afirmó a continuación que jamás habían detectado que esa dolencia mental padecida por su hijo provocara en él brotes de violencia. Si hubo un episodio de locura habría sido, por lo tanto, el primero.
Los padres del joven aseguraron que ya avisaron a la madre de Alba de la enfermedad mental que padecía su hijo al irse a vivir este con la familia de su novia, cuando aún no había cumplido los 14 años. Esa pareja dominicana temía, dijeron, que su hijo pudiese hacer daño a su novia o al hermano pequeño de la chica.
La versión que dio el abogado del joven arrestado -aseguró que su cliente negaba que Alba le hubiese abandonado- no coincidiendo con lo manifestado por diferentes personas del entorno de la menor.
Su propio abuelo aseguraba tal como publicó La Vanguardia, que su nieta le comunicó hacía sólo dos semanas que había roto con ese chico. Y eso alegró a este hombre y también al padre de la chica, que según el abuelo era contrario a esa relación por la diferencia de edad.
Esa oposición de parte de la familia no evitó, sin embargo, que Alba y Michel vivieran bajo el mismo techo, en compañía de la madre de la chica, durante casi un año. Algunas informaciones relacionaban, por otro lado, la muerte de Alba con la posible vinculación de Michel Hernández en la mencionada banda de los Trinitarios. Una teoría que no poseía base dentro de la investigación de los Mossos, ni estamentos judiciales, que seguían viendo el asunto como un crimen de violencia machista. Ni siquiera el abogado del joven daba crédito a un crimen perpetrado para cumplir una orden de esa banda latina.
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