La madre de los niños del Holocausto.
«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad.»
Irena Sendler, quien salvó a 2.500 niños del Gueto de Varsovia.

Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque finalmente no resultó elegida.

Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

Ella misma lo cuenta:
"Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas.
Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras.
Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto."

Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto.

Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.


Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak“Jesús, en vos confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional".
Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados.
Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.
En 1944, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría.

Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis.
En un principio los chicos que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se los envió a Palestina.

En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.

Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, una de las niñas salvadas, "la niña de la cuchara de plata".





Más:
Jan Karski, el espía católico que informó del secreto de los campos de exterminio nazis.
esta mujer es enorme tiene un corazon enorme y izo cosas enormes !!!! tequeremos irena
ResponderEliminarMUCHO CORAJE PARA DOMINAR UN SENTIMIENTO TAN VALIOSO.LIBRE DE ELEGIR Y PREGONAR AMOR ASTA EL ESTANDARTE
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