LA ZONA HISTÓRICA : Los delitos del Templo de "La Cilla"

El derribo de una de las columnas del entorno de los conocidos como Mármoles de Talaverilla, situados a orillas del río Tajo, volvió a poner de manifiesto el estado de abandono en que se encuentra desde hace tiempo un monumento con 2.000 años de antigüedad. De nada ha servido la insistencia ante las instituciones que se supone que son competentes de algunos vecinos de la zona para que hagan algo para mejorar a su limpieza y conservación.


«Esto no pasa en ningún sitio, que un monumento así esté abandonado, sin que haya señales que digan qué es, sin limpiar, sin proteger...», dice indignado Felipe Rubio, vecino de la zona. 

Él, como muchos otros, visita el lugar con frecuencia para disfrutar de las vistas que desde allí se observan, con la lámina de agua del pantano de Valdecañas rodeada de encinas. Allí se puede respirar la tranquilidad y el sosiego.

Claro que no a todas las personas que se acercan hasta los Mármoles les irradian el mismo sentimiento. Hay algunos que se ven empujados a hacer daño por el simple placer de hacerlo. 


Esta vez no se conformaron con hacer pintadas en los restos romanos procedentes de Talavera la Vieja o llenar de basura sus alrededores, sino que directamente derribaron una columna que con el viento nunca se caería, puesto que hablamos de piedras de miles de kilos de peso. Casi tantos como años.

Felipe Rubio con los restos de la columna que se tiró al suelo.  MAM

Es más, la Guardia Civil barajaba la hipótesis de que las personas que lograron semejante 'hazaña' utilizaran un coche al que engancharon una cuerda o una cadena. Por esa línea se investigaba, aunque puede que no se llegue a tiempo si surgen más vándalos dispuestos a emular esta acción, en un lugar que no tiene ningún tipo de vigilancia.

La columna en primer plano es la que se ha derribado. MAM

Porque al margen de la hermosa figura que componen, ¿cuál es el valor real de los restos allí ubicados? Fundamentalmente destacan porque son los últimos vestigios que se mantienen en pie de Talavera la Vieja, el pueblo que desapareció bajo las aguas del Tajo a principios de los años 60 como consecuencia de la construcción del pantano.

Fue entonces cuando el arco romano, de más de 2.000 años, se trasladó piedra a piedra a su actual emplazamiento junto al puente que salva el río entre Peraleda de la Mata y Bohonal de Ibor, lo que demuestra la importancia que se le dio en su día. Más desde luego de la que se le da ahora.


Es común la confusión de creer que los restos llamados comúnmente "los mármoles" son los restos del Templo, correspondiendo estos al pórtico de un palacio de curia -justicia- romano, únicos restos de este tipo en el mundo. 

Realmente el Templo es el denominado de Cilla. Esta denominación se debe a que fue utilizado como granero desde el S. XVI -cilla es sinónimo de granero-, utilizando las columnas perimetrales como pilares del mismo. Actualmente quedan parte de ellas, que fueron reubicadas en un paraje cercano. 

Pero es que además de ese valor histórico está el emotivo y sentimental que tiene para los hijos de Talavera la Vieja repartidos por toda la zona después de que el agua se tragara sus hogares. 

Están en Bohonal de Ibor, Rosalejo, Navalmoral de la Mata. Desde esas y otras poblaciones surgen con frecuencia voces que reclaman la atención de los medios de comunicación para que reflejen la situación de los Mármoles para que así las instituciones «hagan algo».

Especialmente beligerante se muestra desde hace años Felipe Rubio, ya jubilado y que ha escrito en varias ocasiones a la Junta de Extremadura mostrando su malestar por una dejadez histórica. Ha reclamado a la anterior administración regional y a la actual que se tomen medidas.



El propio interesado reconoce que es ahora cuando le han hecho algo de caso, al menos de palabra, puesto que la directora general de Patrimonio le aseguró meses atrás que habían empezado a estudiar el tema para buscar una solución, pero que antes de hacer nada tenían que saber de quién es propiedad el terreno donde se levantan las columnas. A partir de ahí se limpiaría y consolidaría a lo largo de 2013.


Trinidad Nogales Basarrate, Consejera de Educación y Cultura en el Gobierno de Extremadura. 

Expolio que sufre el yacimiento, al aprovecharse las épocas de sequía para la extracción de sillares.

Los Mármoles en su localización actual, en un cortado del Tajo, junto a la carretera Navalmoral-Guadalupe.

El jubilado talaverino no quiso esperar tanto. Primero averiguó que el propietario es un vecino de Bohonal de Ibor y con motivo del derribo de una de las columnas de la 'Cilla', volvió a dirigir un escrito a la directora general para poner en su conocimiento lo ocurrido y pedirle que agilice los trámites que se estén haciendo.

Andamiaje del edificio de Los Mármoles, que permitió el desmonte de los sillares y su posterior transporte.


Columnata de Los Mármoles en su emplazamiento original, fotografiada por la Compañía Hidroeléctrica Española el 10 de mayo de 1963, antes de comenzar el traslado del edificio.



Templo de La Cilla, donde aún se conservaba la factura romana en los sillares del basamento, parte del alzado de sus muros, el aparejo de sustentación de la escalinata y tres de las cuatro columnas del frente.



Imagen de unos niños en los restos de la escalinata de acceso al templo romano de la 'La Cilla'. Probablemente fue realizada por Julio Caro Baroja en su visita a esta población, anegada por las aguas del embalse de Valdecañas. Junto con la iglesia, es uno de los pocos restos que emergen cuando baja el nivel del agua. Autor: Leandro Garrido Alvarez

Estado actual de La Cilla, único edificio no destruido antes de la inundación, una vez extraídas las columnas de la fachada al Foro.


«Como talaverino que soy, y que allí nací y me crié hasta los 16 años, no puedo ni debo consentir que esto se quede así, sin que se castigue al autor o autores de tan lamentable atropello», dice en la carta, escrita de puño y letra, con el corazón y sin la frialdad de las teclas de un ordenador.

«Es que tampoco pedimos tanto -declaró a HOY-. Y si siempre salgo diciéndolo yo es porque conozco a la prensa, pero son muchas las personas que están enfadadas por lo que ocurre con los Mármoles. Simplemente queremos que se ponga un cartel o una placa que diga de dónde proceden esos restos, igual que se anuncian los caminos o las rutas de las aves; que se limpie y que se proteja mínimamente. Tampoco parece mucho pedir, porque no se puede maltratar de esta manera un pedazo de nuestra historia».

Mapa Topográfico de 1985, una vez inundada la zona por el embalse de Valdecañas que, con una capacidad de 1.429 millones de m3, anegó 7.200 Ha., hasta la cota de 315 m.

Mapa Topográfico de 1952, con la localización de la ciudad en la margen izquierda del Tajo, antes de la construcción del pantano.

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