Sus intereses abarcaron muchas
ciencias: astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología y
el estudio de la Biblia, matemáticas, anatomía y medicina.
Parte de su fama posterior se debe a su trabajo sobre la circulación
pulmonar descrita en su obra Christianismi Restitutio.
Participó en la Reforma
Protestante y desarrolló una cristología contraria a
la Trinidad. Repudiado tanto por los católicos como
por los protestantes fue arrestado en Ginebra,
sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera por orden del
Consejo de la ciudad y las iglesias Reformadas de los
cantones, cuando en ella predominaba la influencia de Juan
Calvino.
Miguel Servet, llamado también Miguel de Villanueva, Michel de Villeneuve o, en latín,Michael Servetus (su nombre auténtico era Miguel Serveto y Conesa, alias «Revés») (Villanueva de Sigena, Huesca, 29 de septiembre de 1511 – Ginebra, 27 de octubre de1553) fue un teólogo y científico español.
Fue hijo de Antón Serveto, noble
infanzón y notario del Monasterio de Sigena, y de Catalina
Conesa, que por línea materna descendía de la
familia judeoconversa de los Zaporta. Tenía dos
hermanos menores: Pedro, quien continuó con la notaría paterna, y
Juan, que fue ordenado sacerdote.
Joven con dotes sobresalientes para
las letras y gran conocedor del latín, griego y hebreo,
Miguel abandonó su población de origen para ampliar estudios, quizá
en el castillo de Montearagón. Es aceptado como pupilo por
fray Juan de Quintana, quien llegaría a ser confesor de Carlos I.
Tras una estancia en Toulouse (Francia) para realizar
estudios de Derecho, donde entra por primera vez en contacto con
círculos próximos a la Reforma, viaja con Quintana
por Italia y Alemania como parte del séquito
imperial y presencia la coronación de Carlos V como emperador en Bolonia (1530).
Posteriormente abandona a su mentor
e inicia un periplo por varias ciudades de Centroeuropa afines al
naciente protestantismo. Establece una relación cada vez más
difícil y polémica con algunos líderes reformadores,
como Ecolampadio de Basilea, y se dirige más tarde
a Estrasburgo, donde se relaciona con Bucer, y
a Hagenau (ciudad alsaciana entonces
perteneciente al Sacro Imperio Romano Germánico).
En 1531 publica De Trinitatis Erroribus (De los errores acerca de la Trinidad), que
produjo gran escándalo entre los reformadores alemanes.
Tampoco caló bien en su
patria, ya que Servet tuvo la osadía de enviar una copia al obispo
de Zaragoza, quien no tardó en solicitar la intervención de
la Inquisición. El año siguiente publicó Dialogorum de Trinitate (Diálogos sobre la Trinidad), acompañado de una obra
suplementaria, De Iustitia Regni Christi (Sobre la Justicia
del Reino de Dios).
Otro opúsculo atribuido a Servet,
aunque de datación imprecisa, es Declarationis Iesu ChristiFilii Dei (Declaración de Jesucristo Hijo de Dios), también
conocido como «Manuscrito de Stuttgart»
En esta obra, dividida en siete
libros o capítulos, Servet argumenta que el dogma de
la Trinidad carece de base bíblica, ya que no se halla en
las Escrituras, sino que es fruto posterior de elucubraciones de
«filósofos».
Basándose en abundantes citas de la Biblia, Servet
concluye que Jesús es hombre en tanto que nacido de mujer,
por más que su nacimiento fuese milagroso.
A su vez, Jesús es también hijo de
Dios, en tanto que su nacimiento es el fruto de la fecundación por
el Logos divino de la Virgen María.
Niega así Servet, por tanto, que
el Hijo sea eterno, ya que fue engendrado como tal en la
encarnación, aunque es divino por gracia de Dios, su Padre.
Tampoco es, pues, una Persona de la Trinidad, cuya existencia
niega vehementemente definiéndola como «tres fantasmas» o
«Perro Cerbero de tres cabezas».
Asimismo califica a los que creen en
tal doctrina como «ateos, es decir, sin Dios» y «triteístas».
A su vez, el Espíritu Santo no sería una tercera Persona
trinitaria, sino la fuerza o manifestación del espíritu de Dios tal
como actúa en el mundo a través de los hombres.
Obra de tamaño y ambición
inferiores a Errores..., Diálogos está estructurada
en dos libros como una conversación ficticia entre dos personajes:
Miguel (el propio autor) y un tal Petrucho. Según Servet, la escribe
para despejar las dudas e inquietudes sembradas por su obra anterior,
que a su juicio se deben «a mi propia impericia y a la negligencia
del tipógrafo».
A diferencia de lo afirmado
en Errores..., Servet dice que Jesús no es sólo divino por
gracia, sino también por naturaleza, aunque aclara que sólo en
tanto que participa de la sustancia divina de su Padre.
A su vez, en el opúsculo De la
Justicia del Reino de Dios incluido al final, explica entre
otras cosas la complementariedad entre fe y caridad, pues, aunque la
justificación del creyente es sólo por la fe, la caridad y las
buenas obras son encomiables y complacen a Dios, aspecto en el que se
diferencia claramente de Lutero y otros reformadores
protestantes.
Al final se encuentra uno de los
textos por los que Servet es considerado como adalid de
la tolerancia y la libertad de conciencia, ya que
afirma que «ni con estos ni con aquellos estoy de acuerdo en todos
los puntos, ni tampoco en desacuerdo. Me parece que todos tienen
parte de verdad y parte de error y que cada uno ve el error del otro,
mas nadie el suyo... Fácil sería decidir todas las cuestiones si a
todos les estuviera permitido hablar pacíficamente en la iglesia
contendiendo en deseo de profetizar»
Miguel Servet se dirige a Lyon.
Había estado brevemente en París, donde un encuentro previsto,
pero finalmente no efectuado, con Calvino se transforma en el
inicio de una relación epistolar entre ambos. Servet llega a Lyon
con una nueva identidad, Michel de Villeneuve, supuestamente
originario de Tudela de Navarra, para evitar las persecuciones de
la Inquisición española. Estuvo empleado en una imprenta,
primero como corrector de pruebas.
En 1535 le encargaron la publicación
y anotación de la Geografía de Claudio Ptolomeo, lo
que llevó a cabo dando pruebas de su gran erudición. En Lyon fue la
etapa más feliz de su vida. Conoció al médico Symphorien Champier,
quien le anima a estudiar Medicina y fue a París.
En 1537 se matricula en
la Universidad de París para estudiar Medicina. Allí
estudia junto a los grandes médicos de la época, enseñando
Matemáticas y Medicina en la Universidad. Sin embargo, pronto se
encuentra en dificultades, puesto que dicta un curso de Astrología,
en el que defendía la influencia de las estrellas en los eventos
futuros (astrología judiciaria), lo cual, junto con un opúsculo en
el que describe el uso de jarabes para administrar los remedios de la
época, le enfrenta con la comunidad universitaria.
Deja de nuevo París y reside en
diversas localidades de Francia, hasta que en Lyon se encuentra con
el arzobispo de Viena del Delfinado, Pedro Palmier, al que
había conocido previamente en París. De esta forma entra a su
servicio como médico personal en 1541.
En Vienne de Isère,
Servet se dedica a proseguir sus estudios y publicaciones y prepara
en secreto la que será su obra cumbre. Prosigue su correspondencia
con Calvino, a quien envía una primera versión de su
libro, Christianismi Restitutio (Restitución del Cristianismo), de carácter fundamentalmente teológico, en espera de
sus comentarios (1546). El concepto de cristianismo ahí expuesto es
cercano al panteísmo. Cristo está en todas las cosas. El
mundo está lleno con él.
Se mostraba también contrario
al bautismo de los niños, puesto que el bautismo debe ser
un acto maduro y consciente de discipulado cristiano, lo que le
acerca a las posiciones anabaptistas. Sobre la edad adecuada
para recibir el bautismo, sugirió seguir el ejemplo de
Jesús: Jesucristo fue él mismo bautizado cerca de los treinta
años.
Curiosamente el libro pasaría a la
posteridad por contener en su «Libro V» la primera exposición en
el Occidente cristiano de la función de la circulación pulmonar o menor: según Servet, la sangre es transmitida por la
arteria pulmonar a la vena pulmonar por un paso prolongado a través
de los pulmones, en cuyo curso se torna de color rojo y se libera de
los vapores fuliginosos por el acto de la espiración.
Servet sostenía que el alma era una
emanación de la Divinidad y que tenía como sede a la sangre.
Gracias a la sangre, el alma podía estar diseminada por todo el
cuerpo, pudiendo asumir así el hombre su condición divina.
Por tanto, los descubrimientos
relativos a la circulación de la sangre tenían un impulso más
religioso que científico. De ahí que la descripción de la
circulación pulmonar esté dentro de una obra de teología y no de
una de fisiología. Para Servet no había diferencia entre ambos
ámbitos, dado que todo obedecía a un mismo gran designio divino.
Fachada de la casa natal
de Miguel Servet en Villanueva de Sigena, sede del Instituto de
Estudios Sijenenses "Miguel Servet"/Michael Servetus
Institute y centro de investigación de su vida y obra.
En respuesta, Calvino le
conmina a leer su propio libro Institutio religionis
Christianae (Institución de la Religión Cristiana), publicado
en1536. Servet leyó el libro de Calvino e hizo anotaciones muy
críticas en los márgenes del libro, devolviéndole la copia
corregida, lo que desagradó enormemente al reformador, quien avisó
que si Servet ponía los pies en Ginebra «no saldría vivo de ella».
Finalmente, Christianismi
Restitutio es publicado anónimamente a principios de 1553, de
nuevo con gran escándalo. Un calvinista de Ginebra escribe a un
amigo católico revelándole que el autor del libro es
el hereje Miguel Servet, oculto bajo la falsa identidad
deVilleneuve.
Se sospecha que detrás de esta
denuncia podría estar el propio Calvino, quien había tenido acceso
al texto gracias al mismo Servet. La Inquisición de Lyon
recibe parte de la correspondencia intercambiada entre ellos, tras lo
cual Servet es detenido, interrogado y encarcelado en Vienne. El 7 de
abril, sin embargo, logra evadirse y el 17 de junio es sentenciado a
muerte in absentia, siendo quemado en efigie.
Posiblemente
mientras iba rumbo a Italia, por alguna razón Servet acaba
haciendo una estancia en Ginebra, donde fue reconocido en la
iglesia donde predicaba el propio Calvino (13 de agosto).
La ciudad
se regía por los principios de la Reforma tal como Calvino los había
definido en sus Ordenanzas eclesiásticas, basadas en su obra
magna, Institución de la religión cristiana.
Servet fue
detenido y juzgado por herejía (por su negación de la Trinidad y
por su defensa del bautismo a la edad adulta).
Servet
sufrió grandes penalidades durante su cautiverio, como atestigua su
carta al Consejo de Ginebra de 15 de septiembre de 1553. Durante
el juicio, sostuvo diversos debates de carácter teológico.
El 22 de septiembre, Servet escribe
una última alegación en la que culpa a Calvino de hacer acusaciones
falsas de herejía contra él y solicita que también sea detenido e
interrogado como él, y concluye: "Estaré contento de
morir si no le convenzo tanto de esto como de otras cosas de que le
acuso más abajo.
Os pido
Justicia, Señores, Justicia, Justicia, Justicia."Finalizado
el proceso, fueron consultadas las iglesias reformadas de los
cantones de Zúrich, Schaffhausen, Berna y Basilea,
tras lo cual el acusado fue condenado y sentenciado a morir en la
hoguera el 27 de octubre de 1553. En una carta fechada
el día anterior, Calvino comentaba a Farel que Servet iba a ser
condenado sin discusión y conducido al suplicio, y aseguraba que él
había intentado cambiar la forma de su ejecución, aunque
inútilmente.
Independientemente
de la importancia de sus descubrimientos fisiológicos o de su labor
como polemista religioso, los sucesos que acarrearon el juicio y
muerte de Miguel Servet se han considerado como punto de arranque de
la discusión que condujo al reconocimiento de la libertad de
pensamiento y de expresión de las ideas.
Asimismo, las Iglesias Unitarias, surgidas de los movimientos antitrinitarios del siglo XVI y posteriores, consideran a Servet su pionero y primer mártir.
Asimismo, las Iglesias Unitarias, surgidas de los movimientos antitrinitarios del siglo XVI y posteriores, consideran a Servet su pionero y primer mártir.
La ejecución de Servet escandalizó
a muchos pensadores de toda Europa, principalmente en el ámbito
protestante, que se oponían a que se matara a las personas por
razones de fe. Destaca particularmente la defensa de Servet que
realizó Sebastián Castellion: «Matar a un hombre no es
defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos
ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un
hombre.»
Por otro lado, desde mediados del
siglo XIX y principios del XX, Servet comenzó a ser reivindicado por
partidarios del librepensamiento, que veían en su ejecución
una prueba de los peligros que conlleva el fanatismo religioso,
aunque a menudo como resultado de un análisis superficial y sin
tener en cuenta la obra y conceptos teológicos del propio Servet.
Marian Hillar, estudioso
polaco-norteamericano de la obra de Servet, hizo la siguiente
evaluación sobre el impacto perdurable que tuvo la ejecución del
erudito español: «Fue el punto de inflexión en la ideología y
mentalidad dominantes desde el siglo IV. [...] Históricamente
hablando, Servet murió para que la libertad de conciencia se
convirtiera en un derecho civil en la sociedad moderna»
En España:
En su villa natal Villanueva de Sigena en Aragón hay una estatua que le
representa, situada al lado de la iglesia de la villa y un centro de
estudios dedicado a Miguel Servet.
El Hospital Universitario de Zaragoza lleva el nombre de Miguel Servet.
En numerosas ciudades españolas
hay calles dedicadas a Miguel Servet.
En Suiza:
En
Ginebra existe una calle con su nombre, Michel Servet, y
un monumento conmemorativo cercano al lugar donde fue
quemado, erigido en 1903. Además, el 3 de octubre de 2011 fue
inaugurada una estatua con la efigie de Servet, copia de la estatua
de Annemasse, junto al monolito previamente existente.20
En Francia:
En Vienne en el
departamento de Isère, donde Servet vivió después de 1540,
hay una escuela pública de primaria que lleva su nombre, y en donde
se encuentra también un monumento en su honor, realizado por el
escultor Joseph Bernard.
En París, en la Plaza del aspirante Dunand, en el distrito 14, hay una estatua de mármol que
le representa encadenado a la hoguera. Esta estatua fue erigida en
1908 y es obra del escultor Jean Baffier.
En Annemasse hay una
estatua de Michel Servet en la plaza de la alcaldía, réplica de
una obra anterior, destruida por el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial, y originalmente realizada por la escultora Clothilde Roch.
En Lille hay un liceo
profesional que lleva su nombre.
En Venezuela:
En la ciudad de Maracaibo existe un
colegio con su nombre.
En Estados Unidos:
Una iglesia unitaria
universalista incluye a Servet en su nombre: la Michael Servetus Unitarian Society, en una localidad a las afueras
de Minneapolis, en Minnesota.
La sentencia
dictada en su contra por el Consejo (Petit Counseil) de Ginebra dice:
- Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes.
- Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.
Más:
Teatro: La sangre y la ceniza (1967), de Alfonso Sastre.
Cine: Passion et mort de Michel
Servet (Pasión y muerte de Miguel Servet). Dirigida por Claude Goretta, 1975. Con Michel Cassagne en el papel de
Miguel Servet.
Televisión: Miguel Servet, la sangre y laceniza. Serie para Televisión Española. Dirigida por JoséMaría Forqué, 1988. Con Juanjo Puigcorbé en el
papel de Miguel Servet.
Ópera: Le procès de Michel Servet (Elproceso de Miguel Servet). Compuesta por la cantante y compositora
australiana Shauna Beesley y el libretista suizo Jean-Claude Humbert.
Estrenada en Ginebra el 28 de octubre de 2011
Amor a la Verdad - Vida y obra de Miguel Servet
Personas Notables, Víctimas de la Inquisición
Fray Luis de León y otros dos Agustinos, Víctimas de laEnvidiaBartolomé de Carranza y Miranda, Primado de Toledo
Miguel Servet, Origen de la Libertad de Conciencia
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